Mi salvación 8
Aquí está la conti, espero que os agrade. Gracias por leer!
Aquí les traigo la nueva parte. Siento haber tardado tanto tenía unos problemillas pero este capítulo tiene una sorpresa. Que lo disfruten!
Yo: Buenas noches mi vida, duerme bien-cerré mis ojos y la abracé queriendo protegerla de todo lo que le pudiera hacer daño a esta niña que me volvía loca.
Lisa: Dulces sueños- se abrazó a mi de manera que su cara quedaba en mi pecho.
Aquella noche dormí plácidamente. Oír su respiración era mejor que cualquier nana para dormir. Desperté por la mañana cuando Elisabeth dormida se echó más encima de mi. Así se podía contemplar totalmente su belleza natural. Me encantaban sus labios. Eran rojos sin falta de pintalabios, muy carnosos. Sabían a miel. Creo que era lo que más me gustaba de su cara. Ella abrió sus ojos de repente.
Lisa: Que hacías?- me preguntó ella curiosa.
Yo: Afirmaba que lo que más me gusta de tu cara son tus labios- dije mirándoselos. Ella rió y me besó.
Lisa: A mi lo que más me gusta de tu cara son tus ojos- afirmó ella para mi asombro.
Yo: A sí?- pregunté sorprendida- No entiendo por que todo el mundo me dice que son hermosos.
Lisa: Porque lo son Sarah. Te los definiré desde mi punto de vista- dijo- Para empezar, nunca he visto ojos más expresivos que los tuyos. Son muy rasgados, y tienes unas pestañas naturales de las que yo misma estoy celosa, muy largas y rizadas. Cuando estás feliz no se te nota por la sonrisa que lleves, si no por que tus ojos rebosan de alegría, tienen un brillo inexplicable. Si estás triste, se vuelven oscuros, se apagan y no queda nada de ese brillo-explicó- Son de un color verde esmeralda con tonos amarillos me atrevería a decir. Muy profundos, los únicos que cuando los miro me pierdo en ellos, y ya ni hablar de tu mirada. Es tan, tan penetrante que parece que te atraviesa, es realmente intensa. Cuando me miras intensamente, como lo estás haciendo ahora, causas un efecto raro en mi corazón, parece desbocado por momentos pero en otros parece que se me para por completo haciendo que me falte la respiración- expresó ella.
Podía comprobar que era cierto, ya que no había notado lo rápido que iba su corazón, y solo cuando aparté mi mirada de ella se calmó un poco.
Yo: Sabes que dentro de lo que cabe, es lo más bonito que me han dicho en mi vida?- comenté. Esta chica me enamora más con cada palabra que dice.
Lisa: Me alegra que te haya gustado- respondió besándome.
Yo: Lisa ya es hora de irnos, llegarás tarde a clase aunque no me importaría, así Amara estaría lejos de ti- dije yo levantándome. Ella me imitó.
Lisa: Como quieres que te diga que a la que amo eres tu? Es que acaso no confías en mi?- preguntó un poco enfadada.
Yo: Claro que confío en ti, de la que no me fío es de Amara- aclaré yo.
Lisa: Es buena persona, no sé por que la odias tanto- dijo mientras nos poníamos el pantalón.
Yo: Me da mala espina- respondí.
Cogí todas mis cosas, la tomé de la mano y fuimos a mi casa para dejarlas. Después, conducí hasta la universidad.
Yo: Esta noche te tengo una sorpresa, pasaré por ti a tu casa a las 20:30- le dije mientras ella bajaba de mi moto.
Lisa: Menos mal que estoy sola en casa, si no mi hermano o mi madre pensarían que me quieres raptar, aunque no me importaría en absoluto- respondió brindándome una sonrisa.
Yo: No me puedo aguantar eres demasiado irresistible- dije.
Lisa: Bueno mi amor, ya me tengo que ir- me besó, y en ese momento vi que Amara nos estaba viendo, así que aprovechándolo, la acerqué más a mi y le dí un beso muy intenso.
Elisabeth lo notó, se giró y la vió.
Lisa: Eres realmente perversa!- dijo. Yo le mande un beso y me fui en la moto con una sonrisa de satisfacción en la cara.
Como no tenía clases me fui a casa de Mike, que le tenía un poco abandonado. Llegué y toqué el timbre.
Mike: Hola Sarah! Como estás?- dijo Mike abrazándome fuertemente.
