Mi salvación 13

Ya estoy de vuelta!

Aqui os traigo la conti, espero que les agrade!

Yo estaba confusa con tanta charla y confesión. No puedo negar que en cierto modo me molestó el echo de que tuviera a alguien esperándola en México pero entendía que no me lo contase tenía que darle tiempo. Noté como Elisabeth se recostaba más y susurrándome al oído un "te amo" se propuso dormirse. Con la tranquilidad que me daba ella más su embelesador aroma y sus caricias en mi abdomen no tardé mucho en dormirme.


Desperté cuando la alarma de mi móvil sonó, rápidamente la apagué para que no despertase a Lisa la cual dormía en mi pecho. Me estiré y solté un gran suspiro me había echo muy bien dormir unas horitas, bajé mi vista y observé como descansaba tranquilamente. Me acerqué a ella y acaricié su mejilla con el dorso de la mano, la besé en los labios con cuidado me levanté y fui a la ducha. Cuando terminé salí envuelta en una toalla y me paré enfrente de mi armario escogiendo la ropa, en eso sentí como unas manos apartaban el pelo de mi cuello.

Lisa: Qué es esta marca?- preguntó con el ceño fruncido.

Yo rápidamente me la tapé, me giré y vi que ya estaba vestida, le sonreí.

Yo: No es nada mi vida. Cómo has dormido?- evadí.

Lisa: Cómo que no es nada?- continuó ella volviéndome a apartar el pelo y girándome, con su dedo recorrió aquella marca y cerré mis ojos fuertemente haciendo una mueca- Cómo te hicieron esta cicatriz?.

Abrí los ojos y la miré con angustia dándole a entender quien me la hizo, ella enseguida cambió su expresión de desconcierto a una de compasión y tristeza.

Yo: Fue un látigo...-respondí con voz queda mirando el suelo.

Oí como suspiró e inmediatamente me abrazó enterrando su cara en mi cuello, nos quedamos en silencio mientras sus manos acariciaban mi espalda.

Lisa: Venga cambiate ya que te resfriarás- rompió el silencio.

Asentí y mientras yo me cambiaba ella se sentó y buscó alguna otra cicatriz existente en mi cuerpo, solo pude rezar para que no encontrara muchas de las otras que tenía bien escondidas, pero para mi pesar su expresión indicaba que si lo había echo, no podía aguantar más su mirada sobre mi.

Yo: Puedes voltearte?- le supliqué en un susurro. Ella desvió su mirada y la fijó en la ventana, podía ver como miraba el paisaje tristemente- Gracias- le agradecí.

Cuando terminé las dos salimos del cuarto bajamos al salón y vimos a Mike viendo la televisión. Nos quedamos un rato viéndola también y cogiendo las flores fuimos hacia el cementerio. Una vez allí nos dirigimos hacia la tumba de mi madre, yo rápidamente quité unos hierbajos que cubrían la lápida y Mike y Lisa me ayudaron a cuidar el entorno. Una vez terminado yo como siempre coloqué el ramo de flores, me senté en el suelo y empecé a hablarle. Lo hacía desde siempre, pensaba que existía una mínima posibilidad de que me escuchase. Mike y Lisa me dejaron espacio alejándose.

Yo: Sabes mamá? Este posiblemente haya sido mi mejor año. Una empresa me ha dado un contrato de compositora, puedes creerlo? Me acuerdo que ese hombre(refiriéndome a mi padre) siempre me decía que no perdiera el tiempo con estupideces, pero tu siempre me animabas diciendo que persiguiera mis sueños y que nunca me dejara influir por nadie más que por mi misma- conté yo, hacía incluso los gestos con las manos como si hubiera alguien en verdad ahí.

Yo: También me he reencontrado con mi mejor amiga Neila, hacía tanto que no la veía! La he extrañado mucho, está muy cambiada. Mike ha conseguido novia al fin, quién lo diría? Está muy contento y feliz, me alegro mucho por el ya le tocaba. Y sabes qué? El trabajo de todos estos años siendo fría e inmutable para ganarme la seguridad de mi misma ha sido resquebrajada con tan solo una mirada. Te preguntarás, estás enamorada? Si, si lo estoy, de la persona más maravillosa que te puedas imaginar. Y sabes qué es lo mejor? Ella también lo está de mi. Es aquella chica que está al lado de Mike- me giré y la señalé ya que estaba a mis espaldas, ella en esos momentos estaba abrazada y sentada con Mike mirando el suelo- A qué es hermosa? Está preocupada por mi se le nota, estos días han sido muy duros para mi- los ojos se me empezaron a aguar y la voz a quebrar- Dios te echo tanto de menos, daría lo que fuese por tenerte a mi lado te necesito tanto. Si te hubiera preguntado tan si quiera si estabas bien o algo estarías aquí a mi lado, disfrutando de todas las cosas buenas que me han ocurrido todos estos años. De verdad que lo siento mamá, lo siento mucho es culpa mía, es culpa mía...-me arrepentí, siempre que iba le pedía perdón por lo que ocurrió.

