Mi reencuentro con los vampiros IV

Con este relato termina esta saga y recordad que no debéis hacer estas cosas ni con la ayuda de un especialista.

Mi reencuentro con los vampiros IV

En la sala imperaba un silencio impresionante, mientras, aflojaban los cepos que aprisionaban los pechos de las dos mujeres y estos aplastados recobraban su forma habitual. De los pezones brotaban unos hilillos de sangre, que ahora al no tener las maderas, recorrían las tetas y abdomen de las mujeres hasta llegar a sus piernas. El rostro de ambas mujeres denotaba el sufrimiento al que habían sido sometidas y el terrible dolor que estaban sufriendo.

Yo sabía por experiencia propia lo que duele el tener algo introducido por los pezones, pero ni por asomo había sido del tamaño de los hierros que les habían introducido a ellas. En mi caso fueron unos afilados estiletes con el objetivo de hacerme sangrar y poder beber mi sangre succionando mis taladrados pezones, pero en el caso de ellas, les habían introducido unas gruesas agujas con el firme propósito de hacerles el mayor daño posible y no quiero imaginarme hasta que grosor tenían pensado introducir en el caso de que no se hubiera rendido ninguna de las dos. Ahora se hallaban en el escenario con los pezones sangrantes sirviendo de espectáculo a aquellos vampiros, que se estaban deleitando de ver su preciado manjar brotar de los pechos de ellas.

Cuando dieron como ganadora de la prueba a Adriana las acompañaron hasta sus respectivos camerinos para ser curadas y se continuó con el espectáculo, que en esta ocasión consistió en un grupo de mujeres bailando y desnudándose poco a poco, para realizar un espectáculo lésbico y rebajar la tensión de lo visto anteriormente. Dos grupos de tres mujeres, se dedicaron dos de cada grupo a chupar y mordisquear los pechos a la tercera. Se podía ver como dos mujeres entregaban sus tetas a las otras cuatro para que les pusieran los pezones muy duros a base de intensos chupetones y pasar a chuparse las vaginas a continuación haciendo unos perfectos sesenta y nueve. Los gemidos de placer llenaban el escenario y por supuesto también el patio de butacas, porque a pesar de la semioscuridad se podía apreciar como muchas espectadoras veían el espectáculo sentadas encima de algunos hombres, siendo folladas, mientras se agitaban subiendo y bajando con los penes introducidos profundamente en sus culos o vaginas.

Se estaba dando tiempo para conseguir que todas las que habíamos participado nos recuperáramos para nombrar a las ganadoras y hacer la entrega de premios. En mi caso ya estaba entre los espectadores arreglada,  maquillada para disimular los castigos sufridos.  Velkan estaba sentado a mi lado presenciando el espectáculo con un enorme bulto en los pantalones pero sin decirme nada, dejando que me recuperara. Estaba segura que deseaba desahogarse de alguna manera de la enorme erección que mostraba, por lo que cambié mi asiento por el de Yamilka y le indiqué por señas que procediera a satisfacer al vampiro de la forma que otras mujeres estaban haciendo con sus parejas. Ella directamente se bajó las bragas y se agachó para chuparle el enorme pene y lubricarlo, para a continuación sentarse encima y empezar a cabalgar con la enorme polla metida hasta el fondo en su coño. Podía oír perfectamente el chop, chop, chop, del mete y saca de la polla en el encharcado coño de ella y me estaba excitando mucho más que con el espectáculo del escenario. Ahora estaba arrepentida de haberle cedido el puesto, le bajé el vestido hasta la cintura y me cogí a sus pechos lamiendo y chupando todo lo que el sube y baja me permitía. De esta forma conseguí que llegara pronto al orgasmo. La aparté a un lado y ocupé su lugar, empalándome en aquella estaca de carne trémula que estaba deseando volver a estar dentro de un coño calentito.

Ahora era Yamilka la que se aferraba a mis pechos mientras yo saltaba encima de la polla de Velkan, que era un privilegiado al tener a dos mujeres haciendo que llegara al orgasmo, su aguante era impresionante, yo estaba en el séptimo cielo siendo follada mientras me chupaban los doloridos pechos y él aguantaba sin correrse. Era increíble que hubiera llegado Yamilka al orgasmo y yo estaba a punto de llegar y él aguantaba sin dar muestras de llegar. Yo tenía un As en la manga porque conocía su punto débil.  Le pedí a Yamilka que le diera de mamar mientras yo seguía cabalgándolo. En cuanto Yamilka introdujo su pecho en la boca de Velkan, y le llegó el sabor a sangre a su paladar al morder la aureola del pezón, noté como aumentaba el tamaño de la erección y hasta aumentaron las palpitaciones en su polla. Esta vez no se hizo tardar su orgasmo junto con el mío, completamente sincronizados.

