Mi salvación 7

Aquí está la conti, espero que la disfruten.

Aquí tienen el nuevo relato, espero que les guste.

Lisa: Amor no ocurre nada, no te voy a hacer daño, tranquila- intentaba calmarme ella. Yo solo pude aferrarme más a ella y seguir repitiendo lo mismo mientras ella me consolaba.


Elisabeth al ver que no me calmaba se empezó a desesperar también.

Lisa: Sarah que te pasa amor mío? No llores más, que ocurre?- preguntó ella al borde del llanto ya que habían pasado más de 10 minutos y no conseguía parar de llorar.

Sentía como de cada vez me era más complicado coger aire, hasta tal punto que estuve a punto de desmayarme, si no llega a ser porque Elisabeth me empezó a soplar a la cara. Esto hizo que me tranquilizara y pudiera llorar con más facilidad, llegando al punto que dejé de hacerlo.

Lisa: Dios Sarah, no me hagas esto más, casi me muero del susto- dijo ella abrazándome fuertemente.

Yo: Lo... lo siento- susurré mientras mi respiración se normalizaba.

Esto ya me había pasado un par de veces. Cuando algo me preocupa o me asusta mucho, tiendo a llorar tanto hasta el punto de tener que desmayarme.

Yo: Que es lo que me has echo?- pregunté yo.

Lisa: Verás, una vez que trabajé de canguro me dijeron que si al niño le daba por llorar, le soplara en la cara y así se tranquilizaría y al verte así se me ocurrió hacerlo- respondió ella- Que es lo que te ha pasado? Estás bien?- preguntó ella preocupada.

Yo: Tranquila, estoy bien, solo quiero dormir- respondí evitando la otra pregunta, no tenía la más mínima intención de contarle sobre mi pasado.

Lisa: Está bien- dijo ella resignada. Sabía que no era una respuesta que de momento le daría.

Difícilmente llegué hasta la cama, puesto que estaba muy mareada. Me tumbé al lado de ella y la abracé.

Yo: Te amo, te amo mucho, no me dejes nunca por favor- supliqué yo acariciando su mejilla.

Lisa: Yo también te amo, y no te pienso dejar nunca ni lo pienses- respondió ella besando dulcemente mi mejilla, pero me giré y se lo di en los labios. Le sonreí y me quedé dormida mientras sus dedos jugaban con mi cabello.

Desperté cuando sentí unos labios en mi cuello.

Lisa: Buenos días dormilona- me dijo Elisabeth sonriéndome.

Yo: Si cada mañana me voy a despertar así me mudaría ahora mismo a tu casa- respondí yo mientras ella besaba mis labios.

Lisa: Como has pasado la noche?- preguntó ella besando ahora la parte de debajo de mi oreja.

Yo: Perfectamente- respondí- Estás mimosita hoy ehh- comenté yo cogiéndole la cara y acercándola para besarla.

Estuvimos jugando un ratito en la cama hasta que ella dijo:

Lisa: Mi amor, me tengo que duchar. Abajo ya está el desayuno echo, come lo que quieras- dijo ella levantándose de la cama.

Yo: Por cierto ahora que recuerdo, que hacías ayer tanto rato en el baño? Es decir, ya se que me dejaste el pijama pero después te quedaste sin hacer nada- le dije yo pícaramente. Me podía imaginar lo que había echo pero quería ponerla en esa situación.

Lisa- se ruborizó completamente- Ehh, yo bueno estaba.... miran... dejando, este poniendo la...-se puso muy nerviosa, y al mirarme y ver que me estaba riendo solo pudo irse corriendo al baño y gritarme- Baja y desayuna ya!

Solo pude soltar una carcajada y bajé a desayunar. En la mesa había un montón de comida de todo tipo. Frutas, nata, hot-cakes, gofres... Estaba impresionada de que se hubiera tomado tantas molestias. Como quería desayunar con ella, me puse a mirar en una estantería en la que habían bastantes fotos. En casi todas aparecía una niña con la piel muy clarita y el pelo casi rubio la cual deducí que sería Elisabeth. En una me fijé que había un hombre bastante guapo junto con Elisabeth, un niño un poco más grande que ella y una señora muy guapa también.

Lisa: No desayunas?- preguntó Elisabeth abrazándome por la espalda.

