Mi segundo pinito en el exhibicionismo

Compartimos apartamento en la playa dos amigos y cuatro amigas. Casualmente cuando comparto habitación con ellas duermo desnudo porque "duermo mejor".

Que le había cogido el gusto al exhibicionismo ya era evidente, y cuando mis amigos me dijeron que en julio íbamos a ir a la playa todos a un apartamento hizo que se me secase la boca y notase un cosquilleo en toda la polla.

Nos fuimos a Benidorm 6 personas (4 amigas, un amigo y yo) y nos metimos en un apartamento como piojos en costura. Manuel se pidió dormir en el sofá y yo dije que ni atao dormía en ese sofa (quería tener pretexto de dormir desnudo, cambiarme delante de ellas, etc...).

Mis amigas eran María, Rebeca, Teresa y Silvia. Teresa tenía unos tetones de escándalo (todos se quedaban mirándola en bikini), era alta y tenía un culito pequeñito y respingon. Silvia era alta, morena, muy guapa y de proporciones normales. Rebeca era bajita, pelo rizado, muy guapa, buenas peras y buen culito. Y María era alta, buenas tetas redondas, culo bien puesto, muy guapa y a la que notaba que yo le gustaba un poco.

Yo tengo ojos verdes, pelo tirando a pelirrojo, estoy en torno a 1,75, tengo la espalda muy ancha y un buen rabo (gordo y supero los 18cm).

La primera noche nos fuimos de fiesta y volvimos, como el resto de los días, borrachos. Nos echamos 4 en dos camas y Rebeca se fue con Manu al sofá (había sitio pero era más incómodo).

Dormí las primeras 6 horas pero me desperté a las pocas horas totalmente empalmado. Había bastante luz en la habitación. Eso me alegró. Me la iban a ver bien.

Me quité los calzoncillos (anchos de algodón) despacio. Necesitaba que alguna se despertase para ir a mear, así que me puse boca arriba totalmente empalmado, coloqué el móvil medio tapado por la cámara y me coloqué una zapatilla en el pie para dejarla caer haciendo un poco de ruido para despertar a la que fuera.

Me puse en posición, me puse la polla bien a la vista y un brazo por encima de mi cara tapándome un ojo que tenía medio abierto para ver las reacciones. Dejé la boca abierta para que pareciera que estaba totalmente dormido.

Dejé caer la zapatilla. Escuché una respiración como que aspiraba y movimiento. Silvia se incorporó y fue al baño. Volvió despacio sin hacer ruido, y cuando cerró la puerta se quedó mirando bien mi polla. Estuvo parada unos segundos que se me hicieron eternos observando el espectáculo, lo que hizo que me latiera el corazón más fuerte y me excitara aumentando mi erección.

Rebeca estaba a mi lado y Silvia se volvió a colocar entre ella y Teresa. Apenas estaba pensando en si se habría grabado bien el vídeo cuando Rebeca se giró hacia mí y noté que se despertaba. Se reincorporó despacio para alcanzar un vaso de agua que tenía encima del mueble que había en frente de la cama. Bebió agua, cogió el móvil y me hizo una foto. No daba crédito.

Silvia le decía algo y Rebeca se reía y me señalaba. Hacía gestos con la mano de que era grande. No sé cuántas fotos tomó estando de pie, pero saber que me estaba haciendo fotos desnudo no hacía sino acrecentar mi erección. Además Silvia ya no tenía Rebeca en medio y también podía tener una buena vista de mi pene.

Rebeca se volvió a poner entre los dos, supongo que para dormir. Primero se puso de cara a mí y cada vez acercaba más el móvil a mi polla, no debía tener suficientes fotos.

Acercó la mano a mi polla y se hizo otra foto. Me iba a estallar. Silvia le decía entre susurros que me iba a despertar y que se apartase un poco que ella también quería hacer una foto.

Rebeca se frotó una teta antes de considerar que aquello había sido suficiente y darme la espalda.

