Mi segunda oportunidad

Luego de 7 años tuve mi segunda oportunidad con un hombre

Ahora tengo 37 años, mi primera experiencia fue hace 7 años atrás, fue increíble pero no se repitió. Lo que voy a contar mi pasó solo unos días atrás.

Luego de una reunión de oficina, no andaba con ánimos de volver a casa y pase a tomar una última cerveza, era un lugar tranquilo, sin ruido ni molestias de nadie, como todas las mesas estaban llenas, me senté en la barra. Luego de unos 30 minutos, se me acerco un tipo, tenía la mirada triste, me pide un cigarro, se lo doy y me pregunta si estoy solo, si no me molesta que conversemos un rato. Le respondo que no me importa, conversamos por bastante tiempo, hasta que se desocupo una mesa y nos sentamos en ella.

Una vez en la mesa, pedimos otra ronda de cervezas y el tipo me dice que había recién dejado a su mujer, que se sentía mal por ello, pone una mirada triste y luego pone su mano sobre mi paquete, yo lo dejo hacer, era un tipo hermoso, cabello negro, ojos grises, atlético y con una mirada que podría tener al hombre o mujer que quisiese, pero estaba conmigo, se llamaba David. Al no reclamar, ni mover su mano, el me mira y me dice:

-Nunca he hecho esto antes, pero tengo ganas de probar contigo, ¿qué dices?

Yo le respondo que sí, pero ese lugar no era un bar gay y la gente lo podría tomar a mal, el que tuviese su mano ahí, le sugerí que nos fuéramos a otro lado, a lo que él aceptó. Pagamos la cuenta y nos fuimos a un hotel cercano, él me dijo que esperara en el lobby, que él se iba hacer cargo. Al poco rato llega, nos vamos a la habitación, David me indica que pidió unos tragos y que esperáramos que llegaran, mientras conversábamos, David se sienta y se le marca una herramienta enorme, en el pantalón, al poco rato llegan los tragos, la mesera, una chica hermosa de ojos azules nos mira, sonríe, David la invita a participar y ella nos dice:

-Salgo en 2 horas, no he estado con dos hombres, cuando termine subo.

La chica se va, David me mira y me dice:

-Tenemos 2 horas.

Luego se acerca, me da una largo y jugoso beso, me acaricia, con pasión, empieza a sacarme la camisa, mientras yo saco la suya, continua acariciándome, empieza a sacar mi pantalón, se arrodilla ante mí y comienza a chuparme el pico, primero besitos cortos en la punta, luego me lame de una lado a otro, se lo mete en la boca y empieza a chupármelo entero, con una sus manos juega con mis bolas, mientras que con la otra me acaricia el trasero, con la gema de sus dedos juega a introducirla en mi ano, primero uno, luego dos dedos. Yo siento que estoy en cielo, lo miro le pido que se siente en el sofá, me arrodillo y le devuelvo el favor, lo siento gemir, con una de mis manos acaricio sus perfectos abdominales, el gime más rápido, me pide que pare, no le hago caso y al poco rato siento una descarga poderosa entrando por mi garganta, David se levanta y me besa, compartiendo sus jugos y sacándolos de mi boca con su lengua.

Me toma en brazos, como a una putita, me lleva a la cama, me mira y me dice:

-Ahora me toca a mí.

Sonríe con malicia, pide que se la chupe de nuevo, lo hago y en segundos está listo de nuevo, me da la vuelta, mete la punta de su lengua en mi trasero, la sensación en increíble, siento un escalofrío por mi espalda, me mete un dedo, luego dos, luego siento la punta de ese hermoso pico entrando, suavemente pero firme a la vez, siento un pequeño ardor, pero se pasa cuando sus bolas chocan con mi trasero, me pregunta si estoy bien, le respondo que siga, empieza un vaivén primero despacio, luego con más fuerza, las gotas de su traspiración caen en mi espalda, le pido que pare, él se siente en la cama, me siento sobre él, empiezo a cabalgar ese pico hermoso, con locura, es como si estuviera poseído, al poco rato siento su descarga en mi trasero, fue hermoso. Nos paramos y nos vamos a la ducha, yo aún empalmado, mientras nos duchamos, David se da la vuelta, y me pide que se la meta, lo hago con cuidado, luego más fuerte, siento las piernas temblando de excitación, me siento al borde de la ducha, el siento sobre mí, se mueve como toda una putita, grita con locura, me dice:

-No pares, por favor, lléname con tus jugos, métemela hasta el fondo…

Le hago caso y sigo cada vez más fuerte, hasta que ya no aguanto más y le lleno el culo con mi semen caliente, rápidamente él se para y me la empieza a chupar para sacar hasta la última gota con lengua.

Luego nos acostamos, abrazados, el me acariciaba el pico y me miraba como una nena enamorada, me da un beso.

En eso tocan la puerta, es la mesera, entra, nos mira y nos dice:

-Estoy lista, pero tengo que decirles algo, soy travestí, es mi secreto nadie aquí lo sabe, pero lo vamos a pasar súper bien.

Bueno, esa historia será para otro momento.

Luego de esa a noche a David no lo volví a ver y no quisiera tener que esperar otros 7 años para volver a sentir el placer que es estar con otro hombre, pero nunca se sabe.