Mi sobrina, de tal palo...

En esta familia las chicas se quieren mucho, han empezado las hermanas y sigue con la sobrina

Fue mi hermana mayor la que me inició en los placeres de la tortilla aunque a veces tambien me gusta una patata larga y jugosa con dos huevos. Dormiamos juntas en la misma cama, empezamos a dormir desnudas y despues a masturbarnos la una a la otra. Dejar los besos en la mejilla y besarnos de forma mas y mas sensual con lengua y mucha saliva, y de ahí a chuparnos los coños y lamer nuestras tetas. Nos queriamos mucho y nos hartabamos de caricias la una a la otra. Luego ella se casó y tuvo una hija, Laura morena de ojos verdes, grandes y hermosos, y diez y ocho años. Su figura de ensueño llena de bonitas curvas, su piel bronceada y suave y unos pechos grandes y desarrollados para su edad. El conjunto de todo ello me quita el sueño. La invité a pasar unos días conmigo.

Pero mi apartamento es pequeño y no tengo mas que una cama,de matrimonio. Al señalarme el pequeño inconveniente le dije que dormiriamos juntas como yo hacía con su madre cuando eramos niñas. No se si fue ilusión mia pero por sus ojos cruzó una sombre de alegría. Por fin llegó la noche, no nos habíamos cambiado y cuando ibamos a acostarnos me quité la blusa, la falda ajustada y el sujetador blanco de encaje. Solo me quedé con las bragas del conjunto tambien de encaje y caladas y me metí entre las sábanas. Desde allí vi como ella se quitaba la camiseta y los apretados vaqueros y me siguió a la cama con la misma ropa que yo, sin ponerse nada mas que yo encima.

Se tumbó a mi lado, me levante sobre el codo acercándome a ella, con la otra mano le aparté el cabello de la cara, me incliné sobre ella y la besé en la boca. Ella por extraño que parezca no mostró rechazo y me respondió abriendo la boca y metiendo su lengua en la mía. Me echó los brazos al cuello y nuestros pechos desnudos se juntaron. Aparté la ropa de cama mientras nos besabámos.

Deslicé una mano primero por sus suaves y turgentes senos luego por su vientre y por último la bajé dentro de sus bragas y deslicé dos dedos dentro de los labios de su vulva ya rodeada de suave y fino vello. Seguíamos besándonos mientras la masturbaba y yo ahogaba sus gemidos de placer con los ardientes besos de una amante.

Laura tampoco tenía las manos quietas, me bajó las bragas pero se dedicó a tocarme y acariciarme el culo y las tetas mientras me besaba. Entonces se me puso encima con su coño sobre mi cara y la suya entre mis muslos. Se dedicó a abrirme los labios del sexo y a meter los dedos en la vagina y acariciarme elmclitoris con su lengua y una vez que me corrí a chuparme la vulva entera y yo hacía casi lo mismo con su bonito coño y mi lengua penetraba en su caliente húmeda y acogedora cueva de amor.

Nos corrimos un par de veces cada una. Megiré dejándola tumbada en la cama. Me bajé de ella y de rodillas en la alfombra la besé en la boca, con su sabor en ella le acaricié la cara con mis manos lentamente, luego el cuello, los hombros los pechos y mordía sus rojos pezones suavemente sin dejar de mover los dedos suave sobre su piel. Continuaba con su vientre y coñito y sus piernas largas y dulces. Cuando se dió la vuelta me volví subir a la cama encima de ella, frotando mi coño contra su bonito culo, mis pechos en su espalda besandola en la nuca y en los hombros masajeando todo su cuerpo alestilo tailandes.

Me deslicé sobre su cuerpo para seguir besando y lamiendo su espalda hasta lasnalgas que abrí con las manos para observar el agujerito posterior lamerlo con la lengua e incluso meter un dedito explorador. Durante un rato dedo y lengua y ella lo disfrutaba. Continué con los muslos hasta los pies lamiendo el empeine, y el dedo gordo que me metí en la boca. Entonces se le antojó hacerme todo eso a mí. Como sus dedos y lengua recorrian recorrían mi cuerpo, qué dulces besos que dulces jugos de su coñito dulce que escurrían por sus muslos abajo. Que bien folla mi sobrinita, tan bien que me extrañó un poco y le pregunté sobre ello.

Al fin me contó como su madre le hizo el amor en cuanto se dio cuenta de que tenía una mujer en casa. Me contó como mi hermanita mayor aprovechando que se estaba cambiando de vestido, le sorprendió en ropa interior lo que es mas sujerente que simplemente desnuda. La besó en la boquita y comenzó a acariciarla terminando de desnudarla lentamente. Ella lo entendía y lo deseaba, esta nueva forma de amor de su madre. Le gustaba y cuando su madre deslizó la mano sobre su pubis y con uno de sus dedos la penetró suavemente y se abandonó al placer. Así todo quedó explicado de repente, lasmiradas burlonas entre madre e hija y la experiencia amatoria de mi querida sobrina.

Para vengarme me puse a hacerla cosquillas. Acaricié sus pechos mientras rascaba sus axilas. Ella reia conmigo y me subí sobre su vientre a caballo para inmovilizarla. Y ella también logró encontrarme las cosquillas, desnudas como estabamosesos toqueteos volvieron a excitarnos. Así que yo subí algo mas y ella bajó corriendose debajo de mí. Puso su cara debajo de mi coño y yo mis muslos a cada lado de su cabeza de rodillas junto a la cabecera de la cama. Su lengua me penetraba, o se ponía mi clitoris entre los labios para besarlo y chuparlo.

O se desplazaba hacia el culo cuando mi cadera basculaba lamiendo el ano. Yo me corría una y otra vez en su lengua manchando toda su bonita cara. Y ella bebía misjugos sin parar. Entonces me separé para colocarme boca abajo entre sus piernas y hacerme de nuevo con su vagina para darle algo del placer que me había dado a mí. Su caliente, húmeda estrechita y roja cueva no guardaba ni rastro de himen y mientras se lo acariciaba con dos dedos le pregunté -¿Y cuantos rabos han pasado por aquí? Me confesó que solo su novio le hacía el amor y la follaba. Me contó cómo le chupaba la polla y él le comía el coñito y el ano tal como ella lehabía enseñado a hacerlo.

Y como me habíá follado el culito desde luego me había salido una pequeña viciosa cosa que apruebo completamente. Sigo acariciándola, sus manos recorren mi piel con suavidad, mi cuerpo deseoso de ser sobado. Los dulces besos de su boca me sorbíán el aliento. Sus dedos escudriñadores recorrian lo mas profundos rincones de mi honda vagina, como con su madre gozaba continuamente y yo la hacíá gozar sin descanso. Ya por la mañana despues de unas horas de sueño reparador, la contemplaba todavía dormida bellisima con el cabello revuelto sobre mi almohada. Semitapada por las sabanas desordenadas y desnuda. Me sentía contenta Solo con las yemas de los dedos comencé a acariciar suavemente su perfil, sus mejillas su cuello sus hombros o enredaba mis dedos entre los mechones de su cabello y volvía a acariciar sus pechos firmes. Con una sonrisa en los labios se despertó y nuestras bocas se unieron en un beso.