Mi sobrino
Como mi sobrino descubrió que su tia tiene un sueño pesado.
Tengo 33 años y llevo casada desde los 26.
En Octubre nos fuimos con mis cuñados a un camping. Son una pareja majísima con un niño de 13 años y un chico ya mayor. En el camping dormía el chico mayor con los hombres en la misma habitación y en la otra las dos mujeres con el pequeño. Un día me desperté excitada, con la sensación que me tocaban pero no le di importancia, nunca pensé que estuviese pasando algo. Bueno, para ser sincera pensé que mi cuñada me tocaba, pero por la postura era imposible.
Creí que lo había soñado, el hecho es que a la hora de hacer la compra le dije a mi marido que me acompañara y camino del pueblo nos desviamos a un descampado y allí lo hicimos de cualquier manera. Después vinieron un par de veces a mi casa y en navidad mi sobrino se quedo unos días con nosotros y así sus padres se fueron a hacer un viaje. Su hermano también se fue a esquiar a Francia y se quedó el crío solo con nosotros.
La verdad es que cuando mi marido se iba a trabajar a las 5 de la mañana los días que se despertaba mi sobrino (casi todos) se venía conmigo a la cama y seguíamos durmiendo los dos hasta las nueve o así aprovechando que yo tenía unos días de vacaciones. Yo procuraba salir con mi sobrino para que no se aburriese, pero un ama de casa tiene pocas distracciones para un a con la sensación de que alguien me tocaba, exactamente igual que en el camping pero me quede en ese duermevela que te das cuenta de todo pero no eres capaz de moverte.
Mi sobrino estaba arrimado a mí y con el paquete arrimado a mi culo, una de sus manos estaba bajo mi pijama y sobre mí estomago. Yo me desperté de golpe sin saber exactamente que pensar, la postura era bastante inocente aunque la mano pajo el pijama no me parecía muy normal y sobre todo notar que él tenía una erección. En parte para asegurarme que estaba haciendo me quede quieta. Él empezó a tocarme los pechos sin ningún tipo de cuidado, como si supiera que no me iba a despertar, de repente bajo la mano y la metió dentro de mi pantalón. Sin poder evitarlo pegue un respingo y el se quedó totalmente quieto. Hice como que normalizaba la respiración y el sin cortarse ni lo más mínimo me empezó a tocar por encima de las bragas. Yo tenía las piernas encogidas, así que no podía más que llegar a tocarme el inicio de mi monte de venus.
La verdad que me estaba dando un morbo increíble pero no pensé ni por un momento en darle facilidades. Justo cuando iba a hacer como que me despertaba sacó la mano y se separó un poco de mí. Lo que más me llamó la atención fue la soltura con que me tocaba y la falta de miedo a que me despertase, eso me hizo pensar que no era ni la primera ni la segunda vez que me tocaba. De repente sentí como la mano volvía a meterse dentro de mi pantalón, esta vez por detrás y me empezaba a sobar las nalgas, bajó en parte el pantalón y metió la mano dentro de mis bragas de nuevo con la diferencia que por la postura, esta vez tenía el camino libre y despejado excepto por la goma del pijama, me estaba sobando las nalgas y metiendo un dedo entre ellas de tal manera que llegaba a tocar el agujero de mi ano, en ese momento hice como que me despertaba y el con un movimiento rápido saco la mano y se puso a respirar fuerte, como si estuviese profundamente dormido. Por la mañana pensé en todo lo que me había pasado y estaba alucinada.
En principio no me hacía ninguna gracia que el renacuajo me tocase, era una especie de violación, pero por otra parte como en teoría yo no lo sabía podía actuar con naturalidad. Decidí que a partir de ese día no volvería a acostarse conmigo en la cama, yo no me habría enterado de nada pero le diría que esos días no me encontraba bien y preferiría que no se acostase conmigo. Esa noche cuando hablé con un amigo que tengo en el chat (esa es otra historia) le conté que me había pasado. Eso le excitó y me provocó para que le dejase hacer, incluso me dijo que debía facilitarle la labor.
Estuvimos discutiendo un rato, él quería que me pusiese tanga y no me pusiese pantalón ni sujetador y al final me concedió que me pusiese una braga normal y yo admití no poner pantalón. También debería quedarme boca arriba y con las piernas entreabiertas para darle más fácil acceso a mi sexo.
(Es alguien con el que tengo unas relaciones de sumisión a través del chat, a veces tengo sexo con él y cumplo las órdenes que me da, pero es otra historia diferente de la que ahora nos ocupa) he de reconocer que al día siguiente ya estaba excitada nada más sentir que mi marido le mandaba pasar a nuestra cama. Ese día empezó más o menos como el anterior pero con la salvedad que al tener los pechos más a mano estuvo un buen rato magreandolos, quizá sorprendido por que estaban erectos. Pronto puso la mano entre mi entrepierna y estuvo un rato tocándome por encima de las bragas.
Yo notaba mi sexo entreabierto y húmedo y casi tengo un orgasmo cuando noté que la mano se metía por la pernera de mis bragas. Me apartó la ropa interior y saco mis labios por los laterales y empezó a tocarme y a tirar de las bragas. Él me metió la mano por arriba y quizás animado por mis flujos me empezó a tocar el clítoris hasta que me corrí. En medio del orgasmo noté como un dedo se metía dentro de mí y en ese momento sentí como su semen me mojaba la cadera.
En cuanto se corrió se fue al baño, no sé si a lavarse o a masturbarse otra vez, eso me dio tiempo para limpiarme un poco y cambiar de postura. La verdad es que estaba muy avergonzada pero también muy excitada. Esto se repitió dos o tres veces en los días siguientes pero cada día se atrevía a un poco más.
Nuestro trato durante el día era tan normal como siempre. He de decir que mi amigo me anima a que tenga realmente sexo con él, pero no me animo porque al fin y al cabo es un delito, entonces quiere que al menos tenga sexo oral aunque aun no se como ya que aunque le deje hacerme lo que desee no puedo ni debo despertar. Hoy me ha llamado mi cuñada diciendo que querían que fuésemos en carnaval o sino vendrían ellos, como mi marido trabaja vendrán ellos esa semana. ¿Seguiré dejándole que me toque, se atreverá a algo más, me atreveré yo a despertar en medio de "la faena"? Ya veremos.