Mi sobrina, su novio y la preciosa Sofía

Se arrodillo detrás de Sofía, entre las piernas de su novio y empezó a acariciar la espalda de Sofía. Mmm madre mía que gustazo ver las manos morenas de mi sobrina sobre el blanco cuerpo de Sofía, vi cómo le agarraba las tetas y las movía hacia la boca de él.

Estaba tomando café en la cafetería de siempre, como cada mañana cuando la vi por primera vez.

Ella pedía un café con leche en la barra, me quede mirándola. Tendría unos treinta y algo y estaba francamente buena, siempre miraba a esas chicas de lejos, con la lujuria de saber que estaban fuera de mi orbita. A mis cincuenta y ocho años solo las miraba de lejos y no perdía detalle de esa curvilínea figura. Mientras la observaba a lo lejos se puso de puntillas para mirar los bollos de la barra, que la camarera le enseñaba, se inclinó hacia adelante y dejo a mi vista y a la de media cafetería un culito que alguno tacharía de grande, pero que a mí me pareció impresionantemente hermoso.

-Laura eres mala, estoy a dieta, eso me dura unos minutos en la boca y el resto de la vida en mis cartucheras- dijo señalándolas con gracia-

-Eres una exagerada, no es para tanto

-Claro tu como estas delgadísima…

Ambas se rieron de algún comentario y entonces repare en su agradable sonrisa, pero solo durante unos segundos, porque mientras le decía a la camarera algo de su cuerpo apretó su cintura, lo cual marco sus también impresionantes tetas, vaya bombonazo pensé intentando retomar la lectura de mi periódico.

Estaba consiguiéndolo cuando alguien toco mi hombro y al girarme vi a mi sobrina.

-Hola martita, que haces por aquí? –pregunte besándola-

-He quedado con una amiga y tú?

-Siempre desayuno aquí antes de entrar a trabajar

-Y la tía?

-Bien, la he dejado durmiendo como siempre.

Hablamos unos minutos en los que saco el tema de las vacaciones, íbamos a pasarlas juntos. Sus padres y nosotros habíamos alquilado un par de casitas cerca de la playa para todo el mes que viene.

-Bueno tío, te dejo que ya veo a mi amiga –me dijo saludando a alguien con la mano-

Mire hacia donde saludaba quedándome de piedra cuando vi a la chica que antes me había llamado la atención se acercaba a nosotros.

-Mira viene hacia aquí, mejor así te la presento.

-Hola cariño, como estas? –Dijo mi sobrina-

-No tan bien como tu preciosa. –Dijo la chica-

Yo apenas pude cerrar la boca para no parecer idiota cuando mi sobrina le dijo

-Este es mi tío Rodrigo.

-Hola soy Sofía encantada

Yo le tendí mi mano y ella tras agarrarla me planto dos sonoros besos, mientras su perfume invadía mis sentidos, olía a caramelo. En otro momento me hubiera parecido empalagoso, pero me encantó y en ese momento en ella me pareció dulce y caliente.

-Bueno tío, nos vemos.

-Adiós Rodrigo encantada

De nuevo volvió a besarme y esta vez note la dureza de sus pechos en mi torso y su suave pelo acaricio mi cara. Me sentí como un adolescente ante la primera experiencia erótica. Estaba completamente excitado con su olor, su voz, el tacto de sus labios en mi ruda piel…

Nunca me había sentido tan atraído, ni tan rápidamente por una mujer.

Por primera vez en años, sentado en la silla de mi oficina, desabroche mi pantalón y empecé a menearme suavemente la polla ya dura en mi mano, rememorando a esa chica. Tarde nada y menos en sentir el semen caliente en mi mano, la misma que ella había cogido.

Pensé en ella más de una vez el siguiente mes, riñéndome a mí mismo y diciéndome que el estrés me estaba matando que necesitaba esas vacaciones ya.

Llego el día y nos instalamos en la casita alquilada en ese pequeño pueblo con mar, al lado mi hermana y mi cuñado ocuparon también la suya.

El fin de semana llegaba Marta y su novio para pasar unos días.

El viernes comíamos los cuatro cuando mi hermana me dijo que además del novio mi sobrina traía a una amiga, el corazón se me disparo, de cintura para abajo deseaba que fuera Sofía, de cuello para arriba deseaba que no lo fuera.

Por la tarde tumbado al sol de la playa, enfrente justo de las casitas les vi aparecer, primero salió Sofía y su novio y de la puerta de atrás salió ella, Sofía

Nada me había preparado para ver a mi chica con ese minúsculo pantalón, era como el de mi sobrina y está también tenía un buen cuerpo, pero no llenaba el pantalón como Sofía. Sus duras carnes rellenaban ese pantalón como nadie y la camiseta apenas contenía esos dos duros globos. Vi como mi cuñado la miro, tampoco se excedió y yo estaba empalmado como un burro.

Hasta la noche no habíamos quedado, cenábamos en casa de mi hermana con los recién llegados. Estaban todos charlando incluso mi mujer, cuando oí que ella decía.

