Mi sobrina viene a mi casa
Después del viaje a Las Vegas mi sobrina viene a vivir a mi casa.
Hace unos minutos que en el cartel de control de llegadas aparece nuestro vuelo de regreso de las Vegas con la nota de “Aterrizado-Landed”. En la puerta de salida de la zona de recogida de equipajes nos esperan impacientes mi esposa y mi cuñada, la madre de Karla.
Al atravesar la puerta mi sobrina y yo podemos ver la cara de alegría que ponen las dos al vernos aparecer. Karla acelera el paso arrastrando el troley hasta que llega junto a su madre para fundirse en un fuerte abrazo. Yo hago lo mismo con mi esposa e intercambiamos un beso cariñoso.
Los siguientes minutos son una atropellada relación de cosas espectaculares que hemos visto, sitios donde hemos estado y sensaciones que este viaje a Las Vegas ha provocado a mi sobrina Karla.
Está tan entusiasmada en relatar todo lo vivido que ya se ha olvidado de mi. La contemplo y tengo la gran satisfacción de haber sido su acompañante en todo lo que cuenta, y en lo que es secreto entre nosotros y nadie más sabrá.
Para el viaje, Karla ha elegido una ropa cómoda y discreta, que aun siendo actual no es tan llamativa como la que ha lucido durante el viaje. La observo y sin pretenderlo, veo a mi sobrina en su papel habitual, una chica joven, bonita, llena de vitalidad que es mi querida sobrina, y yo soy su tío cuarentón, en teoría fiel pareja de mi esposa.
Parece que el sueño toca a su fín, ella volverá a su casa a sus estudios… y yo con mi familia y mi trabajo. Ha sido un paréntesis maravilloso, que recordaré siempre y echare de menos. Ha sido el fin de semana mas extraordinario que recuerdo y ha sido un autentico placer compartirlo con mi querida sobrinita.
En el viaje desde el aeropuerto a casa mi esposa nos da la gran noticia…
“Me han ofrecido un ascenso en el trabajo, mas responsabilidades, una oficina nueva y mejor salario”, nos cuenta con alegría y orgullo.
“Felicidades, cuéntame más. ¿Cómo ha sido?” le digo alegrándome mucho por ella pues se lo merece tras varios años de trabajo sin descanso por conseguir este ascenso.
“Hay un pequeño inconveniente… tengo que salir de casa por la mañana mas temprano y no puedo llevar los niños al cole como hasta ahora”.
Ahora, dirigiéndose también a su hermana y su hija suelta la bomba…
“Karla, mi hermana y yo hemos pensado que podrías venir a vivir con nosotros una temporada. Te encargarías de acompañar a tus primitos al colegio por la mañana antes de ir a la facultad. A ti te va de camino y además necesitas mucho menos tiempo pues vivimos cerca”
“¿qué te parece? ¿a que es una buena idea?... por favor, di que si…lo necesito tanto”, añade mi esposa.
Karla se toma un instante, antes de responder, su silencio crea incertidumbre hasta que por fín…
“Oh, si, si… por supuesto que sí. Estaré encantada. Me hace mucha ilusión y además me ayudará con el tema de desplazamientos en autobús que ahora esta tan mal. Podré ir andando… que bien!”
“pues entonces… no se hable más. Te vienes a vivir con nosotros ¿Verdad, cariño?, dice ahora dirigiéndose a ella y a mí.
“Mañana, te vengo a recoger, prepara la ropa, los libros y todo lo que necesites. Yo esta tarde acondiciono la habitación de invitados para ti. ¡Que alegría me das!”, le dice muy complacida por como se ha resuelto todo.
Tenía la percepción que el fin de semana pasado había sido un extraordinario sueño y que había terminado. Ahora todo ha cambiado, creo que puede continuar la secreta relación con mi sobrina en mi propia casa.
¡Uhmmm que tiempos más complicados y a la vez tan morbosamente interesantes!.
Después de dejar a Karla y su mamá en casa, conduzco rápido para llegar cuanto antes a la nuestra. Delante de mi cuñada y mi sobrina no hemos podido ser muy expresivos en nuestra bienvenida y percibo que mi esposa, Carla, está especialmente cariñosa y deseosa de abrazarme.