Yo: Mike que me aplastas! Yo también me alegro de verte- le reclamé.
Mike: Perdona pero estoy muy contento. Te tengo que contar una gran noticia! Pasa- ofreció el dejándome espacio para entrar.
Entré a su casa y nos fuimos al salón. Sirvió bebida y nos sentamos en el sofá.
Yo: Y bien, cual es esa gran noticia?- pregunté bebiendo de mi zumo.
Mike: Michelle a accedido a ser mi novia!- me comunicó feliz.
Yo: No jodas!, enserio? Felicidades Mike!- grité yo levantándome del sofá y corriendo a abrazarlo. Michelle era la chica de la que estaba perdidamente enamorado.
Mike: Gracias Sarah, estoy realmente feliz- dijo el sonriendo.
Yo: Cuéntame ya que es lo que ha pasado!- exigí yo.
El me contó todos los detalles de como planificó pedírselo. Así pasamos la mañana. Comí allí ya que su madre me insistió. Reímos y hablamos de cuando iríamos a Toronto a ver a mis abuelos y a la tumba de mi madre, ya que hacía casi un año que no íbamos. Cuando miré la hora me escandalicé. Solo quedaban 4 horas para ir a recoger a Elisabeth y no había preparado nada!.
Yo: Mike lo siento me tengo que ir ya, no me va a dar tiempo, no me va a dar tiempo!- repetía en voz baja cogiendo mi casco.
Mike: Que pasa? Por que tanta prisa?- preguntó el extrañado.
Yo: Verás, hoy tenía planeado pedirle a Elisabeth que fuese mi novia y no he organizado nada- le expliqué.
Mike: En serio? Mucha suerte Sarah, me alegro que hayas encontrado a la persona ideal- me dijo el abrazándome.
Yo: Muchas gracias.
Mike: Sarah, quieres que te ayude? Así mientras tu te arreglas, yo voy preparando las cosas- ofreció el.
Yo: Si! Mike, gracias! Por eso te amo tanto!- dije yo dándole un sonoro beso en la mejilla, se que los odia.
Mike: Ya ya Sarah, que no te da tiempo!- dijo el cogiendo una chaqueta y saliendo por la puerta.
Conducí a toda velocidad ya que no tenía mucho tiempo. Llegamos a mi casa y le expliqué que es lo que quería que hiciese. Se burló un poco porque era según el demasiado ñoño pero empezó a hacerlo mientras yo subí a mi cuarto a ducharme con agua fría, ya que estaba bastante tensa. Cuando salí, me vestí con un vestido negro que marcaba mucho mi cintura(beaded taffeta party mini bubble dress prom holiday negro) y dejaba ver mis piernas. Me puse unos tacones negros y me maquillé. Sequé mi pelo y lo ricé un poco y me puse dos toquecitos de mi colonia favorita. Cogí un bolso de mano negro y puse mis llaves, la cartera y otras cosas más. Me miré en el espejo, y tenía que admitir que estaba realmente buena!. Con el ego bastante subido, bajé las escaleras y me paré enfrente de Mike, quien me miró totalmente embobado. Yo no podía dejar de sonreír.
Mike: Dios Sarah, no hay palabras para explicar como te ves, estás hermosa!- me elogió Mike cogiéndome de la mano y dándome una vuelta silbando- Vas a provocarle un infarto a Elisabeth!
Yo: Eso espero, creo que nunca me he arreglado tanto en mi vida. Crees que le gustaré?- pregunté un poco nerviosa, quería dejarla impresionada.
Mike: Se correrá nada más verte!- aseguró Mike. Yo me reí y le pegué suavemente.
Estuvimos un rato terminando de preparar todo, pero ya era la hora y todavía no habíamos acabado.
Yo: Mike y ahora que hago? Me tengo que ir ya y todavía no hemos terminado!- dije preocupada.
Mike: No te preocupes, me quedaré y para antes de que volváis ya me habré ido- dijo el.
Yo: De verdad que no te importa?- le pregunté yo. Ya había echo demasiado.
Mike: Claro que no. Sarah eres como mi hermana y yo quiero que seas feliz, y si por ti tengo que estar encerrado aquí colocando esto durante días lo haría sin dudar- respondió el seguro.
Yo: Muchas gracias Mike, eres el mejor, no sé como agradecértelo- le dije abrazándolo.
Mike: Agradécemelo consiguiendo que la chica a la que amas sea tu novia- susurró el en mi oído.