Yo: Esa es tu familia?- pregunté.

Lisa: Así es, ese niño es mi hermano y la mujer mi madre. El hombre es mi padre, nos tomamos la foto apenas dos días antes del accidente- me contó con voz melancólica.

Yo: Hey pequeña, no te pongas así vale? El seguro que está cuidando de tu familia desde el cielo, al igual que mis padres a mi- la animé yo girándome y quedando cara a cara- Venga, vamos a desayunar que todo tiene muy buena pinta.

Ella obedeció y empezamos a desayunar, tengo que admitir que todo estaba realmente bueno.

Yo: Amor has cocinado todo esto tu? Está delicioso!- la elogié.

Lisa: Jajaja, si todo lo he echo yo, ser camarera también ayuda a saber cocinar- respondió ella guiñándome el ojo.

Yo: Que afortunada soy de tener a una mujer así con la que despertarme cada dia de mi vida- le comenté mirándola con todo el amor de mi alma.

Lisa: Afortunada yo por conocerte- me dijo ella susurrando.

Al final acabamos comiendo fresas con nata de nuestras bocas. Terminamos de desayunar, recogimos todo y ella se empezó a arreglar para ir a la universidad. Yo la acompañaría y después iría a mis clases. Salimos de su casa y conduje hasta la universidad. Cuando llegamos ella se bajó.

Yo: Amor quieres que te venga a buscar también?- pregunté yo.

Lisa: No, una amiga mía me llevará, no te preocupes- me respondió.

Yo: Y quien es esa amiga tuya si se puede saber?- pregunté yo un poco celosa, ella era solo mía y de nadie más jeje.

Lisa: Se llama Amara. No te pongas celosita mi amor- me dijo abrazándome- Es solo una amiga.

Yo: Eso espero-contesté.

Lisa: Mi amor me tengo que ir si no quiero llegar tarde- me dijo.

Yo: Está bien. Llámame cuando llegues a casa así sabré si esa tal Amara no te a raptado o algo por el estilo- le dije riéndome.

Lisa: No seas mala!- yo le saqué la lengua, ella la cogió con sus labios y finalmente nuestros labios se tocaron- Adios mi amor.

Yo: Te amo- contesté.

Ella sonrió y la observé caminar. Me fijé en que una chica fue corriendo hacia ella, la abrazó alegremente y le dio dos besos en la mejilla. Supuse que sería Amara, no la conocía y ya me caía mal. Deseché ese pensamiento y me fui al auditorio. Allí la compañía que me contrató me encargó una pieza suave en un plazo de tiempo muy corto, por lo cual me pasé la mayor parte del día componiéndola. Entre la pieza, y las clases que Tony me impartió, que la verdad fueron bastante duras, me cansé mucho. Cuando por fin salí, me dirigí a una joyería, ya que formaba parte de mi plan para pedirle a Elisabeth que sea mi novia. Me pasé un buen rato hasta que encontré justo lo que buscaba y me marché a mi casa. Ya solo quedaba planificar el lugar y expresar todo lo que sentía por ella.

Llegué a mi casa y me fui directamente al pequeño claro que había detrás de mi casa. Era un lugar lleno de vegetación, todo muy colorido con un precioso lago y un bosquecillo. Siempre iba allí cuando estaba muy saturada, me relajaba bastante. Me senté en el frío césped, saqué una libreta y un lápiz y comencé a dibujar, otro de mis hobbies que se me da bastante bien. No sé cuanto tiempo estuve ahí pero poco mis párpados se fueron cerrando hasta que una voz me asustó.

Lisa: Lo has dibujado tu?- me preguntó su voz melodiosa.

Yo: Si pero no me ha salido muy bien, estoy bastante cansada-respondí yo con la voz un poco adormilada-Que haces aquí? No te iba a llevar Amara a tu casa?- le pregunté yo.

Lisa: Y así lo a echo, está enfrente de tu casa. Es que no me apetecía ir a casa puesto que no tenía nada que hacer y le dije si me podía acercar. Te llamé pero supongo que estabas durmiendo, y me acordé que me dijiste que muchas veces estabas enfrente del pequeño lago que tienes, muy bonito por cierto- me explicó ella observando el lugar.