Tengo que decir que con Rebeca me lié unas cuantas veces pero no pasó nada. Aunque siempre que nos habíamos liado y le había clavado el rabo a través de la ropa me había hecho comentarios del tipo "qué grande", "qué dura", "a mí algo así no me iba a caber...". Pero nunca pasó nada. Éramos jóvenes, 18-20 años, no teníamos casa libre y Rebeca, a pesar de ser un bellezón, era sosa para mi gusto y eso se notaba a la hora de comernos la boca.

Sabía que estaba muy salida, ella misma lo decía, pero me sorprendió que se atreviese a hacer fotos.

Silvia era más descarada y alegre, si hubiera tenido un cuerpo que me hubiera llamado más la atención seguramente hubiera pasado algo, de ella me esperaba incluso que hasta me hubiera puesto un lacito.

La mañana no dio para más. Cuando se me bajó la erección fingí buscar la sábana y me tapé.

Estuvieron todo el día de risitas entre ellas dos y cada vez que veían algo fálico comentaban algo y se reían. Tere y María les preguntaban pero ellas decían que eran tonterías y se volvían a reír.

A la noche, con unas cervezas y ya cubatas de por medio, le preguntaron a Manu si el por las mañanas también se despertaba empalmado. Él dijo que a veces, pero que era algo bastante normal.

María se acabó enterando hablando con Rebeca sobre lo que había pasado y le dijo que era una salida. Hubo un momento que fui por hielos y estaban hablando Rebeca y María en el cuarto. Rebeca se reía. No hablaban muy alto y los demás, que estábamos en la terraza no les oíamos. Pillé la conversación un poco avanzada:

-... sí, sí. Esta mañana. Jajajaja

+Tía, que es Lucas.

-Sí, sí. Pero que no veas que pollón gasta.

+Jajajaja, qué marrana eres.

-Llevo mucho sin follar y no soy de piedra. Te despiertas y ves "eso". Pues te impacta y luego te entra hambre, jajajaja.

+Jajajajaja.

Me volví a la terraza. Esa noche noté que María me buscaba más de lo normal para conversaciones y tal. Entrando en un pub que estaba a petar sonó "tú me dejaste caer" empezó a mover el culo. Yo estaba pegada a ella justo detrás porque no había sitio.

Era muy raro porque María casi nunca bailaba, y esta música menos. Se estaba frotando deliveradamente.

-Perdona si te empujo, que no hay mucho sitio.

+No pasa nada...

Pero sí que pasaba, que acabé con una erección de caballo y la otra restregándose como una perra en celo. Pedimos un chupito y nos fuimos, y mientras nos íbamos pues ya aproveché y me refroté con ella un poco al son de una canción que no era reguetón, pero a ella le pareció bien.

No pasó nada más en toda la noche, por lo visto quería "notar" aquello.

Llegamos al apartamento y dijo que le tocaba dormir en la cama porque el sofá se le quedaba incómodo, que le tocaba a Rebeca. Rebeca protestó bastante diciendo que por qué ella y María le hizo chantaje emocional. Luego la cogió por banda cuando estaba en la cocina le dijo algo y Rebeca se rió. Solo escuché el "qué zorra eres, jajaja".

Íbamos borrachos pero menos que ayer, y me iba a costar dormir sabiendo que María quería espectáculo.

Nos echamos en las camas con este orden de izquierda a derecha: yo, María, Silvia y Teresa. Nos tapamos apagamos la luz y a dormir. Me desperté a las pocas horas y bebí un poco de agua. Escuché a María que decía "¿me das?", le ofrecí y fui a echarme más agua.

Estaba un poco morcillón así que cuando llegué al cuarto, que apenas se veía nada, se notaba que tenía un bulto sospechoso colgando en el calzoncillo. Tere y Silvia dormían pero María no.

Me puse a los pies de la cama, dejé el vaso, le dije a María que había cogido otro para ella y de pie me quité los calzoncillos. Mostraba a María lo que quería ver, aunque ahora se viese muy poco pero por la mañana iba a estar en su apogeo.

