Mi revancha con Luz (2° parte)
La primera parte fue solo el comienzo, aca continuo con el resto del dia..
Hola, aquí continuo con lo que sucedió aquel sábado de invierno, con Luz en mi casa.
Luego de ducharnos ambos, fuimos a la cama. Entre el alcohol y el sexo, estábamos fusilados, y nos quedamos dormidos en minutos.
Al abrir los ojos, ya era más de mediodía. Había sido una madrugada de sexo, pero yo no había acabado aun. Luz estaba dándome la espalda, así que ahora era mi turno.
Me metí entre sus nalgas, y le empecé a chupar su pequeño agujero. Se lo veía arrugado, hundido, con un aroma dulzón. Mientras con mi mano, ubique su verga, que yacía dormida sobre uno de sus muslos.
Luz giro, me miro, y se abrió de piernas. Me metí al medio, y mientras la pajeaba, metía mi lengua en lo más profundo de su culo. Ella gemía, ponía sus ojos en blanco, me miraba, y me agarraba de la nuca, para que metiera la lengua lo más adentro posible.
Su pija recobro dureza, mientras yo seguía dilatando su culo. Comencé a meter algún dedo, mientras ella me saco la mano, y empezó a pajearse. Ver esa hermosa verga delante mío, como cobraba vida, era mucho.
Metía su pija dentro de mi boca, todo lo que podía, luego la sacaba y lengüeteaba sus huevos, y sentía como de a poco se iban llenando. Pasaba mi lengua por todo su escroto, tratando de culminar en su hermoso agujero. Ella se apretaba sus tetas, duras y firmes, y cada tanto se pajeaba.
Fueron largos minutos de mamadas y lengüetazos, mi pija pulsaba por descargar la leche, pero yo quería cogerla. fui y me puse un preservativo, mientras Luz seguía masturbando su garrote. Abrí sus piernas, me puse saliva en la mano, le puse un poco a su culo, y comencé a penetrarla suavemente, para poder atrasar mi acabada.
Mientras más la cogía, más se pajeaba Luz. Por momentos yo la sacaba, y me metía su pija en la boca, mamaba un poco, y luego volvía a penetrarla. No sé cuánto tiempo habrá pasado, pero no aguante más, y comencé a acabar como un desaforado dentro de su culo. Luz acelero las pajeadas, y mientras yo largaba las ultimas gotas, y comenzaba mi retiro, ella explotaba, su leche fue a parar a sus tetas, y parte del abdomen. Y luego escurrió un agua, con la pija casi muerta. Me acosté sobre ella, para besarla, porque ambos habíamos tenido un lindo polvo.
Quedamos en ese sopor posterior al sexo, uno sobre el otro, mientras su leche se secaba entre los cuerpos.
Luz: ¿Ser, cariño, te parece si me quedo hasta la tarde acá?, estoy muy vestida de gato, y no tengo ganas de llegar a plena luz a mi casa. Mis vecinos me pueden hacer historia.
Yo: dale, quédate, almorzamos algo.
Ella se fue a lavar, mientras yo preparaba algo de comer. Una vez que puse la mesa y los platos, fui a lavarme un poco Yo quedé en bóxer y ella se dejó solo su tanga, mientras su mástil quedaba agarrado por el elástico.
Comimos, mientras miramos algo de tele. Luego nos sentamos a tomar un café en el comedor. Éramos viejos amigos compartiendo una buena charla.
Me conto de una ex pareja, a la cual nunca pudo penetrar, por su tamaño, y que le costaba encontrar alguien que soporte su pija. Es cierto, hay que tener una buena dilatación, ya que Luz tiene un hermoso mástil negro, casi de ébano,
Yo: en mi caso, desde que salgo con Karina, he aprendido a colocar mejor mi culo, para que las penetraciones no me causen daño. ¿Tengo una duda, cuanto mide tu pija?
Luz: ¿no sé, queres medirla?
Yo: jaja, dale.
Me pare, fui a buscar un centímetro que tenía, y se lo coloque. Eran un poco más de 18 cms en estado de descanso (mi chica tiene casi 20 cm en su máximo).
Mientras se la media, comencé a acariciarla, casi como si estuviera lustrándola.
Luz: ¿hmm, seguro que solo queres medirla?, no tenes algo mejor que hacerme?
