Mi segunda oportunidad para amar

....no sentí ni cuando entraba el aire a mis pulmones, pose mi mano sobre su mejilla y bese sus labios despacio, cuando me separe le dije en un susurro...

MI SEGUNDA OPORTUNIDAD PARA AMAR

1

Corre el mes de Noviembre por la cuidad ya casi finalizando, como es normal en esta época del año todos los universitarios terminan clases, las emisoras de radio tocan música decembrina, la gente ya adorna sus casas con farolas y lucecitas, camino despacio por la calle, es un domingo soleado aunque las calles se encuentran húmedas por que en la noche y la madrugada llovió intensamente, es normal que en Bogotá llueva de esa forma en esta época, por las televisión las noticias de la ola invernal en la que se encuentra el país y no solo la sabana no son alentadoras dicen que el "invierno" se extenderá hasta mediados de enero.

En unos días termina el mes y con él la universidad, encontré un trabajo para las vacaciones de la universidad, la idea de vagar en mi casa casi dos meses no me satisfacía, ya hacia un semestre que estaba con mi amada novia me dirigía a su casa, son casi las once de la mañana, el sol no termina de calentar el día, aunque lo más posible era que lloviera en la tarde.

Llegue a una pequeña pensión en el barrio la candelaria, el más antiguo e histórico de la ciudad, mi novia vivía allí ya que no era capitalina, tome el aldabón de la puerta y golpee, mire hacia lo alto donde las faldas de uno de los cerros hacía estragos en los adoquines de la calle, esta era empinada, un ancianito de casi ochenta años bajaba por la acera a paso lento, traía un sombrero como el de Gardel, una ruana sobre su ropa, los zapatos bien lustrados, se podía ver que debajo de la protectora y pesada ruana de lana, llevaba un vestido de paño, en su mano un bastón que en ningún momento apoyo en el suelo.

Le puerta se abrió y la dueña de la pensión me vio, saludándome con la monotonía de siempre, ella no se metía con ninguno de sus inquilinos a menos de que estos no pagaran el alquiler a tiempo.

-Buenas Doña Bertha esta Juliana-

Yo sabía que ella estaba, habíamos quedado en vernos desde el día anterior cuando la llame, le señora me inspeccionó con la mirada, se movió dejándome pasar, camine despacio hasta el patio interno de la vieja casona, donde había una fuente y algunos palos de tomate de árbol, con pocas hojas y desganados frutos.

Subí las escaleras, la habitación de Juli quedaba al final, camine despacio para no hacer mucho ruido ya que los pisos de madera no dejaban de chillar a cada paso, las paredes blancas adornadas por fotos muy antiguas, seguramente de la familia de Doña Bertha, llegue a la entrada de la habitación de Juliana, golpee el vidrio, me sentía feliz ya casi la rodearía con mis brazos y la llenaría de besos.

Nada, era como si ella no estuviera, golpee nuevamente un poco más fuerte y nada, la puerta se abrió con mi movimiento, empuje un poco la puerta y metí la cabeza

-Juliana-

No veía bien la habitación, estaba en penumbra, la llamaba pero nada, no me respondían, me preocupe, esto no estaba normal, termine de empujar su puerta y entre, la luz que se coló por la puerta conmigo, me dejo ver que en la cama habían dos cuerpos, me quede inmóvil viendo esa escena no podía creer lo que veía, Juliana estaba desnuda y rodeaba con sus brazos a otra mujer, mi corazón estalló y la detonación salió por mi boca

-¡JULIANA!-

Ella quedo sentada en la cama, la mujer que la acompañaba no reaccionó igual, se sentó mirando perdida todo lo que la rodeaba, se cubrió con la sabana, Juliana me miro sorprendida. Se paró de la cama colocándose el pantalón.

-Cris amor no es lo que estas pensado-

Luego se coloco la camisa muy rápido, y me tomo por la mano sacándome de la habitación, yo estaba en shock, no lo podía creer, ella poso sus manos en mis mejillas.