Me desperté de medio lado y vi que María estaba dormida de cara a mí pero con una mano extendida como a media altura. Calculé que si me tumbaba de lado y me acercaba lo suficiente mi polla podría tocarle la mano cuando fingiera girar de lado.

La idea me la empezó a poner muy dura así que con mucho cuidado puse el móvil a grabar desde mi mochila encima del mueble apuntando hacia donde estábamos María y yo.

Puse el móvil a grabar y me puse de lado cerca de ella. Mi cabeza estaba ligeramente por encima de la suya para vigilar su cabeza y ver si se movían los párpados.

No tardó mucho en empezar a levantárseme el tema. Veía cómo lenta pero inexorablemente mi polla iba creciendo y acercándose a la mano de María. Pero no calculé bien y lo que creía que iba a ser rozar acabó siendo empujar sus dedos.

Yo no me movía y fingía tener una respiración fuerte y estable, pero mi polla estaba dura del todo y empujando sus dedos. Sentir su mano encima empeoraba la erección.

Noté que su respiración dejaba de ser tan profunda y vi que estaba parpadeando. No le quitaba ojo a mi rabo. ¡Y estaba empujando mi polla con sus dedos levemente!

No podía más. Lo hacía muy despacio como intentando no despertarme pero queriendo tocarme la polla. Estuvo un rato así hasta que empezó a acariciarla con las yemas de los dedos.

Si no me iba a hacer una paja me la tenía que hacer yo. Fingí que me despertaba y me estiraba arqueándome y acercándole aún más la polla. Momento que aprovechó para abrir la mano y mi polla acabó en su mano abierta.

Me quedé sin moverme y fingí otra vez respiración continua. Tenía la polla en la mano pero no se movía. Y yo la tenía tan dura que dolía.

Me reincorporé y sin mirarla me senté en la cama buscando mis calzoncillos. Tere y Silvia dormían pero María me miraba en silencio. La miré y estuvo unos segundos mirándome el rabo, cuando se percató de que la estaba mirando me habló en voz baja:

-Joder, cabrón, tienes suerte.

Me miré el rabo y sin moverme le di las gracias. Quería que disfrutara de las vistas.

+Tú no te cortes, eh.

-Eres tú el que va con la polla al aire.

Fingía buscar los gayumbos y ella no perdía detalle.

+Hazme una foto que te durará más.

-No tengo el móvil a mano (se rió).

Me fui al baño empalmado y me hice una paja brutal. Puse el váter perdido y tuve que afanarme para limpiar todo lo que había manchado.

Esa noche, cuando nos íbamos de fiesta íbamos andando por la calle en grupos de tres. Yo con Rebe y María, y Manu con Tere y Silvia.

Les dije que disculparan si alguna mañana me veían desnudo, que duermo mal con ropa interior en verano. Ambas se rieron y fue María la que dijo que se había dado cuenta. Rebeca asintió.

-Jajaaja, no te preocupes, eh. No nos importa.

+Bueno es saberlo.

-Además... Que nos alegras la vista, jajajaja (Rebeca).

-Ya te digo, jajajaja (María)

  • ¡Joder, os voy a cobrar!

  • ¿Pero no te molesta? Es que... A ver. Ismael la tenía grande pero no tanto. ¿No te molesta cuando estás durmiendo?

+No, que va (mentira). Y no es para tanto.

  • Hostia, que no, jajajaja. Vaya pollón, jajajaja (María).

Teresa escuchó la conversación y preguntó quién tenía pollón. Rebeca me señaló y le contaron las "fortuitas" anécdotas.

Yo me excusaba diciendo que procuro taparme pero que por el calor me destapo.

  • Qué perras que sois, ¡mira que no avisar!