Yamilka mostraba una cara de satisfacción al haber contribuido a completar el placer de Velkan a pesar de mostrar dos incisiones sangrantes en el pezón derecho, donde el vampiro había introducido sus colmillos.  Besé apasionadamente a Yamilka en la boca y estuvimos un rato besándonos intensamente sin darnos cuenta siquiera de que había terminado lo que se estaba representando en el escenario.

Volví a la realidad cuando escuché por la megafonía que estaban llamando a las ganadoras para la entrega de premios. Deprisa y corriendo recompuse mi vestido y acompañada por Velkan subimos al escenario, donde también llegaron Adriana acompañada de Jovanka y Amaral con Adrián.  El presentador por megafonía anunció:

-          Damas y caballeros, a continuación se hará la entrega de trofeos, pero antes de eso podrán presenciar el resultado de intentar hacer trampas en una prueba como esta.

No había terminado de hablar, cuando del suelo empezó a emerger una cruz en forma de T con la desdichada Alika crucificada. A medida que iba emergiendo del suelo se podía ir viendo los estragos causados en su cuerpo por los castigos sufridos. Por sus brazos corría la sangre que salía de las heridas causadas en sus muñecas, por donde estaba clavada a la cruz por dos enormes clavos. En sus pechos y muslos mostraba innumerables heridas de mordiscos por los que se debía haber alimentado algún vampiro, (  más tarde supe que Bogdan se había saciado con la sangre de la pobre infortunada) Sus pezones habían desparecido de sus pechos y solo jirones de carne colgaban de donde debían haber estado sus hermosas aureolas coronadas de unos gorditos pezones. Se la veía muy pálida y sólo las huellas de los azotes enrojecían su piel. Para su alivio permanecía desvanecida con la cabeza colgando. Más parecía muerta que viva y sólo su leve respiración demostraba que seguía con vida.

El presentador de nuevo tomó la palabra anunciando que se iba a proceder a la subasta de la desdichada esclava.

-          Señoras y señores, debido a la incautación por su delito de la esclava Alika, anteriormente perteneciente a Ahmad, se va a proceder a su subasta, por lo que cualquier interesado puede pujar por su propiedad.

-          Ante ustedes tienen a una mujer joven que una vez sanada y bien alimentada, puede otorgar muchos años de servicios a quien la adquiera.

-          Como pueden apreciar se trata de una hembra muy hermosa y salvo las heridas que muestra, puede dar aún muchas satisfacciones a su futuro Amo.

-          Podemos empezar la subasta por mil Euros. Si hay alguien interesado puede alzar la mano.

En el silencio de la sala, nadie parecía interesado en la mujer negra, por lo que volviendo a tomar la palabra el presentador anunció que se rebajaba el precio.

-          Damas y caballeros en vista de la poca aceptación de la mujer negra, bajamos la puja a setecientos cincuenta Euros, si hay alguien interesado puede adquirir a esta belleza de mujer a un precio de ganga.

Nadie parecía interesado en adquirirla, dado el lamentable estado en que se encontraba y de nuevo tomó la palabra el presentador para anunciar una nueva bajada del precio.

-          Damas y caballeros en vista de que nadie parece interesado en ella, procederé a rebajar la puja una vez más hasta los quinientos Euros. Quien esté interesado puede alzar la mano.

De entre el público se alzó la mano de una mujer aceptando comprarla por ese precio fijado.

-          Señoras y señores si nadie más está interesado en la esclava negra la vendemos por quinientos Euros a la mujer del fondo.

Una voz que me era conocida anunció que subía a quinientos cincuenta Euros, por lo que de nuevo tomó la palabra el presentador para anunciar.

-          En vista de la nueva puja se eleva el precio hasta los quinientos cincuenta Euros. ¿Alguien da los seiscientos Euros por esta belleza de mujer negra?

De nuevo imperó el silencio en la sala por lo que el presentador anunció.

-          ¿Nadie sube hasta los seiscientos Euros por esta hermosa mujer negra?  Quinientos cincuenta Euros a la una. Quinientos cincuenta Euros a las dos y quinientos cincuenta Euros a las tres. Otorgada la venta al sirviente del Amo Velkan, el señor Bogdan, de la esclava negra Alika.

-          Puede pasar luego para hacer los trámites de entrega.

Una vez desapareció del escenario la cruz con Alika se continuó con la entrega de trofeos a las ganadoras de las pruebas.

En tercer lugar había quedado Amaral del Amo Adrian, procediendo a hacerle entrega de un medallón en forma de vampiro de oro, que se procedió a colgarle del cuello, quedando adornando su pecho.

Luego nombraron a Adriana del Amo Jovanka y le hicieron entrega de otro medallón de oro más grande que el anterior y con la misma forma. Cuando terminaron de colocarle el medallón entre sus abultados senos, nos nombraron a Velkan y a mí , procediendo a entregarme un enorme medallón de oro en forma de vampiro, con una cadena del mismo metal, quedando tapando mi escote a la altura de mis senos, lo que me producía cierta molestia al rozar mis recientes heridas, pero valía la pena sufrir un poco a cambio de tener semejante medalla, que debía valer una fortuna.

