Mi regalo de cumpleaños

Como decido hacerme un regalito muy especial por mi cumpleaños. Sexo grupal, fantasía.

MI REGALO DE CUMPLEAÑOS

Hace algún tiempo, leí por casualidad unos anuncios en el periódico. Dos eran de chicos que ofrecían a mujeres sus servicios sexuales.

Sin pensarlo tomé mi celular y guardé sus números de teléfonos. Hace ya bastante tiempo que quería darme un regalito, pero no me había atrevido a hacerlo.

Tuve varios meses sus números archivados en mi celular y cada vez que los veía pensaba si llamarlos o no.

Finalmente, hace un par de meses atrás, me animé a hacerlo. ¿Por qué? Me sentía un poco deprimida por la próxima llegada de mis 27 años. En sólo 3 más cumpliré 30 y todavía no logro ver con claridad mi futuro.

Encima de eso, quien había sido mi novio desde hacía 2 años había decidido probar otras aguas, así es que terminamos nuestra relación.

Bien marqué al primero, conversé con él acerca de lo que quería y quedamos en vernos el día de mi cumple para realizar mi fantasía. Él se encargaría de todos los detalles, inclusive contratar a otros 2 chicos. Considerando todo el trabajo que tendría, el precio me pareció más que apropiado.

En varias ocasiones me comuniqué con él para decirle que mejor no lo hacía, aunque le iba a pagar igual, ya que había hecho casi todas las contrataciones. Pero él siempre me animó a seguir adelante con mis planes, conversamos mucho y se puede decir que entablamos una "amistad" telefónica.

Bien, llegó EL GRAN DÍA.

Para la ocasión fui a un pueblo vecino y me compré una peluca negra, no quería que en mi pequeña ciudad se dieran cuenta de mi "diablura".

Me vestí sencilla, una falta negra con algo de vuelo, un poco por encima de mis rodillas, una blusa rosa de botones y algo ceñida. Mi objetivo era no llamar la atención y aparentar normalidad por si acaso en el camino me encontraba con algún conocido.

Bajo la ropa llevaba un sugerente conjunto de tanga y brassiere en encaje color vino y medias negras con liguero.

Me fui al cine me senté y cuando se apagaron las luces me puse la peluca. A mitad de película se me acercó un hombre, sin hablarme, me tomó del brazo y me sacó del lugar por una puerta lateral.

Ya en el auto, se presentó. Era Mario, a quien había contrato para llevar a cabo mi "regalito " de cumpleaños. Me prometió una noche inolvidable.

Llegamos a nuestro destino, un pequeño bar de strippers que esa noche Mario había reservado sólo para mí.

Como es de suponer, el local estaba vacío. Sólo estaban un waiter, el barman y un musculoso y enorme seguridad. Me imagino que también debía haber alguien para poner la música, pero estaba fuera de mi vista.

Todo estaba preparado igual que cualquier otra noche. Las mesas listas, las luces, la música.

Mario me condujo a una mesa a la orilla de la tarima y se sentó conmigo. Nos trajeron champaña bien fría y uvas frescas.

Atenuaron las luces y en el escenario apareció un bombero. Tenía todo el atuendo, menos las botas, iba descalzo. Comenzó a moverse al ritmo de la música, mientras coqueteaba conmigo y se desvestía.

Era un chico extraordinariamente guapo. Moreno, de facciones bien definidas, ojos color miel. Tenía un cuerpazo, fenomenal.

Se despojó de la camisa y pude apreciar su torso fornido. Poco a poco se despojó de todo lo demás. Quedó con un tanga rojo solamente. Se acercó a mí y empezó a menear sus caderas frente a mi cara, pude apreciar bajo el tanga un bulto muy generoso. Tomó mis manos y las llevó hasta sus nalgas.

Se las sobé y apreté a mi antojo. Luego, guió mis manos hasta los bordes del tanga y sosteniéndolas bajo las suyas me hizo deslizar la única pieza que le quedaba hasta el piso.

UHHHH!!!! Qué pedazo de verga tenía ese hombre. Bailaba y se contoneaba para mí. Se dio la vuelta y se agachó poniendo todo su culo en mi cara y mostrando entre sus fuertes piernas, unas pelotas inmensas.