-A su marido le conocí el mes pasado, le vimos en la cafetería.

-Si tía en la de al lado su curro –dijo Marta-

Me uní al grupo y la pareja me saludo primero, luego ella se acercó y dándome de nuevo dos besos me dijo mientras los demás ya se sentaban.

-Hola Rodrigo, encantada de volver a verte.

De nuevo su olor, su tacto…. Mm vaya días me esperaban. Cenamos e intente no mirarla más, no podía volver a quedarme embobado mirando a esa chica o iba a denunciarme.

Al día siguiente aun fue peor, cuando llego a la playa y se sacó la camisa que la cubría, di gracias a estar boca abajo en mi tumbona.

Llevaba un bañador verde de lo más normal, pero en ella era todo un escándalo. Hasta el de Marta era más escueto, pero no era lo mismo, al menos no para mí.

En un despiste me metí en el agua y en ella me regañe a mí mismo, debía dejar esos pensamientos, debía dejar de mirar a la amiga de mi sobrina o al final alguien se daría cuenta y saldría mal parado. No estaba ya en edad de ocasionar esa serie de líos. Hacia un siglo que no le era infiel a mi esposa, nada más allá de tocarme, mirando o pensando en otras.

Durante dos días conseguí calmarme un poco, al menos en presencia de otros, solo cuando me quedaba solo en la terraza a media noche dejaba a mi mente volar por su cuerpo.

Pero el tercero de nuevo algo me aparto del camino bueno.

No podía dormir y decidí dar un paseo por la playa, cosa que hacía a menudo.

Unas voces llamaron mi atención, venían desde la playa. Yo estaba en el pinar donde ante mi empezaba la playa, solo una hilera de rocas separaban ese pinar de la playa. Me asome con curiosidad al reconocer la voz del novio de mi sobrina, me dio morbo al asomarme y ver como este decía.

-Me pones a cien, estas muy buena

Decía el sentado apoyado en una roca mientras ella sentada a horcajadas sobre él se balanceaba sobre su polla mientras el sobaba sus tetas. Mire bien y casi me da algo cuando me fije mejor y vi que la amazona no era mi sobrina, sino Sofía.

-Muévete despacio cariño –le dijo él desde abajo mientras ahora la agarraba del culo mientras chupaba sus tetas-

-Estoy muy caliente, necesito que me la metas bien adentro

Me quede helado mentalmente, porque mi cuerpo estaba más caliente que el infierno, viendo a Sofía montando sobre un polla. Nada me preparo para el siguiente movimiento.

-Ya estoy aquí, lo he traído –dijo enseñándoles un tubo de crema-

Se arrodillo detrás de Sofía, entre las piernas de su novio y empezó a acariciar la espalda de Sofía. Mmm madre mía que gustazo ver las manos morenas de mi sobrina sobre el blanco cuerpo de Sofía, vi cómo le agarraba las tetas y las movía hacia la boca de él.

-Chúpaselas, le encanta

El obedecía a su novia y chupaba las tetas de su amiga con avidez mientras Sofía gemía descontrolada por las caricias y juegos de ambos.

-Me toca –dijo mi sobrina-

Sofía se levantó y cedió la polla a su amiga, esta se la clavo dándole la espalda mientras se clavaba la polla algo delgada pero bastante larga de su novio.

Entonces Sofía se arrodillo ante mi sobrina que ya se movía sobre él y agarrando sus tetitas, estas más pequeñas pero también preciosas, duras, morenas y de pezones pequeños. Al menos lo eran antes de que Sofía los lamiera y los mordiera antes de succionarlos, mientras su mano acariciaba el clítoris de mi sobrina que bramaba encantada.

Al rato Sofía se tumbó en la arena y el poniéndose entre sus piernas se la metió mientras mi sobrina de pie ante él se acercó para que el lamiera su sexo y él lo hacía con devoción mientras empujaba dentro de Sofía con fuerza.

-Que placer putitas, me encanta follaros a ambas a la vez

-Chúpame –le decía mi sobrina-

De repente vi como Sofía separaba los cachetes de mi sobrina y tras lamer un dedo empezó a empujar en la entrada de su ano, mi sobrina gemía mientras ella la penetraba lentamente.

-Si no pares de follarme, destrózame el coño –decía mi chica-

No sé cuándo había sacado mi polla, pero esta palpitaba dura entre mis manos, me la meneaba fuerte con una mano mientras que con la otra me tocaba los huevos.

Volví a mirar y las vi haciendo un estupendo sesentainueve, ambas se corrieron varias veces mientras se lamian y tocaban ante la atenta mirada del novio, hasta que Sofía le dijo

-Hazlo, ya está lista creo.

Entonces vi como el agarrando su polla se la unto de crema y la llevo al ano de mi sobrina, abajo Sofía lamia su sexo mientras este la sodomizaba. Metía lentamente su polla en ese agujero.