Yo: Que está aquí? Bueno, vamos a decirle que ya se puede ir- dije yo levantándome y cogiéndole de la mano. Era mi oportunidad para dejarle claro que ella estaba conmigo y que no se acercara mucho a ella.

Llegamos al porche de mi casa que estaba ocupado por un coche negro. Afuera estaba Amara mirando hacia nosotras. La detallé mejor y tenía que admitir que era bella, muy bella, pero no le llegaba ni a los talones a mi pequeña.

Lisa: Amara te quiero presentar a Sarah, estamos empezando a salir. Sarah ella es Amara mi amiga- nos presentó.

Amara: Hola Sarah- me miró como con desprecio.

Yo: Hola Amara- respondí yo fulminándola con mi mirada. Algo que me han dicho muchas veces es que tengo una mirada realmente impactante- Gracias por traer a Lisa a casa, ya te puedes marchar- la eché.

Amara: Bueno Lisa, nos vemos mañana, chao- se despidió de ella con dos besos y un abrazo que duró más de lo normal.

La observé marcharse en su coche. Esta chica me daba muy mala espina.

Lisa: Me encanta que me celes tanto- dijo abrazándome.

Yo: No me gusta, no me cae bien-le respondí- Quieres quedarte a cenar?-le pregunté yo.

Lisa: Por supuesto- respondió dándome un tierno beso en mis labios- Pero sabes cocinar?- me preguntó ella subestimándome.

Yo: Seguro que no tan bien como tu, pero bastante- le respondí yo sonriéndole.

Lisa: Y que me harás?

Yo: Es un plato que me gusta mucho ya lo probarás- dije yo entrando en mi casa.

Yo: Lisa quédate en el salón viendo la tele o algo para que no te aburras, si quieres te dejo mi portatil o algún libro para que leas- le ofrecí.

Lisa: Está bien mi amor, me quedaré por aquí- dijo dándome un beso.

Entré a la cocina y empecé a hacer la cena. Cuando no faltaba mucho para acabar puse la mesa y serví la comida.

Yo: Mi amor ya está la cena- le dije entrando en el salón con los dos platos. Ella estaba mirando una foto mía y de mi madre.

Lisa: Está era tu madre?- me preguntó sosteniendo la foto.

Yo: Así es- respondí yo.

Lisa: Era muy guapa, hermosa diría yo, pero no más que tu- dijo dejando la foto y besándome- Vamos a cenar que huele muy bien.

Nos sentamos en la mesa, serví la bebida y empezamos a comer.

Lisa: Dios esto está realmente bueno! Que es?- preguntó ella fascinada.

Yo: Es Tourtière, un plato típico de Canadá, mi preferido- dije yo degustando ese pastel de carne.

Lisa: Espero que me lo hagas más a menudo- dijo ella.

Yo: Las veces que quieras.

Seguimos hablando de un poco de todo. De como nos iban las clases, de lo complicado que empezaba a ser su carrera... Terminamos de cenar y ella me felicitó diciendo que estuvo muy buena la cena.

Lisa: Cariño quiero pedirte algo-dijo ella.

Yo: Dime- le respondí.

Lisa: Quiero que me toques una canción en el piano, tu preferida o la que quieras- me pidió ella sentándose en un lado del pequeño banco enfrente del piano.

Yo: Está bien, déjame que piense- respondí sentándome junto a ella.

Pensé un rato y me decanté por “Numb” de Linkin Park, una canción que me gusta mucho. Empecé a tocar y sin que ella me lo pidiese canté la letra aprovechando que tampoco lo hago mal.

I´M TIRED OF BEING WHAT YOU WANT ME TO BE

FEELING SO FAITHLESS LOST UNDER THE SURFACE

DON´T KNOW WHAT YOU´RE EXPECTING OF ME

PUT UNDER THE PRESSURE OF WALKING IN YOUR SHOES

Ella estaba expectante a lo que cantaba y tocaba. Creo que le sorprendió la letra pero igualmente no iba dedicada a ella.

CAN´T YOU SEE THAT YOU´RE SMOTHERING ME

HOLDING TOO TIGHTLY AFRAID TO LOSE CONTROL

CAUSE EVERYTHING THAT YOU THOUGHT I WOULD BE

HAS FALLEN APART RIGHT IN FRONT OF YOU

De repente sentí su mano en mi rodilla y es que sin darme cuenta me había emocionado tanto que solté unas cuantas lágrimas. Es que con está canción me sentí muy identificada los dos años que estuve con Paola y en verdad no sabía por que había elegido está canción, supongo que por la rabia que le tenía.

