Mi segunda experiencia con un albañil.

Empezó a acariciar mi pierna con su manota, subiendo y bajando de mi rodilla hasta mi muslo, cuando quiso ir un poco más a fondo cerré mis piernitas y le dije ¿Qué hace travieso? Solo te estoy acariciando un poquito para que no tengas frio, además estas medias que traes te hacen ver más rica mi morenita linda, eso me puso muy excitada y lo deje que me siguiera tocando.

MI SEGUNDA EXPERIENCIA CON UN ALBAÑIL.

Hola que tal soy Lupe, en mi primer relato les describí como fue mi transformación de virgen a mujer, tengo mucho que contarles, en esta ocasión les diré cómo fue mi segunda vivencia.

Después de lo acontecido con ese hombre en la casita de madera, la verdad estaba yo muy inquieta pues parecía que me habían inyectado una droga y quería más, bueno en cierto modo si me inyectaron, pero una rica y abundante porción de semen en mi culito y quería más.

Ya tenía las cosas necesarias para mi transformación y un hombre maduro me había iniciado en ser mujer quitando mi virginidad de una manera que cada que lo recuerdo me éxito.

Pasados algunos días decidí volver a salir, pero ahora sería por la calle principal que estaba pavimentada, quería ver la reacción de los hombres que me vieran yendo ellos en su carro o en su taxi.

Como la ves anterior espere a que todos se fueran a dormir y empecé por arreglarme, esta ves me puse una falda de mezclilla azul con cierre al frente, una blusa verde con flores en el pecho, abajo mi sostén blanco, una pantaletita negra, medias con ligas negras y mis zapatillas negras de correa al tobillo de tacón mediano, me maquille y arregle mi cabello como la ves anterior con el fleco al frente y ralla en medio.

Eran las once y media de la noche cuando termine de arreglarme, me sentía nerviosa y excitada, tome mi bolso y salí a la puerta asomando solo la cabeza para ver si había alguien cerca, al no ver nadie camine a la calle y cerré la puerta de la casa con mucho silencio.

Las piernas me temblaban de todos los sentimientos que estaba viviendo.

Camine hacia la calle principal que estaba a una distancia de media cuadra, cuando llegue a la esquina vi los faros encendidos de un carro que se acercaba, no sabía que hacer estaba muy nerviosa y temerosa de que algo malo pasara, quise regresar corriendo al callejón de mi casa pero el carro echo las luces altas y cuando estuvo a mi alcance me grito, “que chulada de chamaca se ve que estas muy rica mamacita” era un taxista, pero se siguió de frente.

Ese detalle me animo a seguir adelante, me dijo chamaca y me sentía yo así, toda una chamaca traviesa y excitada.

Empecé a caminar por la avenida principal mucho mas relajada y segura de mi misma, pasaron otros tres carros sin detenerse, pero si diciéndome piropos ricos y morboso que me encendían cada vez más.

Como a las cinco cuadras de distancia pase por una construcción en obra negra, pude oír algunas voces y algo de luz en su interior, tenía unas tablas que cerraban el paso pero junto a el montón de arena había un pequeño espacio por donde se podía pasar sin tanto problema solo tenía que tener cuidado para que no se metiera la arena en mis zapatillas.

Como la ves anterior hice ruido con los tacones de las zapatillas para ver si alguien salía, pude escuchar que alguien dijo sssshh cállate parece que alguien esta pasando y por el ruido es una vieja.

Me aleje un poco y volví a caminar un poco más despacito pero haciendo ruido con los tacones, me pare frente al montón de arena como buscando algo en mi bolso, muy disimuladamente pude ver de reojo que alguien se asomaba por una de las ventanas y le decía a otra persona, si es una chamaca y se ve que esta bien buena, vamos a ver que anda haciendo y si se puede nos la cogemos, le respondió el otro ni madres ve tú si quieres yo no le entro.

Me hice la que no oyó nada y seguí buscando en mi bolso y saque mi pintura de labios, me los retoque y de pronto me dice una voz ¿qué haces tan solita mamacita? Me la van a robar.

Yo me hice la sorprendida y volteando a ver al que me hablaba le dije voy a mi casa pues vengo de una tardeada con unas amigas, pero se me hizo tarde.