Mario habló por primera vez en todo ese tiempo. Me dijo: Anda, tócalo es tuyo. Lo compré para ti.

Emocionada pasé una vez más mis manos por sus nalgas y las deslicé hasta llevarlas hacia delante. La polla del chico estaba en su máxima expresión. Se la agarré con ambas manos y empecé a masturbarlo. Él, por su parte, no paraba de moverse al compás de la música haciendo que , muchas veces, mi cara se enterrara entre sus nalgas.

De pronto sentí una mano subiendo por mis muslos y apretando mi vulva. Sin soltar al chico miré hacia abajo y vi como el brazo de Mario se perdía bajo mi falda. Abrí un poco mis piernas para permitirle "maniobrar" mejor.

El chico que estaba en el escenario se tiró en el piso, boca arriba. Dejándome apreciar su verga en toda su extensión. Mientras, Mario, deslizaba sus dedos dentro de mi tanga e introducía dos en mi húmeda vagina.

Lo estaba disfrutando. Miraba al chico masturbarse para mí, Mario movía dentro mío sus dedos...............mmmmmmmmmmmmmmm. ¡Vaya regalito!!!

Sentí unas manos que desde atrás mío tomaban mis tetas entre ellas y las apretaban. Las sentí abriendo cada uno de los botones de mi blusa , para luego apretar mis pezones sobre la tela del brassiere.

Cerré mis ojos un momento y estaba así cuando me di cuenta de que Mario entaba arrodillado en el piso con la cabeza entre mis piernas.

UHH WOW! Sin quitarme el tanga empezó a comerme mi chochito, apartó hacia un lado el fino encaje y sentí su tibia lengua entre los labios de mi cosita. Quien estaba detrás de mí no dejaba de apretarme las tetas , siempre por sobre el brassiere.

Mario ,con su lengua experta me arrancó dos orgasmos deliciosos. No había terminado de recuperarme, cuando el stripper se bajó de la tarima y contoneándose vino hacia mi mesa.

Me cargó en vilo y me llevó con él al escenario. Ahí estaba yo en tangas, bra y liguero, frente a Mario, el waiter (era él el que me calentaba las tetas momentos antes) , el musculoso seguridad y el barman.

El chico me tomó por la cintura y me aprisionó entre sus brazos. Sentía su dura verga metiéndose en la rajita de mis nalgas. El guiaba mis movimientos , nuestra caderas hacían círculos completos.

Me dio la vuelta , quedando entonces frente a él. Apretó mis tetas y hábilmente se deshizo de mi brassiere. Empujó mis hombros hacia atrás e hizo que arqueara mis espaldas.

Veía de cabeza a Mario con su verga tiesa fuera del pantalón. El waiter ya estaba desnudo y el seguridad miraba atónito la escena. Mi pelvis quedaba pegada a la de él que me sostenía por la cintura con una mano y acariciaba mi clítoris por sobre el tanga con la otra.

Me sentía como una puta dando un show.

El chico me llevó hacia el tubo y me colocó de frente a el mismo poniéndose él a mis espaldas. Se movía como si estuviera cogiéndome por el culo y yo rodeé el tubo con una de mis piernas. Sentía la frialdad del metal presionando sobre mi clítoris.

El chico me llevó frente a Mario, me tumbó en el piso y se colocó de rodillas entre mis piernas.

Mario le pasó una cuchilla y él la deslizó desde mis senos hacia mi chochito. Cortó las tiras de mi tanga y de la misma forma se deshizo del liguero y de mis medias.

Se sentó sobre mi cintura, mirándo hacia el público (o sea que yo quedaba mirando su culo). Tomó mis piernas y las subió, las fue abriendo lentamente de manera que todo mi sexo quedaba expuesto a los hombres que miraban.

Me masajeó un poco la vulva y me metió un gran consolador en el coño. Lo hizo sólo un momento, para exhibir ante los demás cómo mi coño se devoraba aquel inmenso aparato.

Luego, para el deleite mío y el de los observadores, hicimos un 69 perfecto. Le mamé su verga y él se deleitó con los fluidos de mi coño.

