Mi salvación 15
Hola a todos de nuevo!! Aquí estoy con este cap. Espero que os guste!
Aquí os lo dejo.
Yo: Da-mián?- musité sintiendo como mi corazón se paraba en ese mismo instante.
Damián: Damián? Como que Damián? Llámame como lo que soy, tu padre- dijo el sonriendo.
Mis ojos estaban abiertos como platos y mi cuerpo empezó a temblar sin poder controlarlo. No no no era imposible que mi padre estuviese enfrente mía, el estaba muerto! Eso tenía que ser un sueño, un mal sueño del que sentí enormes ganas de despertar.
Yo: P-pero....C-como?- tartamudeé yo.
Damián: Jajaja, no te alegras de verme hija mía? Hacía mucho tiempo que lo estaba deseando. Mírate que cambiada estás! Toda una mujercita- dijo mirándome de arriba a abajo con perversión.
Todavía no salía de mi asombro de verdad tenía a mi padre delante mía, no lo podía creer! Entonces reaccioné.
Yo: Dónde está mamá? Si tu estás vivo, ella también!- dije emocionada.
Damián: Jajaja no está viva, la maté yo mismo con mis propias manos- comentó el.
Yo: Por qué? Qué es lo que te ha echo?!- grité enfurecida, mis únicas esperanzas de que ella estuviera viva se acabaron.
Damián: No me ha echo nada, es solo que no quería que te inculcase que la homosexualidad era correcta. Por cierto, qué tal te va con tu novia Elisabeth?- preguntó el.
Me quedé de piedra, cómo sabía el de ella? Me sentí palidecer a mi misma.
Yo: C-cómo sabes de ella?- pregunté con un nudo en la garganta.
Damián: Jajaja sé mucho de tu vida, no te creas que todos estos años te he dejado sin vigilancia- rió el.
Yo: Qué quieres Damián? Cómo has sobrevivido? Yo misma te vi muerto!- grité. Me pegó una cachetada y yo solo pude sobarme la mejilla.
Damián: Quieres no llamarme Damián? Soy tu padre! Y a mi no me hablas así, veo que no has aprendido nada estos últimos años. Y en cuanto a como es que estoy vivo, no es de tu incumbencia- dijo.
Yo: Qué es lo que quieres?- pregunté con lágrimas en los ojos.
Damián: No se trata de lo que quiera yo, si no de lo que quiera ella- dijo señalando a su derecha. Estaba tan sorprendida que no me había dado cuenta de que alguien lo acompañaba y para mi asombro era Paola!.
Yo: Qué haces tu aquí? Qué es lo que queréis?- pregunté asustada. Las palabras de Paola me vinieron a la mente “Voy a hacerte sufrir mucho”.
Paola: Déjame que te cuente. Yo estoy enamorada de el, de echo nos casaremos aunque no sabemos la fecha. La cosa es que te tengo mucho odio del pasado tu nunca quisiste acostarte conmigo y eso me enfureció mucho, hasta tal punto que lo único que quiero hacer es verte sufrir. Tu padre también quiere eso, así es que ahora te vamos a contar lo que tienes que hacer- contó abrazando a mi padre y besándolo.
La imagen me pareció repulsiva y la verdad de todas las cosas la que menos me esperaba era esa, estaba totalmente sorprendida y confundida.
Paola: Si quieres que te sea sincera no soporto verte con esa Elisabeth así que es sencillo, o bien terminas la relación o la que pague las consecuencias será ella, y créeme que no será nada agradable- dijo ella.
Entonces sentí como mi mundo se venía abajo y la angustia se apoderó de mi. No podían pedirme eso, ella era la que me daba alegría, ella era la que me daba la vida, no podría estar sin ella.
Yo: NO NO NO POR FAVOR, cualquier cosa menos eso!- pedí con la voz quebrada.
Damián: No hay otra cosa que te vaya a doler más así que no. Y si no quieres no pasa nada, pero las consecuencias caerán sobre ella y tu sabes muy bien lo que soy capaz de hacer- contestó.
Yo: Por qué? Por qué yo? Qué es lo que os e echo?- me lamenté bajando la cabeza.
Paola: Nos has cansado Sarah, nos has echo mucho daño a los dos. Primero a mi no me satisfaces y a tu padre le dices que eres lesbiana, tienes que pagar por el daño causado- dijo.