Era un hombre grande tanto de edad como de estatura, debía tener sus 50 años más o menos, de cabello canoso abundante, moreno obscuro quemado por el sol, media como 1.80 de estatura, con unos brazos enormes y muy fornido, de ojos negros de un mirar profundo, tenía puesta una camisa sucia con el pecho descubierto donde se le veían los vellos canos abundantemente, unos pantalones de mezclilla desgastados y sucios por el trabajo duro de albañilería.

¿Qué están construyendo aquí? Pregunte como si eso me interesara.

Son dos departamentos uno abajo y otro en la planta de arriba y su estacionamiento privado, ¿quieres pasar a verlos? Me dijo con una mirada lujuriosa y una sonrisa encantadora.

Si claro, pero ¿por dónde entro? Le dije

Por este lado para que no se te ensucien tus zapatillas niña linda, ¿cómo dices que te llamas? Me pregunto al mismo tiempo que me tomaba de la mano para pasar por la puerta de madera.

Lupe, me llamo Lupe le respondí

Que bonito nombre tienes niña linda, pásale Lupita por aquí y me llevo tomada de la mano hacia el interior de el departamento de abajo, ahí en medio tenían una pequeña fogata donde estaban un comal y encima una jarra de peltre con café, al otro lado estaba el otro albañil sentado sobre unos ladrillos, un hombre de unos 45 años aproximadamente, rechoncho, moreno, con un bigote abundante, medio mal encarado. No le di importancia y seguí platicando con el que me invito a entrar.

Me ofreció una taza de café lo que acepte por educación, se sentó a mi lado en unos ladrillos e iniciamos nuestra platica.

Y dime Lupita ¿te dejan salir tan tarde a las fiestas?

No siempre, lo que pasa es que se me fue el tiempo y ya voy de regreso a mi casa, que a estas horas ya deben estar todos dormidos, pues cuando salgo casi nunca me esperan.

Además, como me vine caminando pues me hace bien descansar tantito aquí con ustedes, le dije tomando un poco de café.

Que bueno que te animaste a entrar, este y yo estamos de lo más aburrido cuidando los departamentos, como tenemos mucho material y herramientas pues tiene que quedarse alguien y hoy nos toco a nosotros, pero este amigo es más gruñón que nada y no le calienta nada, me dijo.

Vienes vestidita muy linda Lupita y me puso su mano grandota y áspera sobre mi rodilla.

Gracias, le respondí con una sonrisa y mi vocecita de niña coqueta.

Empezó a acariciar mi pierna con su manota, subiendo y bajando de mi rodilla hasta mi muslo, cuando quiso ir un poco más a fondo cerré mis piernitas y le dije ¿qué hace travieso?

Solo te estoy acariciando un poquito para que no tengas frio, además estas medias que traes te hacen ver más rica mi morenita linda, eso me puso muy excitada y lo deje que me siguiera tocando.

¿Quieres conocer los cuartos del departamento Lupita? Me dijo

Si claro me gustaría y tomándome de la mano me llevo al cuarto principal, pasamos por lo que era la cocina, la sala, el comedor, el baño y llegamos a lo que eran una recamara, ahí había unos tablones que servían como mesa pues había muchos envases de refresco y vasos desechables, el señor se apuro a quitar todo eso de encima y lo hecho a un rincón del cuarto.

Se acercó a mí y tomándome entre sus brazos fuertes me dio un beso en la boca, yo correspondí dejándome llevar por la excitación que sentía en ese momento.

Volví a sentir a mi anito palpitar de deseo, las piernas me temblaban y mis manos estaban temblorosas, él se dio cuenta y me dijo, tranquila morenita linda no te voy a hacer daño solo déjate llevar por el momento y así lo hice.

Mientras me besaba en la boca con su lengua jugando con la mía, sus manos acariciaban mis nalgas aprisionándolas con las tenazas ásperas de sus dedos, luego subiendo mi falda hasta la cintura puso uno de sus dedos en la raya que divide mi trasero por encima de la pantaletita.

Al recorrer con su dedo toda la raya divisoria llegó hasta tocar la entrada a mi anito, yo emití un suspiro combinado con un gemidito pues estaba yo que ardía por ser empalada por este hombrezote que me comía a besos la boca.