I´VE BECOME SO NUMB I CAN´T FEEL YOU THERE

I´VE BECOME SO TIRED SO MUCH MORE AWARE

I´M BECOMING THIS ALL I WANT TO DO

IS BE MORE LIKE ME AND BE LESS LIKE YOU

Terminé de tocar y miré a Elisabeth, quien me miraba tiernamente.

Yo: Creo que no hace falta aclarar que está canción no está dedicada a ti- comenté limpiando mis lágrimas.

Lisa: Está dedicada a Paola verdad?- me preguntó cogiendo mi cara con sus manos.

Yo: Si, pero no te la he tocado por que todavía sienta algo por ella ni mucho menos, si no para explicarte a través de la música lo que con las palabras normalmente me costaría más- respondí.

Lisa: Me he dado cuenta de que la música es realmente importante en tu vida. Casi todo lo que haces está relacionado con ella y me encanta que lo hagas- dijo besando mi frente.

Yo: Te gustaría bañarte en el lago? Mira que de noche la luna se refleja en el agua y es realmente hermoso- ofrecí cogiendo sus manos.

Lisa: Venga vamos- se levantó.

Le presté un bikini mio rosa y negro y yo me puse uno negro con patitas de perro blancas, cogí un bolso con dos mantas, porque me conocía y lo más seguro es que durmieramos en el césped, puesto que allí no puede haber nadie ya que es propiedad mía y la noche no era muy fría. Salimos y en menos de diez minutos ya estabamos allí. Dejé la bolsa y miré a Elisabeth, quien observaba pasmada la bella noche que teníamos enfrente. La luna como ya dije se reflejaba en el agua y había miles de estrellas en el cielo. El canto de los grillos perfeccionaba el lugar.

Yo: Te dije o no te dije que era precioso el lugar?- pregunté abrazándole por detrás- Habrás podido darte cuenta de que me encantan estos lugares tan naturales.

Lisa: Es maravilloso.

Saqué las mantas y las coloqué en el suelo. Cuando me quité la camisa miré a Elisabeth y me quedé completamente embobada. Ella ya se había quitado la camisa y el pantalón y pude observarla bajo la ténue luz de la luna. Era perfecta, su piel era muy pálida, incluso me llegué a preguntar si tendría alguna enfermedad, pero supuse que sería su tono natural, y me encantaba.

Lisa: Me has dado este bikini aposta no?- me preguntó ella mirandose. Era verdad, había cogido el bikini que menos tapaba jejeje.

Yo: No te puedes fiar de mi- le respondí carcajeándome y quitándome el pantalón. Ella también se quedó un rato embobada.

Aproveché su admiración hacía mi y me fui caminando al agua lo más tentadoramente posible y parece que resultó pues Elisabeth saltó a mi espalda y empezó a besarme el cuello desesperadamente. Nos reimos un rato y me fui metiendo al agua lentamente.

Lisa: Cuando te metas no me sueltes, seguro que estará helada- me pidió ella.

Yo la moví de manera que me abrazara con sus piernas por delante mientras la cargaba y me metía al agua. A medio muslo mío su trasero tocó el agua y ella dio un respingo. Debió parecerle muy fría puesto que pude notar como sus pezones se pusieron erectos, cosa que me dio mucha gracia. Lisa pareció darse cuenta de que lo había notado y sonrojándose se alejó rápidamente de mi, cosa que no permití.

Lisa:-completamente avergonzada- Suéltame! Este tipo de cosas no me hacen gracia Sarah!- me regañó ella medio enfadada medio divertida.

Yo: Cariño mio no pasa nada! Es normal que... bueno que se te pongan...así-intenté que no sonará muy directo pero no lo conseguí.

Lisa: Me da mucha pena!- dijo enterrando su cara en mi cuello.

Yo: No se puede ser más tierna- comenté besando su cabeza.

Al cabo de un rato ella se soltó de mi y nadó por su cuenta, yo hice lo mismo. En un momento de descuido, Elisabeth desató la parte superior de mi bikini quedándoselo ella y yo instintivamente me tapé los senos.