En ese momento sentí como unos brazos me levantaban del suelo, me giré y vi que era Lisa. Ella me sonrió con tristeza y me abracé a ella.

Lisa: No tienes que preocuparte, ella seguro nunca te ha culpado de lo que pasó, no pudiste hacer nada. Si decidió salvarte fue porque te ama con todo su corazón y lo último que querría sería ver como sufres por esa decisión, no te parece?- me animó.

Me aparté un poco de ella y asentí, con sus manos me limpió las lágrimas y sonrió.

Yo: Muchas gracias Lisa de verdad no sé como haces para hacer que me sienta mejor- le dije yo agradecida.

Lisa: No hace falta que agradezcas nada.

Nos separamos y caminamos hacia Mike, este también me abrazó y así nos fuimos a un café que había cerca de allí. Seguimos allí dos días más en los que tanto mis abuelos como Mike y Lisa me demostraron su apoyo, después volvimos a Colombia y con eso nuestras respectivas obligaciones. Entregué la pieza que pude terminar esos días y al parecer les agradó mucho, agregaron el dinero en la cuenta bancaria que hice para el orfanato. Así pasó la semana, trabajando duramente y quedando con Lisa, Mike, Michelle y Neila que ya regresó de Canadá, estas dos últimas ya se incorporaron al grupo.

Desde que Lisa sabía sobre mi pasado podía notar como la confianza había aumentado notablemente, aunque todavía no me había comentado nada sobre lo que hablaron Mike y ella cuando pensaban que dormía, me preocupaba ya que solo faltaba una semana y no sabía si comentarle yo el tema. Un viernes por la tarde después de salir de clases me encontraba leyendo un libro debajo de un árbol en el parque. Desde que conocí a Elisabeth me apasioné más por los paisajes al aire libre, me relajaba mucho. Leía un poema con el que estuve totalmente identificada, era de Leonardo Romero S.

No permitas que te engañen mis apariencias.

Porque no son más que una máscara,

quizá mil máscaras que temo quitarme,

aunque ninguna me representa.

Doy la impresión de estar seguro,

de que todo va viento en popa,

tanto dentro como fuera,

de que soy la confianza personificada,

de que la calma es mi segunda naturaleza,

de que controlo la situación

y de que NO TENGO NECESIDAD DE NADIE.

Pero no me creas, te lo ruego.

Externamente puedo parecer tranquilo,

pero lo que ves es una máscara.

Por debajo, escondido, está mi verdadero yo

sumido en la confusión, el miedo y la soledad.

Pero lo escondo.

No quiero que nadie lo sepa.

Me aterra pensar que pueda saberse.

Por eso tengo constantemente necesidad

de crear una máscara que me oculte,

una imagen pretenciosa que me proteja

de la miradas sagaces.

Pero esas miradas son precisamente mi salvación,

y lo sé perfectamente,

con tal de que vayan acompañadas

de la aceptación y del amor.

Ese autor me encantaba teníamos en común bastantes aspectos de la vida y el amor, cada vez que le leía quedaba fascinada. En eso sonó mi móvil.

Yo: Si?- contesté sin mirar.

Lisa: Hola mi vida! Qué tal?- se escuchó a Lisa.

Yo: Hola amor. Cómo estás?- la saludé yo. Enseguida escuché su voz una sonrisa se dibujó en mi rostro.

Lisa: Estoy muy cansada! Amara y yo hemos salido a dar una vuelta para despejarnos un poco- contestó bostezando.

Ellas dos habían quedado para hacer un trabajo de clase. Seguía sin tragar a Amara pero ya no le tenía tantos celos, incluso podíamos estar en un mismo espacio sin ningun tipo de tensión en el ambiente.

Yo: Pobre mi niña! Has trabajado mucho?

Lisa: Si, este trabajo es la mitad de la nota final, es muy importante-dijo ella- Y tu dónde estás?