Mis lágrimas caían a borbotones por mis ojos. Estaba dolida y deshecha, quería morirme en ese mismo instante. Qué sería de mi vida sin ella? Cómo podría soportar no ser la primera persona en ver su hermosa sonrisa cada día? Cómo podría sobrevivir sin sus besos? Y por otro lado Cómo soportaría ver la reacción de ella? Eso era en lo último que quería pensar.
Damián: Vaya parece que no quieres hacerlo. Está bien, entonces se lo haremos pagar a ella- dijo alejándose.
En ese mismo instante se me encogió el corazón y levanté la vista rápidamente.
Yo: NO NO! Está bien lo haré, lo haré, pero no le hagáis nada os lo ruego!- dije desesperada.
Damián: Jajaja no esperaba menos de ti. Está bien no le haremos nada, pero tu mañana acabarás con ella, entendido?- explicó el. Yo no pude articular palabra y el habló de nuevo- Entendido?!- gritó.
Yo: Si!- respondí furiosa.
Paola: Así me gusta. Mañana te daremos indicaciones de lo siguiente que tienes que hacer- dijo.
Yo: Qué más queréis?!- pregunté.
Damián: No quieras adelantarte a los acontecimientos, mañana sabrás más- contestó- Nosotros nos vamos ya. Recuerda que mañana es tu último día con ella, y si no obedeces ya sabes las consecuencias, tampoco creo que haga falta decir que como le cuentes algo de esto a alguien también sufrirá ella. Hasta mañana- se despidió.
Se fueron caminando y cuando los perdí de vista grité y pateé el suelo y todo lo que me encontré. Cuando me cansé me tiré en el suelo y descansé mi cabeza en las rodillas, lloré y lloré durante horas. Tenía que buscar la forma de librarme de ellos, pero cómo? Yo bien sabía que era imposible y que el mínimo error mío podría costarle la vida, no, no quería pensar en eso me moriría si le pasase algo. Cómo dejar al amor de mi vida? Estaba desolada y me exploté la cabeza pensando la manera de decírselo a ella sin que le doliera mucho y no me odiase, aunque sabía que lo mejor para mi era alejarla completamente, no quería que por un fallo mío su cuerpo estuviera en las manos de ese degenerado. Decidí que lo mejor era que me odiase así no se acercaría a mi, pero pensar en el simple echo de que me ignorara me partía el corazón. En eso sentí unos pasos acercarse, levanté la mirada y vi a Mike mirándome. Me extrañó mucho el echo de que estuviera aquí ya que había oscurecido.
Mike: Sarah qué es lo que ha ocurrido? Por qué estás así?- se acercó a paso rápido hacia mi.
Yo: Mike...- dije levantándome y tirándome encima de el- Mike me quiero morir! No quiero seguir viviendo!- me desahogué en sus brazos desatando mi llanto.
Mike: Sarah no me asustes, por Dios que ha pasado?- preguntó preocupado abrazándome fuertemente.
Yo no hacía más que llorar fuertemente, estaba desesperada y con el corazón partido en mil pedazos. Al cabo de un rato y viendo que no dejaba de llorar, Mike intentó consolarme.
Mike: Sarah si sigues así te desmayarás. Tranquilízate seguro que no es tan grave- dijo en un intento de tranquilizarme.
Sus palabras hicieron que llorara más y finalmente sentí como mi cuerpo se desvanecía y como intentaba coger aire.
Mike: Sarah reacciona! Sarah!- oí a lo lejos y después todo se volvió negro.
Desperté cuando sentí algo frío en mi frente y me paré bruscamente. Me giré y vi a Mike con un trapo en la mano.
Mike: Sarah al fin despiertas! Llevas 2 horas inconsciente, sabes lo preocupado que me tenías?- dijo el.
Yo: Qué ha pasado?- pregunté confusa.
Mike: No lo sé, esperaba que me lo dijeses tu. Fui a tu casa y te encontré llorando en el suelo, qué ocurrió?- quiso saber.
Hice memoria y lo recordé, rápidamente mis ojos se llenaron de lágrimas y Mike me abrazó.
Yo: No puedo contártelo Mike, no puedo contártelo...-susurré en sus brazos.
Mike: Vamos Sarah entre nosotros nunca ha habido secretos, no voy a contárselo a nadie- me aseguró el.
Yo: De verdad no es algo que te pueda contar, no depende de mi- contesté.
Mike: Tan grave es?- preguntó.
Asentí con la cabeza. Estuvimos unos cuantos minutos abrazados y miró el reloj.
Mike: Sarah yo ya me voy a mi casa a descansar, tu tendrías que hacer lo mismo, el avión de Elisabeth llega a las 10:30 y supongo que tendrás muchas ganas de verla- dijo.