Yo: Bueno, me tengo que ir ya- me despedí dándole dos besos- Adiós.
Mike: Adiós Sarah, mucha suerte.
Salí de mi casa con los nervios de punta. Quería que esa noche fuera perfecta. Cogí una rosa de mi jardín y salí a buscar a Elisabeth en mi coche, un descapotable BMW negro. Llegué a su casa y me paré enfrente del timbre. Respiré hondo y toqué el timbre. Al poco rato se abrió la puerta y juré haber visto a un ángel. Elisabeth estaba hermosísima. Llevaba un vestido que le quedaba ufffff, no podría explicarlo, solo se que estaba hermosa (strapless bustier contrast lace and crinoline rosa) Ella me miraba de arriba a abajo, con la boca abierta. Creo que si conseguí gustarle al final jejeje. No me salían las palabras, así que solo atiné a darle la rosa.
Lisa: Que hermosa que está- dijo ella. Creo que dijo lo primero que pensó, ya que se puso totalmente roja.
Al final reaccioné, me acerqué y la besé.
Yo: Tu si que estás hermosa- susurré en su oído.
Subimos al coche y la llevé a un restaurante de lujo. Le comenté que dentro de poco iría a Canadá a ver a mis abuelos y a la tumba de mi madre con Mike como cada año y ella dijo que me acompañaría. Cuando me dijo eso me puse feliz de que me quisiera acompañar en un vuelo tan largo, alrededor de 7 horas. Ella también me dijo que extrañaba su ciudad natal, Londres. Yo le animé diciendo que el día que fuese yo la acompañaría. Seguimos hablando de un poco de todo y cada vez estaba más nerviosa, puesto que faltaba poco para la gran sorpresa. Terminamos de cenar y la llevé al parque.
Yo: No te puedes imaginar lo feliz que me haces Elisabeth, de verdad que me has caído del cielo cuando más lo necesitaba- confesé yo mientras caminábamos abrazadas lentamente.
Lisa: Y tu no sabes lo feliz que me haces tu con tan solo respirar. Cuando vi que te estaban maltratando me quería morir y solo te había visto un par de veces, y cuando me acerqué a ti y cerraste tus ojos pensé lo peor. No me quiero imaginar lo que sentiría si te pasara eso ahora mismo que mis sentimientos hacia ti son el triple de fuertes- respondió ella melancólica.
Yo: Mi amor no pienses más en eso. Dios me ha dado otra oportunidad para vivir al lado tuyo, no quiero desperdiciar mi tiempo pensando en el pasado para arruinar esta noche perfecta, que todavía no a acabado...- dije mirándola fijamente.
Lisa: Todavía no?- preguntó ella con sus ojos brillantes.
Yo: Vamos- respondí yo llevándola al coche.
Conducí hasta mi casa temblando. Durante el camino solo nos echábamos miradas cómplices, no hablamos de nada. Finalmente llegamos a mi casa. Salimos del coche y entramos dentro.
Yo: Quédate aquí, serán solo unos minutos- le dije mientras me alejaba.
Lisa: Está bien- respondió un poco confusa.
Entorné un poco la puerta y me fui a encender todas las velas que habíamos colocado Mike y yo. Os explicaré como decoré la casa:
Desde la puerta de la entrada donde estaba Elisabeth hasta el salón había un caminito echo de pétalos de rosa rojos y blancos que la conducirían a la amplia habitación decorada con unas cuantas velas y más pétalos de rosa. En el centro de la sala donde acababa el camino había escrito con pétalos una palabra que era: “¿Quieres...” que estaba inacabado. Debajo había una nota que ponía:
“
Si quieres saber la continuación, ve al lugar donde te sueño”
De todas formas no era difícil averiguar donde era ese lugar ya que después de los puntos suspensivos seguía un rastro de pétalos que conducían a mi habitación. En las escaleras coloqué dos velas por escalón y finalmente cuando se subía la escalera, la puerta de mi cuarto estaba entre-abierta y cuando se entraba se veía un poco más adelante echo también por pétalos la continuación de la frase:
“
...ser mi novia?”
Allí estaría yo, señalada por una flecha. La habitación estaba decorada con muchas velas que la alumbraba tenuemente, y en la cama un gran “Te amo”, claramente con más pétalos, pero está vez todos blancos ya que las sábanas eran oscuras y así resaltaría más.
