Mi segundo hombre y otras cositas
Como siguio mi vida como travesti de closet
Mi segundo hombre y otras cositas.
Hola, como están, les recuerdo que me llamo patricia y esta no es una continuación de mi historia pasada (espero que hayan leído mis relatos anteriores por fin fui nena1 2 3 y4) aunque en parte lo es, espero que disfruten y sepan que es totalmente real lo que conté y lo que les cuento ahora. Y disculpen que mis historias sean largas.
Estábamos, con mi amante algo distanciados por celos de ambos. Una mañana tenía unas ganas enormes de verlo. Invente unas reuniones en mi trabajo, que me tomarían todo el día. Salí de compras para sorprender a mi novio. Fui a un local donde venden lencería y aparatos sexuales, compre unas medias cortas que me llegaban un poco arriba de las rodillas, esas que usan las nenas ahora, son a líneas gruesas de color rojo y celeste, también una pollerita colegialas lisa de color blanca con unos vuelos de tul celeste claro, una tanguita blanca chiquita, un corpiño también blanco, una camisa azul Francia y una corbatita blanca, compre también una peluca de color negro caoba. Cuando salí del local me sentía excitada y con unas ganas enormes de ser nuevamente suya.
Tenía llave así que deje mi auto en un estacionamiento a unas cuadras de casa para que nadie sospechara nada. Cuando llegue a su casa entre por atrás, pero escuche sonidos un poco extraños, jadeos para ser más precisa, así que trate de no hacer ruido, lo que vi me dejo pasmada, estaba mi esposa arrodillada con su mini subida a la cintura por lo que se le veía la tanguita, su camisa totalmente desabotonada mostrando sus grandes pechos, le estaba chupando la pija a mi amante. Me quería morir me sentí muy decepcionada, pero no de mi esposa sino de el, ya me cogía a mi ahora se la estaba por garchar a mi esposa.
-que bien la chupas putita, como vamos a gozar mi amor-le decía José a mi esposa mientras esta lo miraba y él le acariciaba la cabeza.
Yo no aguante más y salí rápidamente, estaba consternada, decepcionada y muy enojada. Fui a mi casa, escondí mi ropita en el cuarto que a veces usamos para cuando vienen visitas, y se que es la menos visitada, la puse detrás de unas cajas de zapatos, no me esforcé mucho en esconderlas, sería mi estado de conmoción. Me senté en el sillón de entrada y espere hasta que llegara mi esposa, no sabía cómo reaccionar, si decirle que la vi, pero como justificaría estar allí, me daban vueltas miles de reacciones, aunque la verdad no estaba enojada con ella, es más la entendía, sabía que ella es una mujer muy sexual y yo no le doy mucho, y aparte comerse una gran pija como la de José no es para despreciar. Me sentía enojada con él.
Estaba en esos pensamientos y un par de horas después entro mi esposa. Se sorprendió al verme, y la verdad la vi muy asustada. Pero fingí que me dolía la cabeza y no me sentía muy bien . le pregunte donde estaban los chicos, me dijo que fueron a casa de una amiga a jugar con los de ella, y de donde venía ella, me mintió que salió a ver unas cosas que quería comprar. La vi muy nerviosa, pero decidí no seguir acosándola. Luego fui a ducharme y allí llore en silencio, llore mi decepción.
Al día siguiente salí a trabajar y José me esperaba en la calle, me hablo para saludarme pero yo solo lo mire con bronca y no le conteste. Trabaje todo el día sin poder sacarme de la cabeza la escena de mi mujer chupando la pija de José, al principio me enojaba pensar en ello pero luego la verdad me excito mucho, no se si es normal eso pero me paso, me gusto ver a mi mujer haciendo eso aunque no que fuera con mi amante.
Llegue a casa a las 20 hs y para mi sorpresa estaba un tio de mi esposa en casa, el es de un pueblo a unas 4 hs de la nuestra, tiene una quinta bastante linda con pileta y muchas comodidades, nos saludamos y pregunte que hacia en casa, me conto que tenia unos tramites en la ciudad y que de paso quería invitarnos a pasar unos días en su casa ya que su esposa estaba sola y quería ver a los chicos y a mi esposa. Yo les dije que no podía ir ya que tenia muchas cosas que hacer, mi esposa trato de rechazar la oferta, seguramente para seguir cogiendo con José, pero no pudo porque mis hijas quería ir y le insistieron por lo que no pudo negarse, así que decidimos en viaje en las primeras horas del dia siguiente que era viernes. Acomodamos a juan (el tio de mi esposa) en el cuarto de huéspedes y nos dormimos.