La noto muy contenta por sus nuevas expectativas profesionales y también por haber podido resolver tan fácilmente los inconvenientes gracias a la colaboración de nuestra sobrina. Eso unido a mi ausencia durante varios días conducen inexorablemente a una celebración intima de pareja.
Los niños que va a cuidar Karla ya están durmiendo en sus respectivas habitaciones. Nosotros acortamos todo lo posible las actividades antes de meternos en la cama. Carol solo se pone un camisón corto, y yo, como es mi costumbre para dormir completamente desnudo.
Se pone de costado acercando su cuerpo al mio, con el brazo sobre mi pecho y la otra mano jugando con el cabello, y su pierna doblada encima de las mias. Su sexo desnudo pegado a mi muslo. Es evidente que está en plan guerrero.
“¿os lo habéis pasado bien en el viaje? me dice susurrando, como quien pregunta algo secreto, que merece la máxima discreción. Se me hace un nudo en la garganta y no sé que responder a una pregunta tan directa.
“Según dice mi hermana, y por los whatsapp que enviaba Karla, eres un guía estupendo. Ella contaba en sus múltiples mensajes que nunca lo había pasado tan bien como en este viaje y que la experiencia era inolvidable. Te va a tomado mucho cariño”
“Karla es una chica monísima, cariñosa y muy responsable...estoy muy contenta que haya aceptado ayudarnos con los niños”. “¿tú estás de acuerdo, no?, me dice un poco inquieta por mi silencio pues trato de que algún pensamiento sobre mi sobrina me delate.
“Si, claro...nos puede ayudar mucho con los niños y además es una chica en la que se puede confiar, la veo muy cariñosa y seguro que no nos dará ningún problema”. “En mi opinión es la mejor opción, te felicito por la elección”
“… y del trabajo que me tienes que contar? ¿cómo ha sido?” cambio de tema para no verme comprometido con posibles opiniones sobre la mujer con la que he compartido el fin de semana más extraordinario de mi vida. No quiero que Carla note nada extraño, solo recordar lo que hemos disfrutado estos días es un serio peligro.
“Ha habido una vacante en la central y me han ofrecido la plaza. A pesar que tengo que madrugar mucho para llegar a la oficina, merece la pena y me hace mucha ilusión.” me contesta al tiempo que arrastra la mano por encima de mi vientre hasta llegar al sexo. Alli empieza a tocarme con clara intención de excitarme.
“Nos tendremos que acostumbrar a acostarnos más temprano para que tenga tiempo suficiente para dormir. ¡con lo mucho que me gusta dormir! Eso si que me va a costar mucho”, dice poniéndose de espaldas a mí con el culo pegado a mi cadera y moviéndolo de forma muy provocativa.
Dejo que siga y que se esfuerce un poco en la invitación antes de tomar la iniciativa. Normalmente soy yo quien la busco, quien la provoco, la excito para que tengamos sexo. Hoy es una de esas pocas veces en que ella que toma la delantera. La suma de emociones la han llevado a un estado de excitación muy especial y la mejor forma de liberar la ansiedad es tener una buena sesión en la cama con su querido esposo .
Carla se ha puesto en postura fetal, como una niña asustadiza, ofreciéndome su espalda y su culo desnudo para que le haga caricias. Me pongo de lado detrás ella y dejo que mi polla dura se acomode entre sus nalgas.
Al sentir la rotundidad de mi cuerpo pegado al suyo deja escapar un suspiro como queriendo decir “por fin”, culea un poco y la coloca entre sus piernas para sentir el miembro duro y caliente pegado a su piel.
- "Ven conmigo”, dice al tiempo que alarga la mano hacia atrás, coge mi polla y la encara a la entrada de su vulva. Hacia mucho tiempo que la veía tan deseosa de tener sexo.