Ya acabé de encender todas las velas y ya estaba en mi cuarto con lo que le compré a Elisabeth en la joyería. Era un dije en forma de una lágrima (que eran muy simbólicas para mí) con un grabado que ponía en letras pequeñas pero legibles: “Dejaré de amarte el día que un pintor dibuje el lamento de una lágrima S. E.( Sarah y Elisabeth). Puse una composición de Philip Wesley, The Approaching Night, bajé el volumen, y una vez colocada al lado de la flecha y con el dije escondido detrás mía en mi mano le grité a Elisabeth.
Yo: Mi amor ya puedes pasar!
Pude escuchar la puerta abrirse y el sonido de sus tacones al caminar. Lo hacía muy lentamente. Estuve unos segundos sin escuchar nada y supuse que estaría en el salón. Al cabo de un rato volví a escuchar sus tacones subiendo despacio por las escaleras, como si tuviera miedo a caerse. Mi corazón parecía que saldría de mi pecho cuando lentamente se abrió la puerta y mi mirada se encontró con la de Elisabeth. Cuando ella hubo leído lo del suelo sonrió y vi que estaba llorando. Observó la habitación y mi respiración aceleró aun más cuando se acercó a mi.
( Vayamos durante un momento a la mente de Lisa)
Sarah me ha pedido que me quede en su recibidor mientras ella se iba. Yo estaba realmente nerviosa con tanta intriga, que es lo que estará haciendo? Cuando iba a perder la paciencia por completo escucho a Sarah gritar.
Sarah: Mi amor ya puedes pasar!
Yo suspiré aliviada y entré. Para mi sorpresa estaba todo a oscuras iluminado por unas velas. Me dediqué a seguir un camino de pétalos de rosas que me llevaron a su salón. En el suelo había escrito un : ¿Quieres..., que se alejaba con más rosas. Justo debajo había una nota escrita. Si quieres saber la continuación, ve al lugar donde te sueño. Inmediatamente se me vino a la cabeza su habitación, así que me dirigí a las escaleras. Las subí lentamente, examinando cada vela que había. Subí y su puerta estaba entre-abierta y podía escuchar la melodía de un piano. Con la respiración un poco agitada entré a su cuarto y una vez lo hube echo sentí como brotaban lágrimas de mis ojos.
Allí estaba ella, preciosa con su mirada penetrante. En el suelo estaba la continuación la cual me hizo reír y llorar de la emoción “...ser mi novia?”. No me lo podía creer, había estado tanto tiempo esperando a que me lo pidiese y por fin lo había echo. Detallé su habitación, decorada con más velas y en su cama un “Te amo” con pétalos blancos que resaltaban en el oscuro fondo. La miré y ella estaba con una gran sonrisa. Yo me acerqué a ella.
( Mente de Sarah de nuevo)
Se acercó lentamente a mi y con voz llorosa me susurró.
Lisa: Dios Sarah todo esto es precioso- murmuró pegando su frente a la mía.
Yo: Todavía me queda una sorpresa más- le respondí de igual manera.
Lisa: Todavía más Sarah?- preguntó ella incrédula.
Yo sonreí y le entregué el dije. Ella cuando lo leyó lloró más y antes de que pudiera hacer nada se lo colgué en el cuello. Cuando terminé ella se abalanzó sobre mi a besarme tiernamente y me susurró.
Lisa: Si, si quiero ser tu novia- decía mientras me besaba la parte baja de mi oreja, ella sabía que ese era mi punto débil.
Llena de eufória la cargué y la acosté suavemente sobre la cama. Nos besábamos apasionadamente y intensificó el beso metiendo su lengua. Yo gustosa la dejé pasar y empezamos una lucha con nuestras lenguas. Mientras la besaba dejé mi mano en su cintura, acariciándola suavemente. Dejé su boca y me dirigí a su cuello. Su boca quedaba muy cerca de mi oído y escuchar sus gemidos me encendieron de sobremanera. Para intensificar el momento se me ocurrió meter mi rodilla entre sus piernas, ejerciendo presión sobre su intimidad. Ella gimió audiblemente y yo la callé con un beso. Poco a poco fui bajando su vestido hasta dejarla en ropa interior. Me quedé detallándola. Llevaba un conjunto rojo de encaje que resaltaba su blanca piel. Elisabeth al sentir mi fija mirada en su cuerpo se ruborizó y bajó la mirada.