Teresa me ponía muchísimo... Habíamos sido "novios" de instituto hacía tres años. Me excitaba muchísimo pero nunca follamos. Hicimos todo lo que se puede en un portal (comerle los tetones, hacerle un dedo, me hizo una paja...). Pero nunca nada. Nunca sacaba el tema ni hacía amago de coquetear conmigo salgo que fuese muy borracha.

Cuando iba muy borracha había días que se acercaba mucho. Desde que me dejase nos habíamos liado un par de veces por esto mismo, se emborrachaba mucho y se ponía cachonda (eso es lo que creo).

De hecho esa noche estuvo más pesada de lo normal, pero yo encantado. Me ponía mucho. Y con las tetas que tenía (una 100 copa C/D según quisiera marcar más o menos) sus escotes eran gloria bendita. Si la camiseta tenía poco escote ella lo hacía más generoso, pero si se ponía escotazo era imposible mirarla a la cara. Imposible. Unas tetas enormes y bien puestas en un cuerpo esbelto de 1,73. Parecía una auténtica modelo si no fuera porque no le interesaba marcar mucho y tenía una nariz fea (o eso decía la gente, a mí me daba igual porque estaba súper buena).

En cierto momento Manu dijo mientras volvíamos a casa que él quería dormir en cama porque había dormido 2 noches en el sofá. Teresa dijo que era cierto, que era su turno y que le daba igual porque estaba muy borracha y ni se iba a enterar. Me miró y me dijo que me tocaba a mí también porque había dormido ya dos veces en cama mientras Manu había dormido dos veces seguidas en el sofá. Que era muy mal amigo. Lo cierto es que al final Manu solo durmió un día en la cama porque decía que había demasiada gente.

Esa noche Teresa iba bastante perjudicada y yo sabía por dónde iba. No sé que quería pero yo la veía bastante borracha como para querer follar o algo así. Pero iba muy borracha. Cuando llegamos se tiró en el sofá sin quitarse la ropa ni nada. Llené un vaso de agua y se lo hice beber antes de que se durmiera.

Mientras se lo bebía me dijo "oye, como contigo hay confianza ayúdame ahora a quitarme la ropa que sola no sé si podré". Me lo dijo con los ojos cerrados.

Vaya, no solo iba a tener exhibicionismo sino que encima iba a tener espectáculo también. Aunque íbamos todos los días a la playa y me conocía sus cuerpos de memoria.

Empecé quitándole las sandalias y le empecé a desabrochar el pantalón. Colaboró levantando un poco el culo cuando le dije que lo levantase.

Cuál fue mi sorpresa al ver que se había puesto un tanga de hilo. Teresa era más de culottes o bragas brasileñas, apenas se ponía tangas ya. Qué ganas me daban de bajárselo y empezar a comerle el coño ahí mismo...

Le quité la camiseta y los pantalones y se los dejé doblados en el reposa brazos. Fui a llenarme un vaso de agua y volví al sofá. Me tumbé a su lado y me empecé a desnudar cuando escuché que me decía mascullando "ayúdame a quitarme el sujetador".

Dios, gracias. Le quité el sujetador y se tapó torpemente. Que la iba a destapar a media noche y a hacer fotos lo sabíamos mi rabo y yo.

Yo también estaba borracho, me quité toda la ropa, me tumbé y me dormí.

Me desperté, hacia las 5 de la mañana porque la tenía otra vez dura y pegada al culo de Teresa. Tampoco era cuestión de liarla. La manta estaba a nuestros pies prácticamente. Me incorporé lentamente y vi esos melones al aire libre con sus aureolas que no eran pequeñas y pezones normales, ni muy grandes ni pequeños. Eran perfectas. Le hice un par de fotos rápidamente y me dispuse a ir a por agua totalmente desnudo y empalmado.

Me recosté sin mucho cuidado para que notase mi movimiento y se despertase un poco.

Empecé a caminar hacia la zona de la cocina (estaban unidas salón y cocina), me serví un vaso de agua y me lo bebí mientras veía cómo Teresa se despertaba un poco, me miraba la polla sin decir nada y luego la cara. Seguía borracha. Cogió su vaso y me lo a alargó sin decir nada. Tenía el rabo a medias, morcillón. Estaba gordo pero no levantado del todo.