Yo: Que haces Lisa! Devuélvemelo!- la intenté seguir pero ella era mucho más rápida.

Lisa: Vamos cariño no seas tan sosa!- me dijo saliendo del agua y dejando el bikini debajo de una roca.

Yo:Amor no seas mala!- le rogué, pero no me hizo caso y solo se echó a reir.

Indignada, salí del agua tapándome con los dos brazos ya que eran lo suficientemente grandes como que para con una mano se me vieran un poco, pero no lo eran mucho. Desde que salí Elisabeth no me apartó la mirada ni un segundo, me detallaba a cada paso que daba. Me acerqué a la roca que estaba al lado suya e intenté coger el bikini con una mano, pero la piedra era lo suficientemente pesada y tendría que ayudarme de las dos manos.

Yo: Está bien tu ganas. Esto era lo que querías no?- dije dejando mis senos al descubierto.

Elisabeth se quedó con cara de asombro. Una de dos, o no se esperaba que lo hiciera o simplemente no le agradaban mis senos, pero me decanté por la primera puesto que los tengo bien paraditos. Mientras yo cogía mi bikini ella no dejó de mirarme, cosa que me avergonzó mucho, pero ella estaba con una sonrisa de oreja a oreja, tumbada en una de las mantas que dejé, detallando centímetro a centímetro mi piel. Me puse finalmente el bikini y me colé la camiseta, le di una a Elisabeth no quería que se me resfriara. Una vez ya arregladas, me tumbé junto a ella.

Yo: Te ha gustado lo que has visto?- pregunté yo pícaramente, sabía que este tipo de temas la avergonzaban bastante.

Lisa: -mirando hacia el cielo- Esto, yoo mmm...- no consiguió decir nada.

Yo: -dándole la espalda-Vale, está claro que no te ha gustado- dije yo fingiendo estar triste, sabía que le habían agradado, de no ser así no me hubiera estado mirando fijamente.

Lisa:-abrazándome- No no! No es que no me hayan gustado, en verdad si, tampoco los he visto mucho pero no me han desagradado- aclaró rápidamente.

Yo: Eres pervertida ehh- la chinché yo.

Lisa: Yo, ehhh, es que...- no la dejé decir nada más y la besé tiernamente.

Seguimos melosas hasta que me entró un poco de frío y nos tapé con la otra manta. Las dos nos quedamos mirando el precioso cielo que había.

Yo: Teneis que tener cuidado, la luna dentro de poco querrá raptaros para que ella siga siendo la más hermosa del mundo- le dije mirándola con amor. Ella me sonrió, me besó y se abrazó a mi.

Lisa: Pues defended a esta luna que carece de protección, ya que solo brillará para aquella que la salve- me susurró en mi oído. La aferré más hacia mi.

Yo: Siendo así os ofreceré mi corazón para que si salgo mal parada, conserveis mi eterno amor-concluí mirándola. Ella no respondió, se quedó mirándome.

Lisa: Creo que la que debeis de tener cuidado sois vos, sois un ángel caído del cielo, mucha gente os celará- me dijo ella sin apartar la mirada.

Yo: No debeis preocuparos por eso, mientras pueda guardaros el sueño nadie más que vos tendréis mi protección- respondí yo- Realmente sois una bendición de Dios. Te amo, te amo con toda mi alma y mi vida- dicho esto nos besamos apasionadamente hasta que llegó a mis labios un sabor salado.

Yo: Que ocurre Elisabeth? Por que lloras?- pregunté limpiando sus lágrimas preocupada.

Lisa: No es nada, pasa que en este momento no hay mujer más feliz en el mundo que yo. Te amo tanto-susurró.

Besé su mentón, después su frente, sus dos mejillas y su nariz. Junté mi nariz con la suya y nos dimos un besito de esquimal y finalmente moví mi cabeza y besé sus labios de improvisto. Aquel fue su beso de buenas noches.

Yo: Buenas noches mi vida, duerme bien-cerré mis ojos y la abracé queriendo protegerla de todo lo que le pudiera hacer daño a esta niña que me volvía loca.


Gracias por leer, comentar y valorar. Un beso muy fuerte a todos!