Me acerco más, apretando mi cuerpo contra el suyo, rodeo su hombro con mi mano, para que sirva de punto de apoyo mientras muevo la cadera, empujo y le meto la punta. Carla está muy, muy excitada...lo que otras veces me cuesta minutos de caricias, hoy ya está logrado...su chocho está muy caliente, dilatado y húmedo.
Solo tengo que empujar un poco para que mi polla se meta hasta el fondo, de una forma dulce, suave, intensa. Me encanta sentir sus tibias nalgas pegadas a mi pubis, sus muslos pegados a los míos y como suspira mientras culea para recibirme hasta lo más profundo.
Empiezo a bombear despacio aunque intenso, sujetándola por el hombro o por la cadera. Mientras lo hago le acaricio con una mano sobre el vientre y el pecho, y con la otra sobre la cabeza, su melena, el cuello....
Cuando la excitación es máxima se mezclan en mi cerebro la imágenes, la actual, mi esposa Karla en nuestro lecho, de forma tranquila pausada, y por otra parte el amor desenfrenado, pura pasión, un poco salvaje, prohibido, morboso que he tenido con mi sobrina Karla.
Es un torbellino que me atrae, me absorbe y me transporta. Nunca antes había disfrutado del sexo como ahora, mi cerebro estalla como los cohetes de fuegos artificiales. No es mi polla la que me da el placer, es mi mente la que llena de endorfinas que me llevan a otro nivel.
Mi mujer culea complacida por las continuas embestidas que le doy, con una polla tan dura y gorda que apenas reconoce.
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“ Esto es por ti, querida sobrina”, pienso mientras le doy duro haciendo que nuestros cuerpos chasqueen al entrar en contacto de esta forma tan enérgica.
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“siiiii...siiiii”, dice Karla si saber que detrás tiene un verdadero animal que le está haciendo el amor a ella y a otra mujer que está ausente pero muy dentro de mi cerebro.
Karla, alarga una mano que tenía delante del pecho hacia atrás hasta encontrar mi cadera, la pone sobre el glúteo y me mantiene inmóvil para poder disfrutar tranquila de su orgasmo. Este ha venido antes de lo esperado, muchas emociones contenidas, mucha pasión, y ha sido dulce e intenso, como le gustan a ella.
Me quedo parado, pegado a ella, con mi polla todavía bien dura dentro...no quiere nada más...esto ha sido genial y ahora solo quiere paladear el dulce regusto que queda tras el estallido, y dejar que un dulce sueño se apodere de su mente.
Yo la acompaño, quieto, abrazándola, sin intervenir, dejando que aterrice como un globo...suave, despacio, plácidamente.
Su respiración se acompasa, reduce el ritmo, y se hace profunda. Se acaba de dormir...un sueño placido la ha conquistado, mañana será otro día intenso y hay que afrontarlo con todas las energías.
Dejo que se acomode abrazando su cojín, de espaldas, con las piernas una estirada y la otra doblada para apoyar la rodilla sobre la cama.
Antes de dejarla, le doy dos besos en el hombro y me felicito por ser un hombre tan afortunado. A continuación me cojo la polla y me empiezo a masturbar, lento suave...ahora mi mente rebobina todo el fin de semana.
Visualizo a mi sobrina, sus risas, su jovialidad, sus hermosas piernas, lo que hemos disfrutado juntos, las aventuras que hemos pasado, sus graciosos pijamas, sus atrevimientos, sus travesuras....
Todo eso se mezcla en mi cerebro mientras me masturbo, es una delicia...y mañana va a venir a vivir con nosotros, en nuestra casa...estoy impaciente y temeroso ¿Podremos mantener el sigilo necesario?. El morbo que esto provoca me da un plus de excitación, y mi paja dura muy poco.
Tengo que poner la mano delante para dominar la intempestiva eyaculación...
No empezamos nada bien...no puedo decir que la situación esté controlada como debiera.
Querida Karla, mañana te tendré en casa, espero hacerte disfrutar mientras aprendemos como conducir nuestra pasión pero manteniendo nuestros encuentros que tan felices nos hacen.
Tendremos muchas oportunidades, algunas con riesgo, aunque todas llenas de mucha pasión. Estoy impaciente por tenerte en casa.
Deverano.