Yo: Estoy en el parque, me apetecía distraerme un poco me estresa estar en casa- contesté arrancando hierba del suelo.

Lisa: Estás en el parque?- preguntó sorprendida.

Yo: Así es, estoy leyendo poesía sabes que me encanta- repondí.

Lisa: Si ya lo sé, tienes un estante lleno de poesías en tu casa- contestó.

Yo: Has estado investigando por mi casa a mis espaldas?- pregunté divertida.

Lisa: Es que me da mucha pena despertarte por las mañanas, te ves tan mona! Y como duermes hasta bien tarde me da curiosidad por saber que gustos tienes- respondió.

Yo: Eres una chismosa!- reclamé riendo.

Lisa: Soy mujer, qué quieres que le haga?- dijo ella.

Yo: No eres una mujer apenas tienes 18 años, eres un bebé!- dije.

Lisa: Es verdad tu no eres ni mujer, eres una señora!- exclamó riendo.

Yo: No me hagas sentir mayor! Solo tengo 23 años- respondí haciéndome la ofendida.

Lisa: Ves? Ya me sacas 5 años, eres una asalta cunas- dijo ella.

Yo: Entonces si tan mayor te parezco tu eres una asalta tumbas!- contesté.

Lisa: Jajaja, que tonta que eres!- rió.

Yo: Jajaja pero te encanto igual-dije- Qué hora es?- pregunté mientras jugaba con mi cabello.

Unos brazos me rodearon por el cuello y una voz me susurró “ Son las 16:45”. Inmediatamente solté el móvil y dando un brinco y un pequeño gritito me giré rápidamente.

Yo: Elisabeth! Cuantas veces te he dicho que no me asustes?!- dije un poco enojada y sobresaltada.

Solo se podía escuchar la estruendosa risa de Lisa, eso hizo que la mirara seriamente.

Lisa: Amor, amor jajaja, lo siento de verdad jajaja, no te enfades- dijo mientras volvía a enredar sus brazos por mi cuello- Te prometo que ya no rio más- dijo ella mirándome.

Estuvimos unos segundos en silencio mientras ella hacía todo lo posible por no reír, fracasó y de nuevo su melodiosa risa invadió mis oídos. No pude evitar dejar de estar enfadada, su risa era lo que me daba vida, era lo que me daba ilusión de vivir. Yo también sonreí.

Ella paró de reír y sonriendo me besó. Yo la estreché en mis brazos y pusé mi cabeza en su cuello mientras aspiraba su aroma y le acariciaba suavemente la espalda. Me sentí totalmente tranquila. De repente una voz nos interrumpió.

Amara: Al fin la encontraste- dijo ella mirándonos.

Lisa: Si, me ha sido difícil, pero de entre la multitud escuché una risa que solo podía pertenecerle a ella- respondió levantándose y ayudándome a mi.

Yo: Hola Amara- la saludé.

Amara: Qué tal Sarah?- correspondió ella.

Cogí mi libro, marqué la página y lo guardé en mi bolso

Yo: Y bueno, qué haceis aquí?- pregunté mientras empezamos a caminar.

Amara: Es que hemos ido a dar una vuelta para descansar y esta no te ha podido evitar llamar- contó.

Lisa: Si, y como me dijiste que estabas en el parque justamente empecé a buscarte, fue cuando te escuché reir que te encontré- siguió ella,

Yo: Es decir, reconoces más mi voz que tan solo verme?- pregunté mirándola.

Lisa: Tu voz me es imposible de confundir- contestó abrazándome.

Seguimos caminando y pasamos un buen rato. Cuando miré mi reloj decidí que ya era hora de dejarlas.

Yo: Mi vida me voy a ir ya, os dejo para que vayais a casa y termineis el trabajo- dije levantándome del banco donde estaba.

Lisa: Está bien, vete ya- respondió ella.

Yo: Te amo- dije besándola-Chao Amara, cuidaos.

Lisa: Espera un momento- me detuvo- Esta noche tenemos que hablar, tengo que contarte una cosa- dijo ella.

Yo: Ha ocurrido algo?- me preocupé.

Lisa: No, no es nada, es solo una cosa que tengo que decirte- inmediatamente se me vino a la cabeza que a lo mejor me contaría lo de su viaje o que quería celebrar nuestro primer mes siendo novias ya que era hoy.

Yo: Cuando nos vemos?- pregunté-

Lisa: Quedamos en mi casa a las 18:30?

Yo: Perfecto. Hasta luego- volví a despedirme de ella con un beso y me fui.