Metió su manota en mi pantaleta y sentí su manota abarcar toda una de mis nalgas, la acaricio y la estrujo despacito, luego busco con uno de sus dedos la entrada a mi hoyito palpitante, cuando lo encontró hizo presión sobre el queriendo introducir su dedote, yo puje despacito al mismo tiempo que medio respingue al tacto del dedo intruso.

Mientras su dedo jugaba con la entrada de mi anito, yo movía las piernas como queriendo apretar las nalgas y poder atrapar por fin ese dedo travieso, en cada arrimón que me daba sentía en mi vientre la dureza de verga ya parada bajo su pantalón.

Instintivamente pude rozar con mi manita su verga sobre el pantalón, sentí que la tenía tan dura que rompería el pantalón si no se la sacaba de su prisión.

Tomo mi mano y la coloco sobre su verga y me dijo, ¿la quieres ver?

Yo respondí con una voz entre temblorosa y suplicante, ssssssiiiiii claro que sssiiii.

Dio un paso hacia atrás y desato su cinturón desabrocho el pantalón quitándoselo por completo, pude observar que tenia bello cano en casi todo su cuerpo, era como un oso de peluche. Su verga se veía escondida aun por la trusa que no se quitó, se le miraba descomunal, pero en ese momento mi calentura no pensaba en si me entraría aquel pedazote de carne o no, solo estaba concentrada en lo que estaba viviendo en ese preciso momento y lo estaba disfrutando.

Me dijo entonces, si la quieres ver toda anda ven y sácala tu misma morenita, mira que esta lista para que juegues con ella un buen rato.

Me acerque a él y poniendo mis manitas en el resorte de la trusa se la baje al mismo tiempo que yo me iba hincando de frente, cuando llego a la altura donde estaba la prisionera y baje mas la trusa esta salto como serpiente atacando casi pegándome en el rostro.

Era de un tamaño grande como de 18 centímetros y muy gruesa, no podía abarcarla con mi manita sola, con las dos si podía, era morena muy cabezona y con unos huevotes grandes y muy peludos, la tenía a unos centímetros de mi carita, estaba bien dura y bien parada, palpe sus huevos duros y grandes, calientes y me imagine que bien cargados de rica leche espesa para mi culito goloso y palpitante.

¿Te gusta morenita hermosa? Me pregunto con su sonrisa en los labios.

Sssiiii esta muyyy grandeee y duraaa, le dije mirándolo a los ojos.

Pues es toda tuya Lupita te la puedes comer como si fuera una paleta de dulce, anda pruébala mi niña hermosa.

No me lo dijo dos veces, la tome con mis dos manitas y la arrime a mi boquita, saque mi lengua y la empecé a recorrer desde la punta hasta la base, por todos lados como si en verdad se tratara de un gran cono de nieve, entre pequeños besitos que le propinaba a esa verga tan grande con mi lengua probaba el néctar que despide su aroma a macho en brama.

Mámamela morenita métetela en tu boquita, me suplico el albañil con un tono de deseo.

Así lo hice, me metí la punta de su enorme verga casi a fuerza pues estaba muy gruesa, pero me esforcé y le propiné una lamida a esa cabezota que lo hizo respingar y gemir como perro herido.

Me encanta como lo haces morenita, síguele dando más que luego le toca a tu culito recibir su premio mamacita, ya veras que te va a encantar, me dijo entre gemidos de placer.

Se la estuve mamando un buen rato, le bese los huevos y se la chupe como él me dijo que lo hiciera, recorrí esa vergota no se cuantas veces de arriba abajo y viceversa.

Cuando de pronto sentí que alguien nos veía, y efectivamente era el otro albañil que nos estaba observando a cierta distancia, pero no muy cerca de nosotros.

Cuando lo vio el viejo le dijo, ven no seas tonto mira que rico lo mama esta preciosa chiquilla, anda acércate y prueba que para los dos hay. Pero el otro hizo un gesto de no me importa y se largo de ahí, a mi no me importo al contrario me dedique como debía de hacerlo a hacer gozar a mi macho en brama que tenía un gesto en su rostro de placer combinado con lujuria y morbo.