Me acerqué, se lo cogí se lo rellené y se lo volví a dar. Le pregunté si quería que se lo rellenase otra vez y asintió con la cabeza.

Estaba delante de ella desnudo mientras bebía mirándome la polla. Cuanto más la miraba más se me subía.

Me estiró el brazo con el vaso:

-Se te está levantando.

+Es que es por la mañana.

Me di media vuelta, le rellené el vaso y se lo di. La verdad que verla mirándome la polla con esos tetones al aire era muy excitante.

-Está más dura que cuando te has levantado.

+Es por la mañana y no llevas sujetador.

-Pero si las has visto ya (mientras las lucía)

+Pero son grandes muy bien hechas.

-Gracias. Lo tuyo sí que es grande. Vaya trasto.

+Que va, no es para tanto.

-Sí que lo es, sí... Normal que Rebeca y María quieran dormir contigo. Alegras a cualquiera.

+Qué maja gracias... Bueno al menos estamos los dos desnudos.

-No, yo llevo el tanga, pero no me lo voy a quitar que si nos ven a los dos desnudos en el sofá se van a pensar cosas que no son... Y hazte una paja o algo, que si no me la vas volver a clavar.

Lo había notado.

+Perdón, ha sido sin querer.

-Lo sé, pero casi me empalas.

+Ahora me alivio, descuida.

Y empecé a cascármela muy despacio. Teresa se volvió indignada,

-Aquí no, guarro.

+A ver, no voy a entrar al baño a cascármela que igual entra alguien y me pilla con las manos en la masa. Gírate que no vas a notar nada, que seré discreto.

Me la estaba cascando despacito para no molestar, exhibirme y ver tetones me la había puesto muy dura y no había visos de correrme.

-¿Has acabado?

+Aún no...

-Qué lento eres.

+¡No quiero molestar!

-Ni una paja te sabes hacer o qué.

+Sí que sé, pero intento no hacer ruido ni moverme mucho para no molestarte.

-Háztela rápido que me quiero volver a dormir, aunque te tengas que mover.

+Vale.

Aumenté el ritmo, pero era un poco en vano. La tenía como una piedra. Así que paré.

-¿Ya?

+No puedo, es por el alcohol. Es igual me duermo y ya.

-No, no. Que igual me das con ella.

+Que tendré cuidado.

Sin decir nada se volvió, se puso entre mis piernas y me la empezó a chupar. No daba crédito. No la chupaba con mucha maestría pero le ponía ganas. Y ver esos melones colgando era un espectáculo añadido.

Masturbaba torpemente pero succionaba y lamía con muchas ganas. Y lo compensaba con creces.

No me costó mucho llegar al climax y cuando me fui a correr le pedí que la pusiera entre sus tetas. Se la sacó de la boca, se la puso entre las tetas y me hizo una breve cubana.

Salió un chorrazo que me manchó todo el pecho.

Me la quedé mirando con cara de incrédulo, me dio un pico y me dijo que me durmiera ya. Me limpié en el baño, me acosté, le di un beso en la mejilla y me dormí.

El resto de los días ya no supusieron ningún desafío. Me la habían visto todas y Teresa me la había chupado. Seguía exhibiéndome delante de ellas pero no sentía esa excitación que sientes las primeras veces. Además ninguna de ellas era suficientemente descarada para mi gusto.

Aproveché las dos últimas noches sobretodo porque era cuando estaban más deshinibidas. La última noche María y Teresa habían vuelto antes porque se habían agarrado un pedo muy gordo y no se vieron capaces de seguir de fiesta y Rebeca y yo fuimos los últimos en entrar en el cuarto.

Íbamos a dormir en la misma cama y Rebeca cuando estaba borracha era la que más me la miraba y más comentarios me hacía. Saber que me iba a despelotar con ella delante ya me hizo irme poniendo morcillón.