El camino a mi casa fue largo 1 hora aproximadamente pero no me importó, fui disfrutando del paisaje. Llegué a casa y me senté en el sofá, tenía una sensación de bienestar inexplicable. Decidí ponerme a tocar algo. Después de un buen rato me duché y me vestí sencilla pero formal, terminé de arreglarme cogí mi regalo y me fui, a los 15 minutos ya estaba en su casa. Aparqué y toqué el timbre.

Lisa: Hola mi amor- me saludó.

Yo: Hola mi vida- le respondí dándole un gran beso. Me fijé en que llevaba el dije que le regalé, eso me hizo enormemente feliz y con una sonrisa le di el retrato ya acabado.

Lisa: Dios Sarah, está mucho más precioso que cuando lo vi! Muchas gracias- dijo ella con entusiasmo. Yo le sonreí y me besó

Estuvimos besándonos un buen rato me era inevitable, sus labios eran pura adicción para mi, eran mi ración diária de energía. Desgraciadamente nos separamos, entró para dejar el retrató y cerró la puerta.

Yo: Adónde vamos?- le pregunté cogiéndola de la mano.

Lisa: Al cine- contestó apretando mi mano con la suya.

Caminamos unas cuantas calles y al fin llegamos al cine. Escogimos una peli de terror, más que escogimos escogí, ella no quería verla porque le daba miedo pero ante tanta insistencia mía y súplicas accedió. Ella se tiró toda la película abrazada a mi, me daba mucha ternura ver como en las partes de miedo escondía su cara en mi hombro. Yo no me asusté mucho la verdad, estuvo bien. Cuando salimos ya era de noche.

Yo: Mi amor ya hemos salido tranquila, no hace falta que te abraces tanto a mi, me vas a arrancar el brazo!- dije yo riendo.

Lisa: No te rias! Odio las películas de terror, obviamente me dan miedo!- reprochó ella pegándose más a mi.

Yo: Que tierna!- dije mientras pasaba mi brazo por su cintura.

Volvimos a su casa y me metió en una habitación con televisión para que no me aburriese mientras ella preparaba una sorpresa. Tenía mucha curiosidad por saber que era lo que estaba haciendo, al poco rato entró y me dijo que ya podía salir. Lo que había estado haciendo era una cena super romántica en su jardín. Todo era precioso, la luna llena daba una tenue luz que estaba reforzada por unas cuantas velas y había preparado un tipo de carne que no identifiqué pero que tenía una pinta bárbara. Nos sentamos y ella sirvió vino.

Yo: Mi amor todo esto es hermoso! No tenías porque tomarte tantas molestias- le dije yo mirando a mi alrededor.

Lisa: Ya lo sé pero quería hacerlo por ti, por ver esa preciosa sonrisa que tienes, por ver esos hermosos ojos que tienes brillar de emoción y sobre todo, por nuestro primer mes saliendo- respondió sonriente.

Yo: Gracias mi vida, de verdad que es todo muy hermoso- contesté.

Yo le sonreí y comenzamos a comer, estaba muy bueno todo. Hablamos de los planes que teníamos pensados para el futuro. Ella dijo que se veía como una gran profesora viviendo en una gran casa conmigo y dos niños. Me hizo extremadamente feliz que me incluyera en el futuro.

Yo: Quieres tener hijos conmigo?- pregunté emocionada.

Lisa: Por supuesto que si. Tu no quieres?- dijo ella un poco triste.

Yo: Yo lo quiero todo contigo, es solo que me hace muy feliz que me digas eso, me encantan los niños- contesté sonriendo.

Inmediatamente respondí vi como sus ojos rebosaban de felicidad y me encantaba el hecho de saber que lo provocaba yo. Seguimos hablando de cualquier cosa y pude notar como intentaba decir algo pero siempre acababa por no decirla.

Yo: Elisabeth, qué era lo que me tenías que decir?- le facilité el trabajo, sabía que era eso lo que quería contar.

Ella dejó el cubierto y me cogió de la mano la cual reposaba en la mesa, su tacto me hizo estremecer.

Lisa: Es que no sé como lo tomes- dijo ella angustiada.

Yo: Sobre qué trata?- intenté ayudarla.

Lisa: Es sobre una cosa que pasó antes de conocerte- contestó ella.

Entonces supe que lo que quería decirme era lo del viaje y me tranquilicé ya que también cabía la posibilidad de que fuera otra cosa.

Yo: Tranquila cariño, de que trata?- insistí.