El viernes temprano mi esposa preparo las cosas y salió al campo, volvería recién el martes ya que las nenas están de vacaciones, yo salí a trabajar y juan me dijo que saldría a hacer sus trámites y ver si podía hacerlos rápido y volver el sábado a su casa, me imagine muchas cosas que hacer cuando el se fuera, como encarar a José o hacerme la tonta pero no sabia aun.
Cuando volvía a casa, volví a cruzarme con José que quería hablarme, yo le dije que el sábado hablaríamos que yo le avisaría para que pase por casa ya que me esposa había viajado. Note algo de decepción en su rostro al saber que mi esposa se fue, lo que hizo que yo me sintiera mal, entre a casa enojada, y me olvide que juan estaba allí. Entre y me serví un vaso de wisky, entonces apareció juan.
-epa, sobrino, con alcohol no se borran los problemas-bromeo
-la verdad no, pero relaja-conteste.
-ok, entonces me sirvo uno y te acompaño si no te molesta-
-para nada, sírvase con confianza- agregue.
-gracias, pero por favor no me trates de usted que me hace sentir lejano-dijo.
-lo siento, esta bien juan-
Se sirvió y se sentó a mi lado en el sillón, charlamos y mentí que tenía problemas en el trabajo y que me ponían algo enojado. Tomamos unos tres vasos cada uno y me dijo que había comprado un poco de asado para que comiéramos pero como estaba lloviendo no podría hacerlo fuera y que lo prepararíamos al horno, me gustó la idea y nos pusimos a preparar las cosas. Me conto que su tramite no había podido salir por lo que tendría que quedarse hasta el lunes o martes si no me molestaba.
-para nada juan , mejor asi nos conocemos un poco mejor- me sorprendieron mis palabras, quizás fuera el alcohol pero fue con un poquito de doble intención.
-espero que asi sea- dijo mientras servía dos vasos de vino.
Juan es un hombre de campo, es alto, mas bien flaco aunque bastante fibroso y musculoso con manos enormes y muy ásperas y curtidas, usa bigotes y es de mucho pelo en el pecho bastante enrulados como su cabello aunque ambos entrecanos. tiene 62 años pero la verdad esta muy bueno, nunca me había fijado en el hasta esa noche.
Mientras preparamos la comida fui a ducharme, en el baño mientras me caía el agua pensé en como seria en la cama, si le gustarían los gay y esas cosas. Me depile los pocos vellos que tengo en las piernas y las axilas, como uso mis genitales sin vellos solo me puse mucha crema en mi cuerpo para que este mas suave mi piel. Me vestí solo con una camisa larga y me puse un bóxer ajustado solamente. Cuando Sali ya la mesa estaba servida. Pero en ese momento me pregunto.
-sabes encontré unas bolsas con lencería, ropa de nena muy erótica y una peluca. De quien es?
Dude un instante en responder pues sabia que sabría que no es de mi esposa.
-es?mía..la compre para una amiga mia- dije aunque algo nerviosa por lo que supe que no me creyó. Aunque seguimos charlando como si nada aunque el ya me miraba distinto.
Comimos charlamos, tomamos un par de vinos mas y nos dispusimos a levantar la mesa y lavar los trastos y ver tele un rato. Mientras yo lavaba él acomodaba las cosas y miraba como estaba apoyada sobre el lavado con una pierna algo flexionada y sacando por mi postura mi cola cuando sentí su mirada y gire mi cabeza sin perder la postura y lo mire, el sin dejar de mirarme la cola y luego los ojos me sonrio y yo coquetamente baje mis ojos a mis caderas y lo volvi a mirar a los ojos y también le sonreí como diciendo que me gustaba que me mirase asi, tan ,digamos golosamente, fue cuando dijo algo que me termino de derretir.
-que piel tan suave tenes, y encima sin nada de pelos.- yo solo volví a sonreírle solamente, y el se acercaba a mi posición quedando apoyado sobre la mesa a centímetros mio.
-puedo tocarte la pierna para sentir si es tan suave como parece?- me dijo pero mas como una pregunta como un anticipo de lo que haría. No conteste nada solo segui mirando hacia adelante pero abriendo muy poquito mis piernas y sacando mi colita casi imperceptiblemente.
Cuando apoyo sus grandes manos sobre mis muslos se me escapo un gemidito. Sentí lo aspero de sus manos, las dos pues con la otra mano tocaba mi otra pierna, comenzando a acariciarlas lentamente el ya casi apoyado en mi.