A mi se me cayeron más lágrimas y me las enjugué.
Yo: Si tienes razón, creo que descansaré un rato- respondí.
Se acercó y me dio un beso en la frente.
Mike: Espero que me puedas contar que es lo que sucede, no me gusta verte sufrir- dijo el desde la puerta. Yo le sonreí agradecida- Hasta mañana- se despidió
Oí como bajaba las escaleras y cerraba la puerta me tumbé y intenté dormir un rato pero me fue imposible pasé toda la noche despierta, no paraba de dar vueltas en la cama y llorar pensando en lo desgraciada que sería sin ella, entonces el ruido del despertador indicó que ya eran las 9:45. Con pesadez me levanté de la cama y fui a darme una ducha. Cuando terminé me miré en el espejo, estaba horrible, tenía los ojos hinchados y rojos y unas ojeras considerables. Lentamente me vestí y sin desayunar salí a afrontar el que seguramente sería el peor día de mi vida. Llegué al aeropuerto y aparqué donde pude, no pude evitar soltar unas cuantas lágrimas pero rápidamente las limpié y me puse unas gafas de sol para que no se denotara mi cansancio. Me mentalicé bien y suspirando salí a paso firme del coche. Caminé y esperé en donde los pasajeros bajan del avión y entonces la vi, un enorme vacío me inundó y mientras ella se acercaba a paso acelerado a mi me preguntaba de donde demonios sacaría la fuerza para hacerlo, aunque a quien quería engañar, no podría sacar nunca las fuerzas para hacerlo.
Lisa: Sarah mi vida te he echado de menos!- dijo tirándose a mis brazos.
Dios no me podía hacer esto, su olor llenó mi nariz y la nostalgia empezó a apoderarse de mi, sentía como temblaba y por un momento pensé que mis piernas no me aguantarían y que me iría contra el suelo. Ella se separó lo suficiente y se acercó a besarme, con todo el dolor de mi alma me aparté y ella me miró extrañada.
Lisa: Te pasa algo?- preguntó.
Yo: No, no es nada-respondí- Elisabeth, hay algo de lo que tenemos que hablar- dije mientras un nudo se me formaba en la garganta.
Lisa: Está todo bien?- insistió.
Asentí y me la llevé al parque. Durante el camino ella intentaba darme muestras de afecto y yo las rechazaba, cada vez que la esquivaba era como si me clavaran un puñal en el corazón. Al final llegamos al parque y nos sentamos en un banco.
Lisa: De qué me querías hablar?- me preguntó.
Yo me quedé pensativa las palabras no me salían, no podía emitir un solo sonido.
Lisa: Sarah te encuentras bien? Has estado muy rara desde que nos hemos visto- habló ella ahora preocupada.
Por un momento se me pasó por la cabeza no decirle nada y mudarnos de país yo tenía el dinero suficiente eso no sería problema, enseguida que lo pensé mejor me pareció una completa estupidez, ese hombre estaba enfermo y era capaz de cualquier cosa. Entonces suspiré y poniendo lo más firme y decidida posible me decidí a hablar.
Yo: Verás Elisabeth, estos tres días que he pasado sin ti me han servido para darme cuenta de algo- dije yo sintiendo como se me iba la voz.
Lisa: Y qué es?- preguntó sonriendo.
Yo: Me he dado cuenta de que... de q-que no te amo- dije sin mucha convicción mirándola.
Me costó horrores decirlo y algo me decía que no iba a ser tan fácil seguir adelante con esto. Enseguida su sonrisa se esfumó de su cara seguro que no era la respuesta que pensaba.
Lisa: De qué me estás hablando Sarah?- dijo ella desconcertada.
Yo: Ya te lo he dicho-respondí yo. Para mi desgracia ella no se dio por vencida tan fácilmente.
Lisa: Sarah no encuentro la gracia en esto, sinceramente ya te he dicho que lo tuyo no son las bromas- dijo ella.
Entonces supe que no aguantaría mucho más y que mi papel me estaba saliendo fatal, así que tuve que ponerme firme.
Yo: No es ninguna broma Elisabeth. Sabes qué? Nunca te he amado, no te amo y por supuesto nunca te amaré es más, TE ODIO! Estoy mucho mejor sin ti ya me has cansado- respondí yo firme, ella estaba empezando a creérselo.
Lisa: Por qué me dices esto Sarah? Yo te amo y tu me amas, cuál es el problema?- preguntó con lágrimas en los ojos, me quería morir en ese instante.