Ahí fue entonces cuando me contó exactamente lo que le dijo a Mike.

Lisa: Y bien...? Prefiero ir yo no te enfades mi amor yo te amo a ti no volvería con ella ni loca solo...- la interrumpí.

Yo: Elisabeth, Elisabeth, no estoy enfadada ya lo sabía- le dije yo.

Lisa: Solo quiero aclara... un momento, ya lo sabías?-preguntó ella. Iba a contestar pero me interrumpió- Te lo contó Mike, verdad? Es que no se puede confiar en el!- vociferó enfadada.

Yo: No no, no me lo dijo el, más bien me lo dijiste tu- ella hizo cara de no entender- Cuando se lo contaste a Mike allí en Canadá estabais conmigo en la cama, solo que yo estaba despierta, me iba a quedar dormida justo cuando entraste y me abrazaste- le expliqué.

Lisa: Y por qué no me lo dijiste antes? Tu sabes lo que me he preocupado esta semana por decírtelo?- preuntó ella un poco enfadada, pero se le notaba que estaba aliviada.

Yo: Jajaja, eso era una cosa que tenías que decirme tu- contesté.

Lisa: De verdad que no te importa?- preguntó ella.

Yo: No, confio en ti, aunque preferiría que viniese ella supongo que ya tendrás el billete así que no te voy a hacer desperdiciarlo- le dije yo.

Ella me sonrió y nos quedamos agarradas de la mano en silencio. Al cabo de un rato recogimos la mesa y mientras ella estaba en la cocina me senté en el césped contemplando la luna. Sentí como me abrazó por la cintura y empezó a besarme delicadamente el cuello haciendo que un escalofrío me recorriera de arriba a abajo. Giré mi cuello y la miré fijamente a los ojos me parecieron años los que estuve mirándolos, me perdí completamente en ellos quedé hipnotizada, entonces reaccioné y la besé suavemente. Ella enseguida me correspondió, puse mis manos en sus mejillas y ella me agarró por la cintura, dejamos pasar a nuestras lenguas ansiosas por encontrarse y lucharon en una guerra en la cual no consistía en haber un ganador, si no en demostrar el amor y la pasión que sentíamos. La temperatura fue aumentando nos levantamos y fuimos a su habitación entre besos y carícias. Delicadamente la tumbé en la cama y me coloqué encima, besé y lamí su cuello arrancándole algunos suspiros.

Pasé de su cuello a su oído y me entretuve en lamer su lóbulo y morderlo suavemente, sabía que ese era su punto débil, mientras me concentraba en esa zona de vez en cuando le susurraba un “Te amo” o “Me encantas”, mis manos se encontraban en su abdomen recorriendo su costado mientras las suyas descansaban en mi cadera. Bajé dando besitos a su cuello y cuando intenté quitarle la camisa su voz me detuvo.

Lisa: Sarah, estás segura de querer hacerlo? No me importa esperar- ofreció ella respirando entrecortadamente.

Yo: Quiero hacerlo, no hay cosa que desee más- respondí.

Ella me besó de nuevo y me quitó la camisa, yo hice lo mismo y aprovechó para quedar encima mía. Acarició mis costillas y mis senos por encima de mi sujetador haciendo que exhalara, ahora empezó ella a besarme el cuello y mi oido acción que me calentó más todavía. Mis manos estaban inquietas no sabían donde pararse, si en su suave espalda o en sus perfectas caderas era todo un dilema. Me acomodó y me quitó el sujetador y contempló mis senos durante unos instantes después me miró a los ojos como pidiendo permiso, yo cogí sus manos y las llevé a ellos, me besó apasionadamente y empezó a masajearlos haciendo que mis pezones se me pusieran extremadamente duros haciendo que empezaran a dolerme, dejó de besarme y bajó lamiendo mi cuello hasta llegar hasta ellos, entonces lamió por alrededor de mi aureola derecha haciéndome gemir, finalmente se metió el pezón en su boca dándole un mordisquito

Yo: Mmmm- murmuraba yo.