Cuántos orgasmos tuve? Creo que 4 ó 5. dos con la lengua de Mario, uno mientras me frotaba contra el tubo, uno muy largo (o fueron dos) cuando hacíamos el 69 ...y todo esto sin haber sido penetrada por ninguna verga.

Cuando acabó de hartarse con mis flujos, me ayudó a levantar del suelo y me entregó en los brazos de Mario, quien me depositó en el suelo y me entregó al hombre vestido de waiter.

El waiter me chupó las tetas y me acarició todo lo que quiso. Me acercó hacia una silla sobre la cual había una botella de champaña sin abrir. Me indicó la silla y me guió hasta ella. Me hizo abrir las piernas y me empujó lentamente hacia abajo.

Sentía la punta de la botella tocar mis labios vaginales, la sentí introduciéndose en mi vagina. El waiter se arrodilló detrás de mí ( yo estaba sentada en la silla con mis pechos hacia el respaldar) y agarró la botella para que no se moviera. Podía sentir cómo sus manos chocaban con mi vulva cada vez que bajaba.

Mario se colocó frente mío y me hizo mamarle la pinga. Se vino en mi cara, como hacen los hombres con las putas. Su semen pegajoso resbaló por mi rostro , por la comisura de mis labios y goteó sobre mi pecho.

El barman, salió entonces de detrás de la barra, observé que no tenía ropa (cuando se la quito, no lo sé tenía muchas distracciones como para estar observándolo). No era un tipo de mal ver,, pero parecía un poco insignificante al lado de los otros.

Lamió todo lo que Mario vertió sobre mi cara, labios y pecho. No dejó ni una gota.

El waiter me retiró de la botella y me llevó hacia una mesa cercana. Me tendió sobre ella y empujó con furia su verga dentro de mí.

No era una verga muy larga, pero sí bastante gruesa y me hizo gozar un montón. Los orgasmos???? Ni los contaba, para qué. Eran demasiados como para llevar una anotación.

Se vino dentro mío y me ofreció al seguridad. Se veía que era puro músculo. Se despojó rápidamente de sus pantalones y me enseñó la verga más larga, gruesa y dura que he visto en mi vida. También me tendió sobre la mesa, restregó la punta de su verga contra mi rajita. Me dio 4 o 5 estocadas fuertes y profundas.

Luego , para mi desilusión....se detuvo y me la sacó....

Pero no tenía yo idea de lo que me iba a tocar. El tipo quería mi culo, por eso se lubricó primero la verga con mis jugos. Me volteó sobre la mesa abrió mis nalgas con sus fuertes manos y poco a poco fue dejando entrar sus dedos. Primero uno, luego otro. Cuando venía el tercero, Mario, siempre pendiente de todo, le entregó un gel lubricante. El hombre lo extendió alrededor y dentro de mi anito que ya iba yo sintiendo más abierto.

En mi boca tenía ya el pene del stripper que me tenía entretenida para que no sintiera dolor cuando me perforaran el ano por primera vez.

Pero la entretención no fue suficiente, sentí la cabeza rozar la entrada de mi ano y luego el dolor e cuando empezó a entrar. En ese momento alguno se metió bajo mis piernas y comenzó a comerme la micha y a deslizar su lengua desde ella hasta el culo.

Sentía como jugaba con su lengua alrededor de la cabeza que luchaba por romper la resistencia de mi hoyito. Finalmente éste cedió y el musculoso gigante pudo seguir penetrándome con su enorme verga.

Al cabo de muchos gemidos, gritos y suspiros terminamos todos y así, desnudos nos acabamos varias botellas de champán.

Desperté en la habitación de un hotel, desnuda, al igual que mis compañeros de cama: Mario y Juanjo (así se llamaba el stripper).

Nos quedamos ahí tres días cogiendo hasta el cansancio, como un regalito extra de los muchachos.

Los tres nos hicimos muy amigos y ahora montamos shows juntos para fiestas privadas.

Espero que se hayan corrido con mi relato. Me gustaría conocer sus opiniones.

Saludos.

MIAWWW

La gata.