Mi semana con Lauren (parte 3)

Pabli acepta ser el sumiso de Lauren por el resto de la semana.

Después de correrme sin tocarme me puse colorado, era el momento mas vergonzoso de toda mi vida. Lauren notó

lo que había pasado y me dio un abrazo, pero ni todo el cariño del mundo podía cambiar la verguenza que sentía en ese momento.

Lauren: tranquilo cielo, es normal que te haya pasado esto y en parte es culpa mía. Yo ya imaginaba que eras sumiso y que disfrutarías de mis palabras.

A pesar de lo obvio que era que en cierto sentido yo había de este momento tan humillante intenté excusarme además de pedir disculpas por lo que había pasado.

Yo: eh eh pero no creo que sea eso Lauren, no se que me ha pasado, de verdad que lo siento mucho, perdóname.

Lauren: ay cielo deja de intentar negar lo obvio, y no necesitas pedirme perdón por ser tu mismo, y creo que en este momento has sido mas tu mismo que nunca en tu vida.

No sabia ni que decir a sus palabras y en parte no tenia ni fuerzas para buscar una excusa y Lauren se dio cuenta.

Lauren: cielo, entiendo que estés sin palabras en este momento y que incluso te cueste hablar, no te preocupes, es normal. Ahora escucha lo que te voy a decir.

Como te dije estoy totalmente convencida de que eres sumiso, y creo que esto que ha pasado lo demuestra bastante bien y quiero que sepas que a mi me encanta y estoy dispuesta a ayudarte. Quiero que confíes en mi y aceptes ser mi sumiso durante estos días.

Yo: eh eh si si claro que confío en ti Lauren pero no sé...

Ella puso un dedo en mi boca y me habló.

Lauren: te ordeno que te calles Pabli.

Me quedé callado al momento, más que por la orden por lo inesperado de sus palabras.

Lauren: así me gusta cielo, ¿ves que fácil es obedecer? Ahora te voy a hacer una simple pregunta. ¿Quieres ser mi sumiso durante estos días?

Bajé mi cabeza avergonzado sin saber muy bien que decir o hacer pero Lauren puso un dedo debajo de mi barbilla y levanto mi cabeza dejándome mirando justo a sus ojos

Yo: si Lauren, quiero ser tu sumiso esta semana.

Lauren puso una gran sonrisa y dio unas palmaditas de alegría.

Lauren: me encanta cielo, ahora duerme una pequeña siesta y tranquilízate, entiendo que esto haya sido muy

intenso.

Me dio un beso en la mejilla y se fue dejándome allí, solo, con mis pensamientos. Intenté dormir pero no lo conseguí. Pase un par de horas pensando y luego me decidí a salir a ver que estaban haciendo los demás.

Estaban en el rio. Jerome y Lauren estaban recostados con Lauren apoyada en el pecho de Jerome mientras este la rodeaba con su brazo. Me dio un ataque de celos pero pensándolo bien era obvio que esto fuera asi después de lo pasado la noche anterior. Vane estaba nadando.

Jerome : que tal tio ? buena siesta?

Me molestaba ese aire chulesco que tenia Jerome, y me extrañaba que Lauren estuviera interesada en alguien así. Pero por otro lado había podido ver como disfrutaba ella con el la noche anterior.

Yo: si si , muy buena siesta, gracias.

Vane: Hola Pabli, date un baño conmigo! estos están en plan parejita y pasan de mi.

No estaba dispuesto a bañarme desnudo otra vez con ellos aquí.

Yo: No gracias, ahora no me apetece.

Me disponía a sentarme cuando intervino Lauren.

Lauren: Vamos Pabli báñate con Vane.

Lo dijo con un tono que no sabría definir, la miré y ella asintío con la cabeza, esto me hizo tomar aquello como una orden y había prometido obedecerla.Miré a Lauren.

Yo: ok esta bien, ahora voy Vane

Me empecé a desnudar, estaba muy nervioso. Lauren estaba con una sonrisa satisfecha mirándome fijamente mientras yo me desnudaba. Al mismo tiempo acariciaba el torso desnudo de Jerome mientras este fumaba un porro de marihuana ajeno a lo que realmente estaba pasando.

Al menos era un alivio que ese hombre tan diferente a mi no se fijara en mi falta de hombría comparado con el.

Me metí en el agua mientras Vane me miraba una vez mas totalmente expuesto. Sentí como si estuviera comprobando si mi pene era tan pequeño como la primera vez que lo vio. Estuve poco tiempo nadando y salí en un momento que Jerome había ido hasta la casa. Asi podría evitar una vez mas que el hombre que se había follado a mi mejor amiga viera lo poco dotado que estaba comparado con el.

Me acabé de vestir cuando estaba llegaba Jerome. Se puso en la misma posición que antes, tumbado junto a mi amiga y rodeandola con un brazo como si ella fuera de su posesión. En un momento dado mientras fumaba un porro me sentí culpable por estos pensamientos negativos hacia Jerome. ¿quien era yo para estar molesto si mi mejor amiga disfrutaba con este hombre?.

Estaba con estos pensamientos cuando Lauren me habló.

Lauren: cielo me vendría bien un masaje en los pies.

Esto me sacó de mis pensamientos de manera automática, de verdad mi mejor amiga me estaba haciendo mostrarme sumiso delante de Jerome.

No le di mas vueltas al tema, y me acerque a Lauren dispuesto a darle el masaje en los pies que ella me había pedido.

Por suerte Jerome no se si es que era poco inteligente o estaba tan fumado que ni se inmuto por esta extraña petición de Lauren.

Empece a masajear a mi mejor amiga lo mas dulcemente que pude, cuando llevaba unos diez minutos me fije que realmente estaba disfrutando de darle el masaje y pensé si no podía complacerla en la cama al menos podía hacerla disfrutar así. Y tengo que reconocer que tener contacto con sus pies me estaba gustando.