Me pidió que me levantara y así lo hice quedando frente a él, me tomo entre sus brazos y abrazándome con cierta fuerza atrayéndome hacia él me dio un beso en la boca muy prolongado, yo correspondía a todo lo que él me pedía, me estaba entregando plenamente a este hombre.

Bajo sus manos y bajo el cierre de mi falda de mezclilla, luego me quito la blusa, me besaba la cara, el cuello, los hombros y entre beso y beso me fue quitando la ropa quedando solo con la pantaleta, las medias y las zapatillas puestas.

Me voltio a quedar yo frente a la mesa improvisada de madera, puse mis manitas sobre ella y entonces estando así empezó a bajar mis pantaletas, fue cuando me vino el pensamiento como relámpago, va a ver que no soy niña ¿qué hago, ¿qué hago?

Pero el movimiento fue más rápido y cuando me fije ya las pantaletas estaban en el suelo y él hurgando con su mano acariciando mis piernas cubiertas por las medias.

Cuando paso su mano por mi diminuto sexo dijo, pero mira nada más morenita linda la tienes bien dormida pero el ano te palpita bien bonito ¿verdad? ¿te gustan los machos como yo verdad?

Yo entre nervios y deseo respondí, sssiiii mmmuuchoo.

No te preocupes que mientras haya un hoyo donde meter esta verga no pasa nada morenita linda, ¿te gusta que te diga morenita verdad? Me pregunto casi al oído.

Sssiii claro que me gusta, le respondí con la voz más femenina que pude hacer en este momento.

Se agacho detrás de mí y abriendo mis nalgas me propino un beso negro maravilloso, yo estaba en las nubes, las piernas me temblaban de lo que me hacia sentir esa lengua grande recorriendo todo mi trasero y dándole unos piquetes a mi palpitante anito.

Tome iniciativa y con mis manitas abría de par en par mis nalgas y me inclinaba lo más que podía para que entrara mas esa maravillosa lengua, él mientras con sus manos acariciaba mis piernas de una manera que me estaba derritiendo y hasta el día de hoy el que me acaricien mis piernas me fascina.

Yo gemía de tanto placer que sentía, se escuchaba el sonido combinado de mis gemidos y el glub glub que hacia la chupada de culo que me estaba dando este maravilloso hombre, tenía las piernas abiertas y estaba lo más inclinada que podía.

Luego se puso de pie atrás de mí, cuando sentí el roce de su verga dura en mis nalgas una corriente eléctrica recorrió todo mi cuerpo.

Ahora le toca a tu culito probar la paletota que se comió tu boquita hace rato morenita linda, ¿la quieres en tu colita mamita linda? Me pregunto.

Yo respondí toda mareada y excitada Sssiii la quiero toda para mi solita.

Ábrete las nalgas con tus manitas mi vida para que yo te pueda ir metiendo lo que tu culito tanto quiere, me dijo.

Me agarré de mis nalgas abriéndolas lo más que podía, de pronto volví a sentir la cabezota de su verga haciendo pequeños piquetitos a la entrada de mi anito palpitante, yo estaba nerviosa me temblaban las piernas y mis manos abrían a todo lo que daban mis nalguitas.

De pronto sentí como su cabezota choco contra la entrada de mi anito, pero su vergota resbalo y no pudo entrar, volvió a intentar y poniendo otra vez la punta empujo tomándola con su mano para dirigirla bien a su destino y que no volviera a resbalarse, empujo con un poco más de fuerza y de pronto plum sentí como su cabezota abría mi anito y lo perforaba hasta entrar esa enorme cabezota quedando atorada dentro de mí, yo grite del dolor que me había producido ese enorme monstruo al desflorarme, puje un poco porque sentía como se había abierto mi anito a tan tremendo visitante.

Tranquila morenita, tranquila mira que si ya entro la cabeza lo demás es más fácil y lo vas a disfruta, me dijo mientras me acariciaba las nalgas y las piernas, yo la verdad estaba concentrada en cómo había sido posible que mi cuito tan pequeño se había comido semejante cabezota.

Tenía las piernas bien abiertas y yo recostada sobre la mesa, con mis manos temblorosas abriéndome las nalgas, como pude arrime mis manitas para sentir con ellas la vergota que estaba invadiendo mi palpitante hoyito.

