Mi relación con mi Papá. Parte 3
En la que mi papá me comenta que es bisexual, me tomo toda su leche y luego sus orines.
Me desperté desnudo en su colchón, era ya de mañana, él no estaba en la cama, salí del cuarto mi ropa seguía tirada en la cama, me asomé por la ventana y vi que su vehículo tampoco estaba. Fuí a su baño, vi su ropa sucia, agarré un calzoncillo y lo olí, me excitó demasiado, el recuerdo de haberlo tenido dentro era demasiado intenso, tuve una erección, regresé a la cama, busqué mi celular y le escribí un mensaje a un amigo para contarle lo que había pasado, era domingo en la mañana y probablemente estaba dormido, fui a la cocina por un vaso de agua, completamente desnudo, lo escuché entrar y me vio desnudo, de pies a cabeza, me vio fijamente, puso la compra sobre la mesa, me beso y me dijo: "deberíamos de hacer ejercicio". La primera vez que nos habíamos bañado juntos había sido después de correr así que me pregunté si ese iba a ser nuestro código. Me puse la ropa que estaba todavía tirada en la sala, mi atuendo para seducir a mi papá. Salió de su cuarto cambiado, abrimos el app y vimos que tocaba hacer.
Mientras entrenábamos no podía dejar de verlo. Sus músculos marcados por el peso de las mancuernas, su expresión de esfuerzo, su respiración pesada, su piel sudada. Yo entrenaba también pero no me podía concentrar. "Hijo, no me veas así o por cogerte no voy a poder terminar la rutina", me dijo. Sus palabras tuvieron el resultado contrario a lo que creo que buscaba y me excite más. La tenía dura como nunca, no la escondí. Los dos estábamos sudados, quería probar su pene sudado, tener su semen en mi boca, probar su leche. No habíamos terminado pero noté que empezaba a guardar el equipo. "No me aguanto las ganas de repetir" me dijo, mientras me besaba, me metía sus manos en mi calzoneta, me apretaba las nalgas. Su lengua dentro de mi boca sabía demasiado bien, sus labios por mi cuello, su respiración, me puso las manos en la cintura mientras seguía bajando, llego a mis pezones, los comenzó a lamer, segundos después los mordía suavemente, yo dejaba salir un gemido. "Te la quiero chupar" le confesé, me empujo para que me pusiera de rodillas y se bajó el short. Frente a mi estaba aquel pene delicioso que quería más que ningún otro, pero empecé por las bolas, las lamí hasta dejarlas sin una gota de sudor y con mi saliva, me encantaba, lo miraba fijamente a los ojos y el me regresaba la mirada, le encantaba lo que estaba haciendo. Me desnudé aunque no requirió mucho esfuerzo, lamí el tronco de su verga, el la tomó con su mano y empezó a golpear mi cara con ella, eso me excitó más todavía.
"¿Querés mi leche?" me pregunto. "Si, quiero que te vengas en mi boca". "Rogame por ella" me ordenó, eso me hizo perder el control, "papi, dame tu leche, llename la boca con tu semen, soy tu puta" le dije, dio un suspiro de satisfacción, "¿sos mi puta?, ¿vas a hacer todo lo que te ordene?, todavía estás sucio verdad? yo te quiero limpio, por eso no te la voy a meter, chupala", me agarro fuerte de la cabeza y violó mi boca. Mis ojos empezaban a lagrimear pero no quería que parara y el no daba señales de parar. De vez en cuando paraba para dejarme respirar. "¿Te gusta?" me preguntó, mis ojos llenos de lagrimas, mis manos jugando con sus bolas y que no protestaba le deben de haber dicho que si. Sacó su verga de mi boca, me tomó de la barbilla, se inclinó para darme un beso, su lengua en mi boca que estaba cansada, "¿te gusta mi verga, verdad hijo?", le respondí que si como pude. Me sorprendió escupiéndome en la cara, ahí fue cuando me di cuenta que a mi papá le gustaba duro y fuerte como a mi. Siguió violandome la cara, lo escuchaba respirar fuerte y gemir, gemia con placer en un tono bien alto, entre aliento me preguntaba si me gustaba, de repente lo escuché gemir más fuerte y luego exhalar con violencia. Fue cuando sentí su semen inundar mi boca, su pene bombeaba con fuerza una leche espesa, no sacó su pene de mi boca, tenía un sabor fuerte pero me encantaba, me agachó para besarme y nos acostamos juntos. Desnudos, sudados y abrazados comenzó a masturbarme, sabía como usar sus dedos, no solamente jalaba mi verga sino que jugaba con ella, pasaba sus dedos por la punta, acariciaba el frenillo, sabía lo que estaba haciendo. Me hizo venirme con suaves movimientos con las puntas de sus dedos, no recordaba haber sentido tanto placer de una pajeada antes, mi semen quedó en el suelo. Mi papá me abrazó y me beso.
Mientras estabamos acostados me confensó que era bisexual, que solamente había tenido unos dos o tres encuentros con hombres en su vida pero que siempre le había gustado. Me preguntó si yo le había contado a alguien lo que había pasado anoche y le dije que solo a un amigo. "¿Crees que tu amigo que crea?" me dijo, "no lo sé, no tiene porqué dudar; ¿tú le contaste a alguien", "Sí, a alguien" me respondió. Antes de que pudiera preguntar a quién me dijo que nos ducharamos, que sabía que desde anoche no me había bañado.
Ya en el baño nos abrazamos y nos besamos con la excusa de enjabonarnos, el labó mi ano con cuidado, tanto cuidado que realmente me estaba dedeando, no me molestó. Quería tener sexo sin parar con ese hombre pero todavía no podía seguir. El tenía una semi erección pero nada muy fuerte. Cerré los ojos y me perdí en ese momento, su pecho, sus brazos, el agua tibia que salía de la ducha. De repente sentí un chorro más caliente por mis piernas, me llamó la atención, abrí los ojos, nos separé un poco y vi como de su verga salía un chorror amarillento, me estaba orinando. No me molestó ni me incomodó, sentí como mi erección se iba haciendo más fuerte, "¿te molesta?" me dijo, el chorro amarillo paró. Yo era un fan de los watersports, siempre me habían excitado, "no, pero si lo vamos a hacer vamos a hacerlo bien". Cerré la ducha y me puse de rodillas. Me vio a los ojos y dejó salir otro chorro a mi pecho, con mis manos mi embarraba de los orines de mi papá, los llevaba hasta mi pene. "¿Te gusta?" le pregunté, "no quiero parar nunca" me dijo. Entonces decidí dar el siguiente paso. El chorro era duro a mi pecho, saqué mi lengua y deje que su punta tocara los orines, lo escuché exhalar, siempre había sido un hombre de pocas palabras y en el sexo era bien discreto también. No le molestó. Acerqué mi boca más al chorro y no paro, con su mano lo dirigió mejor hasta que todo estaba entrando en mi boca. El sabor era fuerte y penetrante, cuando la llenaba, yo la cerraba y dejaba que salieran los orines por los lados, siguió así hasta que el chorro paró. Me levanté, él me besó, sin un poco de asco, abrió la ducha, yo me enjuagué ahí mismo, el me labó todo el cuerpo con amor, su pene semi erecto, salimos del baño, él me secó, se adelanto a salir y yo me lavé bien la boca. Salí y estaba ya acostado, "tomemos una siesta juntos" me propuso, le lado, frente a él, me envolvió con sus brasos, su pene tocaba mi trasero, sus piernas alrededor de las mías, nos quedamos dormidos.