Yo: No te apenes mi amor, eres muy bonita- susurré en su oído. Ella me besó y intentó quedar encima mía pero no se lo permití, quería llevar yo el control.
La levanté y desabroché su brassier dejando al aire sus senos. Ella inmediatamente se tapó y se avergonzó. Yo la tumbé y suavemente aparté sus brazos. Sus senos eran normales, ni muy grandes ni muy pequeños, para mi perfectos. Tenía sus pezones rosados erectos. Yo me acerqué y lamí su aureola mientras que con la mano masajeaba su otro pecho. No tardó en gemir. Finalmente decidí centrarme en su pezón y lo lamí, chupé y mordí flojo. Repetí lo mismo con el otro. Cuando hube terminado subí besando su pecho y nos fundimos en un beso ahora ya agresivo. Habíamos dejado la ternura y la calidez para un beso con lujuria y pasión. De nuevo bajé y presté atención a sus pechos pero no por mucho rato. Acariciaba sus caderas mientras iba dejando un rastro de saliva en su abdomen. Me paré un rato en su ombligo y metí mi lengua. Ella gimió más alto. Fui bajando poco a poco hasta llegar a sus bragas completamente mojadas. Iba a quitárselas cuando ella me paró.
Lisa: Para por favor- dijo ella sentándose.
Yo: Que ocurre?- le pregunté.
Lisa: Es que yo... todavía soy virgen- me confesó avergonzada.
Eso me lleno de orgullo. Me encantaba la idea de que sería yo quien le quitase la virginidad.
Yo: Oh mi amor, y por que te avergüenzas? Es muy bonito que todavía la conserves- la animé yo.
Lisa: Es que tengo miedo de que me duela- dijo ella mirándome.
Yo: No te preocupes mi vida, ya verás que no es nada.
Lisa: Se suave por favor- suplicó ella.
Yo asentí y nos fundimos en un beso mientras ella quitaba mi vestido. Yo llevaba un encaje negro y ella también se quedó mirándome pasmada. Me sonrojé un poco pero la seguí besando susurrándole todo el rato que la amaba. Bajé lentamente y poco a poco me deshice de sus bragas. Estaba totalmente rasurada y tenía el clítoris rosado y totalmente hinchado. Abrí más sus piernas y acaricié sus muslos a lo que ella se estremeció. Pasé mi lengua por sus ingles y ella movió su cadera para tener mas contacto. No la hice sufrir más y lamí su clítoris y lo succioné.
Lisa: Ahhh Sarah- gimió Elisabeth.
Ella gemía como una loca, gozándolo y yo seguía con mi trabajo. Después de succionar su clítoris pasé mi lengua por su entrada absorbiendo sus líquidos. Subí a besarla mientras colocaba dos dedos míos haciendo círculos.
Yo: No te voy a hacer daño, te amo- le susurraba en su oído.
Ella se aferró a mi cuando sintió que metí mis dedos lentamente. A poca profundidad me encontré con su himen.
Lisa: Hazlo con delicadeza por favor- me pidió.
Sin que ella pudiera decir nada rápidamente rompí su himen haciéndola una mujer, mi mujer. Ella gimió y yo la callé con un beso. Bajé dándole besos y me puse a chupar su vagina. Se mezclaban en mi boca el sabor de sus jugos y de hierro. Con suavidad metí dos dedos y lentamente empecé un vaivén que aceleré a medida que Elisabeth gemía más alto. Sus suspiros y gemidos era lo que llenaban la oscura habitación. Cuando sentí que ya no le quedaba mucho para acabar empecé a succionarle el clítoris de manera que explotó en un gran orgasmo.
Lisa: Ahhh, te amo Sarah te amo!- gritó aferrándose a mi y clavando sus uñas en mi espalda.
Yo: Te ha dolido tanto como pensabas?- pregunté yo.
Lisa: Un poco, pero ha valido la pena- respondió sonriendo.
Ella se tumbó encima mío y empezó a besarme mientras una de sus manos acariciaba mi cadera y la otra masajeaba mi seno por encima de mi sujetador. De nuevo tan pronto como Elisabeth intentó desabrochar mi sujetador las imágenes de mi padre abusando de mi aparecieron.
Yo:-empezando a desesperarme- Para ya, déjame en paz- dije quitando a Elisabeth de mi con lágrimas en los ojos. Me odiaba a mi misma por no poder hacer el amor con la persona que más amaba.