Yo: No Elisabeth, YO NO TE AMO, ENTIENDES? Solo necesitaba a alguien para quitarme el miedo a tener relaciones y tu caíste en mi trampa, es sencillo. De verdad crees que alguien como yo podría estar junto a alguien como tu?- contesté segura aunque por dentro el dolor me estaba matando, no soportaba verla así.
Lisa: Sigo sin creerte- respondió ella.
Yo: Cómo quieres que te lo diga? NO TE AMO, no has sido más que un juego para mi, solo me he aprovechado de ti y ya está, no siento nada por ti, podría atropellarte un camión y seguiría exactamente igual!- contesté, me salió realmente bien y al final Lisa acabó creyéndolo.
Lisa: No lo puedo creer, NO LO PUEDO CREER! Todo este tiempo solo me has estado usando y yo como tonta caí, cómo pude estar tan ciega?!- se reprochó llorando. Yo hice el intento de una risa que la verdad me salió muy creíble.
Yo: Ahora que ya está claro lo que cada una siente no me busques, no me hables, no me mires, ni siquiera quiero que respires el mismo aire que yo me das asco, entendido?- dije fríamente.
Lisa: Por qué Sarah? Por qué me haces esto?- preguntó con la voz quebrada, de cada vez sentía como el pecho se me oprimía más.
Yo: Yo no estoy haciendo nada, has sido tu la que ingenuamente ha dado todo por “amor” jajaja- me burlé.
Ella se levantó enfurecida, se quitó el dije que yo le di y me lo lanzó entonces supe que en ese mismo instante mi vida acababa y que ya nada tendría sentido sin ella.
Lisa: TE ODIO SARAH, TE ODIO COMO NO HE ODIADO A NADIE EN MI VIDA!- me gritó con despreció, yo solo rogaba a Dios por que eso acabara lo más rápido posible.
Yo: Jajaja, me odias? No, yo creo que te equivocas. TU ME AMAS!- le grité burlándome.
Lisa: Qué ganas con todo esto Sarah? No podías directamente haberte buscado a otra persona que buscara lo mismo que tu?- preguntó mientras miles de lágrimas se deslizaban por sus mejillas.
Yo: Entonces que hubiera tenido de divertido? Quería experimentar que se siente jugando con la gente como me lo hicieron a mi, y sabes qué? No ha estado del todo mal, en verdad ahora mismo me encanta verte así de mal- contesté arrogante.
Ella cogió su equipaje y sollozando en un mar de lágrimas se fue casi corriendo. Cuando Elisabeth se fue fuera de mi alcance visual las lágrimas invadieron mis mejillas me sentí desgraciada no podía creerlo, creo que sin duda hubiera sido mucho menos doloroso que me abrieran en canal y me sacaran todos los órganos, y es que no los necesitaría puede que por fuera aparentara estar viva pero por dentro estaba muerta, no sentía nada más que dolor, angustia, desesperación, ira y, sobre todo, amor infinito hacia Elisabeth. Noté como alguien se sentó al lado mía pero no le presté atención ni lo miré estaba concentrada mirando aquel dije.
Paola: Muy bien, veo que has cumplido tu parte del trato- oí que me decían.
Inmediatamente giré mi rostro y encontré el de Paola, sonriente y feliz, en esos momentos no tenía más que ganas de matarla, matarla por hacer que perdiese lo que más me importaba en este mundo.
Yo: Qué más queréis? No es suficiente ya?- rogué sollozando.
Paola: Jajaja más quisieras. Ven acompáñame- dijo levantándose. Yo no me moví del sitio- Todo lo que hagas repercutirá en la seguridad de ella, te aviso que si no quieres que le pase nada más te vale acatar todo lo que nosotros te digamos- dijo ella.
Me levanté, guardé el dije y la seguí hasta donde quería ir. Me llevó a un bar, entramos y una hola de humo me invadió había un montón de gente fumando y bebiendo, el olor de tanto tabaco me dieron ganas de fumar, di gracias a que Paola caminaba rápidamente si no no me hubiera resistido a pararme y pedir un cigarrillo. Tras unos segundos de caminar entre tanta gente llegamos a una mesa en la que estaba Damián, me indicó que me sentara y así lo hice, ella se sentó en su regazo y se besaron apasionadamente giré la cabeza y puse cara de asco, me resultaba asquerosa esa escena.
Damián: Si estáis aquí eso significa que has cumplido parte de tu trato me alegra saberlo, aunque también se adivinaría por tu cara estás horrible- comenzó el. Yo le eché una mirada asesina.
