Mi segunda verga, la de mi padre

Después de probar la verga de dos machos, me hice más adicta y al no encontrar otra aproveche que mi padre estaba en la casa

Bueno, después de mi trío con un viejo y un borracho mi gusto por los penes creció, necesitaba más para mi solita.

Mis padres no tenían una buena relación, de hecho estaban por separarse y así fue, mi madre decidió irse de la casa y tramitar el divorcio así que yo me quedé con mi padre, un hombre moreno, alto, guapo, cabello rizado, iba al gimnasio así que tenia buen cuerpo y por ende, una buena verga, esto lo se porque en una ocasión al bañarse se la vi, pero sólo me causo asombro.

Una noche mi padre llegó ebrio y se metió a su cuarto a dormir, yo estaba en el mío haciendo lo propio, metiéndome cosas por el ano vestida y maquillada de mujer. Ya un poco en la madrugada como a las 2 de la mañana, me entró una calentura muy cabrona y quería verga, era obvio que no podía salir a buscar al viejo de la otra ocasión porque mi padre estaba en casa, y no se por qué me llegó a la cabeza la idea de ir con mi padre, bajarle el pantalón y mamársela, esa idea me calentó mucho, pensé que si estaba ebrio no se daría cuenta, e incluso si se daba cuenta no me importaría, así que salí de mi cuarto dirigiéndome al suyo, aún tenía dudas si hacerlo y no, pero me armé de valor y entré.

Para mi excelente suerte, mi padre estaba dormido sobre la cama pero sólo con unos calzones encima, sería muy fácil quitarlos, me acerqué silenciosamente, me acerqué a su calzón y lo empecé a bajar lentamente, no fue fácil porque su verga era grande pero finalmente lo logré, ahí estaba este trozote de carne que me espanto de pequeño pero que ahora me hacía soltar saliva de mi boca, la tomé con cuidado y acerqué mi boca para empezar a mamar, comencé por la cabeza, estaba grande y eso que no estaba erecta, fui metiendo más hasta que entrará toda, era una mamada lenta pero jugosa, mi padre en ocasiones me asustaba porque soltaba pequeños gemidos, me detenía y continuaba.

Los gemidos de mi padre eran más frecuentes y después de un rato pensé que era mi fin porque mi padre me tomó del cabello y me levantó un poco apartándome de su verga, levante la mirada y mi padre me estaba viendo con los ojos entre abiertos, pero sucedió algo raro, nos vimos por 5 segundos y después dirigió mi cabeza a su verga para seguirla mamando, suspiró y cerró los ojos, parecía que se había dormido, no lo sabía, yo al no recibir un regaño, me dispuse a succionar como loca.

Después de un rato de mamar su verga, se vino en mi boca dejando salir un quejido, yo me tragué toda su lechita, no me importaba que me viera, como terminé pues lo dejé como lo encontré, le subí el calzón y me salí del cuarto de manera silenciosa, feliz porque probé la vergota de mi papá y el me vio y no me dijo nada me fui a dormir.

Al día siguiente mi padre se levantó normal, estábamos como siempre, tal vez pensó que fue un sueño, no lo sabía, yo feliz y deseando que llegará otra noche ebrio para ir por mi dotación. Mi padre antes de irse a trabajar dijo que iría a tomar con mi tío, que llegaría un poco tarde yo feliz porque vendría otra oportunidad, pero para darles un adelanto, esa noche mi ano se hizo dos cabezas más grande…