Mi segunda experiencia de sumiso con Leila

Nuevamente contactamos a Alberto para proporcionarle placer entre Leila y yo. En esta ocasión, es la primera vez que beso el culo de un hombre, y siento el sabor de su mierda.

Estábamos los tres en una cama king, viendo películas pornográficas, cuando Leila se montó en mi cara y colocó su chorito en mi boca. Yo inicié una suave chupada a su conchita mientras ella se afirmaba con sus dos manos en el respaldo de la cama.

Mientras saboreo la chucha, siento el ruido que hace Alberto al orinar en el water y luego alcanzo a ver que la enorme verga que trata de entrar desde atrás en el sexo de Leila que luego de algunos intentos consigue empalarla con su ariete.

Siento cada empujón del macho en el sexo de la mujer, mientras sus bolas rozan mi cara. Se ven hinchadas, magnificas y enormes. Una digna base para aquel enorme pico.

Alberto la culea con fuerzas mientras ella se queja. A veces su enorme pico sale fuera de la concha y yo aprovecho para darle una ligera chupada, pero la cabezota está tan hinchada que difícilmente logro alojar solo una parte de esa fruta en mi boca, pero es lo suficiente como para alcanzar a sentir el sabor salado de sus meados.

Pero Alberto, que gusta de sentir que se la mamen, opta por colocarla un rato en mi boca y luego de nuevo en la chucha de Leila, y repite esta maniobra en varias ocasiones. Siento que tan pronto está el carajo en mi lengua como luego está dentro de la concha de Leila y en esos momentos yo recorro con mi lengua los sexos de los dos. Comienzo desde las bolas, paso por el tronco, meto mi lengua junto con el pico en la zorra de Leila y luego la saco para lamer su clítoris.

Alberto empuja con fuerza mientras le da de palmazos en el culo. Los dos gritan como locos y él retira su verga de la chucha justo cuando comienza a acabar y la dirige hacia mi cara. No menos de 5 tiros de caliente, espeso y blanco semen se alojan en diferentes partes de mi rostro y yo alcanzo a sacar bien afuera mi lengua para recibir ahí los últimos 3 chorros. El semen de Alberto es espeso, casi parece yogurt, blanco, caliente y dulce. Para mi es un exquisito manjar que de ahora en adelante voy a comer todas las veces que pueda.

Cuando Leila se baja de mi cara, la siento literalmente bañada con el semen de Alberto…, ¡¡es mi primer champañazo de semen!!

El macho se monta sobre mi pecho y con su pichula aún erecta, comienza a recorrer mi cara recogiendo con ella sus mocos que se han alojado en mi rostro, y los lleva hasta mi lengua, desde donde yo los retiro lamiendo la cabezota de su pico. Realiza esta acción varias veces: recoge sus mocos de mi cara, los lleva hasta mi lengua y yo limpio la cabeza del pico, luego él azota mi cara una o dos veces y recoge algo más de sus mocos para llevarlos nuevamente a mi lengua.

A pesar de que retiró con su pico todo el semen que había alojado en mi rostro, yo lo siento un poco tirante y voy al baño a lavarme la cara. Cuando regreso al dormitorio, Leila se había ido a la cocina y Alberto estaba sentado en un sillón con sus piernas abiertas y su verga con una leve erección. Me mira y me ordena "ven…, arrodillate…, quiero que me chupes el pico…, y quiero que lo hagas rico"

Yo me coloco entre sus piernas, cojo su verga con mis dos manos y la coloco dentro de mi boca. Como aún no está bien erecta, logro alojar buena parte de ella sin dificultad. Me sujeto fuerte de su pico con mis dos manos y comienzo una mamada de locura. Chupo y chupo la cabeza del pico con fuerza, la meto bien dentro de mi boca…, ahora ya está bien parado y solo consigo alojar a maese príapo hasta la mitad, pero la otra mitad de su verga la tengo en mis manos. Alberto me toma de las mechas y empuja mi cabeza hacia su miembro.

Siento que me duelen las comisuras de los labios al tratar de alojar aquel monstruoso pico, pero es tanto mi calentura, que no me importa y lo sigo chupándo con todas mis ganas. Estoy en eso, cuando siento que Leila entra al dormitorio diciendo: "uhmmm…, que chupada mas rica te están haciendo…, vamos mierda…, ¡chupalo fuerte para que acabe!..., quiero ver como te tragas los mocos"

Yo le obedezco, y haciendo un anillo con mis dos manos en la base del pico, me dedico a mamar con todas mis fuerza, tratando de hundir cada vez mas la verga de Alberto dentro de mi hocico. Esta vez solamente me he dedicado a chupárselo, no uso mi lengua para lamerlo. Lo chupo y lo chupo cada vez con mas ganas, hasta que siento que se va a venir, entonces aprieto la cabeza del pico con mis labios y siento como comienza a descargar sus mocos dentro de mi boca, primero siento como inunda toda mi cavidad bucal con su semen, lo retengo un momento para saborearlo pero siento que nuevas descargas salen por su uretra y dejo que sus mocos corran por mi garganta. Los siento calientes, entre salados y dulces, me doy cuenta que son muy espesos y también que una parte de ellos se escapa por la comisura de mi labios. Apreto la cabeza del pico con más fuerza para no dejar escapar nada y siento sus últimas descargas dentro de mi boca, me trago todo los mocos que estan en mi boca y luego le doy dos sonoras chupadas.

Cuando saco el pico de mi hocico veo que está húmedo con la leche de Alberto y que varios hilillos de semen recorren su tronco hasta sus bolas. Leila se coloca detrás de mí y me ordena: "límpiale el pico con tu lengua…, tienes que dejarlo bien limpiecito". Yo me dedico a recoger todos los restos de semen que hay en el tronco del pico y en las bolas y cuando creo que mi labor ha terminado, Alberto se sienta mas afuera en el sofá, de manera que su culo queda casi en el aire y me ordena: "limpia el hoyo de mi culo mierda!!!..., que tengo un poco de mocos ahí"

Yo me inclino aún mas, le abro los cachetes de su poto y puedo ver por primera vez su culo. Tiene un hoyo negro y con pelos por todo su culo. Puedo ver que hay restos de semen en la canal del poto y también en el hoyo del culo, y sin pensarlo dos veces, aplico mi lengua, primero recojo el moco que esta en la canal y luego meto mi lengua en su hoyo para retirar toda la leche que está ahí. El sabor de sus mocos ahora es diferente, están fríos y se mezclan con el salado sudor de su culo, pero no me importa, y me dedico a lamer bien el hoyo de su culo, tratando de meter lo mas adentro que puedo mi lengua. Alberto se deja hacer y Leila disfruta con la visión que le proporciono al lamer el culo de su macho, por lo tanto permanezco un buen rato haciéndole un masaje en el hoyo del culo con mi lengua. La revuelco bien en el ojo del culo, se lo chupo, se lo beso y luego meto mi lengua todo lo que puedo en el culo de Alberto, llego incluso a sentir un poco el sabor de la mierda, pero sigo lamiendo hasta que él me pide que pare.