-mmmmm son mas suaves de lo que creí, ?SOBRINA?- que feo es sentirse descubierta pero la verdad cuando tenes confianza que liberador es, y yo sin saber porque sentí muchísima confianza en él.
Esperando parar un poco o disimular que quería ser suya gire con la intención de pararlo, pero cuando lo hice estaba tan cerca que me quede a centímetros de él, que inmediatamente tomo mi cintura y me miro, solo atine a esconder mi rostro en su pecho y el ya decididamente me acariciaba las piernas y la cola.
Cuando lo mire el solo me dijo- anda a vestirte con lo que esta escondido en la pieza - hipnotizada Salí de su asedio y me encamine hacia su cuarto.
-antes que te vayas decime tu nombre de mujercita.
-patricia-le dije mirándolo provocativamente.
Llegue al cuarto y en un segundo me desnude y me cambie. La verdad que la ropita me quedaba muy bien mejor de lo que creí, Salí rápido y fui a mi cuarto a usar un poco de maquillaje de mi esposa, solo me puse un poco de base, me pinte los ojos, y los labios de rojo intenso, la peluca estaba muy bien también aunque hice un par de coletas a los costados para parecer mas colegiala. Estaba muy linda, la pollerita es recorta y resaltaba mi cola mas aun cuando me puse los zapatos rojos de mi esposa, que son de unos tacos de 7 cm.
Cuando llegue al living, el estaba sentado en el sillón con un vaso de vino en sus manos, tenia la camisa desprendida y ese aire de ganador, de dominante.
-que barbara estas sobrinita, me gustas mucho
-muchas gracias tio- le dije algo turbada y excitada.
-veni acércate- dijo, mientras yo caminaba lentamente y muy sensualmente a el.
Cuando estuve paradita a su lado comenzó a acariciarme las piernas, las caderas, sin dejar de mirarnos a los ojos, no hacia falta palabras, solo queríamos disfrutarnos. El se levanto y me abrazo, acerco sus labios a los mios y nos besamos, como una pareja, como amantes. Sentía su lengua dentro de mi boca y enrosque la mia también, el me acariciaba toda y yo tocaba su pecho duro y peludo, luego yo bese su pecho, su pancita, desabroche sus pantalones e cayo casi instantáneamente a sus pies, no tenia calzoncillos, apareció su pijota ante mi, es gruesa y muy negra, larga, apetitosa, llena de pelos. Me arrodille mire su pija y sus huevos que son gigantes, lo volvi a mirar y asi mirándolo a los ojos me la meti en la boca, primero la engullí, la llene de saliva, chupaba primero lento, luego como poseída, la chupaba fuerte luego lamia, que manjar.
-como chupas patricia, como me gusta mi amor.
-chuip..chuip..chuip- conteste.
Antes de que acabara me levanto, me beso, me giro, me lamio el cuello desde atrás, yo solo gemia como loquita, bajo a mis pompis, las separo corrió mi tanguita y me metio su lengua, allí sin necesidad de nada mas acabe como loca, pero el siguió en lo suyo, casi me caigo del placer.
El siguió con su tarea aunque agrego un dedo primero luego dos, me estaba matando de placer, después me hizo subir al sillón, arrodillada sobre este, y con mis manos en el respaldo, continuo con su tarea. Yo sabia que se venia la mejor parte asi que le pedí que me pusiera mucho aceite de bebe que había traído conmigo del dormitorio. Me lleno de aceite volvió a meter dos dedos en mi agujerito y se preparo a penetrarme. Lo hizo lentamente, entro primero su cabeza aunque costo un poco ya que debimos intentarlo dos veces. Cuando por fin entro comenzó a moverse lentamente acostumbrándome a su pija. Pero de repente me embistió muy fuerte tanto que me hizo gritar del dolor pero la verdad me encanto.
-como te la comes sobrinita, que hembrita sos mi amor.-decia
-ahhhhh?ayy?seguiiiii?.ahhh- solo decía yo.
Entonces fue que mire a un gran espejo que esta en la pared donde se reflejaba la escena, era como una película, yo asi en cuatro patitas sobre el sillón y el bombendome desde atrás, que linda escena fue.
Me acabo después de un rato largo de embestirme y de haber acabado yo una vez mas. Fue increble como me sentí, tan mujer, tan deseada, tan putita.
Lo que paso luego se los cuento en otro relato, que la verdad fue muyyyy excitante y cumplio con creces mis mas intimas fantasias.
Besos, Patricia.