Mi salvación

Este es mi primer relato asi que de antemano me disculpo si hay palabras que no se entienden o la ortografia, Comenten y si os agrada la continuaré.

Espero que os agrade.

Hola mi nombre es Sarah Thompson y tengo 23 años. Soy de Canadá, pero por trabajo me mudé a Colombia. Me dedico a una carrera musical ya que me encanta tocar el piano, es lo que hago cuando quiero despejar mi mente. Tengo el cabello rubio a media espalda y ondulado, ojos de un color verde esmeralda con una mirada penetrante por lo que me han dicho. Físicamente soy alta 1,75m con un cuerpo de infarto (no es que sea egocéntrica pero, ¿para qué ocultar la verdad? Jejeje) y todo bien paradito y muy bien proporcionado. Mi piel no es ni muy blanca ni muy bronceada, lo normal. La mayoría de gente me describe como una persona humilde, graciosa, extrovertida y muy solidaria, aunque se que mienten. No tengo la autoestima baja pero una persona drogadicta y alcohólica como yo no puede tener esas características. Mas bien me defino una chica sencilla, aunque tenga mucho dinero no me gusta ser arrogante como la mayoría de las personas. Bueno, después de aburriros un rato con mi descripción, os hablaré un poco de mi vida jejeje.

Yo siempre fui la aberración de mi familia al contarle a mis padres que era homosexual a los 13 años. Ellos son los padres homofóbicos que incluso renunciarían a su hija por ese echo. Desde aquel día mi vida fue un infierno. Mi padre me golpeaba cada día y me violaba. Me mantenía drogada sin ninguna escapatoria. Era horroroso sentir unas manos rudas moviéndose con brusquedad por tus partes más íntimas cuando tu propio llanto te ahogaba. Mi madre para colmo solo se dedicaba a grabar cada golpiza y cada 'momento de diversión' como los llamaba mi padre. A los 15 años, dos años de entero sufrimiento, mi madre, la que siempre pensé que me odiaba, me dejó escapar diciendo todo el rato que lo sentía llorando en mi pecho. Yo, desconcertada, me fui de allí corriendo sin creerme ni una sola palabra. Poco después, mi padre me vio, golpeó a mi madre, la metió en el coche y fue directamente a atropellarme. Sin poder siquiera reaccionar, mi madre movió el volante y cayeron por un barranco. Desde aquel día, nunca me perdonaré la muerte de mi madre, que lo único que hacía era intentar protegerme a toda costa, y que si no hubiera sido por mi egoísmo, perfectamente estaría viva. Ahora, cada año voy a Ontario, mi ciudad natal, a ver a mis abuelos y a la tumba de mi madre. Cuando ocurrió el accidente, mi madre me dejó una herencia lo suficientemente grande como para poder vivir toda mi vida sin preocupaciones. Parte de ese dinero lo invierto para ayudar a mis abuelos, los que me criaron cuando murieron mis padres. A ellos les debo todo, y yo solo lo pagaba haciéndoles sufrir con mi alcoholismo y demás.

Ahora tengo una casa enorme en las afueras de Panamá, con jardines de todo tipos de plantas y flores enfrente de un rio. La casa tiene dos plantas, en la inferior está la cocina, el salón, un pequeño baño y una sala grande donde esta mi querido piano. En la planta superior destacan dos habitaciones, la de invitados, y la mía, con las paredes azules con toques negros, una alfombra de terciopelo que recubre todo el suelo negra y un gran balcón que tiene las mejores vistas de la casa. Tengo una cama matrimonial, enfrente mi escritorio con mi portátil y a la derecha, la puerta de mi baño.


Bueno, el capítulo es corto pero es una pequeña introducción. Si os gusta, la seguiré continuando. Comentad para ver lo que os ha parecido, acepto todo tipo de críticas que me puedan ayudar a mejorar el relato. Gracias por leer.