Me arrodille, le quite su tanga, y la seguí midiendo, pero con mi boca. La metía lo más profundo posible, la ensalivaba, y la pajeaba. Acariciaba sus huevos. Hermosos, sin un pelo, rugosos. Sentía como se iban llenando de a poco de su miel. Ella se incorporó, y así pude meterme su pija en la boca completamente, mientras sopesaba su bolsa de huevos. La gire, abrí sus nalgas, y hurgue con mi lengua en su culo. Aún seguía abierto, después del polvo mañanero. Metí mi lengua lo más profundo posible, mientras con mis manos abría sus nalgas. Luz no paraba de gritar, yo continúe con mi lengua, mientras de a poco introduje algún dedo.
Luz: para, para...que voy a acabar.
No era mi idea aun, quería sentarme sobre su verga hinchada nuevamente, sentir como me abría al medio.
Me pare, la gire y la bese con ganas, con mi lengua recorrí todo su paladar, y con las manos le apretaba las tetas. Le agarre la pija, y así la lleve a la cama.
La acosté, me subí, y seguí mamándola. Luz estaba totalmente ida, después me confesó que había pensado llenarme la boca de leche, pero se contuvo.
Le di un forro, y el lubricante. Se lo colocó apurada, casi como si estuviera nerviosa, su pija no se dejaba encapuchar, vibraba, se sentía como emanaba calor de sus huevos. Cuando pudo colocar el forro, se tiro todo el pomo de lubricante encima. Yo miraba esa escena extasiado. No veía la hora de sentarme sobre su verga, y cabalgarla.
Así lo hice. De a poco me subí sobre ella, mientras la miraba. Su frente estaba perlada, evidentemente estaba muy caliente. Agarré su pija, y la fui llevando hacia mi culo. Yo estaba abierto de par en par, y quería comérmela hasta el fondo. Era el más putito de todos. Esa pija merecía una buena cogida.
Cuando lo ubique en la puerta de mi culo, comencé a bajar despacio, con temor a que me desgarre analmente. Luz también sabía que un mal movimiento, me dejaría fuera de la lucha. Así que también ayudaba, teniendo su pija mientras yo descendía sobre ella. Al llegar solo hasta la mitad, y cuando comenzaba a sentir dolor, me detuve, relaje mis esfínteres de a poco, como si estuviera en el baño, respire profundo y deje pasar unos segundos para continuar descendiendo por esa madera dura, rígida y caliente que Luz portaba entre sus piernas.
Al cabo de un rato, logre llegar al final del viaje. Tenía más de 25 cms de carne dentro mío, y quería hacerlo durar lo más posible. Me agarre de sus tetas, que a estas alturas eran casi dos piedras, mientras ella me masturbaba y me agarraba mis tetillas. Cabalgué descontrolado, había comido la verga de luz completamente.
Cuando mi culo estaba acostumbrado a semejante invasor, decidí salir de ahí, y ponerme de costado. Luz se acomodó y volvió a meterme la pija, que entro casi sin dolor. Me besaba el cuello, me besaba en los labios. Era realmente un polvo de novela. Casi no sentía dolor, a pesar de recibir pija hasta el fondo.
No podía más, estaba a punto de acabar, así que me masturbe casi enfermizamente. Luz lo noto y empezó a bombear más a prisa. Largue un primer chorro, con tanta fuerza que fue a parar al piso, los siguientes quedaron en la cama. Luz continuaba bombeando, pero yo le pedí que parara un poco, ya me dolía su pija dentro mío. Me salí, ella seguía caliente, y yo me acerque a su verga, le quite el forro, y la masturbe, quería ver en primer plano como pulsaba leche esa verga.
Uno, dos, tres movimientos, y el primer chorro quedo en mi cabeza, los siguientes los recibí en mis hombros, y cuello. No me anime a mamársela, pero estuve a punto de saborearla.
Estaba fusilado, con el culo abierto, había acabado como nunca, y ya no podía más. Me acosté al lado de Luz, ella se acurruco en mi pecho, y nos quedamos dormidos nuevamente.
Al despertar ya era casi el atardecer, se levantó, se ducho, tomamos algo, y se fue. Ese sábado nunca lo olvidé, fueron más de 12 horas de sexo, y pude disfrutar una buena verga en mi culo.