Estaba excitadísima podía sentir como palpaba mi sexo, ella desabrochó mis jeans y los lanzó lejos, acarició mi vulva por encima de mi ropa interior y moví mis caderas en busca de más contacto. De nuevo subió hasta mis labios y fue cuando le di la vuelta y me tumbé encima de ella, le quité el sujetador y sin más empecé a succionar uno de sus rosados pezones mientras que acariciaba el otro. Empezó a gemir lo cual me excitó más, pasé a chupar su otro pezón mientras le quitaba sus pantalones. Fui bajando por su plano vientre y metí mi lengua en su ombligo haciéndola estremecer, mientras besaba y lamía todos los rincones de su abdomen me fui deshaciendo de su ropa interior dejándola como Dios la trajo al mundo. Acaricié sus piernas y las separé viendo su sexo en todo su esplendor, estaba muy mojada y su clítoris estaba hinchadísimo. Pasé mi lengua por su muslo y me fui acercando lentamente a su intimidad, la miré y ella estaba con los ojos cerrados y mordiendo su labio inferior, me juré a mi misma que esa imagen quedaría grabada a fuego en mi mente, era simplemente hermoso verla así. Estuve besando sus ingles y ella empezó a mover su cadera, no la hice sufrir más y lamí su clítoris, ella soltó un gran gemido. Succioné su botoncito del placer y lamí su raja bebiéndome sus flujos, con mis dedos empecé a masturbarle su clítoris y metí mi lengua en su vagina haciéndola gritar.

Lisa: Aaagghhh mmmm no pares, no pares!- gemía.

Aumenté el ritmo con mi lengua y me mantuve así por un rato. Su sexo empezó a contraerse y sabía que no le quedaba mucho más para que llegara su orgasmo, así que mientras lamía y succionaba su clítoris la penetré con dos dedos, ella lo gozaba. Su cadera se movía frenéticamente y la penetré más rápido. Finalmente explotó en un gran orgasmo que hizo que su cuerpo se agitara bruscamente.

Lisa: Agggghh mmmm te... amo Sa-rah!- gritó clavándome sus uñas es mi espalda.

Su cuerpo descansó al final en la cama y mientras esperaba a que se repusiera la limpié y fui besando su cintura, su cadera, su vientre, sus pechos, subí por su cuello y acabé en sus labios besándola con ternura y cariño. Cuando su respiración se normalizó bajó a mis pechos y los lamió. Yo seguía excitada por sus gemidos y por darle placer así que no tardó mucho en llegar a mis bragas, me las quitó y hice una mueca, Lisa subió y mientras me besaba y me susurraba que me amaba empezó a estimularme con sus dedos mientras que con la otra mano me acariciaba los pechos. No tardé en gemir lo cual hizo saber a Lisa que estaba lo suficientemente excitada y dejando un rastro de saliva empezó a lamer mi palpitante sexo. Mis gemidos aumentaban y con eso la rapidez con la que Elisabeth lamía.

Sentía que no me quedaba mucho para acabar y fue cuando sentí que dos dedos me penetraban, aguante mi respiración y abrí mis ojos para encontrarme con la mirada preocupada de Elisabeth. No me dolía ni mucho menos, solo sentí impresión al sentir algo ahí. Cuando Lisa estuvo a punto de salir de mi cogí su mano impidiéndoselo y empecé yo a marcar el ritmo de penetración, poco a poco fui gimiendo fuertemente y intenté dejar de penetrarme yo para que continuara ella, pero no me dejó y la miré, entonces comprendí que ella quería que yo la guiara, pude ver su carita de preocupación al poderme hacer daño y eso me enterneció en lo más profundo de mi alma, con la mirada fija en ella tuve un gran orgasmo que me llevó al cielo.

Yo: Mmmmmmmm te a-amo- gemí arqueando mi espalda.

Mi cuerpo estuvo envuelto en unos cuantos espasmos. Lisa me limpió y fue directa a besarme, no pude evitar llorar ante tanto placer y felicidad. Ella se dio cuenta y con la cara más angustiada que haya podido poner dijo.

Lisa: Sarah mi amor, estás bien? Te he echo daño?- preguntó desesperada.

Reí y seguí besándola.

Yo: Me encanta cuando siempre que lloro después de hacerlo o cuando te interrumpo me preguntas si me has echo daño- dije yo feliz- No me pasa nada, no estoy acostumbrada a sentir esto tan hermoso, nada más- la tranquilicé.

Me sonrió aliviada, nos cubrió con la sábana y me abrazó quedando frente a frente. Pasó su brazo por mi costado y yo cogí su mano. Aunque luché con todas mis fuerzas por no dormirme para verla descansar, mi cuerpo estaba demasiado fatigado y Morfeo se apiadó de mi.


Hasta aqui llega el cap. He tardado un poco más pero el cap ha sido más largo, eso lo compensa jejeje. Espero que les haya gustado y gracias por leer, valorar y comentar. Saludos!!