Lisa: Shh mi amor escúchame bien. Yo no soy esa persona que tanto daño te ha causado. No se que es lo que te han echo, pero estoy segura que tu miedo no es por lo que te hicieron el día que te salvé- aclaró ella. Yo me quedé completamente alucinada.
Yo: Como sabes que no es por eso?- pregunté llorosa.
Lisa: Por que no llegaron a desvestirte del todo- explicó ella- Solo espero que algún día me lo puedas contar. Ahora fíjate en que soy yo, no te pienso hacer nada que no quieras que te haga, es más, voy a hacer que me lo pidas- concluyó ella atacando mi cuello.
Lo lamía y mordía, y me estaba volviendo loca, ella pareció notarlo puesto que pude oír como reía. Volvió a mis labios y después bajo hasta mis senos. Lentamente fue bajando las tiras de mi sujetador hasta que al final lo desabrochó y se quedó unos minutos mirando mi pecho.
Lisa: Son mejores de lo que recordaba- susurró en mi oído, ante esto yo reí y la atraje hacia mi para besarla.
Bajó besando mi clavícula, se paró en mis senos que ya tenían los pezones duros y se puso a lamerlos.
Yo: Mmmm- gemí mordiéndome el labio.
Lisa se quedó un buen rato en mis senos lo cual me excitó mucho. Subió de nuevo a mi boca y me besó apasionadamente.
Lisa: Te amo, te amo- repetía todo el rato.
Bajó, se quedó unos instantes en mi pecho y descenció besando cada parte de mi abdomen. Yo estaba completamente excitada y quería sentirla ya. Ella pareció comprenderlo, se acercó a mi intimidad y fue bajando lentamente mis bragas con sus dientes. Para mi tortura, ella no se acercó ni de lejos a mi sexo, sino que empezó a besar mis muslos, pasando por mis pies y repitiendo lo mismo con mi otra pierna. Justo cuando pensé que por fin me lo lamiera sentí el borde se sus pestañas acariciando mi clítoris y aquello me enloqueció.
Yo: Mmmm Elisabeth por favor... ahh hazlo yaaaaa- susurré descontrolada pero ella no me hizo caso.
Subió a atender a mis pechos y susurró pervertida en mi oído.
Lisa: Quieres que lo haga ya?- decía mientras lamia mi oreja. Yo asentí con la cabeza.
Lisa: Pídemelo- respondió ella. Dicho esto bajó de nuevo, sopló en mi clítoris y hizo presión con la mano pero sin moverla haciendo que yo me retorciera.
Yo: Hazlo ya por favor te lo pido!- grité yo desesperada.
Ella está vez obedeció y empezó a succionar todos mis jugos y jugó con mi clítoris. Dios, me estaba llevando al mismo cielo, esto nunca lo había sentido. Con ella todo era diferente, no se aprovechaba de mi, ella me estaba haciendo el amor como yo a ella anteriormente y se sentía realmente bien. Colocó dos de sus dedos en mi entrada y los metió lentamente. No sé si fue la expresión que puse que hizo que Lisa paró.
Lisa: Están bien? Te he echo daño?- preguntó rápidamente.
Yo: Ahhh, no pares sigue!- jadeé.
Ella sin salir de mi subió y empezó a besarme mientras me penetraba rápidamente. Yo le gemía en el oído y ella me susurraba que me amaba. Al poco rato arañé bastante fuerte su espalda mientras llegaba al mejor y en verdad único orgasmo.
Yo: Mmmmm te a-mo Elisa-beth!-grité con la respiración agitada mientras todo mi cuerpo se relajaba y caía rendido en la cama.
Ella sacó sus dedos de mi, me limpió y subió haciendo un caminito de besos que acabó en mi boca.
Lisa: Lo has disfrutado?- preguntó con una sonrisa satisfactoria.
Yo: Si, y mucho- dije intentando calmar mis pulsaciones- Gracias por hacerme sentir todo esto- susurré mientras unas lágrimas de felicidad asomaban por mis ojos.
Lisa: No hay que agradecer nada Sarah- respondió limpiando mis mejillas- Todo ha sido maravilloso, estoy muy feliz.
Yo solo le sonreí, nos tapé con las sábanas y ella me abrazó. Así dormí plácidamente mientras Elisabeth me daba pequeños besos en el cuello.
Hasta aquí este cap. Os gustó como acabó? Jejeje Comenten y valoren. Un beso y un abrazo muy grande!!