Ahí te voy morenita, me dijo, y volviendo a empujar me metió la mitad de su enorme verga, yo pujaba mientras sentía en mis entrañas como se iba abriendo paso esa verga descomunal, luego vino el último empujón y sentí con mis manos los vellos de su vientre pegados a mis nalgas.

Unos segundos de espera y empezó con un mete saca despacito y rico, yo gemía como putita y pujaba como zorrita en cada serruchazo que él me daba, ¿te gusta morenita? Me pregunto entre jadeos y cerquita de mi oído.

Sssiiii se siente muyyy riccooo, dame más duro papito por fis, le dije con mi voz entrecortada por los embates que me estaba dando.

Acelero sus movimientos y yo sentía como llegaba hasta mi ombligo la cabezota de su verga dura dentro de mis entrañas, me agarre de la mesa y el me tomo de las caderas, y así inicio un mete saca maravilloso y descomunal, ambos gemíamos y sudábamos disfrutando de ese momento tan espacial.

Luego de un momento de tenerme así me la saco toda, me tomo en sus brazos y me subió a la mesa, se subió conmigo acomodándose por detrás, me levanto la pierna y  acomodando su verga otra vez me la dejo ir de un solo empujón, ya no me dolió estaba tan abierto mi hoyito y tan hambriento que se me fue como cuchillo en mantequilla, volvió un mete saca fenomenal, en cada embestida sentía su vergota llenar al máximo mis entrañas.

Estas deliciosa morenita, mira que rico aprieta tu culo mi verga, me la vas a exprimir toda y te voy a llenar de mi leche ese culito tan rico que te cargas, me decía mientras me empalaba deliciosamente.

Yo gemía a más no poder, entre el mete y saca pude ver al otro albañil que nos veía a lo lejos, pero en cuanto se vio descubierto se volvió a ir y yo me concentré en lo que estaba viviendo y sintiendo en ese momento.

No se cuanto tiempo me estuvo dando ese hombre con su verga en mi culito, lo que recuerdo fue que de pronto me tomo fuerte de mi pierna levantada, gruño como oso hambriento y me dijo ahí te van mis mecos morenita te los voy a echar hasta el fondo para que los guardes bien y te dure el gusto.

Sentí en mis entrañas como se ponía esa vergota más dura y explotaba dentro de mi con enormes chorros de leche caliente inundando cada rincón de mi interior, suspire y gemí de una manera que lo impulso a él a darme un empujón para que se me fuera más adentro su verga y se terminara de vaciar entre palpitaciones de su verga y apretaditas de mi anito como besando a ese tronco agradeciendo lo que le había dado.

Luego dejo que bajara mi pierna, me abrazo fuerte entre sus brazos y me pregunto aun teniendo su verga palpitando dentro de mí ¿te gusto morenita?

Con mi voz casi sin aliento por el esfuerzo de lo recibido y sintiendo aun mi culito empalado le respondí, sssiiii me eenncantooo muchoo, ggrrraacciiaaasss por serrr taaan lindooo conmigooo papitoo.

Y sellamos ese momento con un beso apasionado en la boca.

Unos minutos después salió su verga haciendo un sonido como si besara a mi culito agradeciendo haber sido el depósito de tan deliciosa y cremosa leche.

Se bajo de la mesa y me ayudo a bajar tomándome de la cintura, nos vestimos y me volvió a besar en la boca, tomándome de la mano me llevo de regreso a la entrada, pasamos junto al otro albañil que ya estaba roncando acostado sobre unos bultos de cemento.

De lo que se perdió pensé yo en mis adentros, llegamos a la entrada me abrió la puerta de madera y con una mano puesta en una de mis nalgas me volvió a besar entrelazándose nuestras lenguas con pasión y ternura.

Regrese a mi casa ya iban a dar las tres y media de la madrugada, aun sentía en mi interior la humedad de su semen, mi anito estaba aun abierto por lo que se había comido, realmente lo había disfrutado y ahora más que nunca quería muchas vergas más.

Espero les haya gustado, agradezco infinitamente a los que han tenido el detalle de contactarme y me han dado su valiosa opinión, les recuerdo que estoy para servirles pueden escribirme abiertamente a fjgsousa60@gmail.com hasta pronto y besos a tod@s.