Entramos en la habitación sin hacer mucho ruido, dejé la puerta entreabierta y encendí la luz del baño para que se viera algo. Me traje un vaso de agua y me desnudé de pie delante de Rebeca, que estaba sentada en la cama desabrochándose las zapatillas. Cuando vio que me quitaba la ropa, y envalentonada por el alcohol me dijo que era un descarado mientras sonreía y lanzaba miradas furtivas a mi polla. Yo seguía de pie desnudo contestando a algunos mensajes, pero veía cómo ella se tomaba todo el tiempo del mundo para desabrocharse las zapatillas y quitarse los calcetines. Cuanto más me la miraba más se subía. Había empezado morcillón para ya estaba casi a 90 grados:

-Oyee que cada vez se te levanta más, me vas a sacar un ojo

+Es una pija muy narcisista, cuanto más la miras más crece.

-Yaaa... Pues es que cuanto más crece más la miro, jajaja. Qué grande es. Y tú qué exhibicionista.

+Es que me han escrito guarradas y llevo mucho tiempo sin.

-¿Ah sí, quién te las ha dicho?

+Nada, nada. Se dice el pecado pero no el pecador. Además llevo mucho a dos velas y mi pija se anima con lo que sea.

Sin esperármelo cogió un calcetín y lo puso colgando. Se rió en voz baja y luego puso el otro.

-Mira, puedo tender la ropa, jajajaja.

+Ea, ya le hemos encontrado una utilidad.

Cogí el calcetín y lo enrollé haciéndole un nudo.

-Oyee guarrooo. Va, dámelo.

+Nada, tú lo pones tú lo quitas.

-Pero yo no le había hecho un nudooo.

+Yo sí, dije sonriendo.

Estaba borracha pero se divertía y quizás estuviera excitada. Intentó deshacer el nudo sin tocarme la polla, pero yo la tenía tan dura que podía controlar que subiera y bajara. Empecé a moverla para que no atinase.

-Hala cabrón, que así no puedo.

+Casi, uyyy... Nada, has estado lenta... Vuelve a intentarlo.

Al final me agarró la polla con una mano y con la otra empezó a deshacer el nudo. Yo seguía intetando moverla.

-Ya has conseguido lo que querías, so guarro. Que te la tocaran.

+Veo que tus pequeñas manos no dan para agarrar bien.

-No te jode... La tienes enorme y mis manos son pequeñas. No me dan los dedos, jajaja...

Hubo un breve silencio mientras ella sonriente la miraba. Y me miró.

-Bueno, ya vale. Que te la estoy sobando sin venir a cuento y me están entrando los calores... Aunque una pena que no pasase nada entre nosotros en su día... Pero creo que me hubieras matado con eso. Bueno, voy a dormir. No me la claves, eh.

Y sin esperarlo le dio un beso a mi duro pene, me sonrió y se tumbó.

Corriendo al baño a hacerme una paja a descargar. Lefazo máximo que alcanzó el espejo y que tuve que limpiar.

Teresa esetuvo un poco más distante conmigo este que el último día, muy borracha me confesó que sentía amor-odio por mí y que le ponía mucho. Que tenía miedo de que pasaran más cosas que pudieran enrarecer el ambiente en el grupo. Nos liamos esa noche y nos metimos mucha mano. Me metió la mano por dentro del pantalón y me dijo que se moría de ganas por volver a chupármela.

Yo le confesé que me ponía y que hasta que no follásemos no nos sacaríamos la astilla de la curiosidad y no podríamos estar normales.

Y eso pasó el finde siguiente. Pillamos una habitación en un hotel y nos pegamos toda la noche follando. Ella era virgen y muy ruidosa. Estuvo muy bien y follamos y fue adquiriendo técnica a medida que aumentaban nuestros encuentros.

De esa semana saqué varios vídeos y fotos que me sirven años después para seguir masturbándome cuando me entran ganas.