-Ya está toda dentro –grito cinco minutos después-

-Pues fóllatela que cuando empujas succiona mi coño y me mata de gusto –dijo Sofí-

-Si nenas voy a correrme en tu culo cariño

-Si párteme mientras Sofí me lame yo también voy a correrme

Y así uno tras otro fueron corriéndose mientras el semen salía de mi polla a borbotones mientras me mordía la otra mano para no gritar mientras me corría salvajemente.

Al día siguiente no podía mirarles a la cara, no podía creer que esos tres fueran los mismos que la noche anterior. Pero ahora ya no podía dejar de vigilarles y me di cuenta de muchas cosas.

La primera fue a media mañana, estando todos en la playa, los tres se metieron en el agua, yo también hice lo mismo manteniéndome lejos en un recodo para que no me vieran y fui testigo de nuevo como el novio de mi sobrina volvió a follárselas a ambas, alternando su polla y sus favores de una a otra, vi como Sofía se agarraba a su cuello y el empujaba dentro de su coñito, luego mi sobrina la sustituía y la que no era follada en esos momentos disimulaba tapando, al final el termino corriéndose en el coño de mi sobrina cuando ambas se habían corrido.

La segunda fue que ellas se tocaban constantemente, en cualquier lugar se apartaban y se masturbaban la una a la otra sin dejar de besarse. Luego el remataba las faenas.

Al final de esa semana le envidiaba más que a nadie, ese chaval más joven que ellas de un par de años se follaba a esos dos bellezones a su antojo.

No soñaba con follarme a mi sobrina, aunque me ponía a cien verla follar y ser follada; pero Sofía era otra cosa.

Cada paja y cada orgasmo que en esos días fueron seguidos fueron por ella y en su honor.

Cada noche teníamos cita ellos tres follaban en la playa hasta la extenuación, mientras yo en mi rincón favorito ese verano, me masturbe todos los días viéndoles.

Una de mis mejores pajas fue el último día de su estancia cuando sabiéndose solos en la casita, yo tampoco debía estar pero fingiendo dolor de cabeza regrese antes y las vi.

Ambas estaban desnudas en la terraza, Sofía tumbada en una hamaca al sol mientras mi sobrina besaba sus tetas, las lamia, las mordía y succionaba provocándoles pequeños grititos de placer.

-Me encantan tus tetas Sofía

-Y a mí me encanta tu boca en ellas –dijo Sofía riendo- muérdelas fuerte. Me encanta que sea todo a lo bestia.

Entonces mi sobrina se arrodillo ante ella y separando sus muslos empezó a lamer su hermosos coñito, no podía verlo bien, pero sabía que lo era. Mi sobrina lamia moviendo mucho la cabeza.

-Si Marta que bien lo haces, así muerde mi coñito, chúpalo –decía Sofía entrecortando las palabras-

En ese momento apareció el novio.

-Que putas sois no esperáis a nadie –dijo sacando ya su polla y meneándosela al tiempo que se acercaba-

Se puso tras mi sobrina y subiendo sus caderas se la metió mientras la empujaba de la nuca.

-Voy a darte una buena follada mientras chupas el coñito a la puta de tu amiga para que sepas quien manda. Chúpaselo que te oiga zorrita

Desde mi sitio veía como mi sobrina lamia con deleite entre las piernas de Sofía, mientras ella penetraba salvajemente agarrado a sus caderas.

Más de diez minutos y dos orgasmos por parte de cada una el saco mientras decía.

-Sofí deja que mi chica se siente y ponte de rodillas para lamerle el coño, mira como se lo he dejado de abierto, quieres que abra el tuyo?

Casi me corro en ese momento, entre sus palabras y ver como las dos obedientemente hacían lo que él les pedía me ponía a mil. Mi polla había alcanzado medidas extraordinarias cuando él se arrodillo detrás de Sofí y se la metió de un empujón.

-Las dos chorreáis putas. Sofí chúpala bien, que cuando te corras voy a follarme su culo.

Dos minutos después ambas jadeaban sendos orgasmos, el salió del coño de la amiga y poniendo a mi sobrina a cuatro patas se la metió lentamente en el culo. Sofía se escabulló debajo de su amiga. Desde mi sitio veía su lengua en los huevos del novio y en el coño de mi sobrina, mientras esta chupaba el de Sofí. Enseguida note el chorro de semen en mis pies desnudos mientras ellos gritaban corriéndose de nuevo.

Que delicia de vacaciones me habían dado esos tres sin saberlo. Me escocia la polla cada vez que me masturbaba, nunca había llevado un ritmo semejante.

Ellos se fueron y yo necesite el resto de los días para descansar y reponerme y eso que ni en mis mejores sueños creí que me pasara lo que me esperaba en la ciudad.

Al final de esas vacaciones regrese a mi antigua vida y a mi rutinario trabajo solo con mis recuerdos de esos quince días en los que disfrute tanto.

Sin esperar lo que el destino me tenía reservado….