Mi repartidor

Cuando te traen un paquete a casa no te imaginas que puede acabar siendo...

sola en casa. maravilloso es el único adjetivo que puede describirlo. como siempre cuando nadie me molesta me levante tarde... y cuando me levante lo único que me apetecia era darme un bañocaliente, asi que me quite el pijamay me coloqué una toallamientras la bañera sellaenaba con agua caliente .

alguien llamo a la puerta, me puse una bata encimay abrí, era un chico moreno, con el pelo largo y ojos marrones intensos, de esos que te llevan a la locura con solo mirarlos; llevaba un paquete en la mano para mi, le dije uqe entrase en el salón mientras yo iba a por el DNI, volvi y firme el papel, cuando levante la miradale vi que no quitaba ojo del escote de mi bata donde sin querer se entreveían mis pechos, miré hacia abajo y, a su pantalóndonde vi la erecciónque su uniforme no podia esconder. eso me excitó, deje el papel en la mesa, cogí su manoy la acerqué a mi boca, chupé sus dedos uno a uno suavemente, sin prisa, mientras él miraba perplejo como lo hacía, cuando acabé puse su mano en mi pecho y rocé con la punta de la lengua sus labios. él reaccionó de inmediatotirandome contra la pared, abriendo mi bata y besandome ardientemente. le separé y eché un vistazo a la targeta de identificación que llevaba en la chaqueta.

-Oscar, ¿te apetece un baño?

le cogí de la mano y le llevé al serviciodonde la bañera de agua caliente estaba esperandonos. le quité la camisa y una camiseta ajustada que llevaba debajo, le mordí los pezones y él dejó salir un gemido, sin más dilación le quité la ropa y él tiro al suelo la bata que no escondía nada de mi cuerpo. Me acercó a él agarrando mis gluteoshaciendo que mi vientre notase su túrgido miembro y me besó, mordisqueando mi lengua...

entramos en la bañera y me dijo que no me moviese, él se puso de rodillas, mordisqueando y lamiendo mi pecho, mientras sus manos se sumergían entre los pequeños rizos afeitados en forma de flecha, rozando mi clitoris, haciendose paso por mis labios para introducirme un dedo dentro, viendo que yo ya estaba húmeda metió dos entrecruzándolos dentro de mimientras seguía acariciando suavemente mi clitoris. mis gemidos subían de volúmen a la vez que él aumentaba la velocidad, pequeños espasmosrecorriron mi cuerpo dejando soltar mis fluidos en su mano, en sus dedos. él se levantó despacio y me besó, ahora fuí yo la que bajó mordisqueando y lamiendo sus pezones mientras mis manos rozaban suavemente su pene erecto, suave y lentamente acerqué la puntita de mi lengua a la puntita de su capullolamiendolo como si fuese un helado... hasta cerrar mis labios y sumergirla en mi garganta, mientras mi lengua jugaba con ella. al notar que su respiración se volvía más agitada y los gemidos más audibles paré en seco y me estiré en la beñera, él se echó encima, dirigió su poya a la entrada de mi vagina y empujó suavemente, embistiendo con calma, haciendo más larga la dulce tortura.

yo no podía más, necesitaba sentirle con fuerza así que le empujé hacia atras y me levanté. le llamé con el dedo, él vino a miy sin contemplaciones le tiré a la toalla que estaba en el suelo y me senté sobre él, sintiendo como su miembro me llenaba por dentro, empecé a cabalgar suavemente pero no aguante mucho así que aumente el ritmo y la fuerza, cabalgando freneticamente, sin control, hasta notar como estallaba dentro de mi, aumente un poco más mi cabalgada hasta llegar a la cumbre del placer terminando a la par que él. qyedé tendida encima de él, respirando agitadamente en su oreja.

cuando nos tranquilizamos nos metimos en la bañera para limpiarnos. se vistió y besó mis labios con la promesa de traerme él siempre los paquetes...