-Amor, yo te quiero déjame explicarte-

Me sacudí de sus manos me aleje de ella, caminando rápido, pero ella me siguió, me tomo del brazo y se puso delante de mi impidiéndome el paso

-Cristina por favor, déjame explicarte-

La mire con odio, sentí como mi boca se lleno de hiel, mi corazón debería de estar latiendo a toda velocidad pero no fue así mi pecho estaba vacío, no sentí ni cuando entraba el aire a mis pulmones, pose mi mano sobre su mejilla y bese sus labios despacio, cuando me separe le dije en un susurro

-Juliana me fallaste, no me busques mas… no te quiero ver más-

-¡CRISTINA!... ¡CRISTINA!-

Salí rápidamente de la casa sin importarme los gritos de Juliana, camine rápido por la calle bajando hacia la principal donde podía tomar un bus de regreso a mi casa, casi corrí por esa calle, pero al llegar vi pasar los buces no me apetecía montarme en uno, atravesé la calle zigzagueando entre los vehículos, en el otro anden mire hacia ambos lados y emprendí camino hacia el norte, despacio no había afán, camine alrededor de unas noventa cuadras rodeando las faldas de la montaña, cuando el crepúsculo y el viento frio con olor a agua, tome un taxi que me llevara a la casa, estaba muy agotada, por algún motivo de mis ojos no caían lagrimas.

Entre a mi casa, y me encerré en la habitación, me acosté en la cama, boca abajo hundiendo mi cabeza en la almohada, no sentía nada, no había dolor, ni alegría, ningún sentimiento, ella no solo estallo mi corazón también mi alma, no pude dormir, pase en vela la noche recordando una y otra vez la imagen de Juliana y la desconocida se grababan más hondo en mi memoria.

2

Me levante a la mañana siguiente ese día empezaba un trabajo no me exigían ropa formal por lo que me coloque unos jean ajustados, unos converse una blusa de cuello, con saco deportivo, por si llovía, llegue tan temprano, mi cabello lo deje suelto, me senté fuera de la oficina de mi ahora jefe a esperar que llegara la secretaria o el jefe.

Al cabo de veinte minutos la oficina ya estaba llena de gente, hablando en los pasillos, llegaban apresurados, algunos traían cafés en las manos los tomaban, se saludaban entre ellos, me miraban de reojo ignorándome o haciéndose.

La secretaria llego me dijo donde era mi puesto de trabajo, cuando ella me dejo intente sonreírle pero no pude, era una línea de trabajo llena de cubículos, en la parte del mío, había un escritorio y al pie otro, uno de ellos estaba lleno con dibujos y flores, el otro desocupado, recordé que me dijo que mi jefe llegaba en una hora, que a esa hora pasara.

Descargue mis cosas en el escritorio vacio, y me senté en la silla a esperar, coloque mis codos en el escritorio y me cogí la cabeza a dos manos, tratando de sacar de mi cabeza todo a lo que me estaba pasando, asimilar en nuevo trabajo, la decepción amorosa reciente, mi mejor amiga estaba desaparecida con su novio, y no respondía mis llamadas.

-Hola-

Una dulce voz me saco de mis pensamientos, levante mi cabeza y me gire sobre la silla, una joven como de mi edad me sonreía, su cabello rojo corto peinado tipo Mia Farrow, unas gafas de marco grande de última colección color negra, su tés blanca, no es muy alta, ella vestía de forma muy moderna, cuando note que la miraba más de lo normal baje la cabeza y ella sonrió aún más.

Mis palabras salieron como vomito verbal, muy rápido casi no las pensé y tartamudee

-Hola… disculpa…. te… te… me parece que… Hola-

Ella estiro la mano y me dijo

-Hola… otra vez, tú debes ser mi nueva compañera de trabajo y cubículo, mucho gusto soy Viridiana-

Le sonreí, y estire mi mano para dársela, al tocarla mi mente quedo en blanco hasta hace un momento estaba llena de ideas problemas pero ahora nada, mi nueva compañera de trabajo siguió hablando y mientras yo salía de mi leve estado de ingravidez

-Hola…-