Yo: Me dijisteis que terminase con ella y así lo he echo ya a acabado, puedo marcharme ya?- dije cansada, no haber dormido en toda la noche me estaba empezando a pasar factura.
Damián: Jajaja solo acabamos de empezar. En primer lugar te diré las indicaciones, no podrás ser amable con ella, si te busca la ignorarás tendrás que hacerle daño y por supuesto tu no la buscarás harás como si ella nunca hubiera existido para ti. Si te atreves a desobedecer alguna de estas reglas puedes despedirte de ella, la pobre no podrá volver a salir a la calle- dictó.
Yo escuchaba cada palabra y cada una era una punzada de dolor en mi corazón, no podía controlar mis lágrimas.
Damián: Una vez dicho esto pasemos a lo siguiente. Cada dos días te mandaré un mensaje a tu móvil con una dirección a la que tendrás que ir- explicó.
Yo: Qué tendré que hacer?- pregunté asustada.
Damián: Tranquila todo a su debido tiempo. Ahora te enseñaré una pequeña demostración de lo que haremos en esas direcciones- dijo el levantándose.
Yo los seguí hasta una habitación que no tenía muy buena pinta y me temí lo peor, con el corazón aceleradísimo entré en aquella sala. Cerraron la puerta y me fijé en lo que había en una mesa y me quedé de piedra. Habían todo tipos de instrumentos para pegar, cuerdas, fustas, un objeto metálico y un paño. Yo me giré y le miré horrorizada mientras el sonreía, se me acercó y me pegó una cachetada que me tiró al suelo.
Damián: Verás esto es lo que haremos en los sitios citados. Tendrás dos opciones a elegir, una será que te golpearé y dañaré con lo que yo quiera o bien tendrás la opción de dejarte ser tocada por mi-habló el acercándose a mi.
Yo me aparté de el y me coloqué en la esquina aterrada.
Damián: Tu serás quien elija pero tendrás que elegir una de las dos. Quiero que tengas presente que cuando quieras que pare yo lo haré, pero haré lo que me venga en gana con Elisabeth. Si quieres también puedes ahorrarte el sufrimiento y acabar con esto ahora, pero supongo que ya sabrás que le sucederá-habló el.
Yo estaba en shock no podía articular palabra.
Paola: Te dejamos 10 minutos para que te pienses bien la respuesta- dijo mientras salían por la puerta.
Lloré amargamente. Cómo podía ser que mi vida se hubiera vuelto de un sueño a una pesadilla en solo dos días? Estaba confusa y asustada no podía parar de temblar todo esto era demasiado. Damián me lo había dejado todo muy claro, bien podía estar yo a salvo y poner en peligro a Elisabeth o podía ganarme mi sufrimiento y su seguridad. Qué elegiría? La respuesta era clara, en mi vida permitiría que tocasen a Elisabeth pero, cómo soportaría yo esta condena? Sería más llevadero si al menos la tuviese a mi lado pero para mi desgracia solo me acompañaba su odio. Me preguntaba constantemente, qué era lo que había echo yo para merecer esto? Por qué me arriesgaba tanto teniendo la oportunidad de estar a salvo en mi casa? Todo se resumía a una simple razón: Elisabeth. Valdría la pena arriesgarse tanto por ella? Eso era una pregunta que ni siquiera tenía que pensarla, valdría la pena hasta acabar con mi vida con tal de que ella estuviera bien y eso era algo que tenía muy claro. Pasaron los 10 minutos y entraron de nuevo a la habitación.
Damián: Y bien, qué has decidido?- preguntó el sonriendo.
Yo: Lo haré, adelante, puedes hacer conmigo lo que te plazca pero no quiero que me toques, golpéame pero no dejaré que disfrutes de nuevo con mi cuerpo- dije yo seria.
A el se le desfiguró totalmente la cara y miró a Paola la cual también estaba impresionada.
Damián: Vaya no pensaba que te arriesgarías tanto por una simple mujer- admitió el.
Yo: Ella no es una simple mujer papá (me costó decirlo ya que odiaba llamarlo así, el me obligaba) ella es mi vida, sé que nunca entenderás que ame a una mujer, pero es así y haré cuanto esté en mi mano para que a ella no le pase nada porque simplemente LA AMO- aclaré decidida.
El me miró decepcionado, supongo que pensaba que podría hacerme cambiar de parecer y así me quedé, esperando mi destino.
Hasta aquí llega el capítulo de hoy. Espero que os haya gustado, la inspiración se me está empezando a acabar, espero que sea durante poco tiempo. Un beso y un abrazo!