En estas estaba cuando vi que Vane salia de su baño, totalmente desnuda y deslumbrante, tenia un cuerpo precioso, casi tan atractivo como el de Lauren quien me dijo.

Cielo ya puedes dejar el masaje, ¿por que no eres un buen chico y le llevas una toalla a Vane a la orilla?

Esta nueva orden ya me pilló menos de sorpresa, creo que estaba entrando en el papel de sumiso y casi hasta me pareció de lo mas normal, solo me sorprendió un poco eso de "un buen chico", una vez mas Lauren parecía que me infantilizaba por la manera de referirse a mi. Pillé una toalla y salí al encuentro de Vane.

Vane: Oh muchas gracias, eres un cielo.

Giró sobre si misma mientras yo la rodeaba con la toalla.

Yo: de nada Vane, es un placer.

Me sorprendió que acabara de decir que era un placer, pero en cierto sentido era verdad. Vi como Lauren me miraba satisfecha y sonriente lo que hizo avergonzarme un poco.

¿Era esto otra prueba de que ella tenia razón y yo era un sumiso?.

Paso la tarde y cuando anochecía llegaron Raquel y Martin. Traían unas pizzas para la cena. Nos pusimos todos en una mesa y nos dispusimos a cenar con un poco de vino y cerveza. Fue el primer momento en el que me sentí un poco integrado con esta gente tan distinta a mi.

Incluso charlé un poco con Martin y Raquel con los que casi no había hablado hasta entonces. Raquel era la mas joven del grupo y no sabía si tenía algo con Martin. Todo lo de las relaciones con esta gente era confuso para mi. Entre Raquel y Martin había aún mas diferencia de edad que entre Lauren y Jerome pero parecían una pareja, pero por otro lado había visto la noche anterior a Raquel y Vane besándose. Supuse que ellos no pensaban tanto en términos de pareja y se dedicaban a vivir mas el momento. Me propuse intentar ser mas abierto el tiempo que pasara allí.

Cuando acabamos de cenar nos fuimos yendo poco a poco a la zona de los sofás dispuesto a beber algo mas y escuchar música. Estaban Jerome y Lauren en un sofá y Vane sentada en el suelo mientras Martin estaba poniendo musica y Raquel de pie dispuesta a bailar. Iba a sentarme en el suelo con Vane cuando Lauren me habló.

Lauren: oye cielo, ¿por qué no recoges la mesa de la cena antes de ponerte cómodo?

Raquel: no hace falta, ya lo haremos mañana.

Lauren: no te preocupes Raquel, seguro que Pabli esta encantado de hacerlo. Ya que estamos aquí gratis, al menos hacer esas pequeñas cosas.  ¿verdad que no te importa eh cielo?

Yo: no me molesta, ahora mismo lo hago.

Cuando me disponía a cumplir me tarea escuche a Lauren nuevamente.

Lauren: y ya de paso friega los platos.

Estaba acabando de fregar los platos y escuchando la música y las risas y todo ese ambiente festivo cuando unas manos taparon mis ojos.

Alguien me susurro al oído ¿quien soy? jejeje

Era Vane, me parecía una chica estupenda a pesar de ser mayor que yo, me sentía siempre cómodo con ella a pesar de las dos veces que ella me pudo ver desnudo.

Yo: eres Vane claro jeje

Vane: (susurrando) creo que Lauren esta muy contenta de lo bien que estas aceptando ser su sumiso.

Me pilló tan de sorpresa que me cayó un plato el cual rompió a los pies de Vane. Mi mejor amiga Lauren le habia dicho a Vane que yo sería su sumiso esta semana. ¿Le habría dicho mas cosas? ¿sabría Vane que me corrí sin ni siquiera tocarme? ¿sabría que no fui capaz de complacer a Lauren?

Una vez mas me puse muy nervioso, me arrodillé para recoger los trozos del plato roto a los pies de Vane cuando esta me acarició la cabeza. Con un tono amigable y sonriente Vane me dijo:

Vane: tranquilo chico, me gusta que seas sumiso. Ahora por favor besa mis pies por favor. Y le diré a Lauren que estás mejorando mucho jejeje.

Estaba sumamente avergonzado y no sabia muy bien que hacer pero algo dentro de mi realmente deseaba besar los pies de esta chica. Así que lo mas dulcemente que pude besé un pie y luego el otro. Cuando estaba terminando de besar el segundo pie entraron Martin y Raquel charlando y riendo. Me vieron de rodillas besando el pie de Vane.

Martin: uy Raquel creo que aquí estorbamos jaja

Raquel: tranqui chicos solo venimos por 2 vasos.

A pesar de mi gran verguenza parecía que en esta casa a nadie le sorprendñia nada. Hice el amago de levantarme pero Vane me puso una mano en el hombro y me preguntó esta vez en un tono un poco autoritario:

  • ¿te he dado permiso para levantarte?

Yo tartamudeando le respondí.

  • nno nno, perr perdona!

Raquel y Martin salieron charlando animadamente y riendo, no se si porque ya estaban borrachos o por la situación que acababan de ver.

Vane acarició mi cabeza.

Vane: buen trabajo cielo, ahora puedes levantarte.

Me levanté y Vane se pegó totalmente a mi, podía sentir sus tetas contra mi. Acercó su boca a mi oído y su mano a mi pene.

Vane: (susurrando) Veo que tu minipene esta durito, quizá deberías darme las gracias por dejarte besar mis pies.

Tartamudeando le di las gracias, al mismo tiempo ella besaba suavemente mi oreja haciendo que por segunda vez esta semana me corriera sin ni siquiera tocarme y en una situación de lo mas vergonzosa.