Mi secreto marítimo
Relato corto de Fantasía.
MI SECRETO MARITIMO
No es extrañó que en las épocas de verano me guste pasear por las playas muy de mañana.
Una de esas mañana mientras caminaba en una zona pedregosa oí un extraño ruido Detrás de unas rocas clavadas en el suelo.
Cuando me acerque mire en la parte de atrás, justo allí entre varias piedras tirada sobre la arenas vi algo sorprendente algo que seguro que nadie había visto en mucho tiempo.
Una chica preciosa que emitía un ruido extraño con la boca, mientras contoneaba una cola de pez golpeando la arena compulsivamente.
Poco a poco a esa cola de pez se le fueron cayendo poco a poco las escamas has que finalmente quedaron convertidas en un par de piernas.
La chica se quedó en posición fetal tiritando de frio en el suelo. Me quite la gabardina que llevaba en aquel momento y la tape lo mejor que pude.
- Ven conmigo. Le dije:
Al principio me costó que se levantara debido a que de desconfiaba de mí, poco a poco y con un trato cálido y cercano le ayude a levantarse. Le costaba mucho andar e incluso era un poco torpe y tropezaba. Viendo esto la cogí en brazos y me la lleve de la playa.
Lo más lógico hubiera sido llevársela a un hospital o avisar a las autoridades, suerte que nunca he sido demasiado lógico. Me la lleve a mi estudio apenas a unos 100 o 200 metros de la playa.
Entre con ella en brazos y le tumbe sobre la cama y la tape con una manta y luego le mire aquellos ojos color miel, me lleve la mano a la boca haciendo el gesto de comer y le pregunte:
- Comida… ¿Quieres comer?
Ella me miro extrañada y torciendo la cabeza abrió los ojos con signo de lucidez y regalándome una sonrisa con testo haciendo el mismo gesto con los dedos me dijo:
- Trofilio. Nalo Trofilio.
Fue algo así lo que me dijo asintiendo con la cabeza y entonces pude darme cuenta que me podía entender con ella. Le traje un poco de jamón York y queso lo único que tenía en la nevera.
La chica se acercó la comida a la a la nariz y la rechazo poniendo cara de asco dejándolo caer al suelo.
Me había quedado un poco extrañado se tumbó sobre la cama chistando con la cabeza mientras se llevaba las manos detrás de la cabeza.
- Sabari, telo sabari.
Mi gozo en un pozo pensaba nos habíamos entendido.
- No te entiendo le dije.
La chica se levantó completamente desnuda y se dirigió a la nevera aunque en esta ocasión lejos de tener andares torpes e inseguros. Camino perfectamente hasta la nevera mirando en su interior y dijo:
- Qryo Poy Qryo.
Mientras curioseaba en mi nevera comencé a dejar de ser todo un caballero y me fije en ese cuerpazo que la naturaleza le había dado. Con unas tetas enormes y un culo perfectamente redondeado y el único pelo que tenía era el de la cabeza.
He de decir que me puso muy cachondo a verla contonearse caminos hacia la nevera me miro de reojo y me dijo:
- Den attache.
Yo puse cara de situación dado que no entendía nada de lo que me intentaba decir y con el empalme que tenía tampoco se me podía pedir mucha lucidez. Estaba como un queso y creo que aunque habláramos el mismo idioma dudo que le prestara atención a lo que decía.
Se dio la vuelta se fue hacia mí y me agarro de la mano tirando de mí. Yo que no quería que notara que estaba empalmado resbale torpemente y me caí llevándola a ella también al suelo cayendo sobre ella.
Me miro riéndose dijo entre risa.
- Eínai aftó kia méma?
- Mema, si lo que tú digas. – Dije yo extrañado.
Comenzó a acariciarme mis partes por encima del pantalón mientras se reía y me decía:
- ¡Pi Teos!
- ¡No entiendo nada, pero me estas poniendo como una moto!
Nos levantamos del suelo y ella se tiro sobre la cama, y yo me quite la ropa deprisa y corriendo y me eché sobre ella. Colocando mi cabeza entre sus piernas comiéndola el coño como si, no hubiera probado bocado en días. Me deleitaba con todos sus jugos mientras ellas gemía y gritaba en ese idioma que no entendía.
Me levante poniéndome sobre ella le metí la polla en la boca y mientras sus labios abrazaban mi cipote yo contoneaba mis caderas metiéndosela y sacándosela mientras ella me empujaba el culo ayudándome a penetrarle la boca.
En un par de ocasiones estuve a punto de correrme dentro de su boca dado lo bien que se le daba esta postura.
Se la saque y con mi poya busque su coño penetrándola salvajemente dándole salvajemente como si estuviera loco hasta que después de un rato y tiempo tuve que sacársela corriéndome sobre su vientre.
Finalmente me tire a una sirena es un sueño hecho realidad.
FIN