Hecha la entrega de premios saludamos al público y procedimos a retirarnos a los camerinos, donde ya nos esperaba Yamilka para marchar a casa.

Me llamó la atención que no se me había entregado nada de dinero, pero tampoco hice comentario alguno, para evitar que pensara Velkan que mi actuación había sido por  interés.

En la misma furgoneta que nos trasladó anteriormente, subimos Velkan, Yamilka y yo, para ponerse inmediatamente en marcha con dirección a mi casa, por lo menos eso suponía, ya que no se podía ver nada del exterior. No sabía cómo demostrar a Velkan mi agradecimiento hacia él, por lo que me quité el molesto medallón entregándoselo a Yamilka y bajándome el vestido hasta la cintura, dejé mis pechos expuestos ante la sorprendida mirada del vampiro, que no tardó en dar muestras inmediatas de interés, dado el bulto que se formó en sus pantalones.

Sujetándome ambos pechos con las manos, los levanté ofreciéndoselos para que se deleitara chupando o mordiendo, lo que él prefiriera hacer. No dudó ni un momento en sacar su polla de los pantalones y sujetándome de la cintura, me levantó con pasmosa facilidad, sentándome encima de su verga de cara a él. Pude notar inmediatamente como era penetrada hasta el fondo, como si una barra de madera me estuviera empalando, mientras su boca se apoderaba de mi pecho izquierdo, succionando las heridas que me habían producido las agujas por la parte superior de mi pecho. Empecé a cabalgar mientras él me ayudaba levantándome y volviendo a bajarme sobre su dura polla. Aún tenía recientes las heridas donde me había mordido Bogdan, por lo que en cuanto apretó mi pecho volvieron a sangrar, produciendo de inmediato el efecto llamada de su boca sobre tan delicioso manjar para él, que era mí sangre. En el momento que accedió a mi duro pezón, clavó los colmillos y siguió succionando, haciendo que su polla adquiriera vida propia dentro de mi vagina. Pude notar cómo me llenaba con su abundante semen mientras apretaba más mi pezón en su boca, haciendo que yo también llegara a un orgasmo bestial.

Cuando separó su boca de mi pecho, puede ver como dos regueros de sangre brotaban de donde sus colmillos habían estado clavados, no tardando en lamerlos con glotonería hasta que dejaron de sangrar, quedando dos agujeros similares a los que Bogdan había dejado en mi otro pezón. Me tuvo que levantar él y depositarme en el asiento de la furgoneta, porque estaba completamente rendida. Allí quedé con las tetas expuestas y la cabeza apoyada en el respaldo del asiento sin fuerzas ni para hablar. Yamilka me puso bien el vestido y se sentó a mi lado preocupada por mí. Sentía mis piernas como si fueran de algodón y me sentía flotar como en una nube sin fuerzas para nada.

Me enteré que habíamos llegado, cuando se abrió la puerta de la furgoneta y entre el chofer y Yamilka me ayudaron a bajar. Se me había hecho el viaje mucho más corto que a la ida, sin apenas enterarme del tiempo transcurrido. Era de noche cerrada y calculo que sería de madrugada cuando llegamos. Sólo recuerdo entre sueños, que me ayudaron a llegar hasta la casa y como me acostaban.

Cuando desperté habían pasado cuarenta y ocho horas, de las que no recuerdo nada más que los cuidados recibidos por Yamilka mientras me encontraba medio dormida. Mis heridas se encontraban mejor, con pequeñas tiritas cubriendo donde mi piel había sido cortada o taladrada.

Gracias a los cuidados de Yamilka y al vino mezclado con plantas medicinales, así como a los cuencos con caldo que me había hecho tomar, me encontraba con fuerzas para levantarme de la cama, pero con cuidado porque aún estaba algo débil.

Una vez salí hasta el salón de la casa, donde se encontraba Yamilka descansando en un sillón, pude apreciar encima de la mesa el trofeo ganado al lado de un maletín de aluminio brillante. Por ninguna parte se apreciaba cerradura alguna, sólo un cuadrado al lado del asa rompía la monotonía de la superficie metálica. Apreté sobre esa superficie con mi dedo pulgar consiguiendo que se escuchara un click al descorrerse los seguros que lo mantenían herméticamente cerrado.

Mi sorpresa fue al abrirlo y comprobar que estaba lleno de billetes de quinientos Euros.  Había un montón de dinero dentro del maletín. Cada fajo de billetes contenía cinco mil Euros y así por encima se podían ver treinta fajos más otros treinta debajo, por lo que podía calcular que el maletín contenía trescientos mil Euros, con una nota escrita a mano que decía: Hasta pronto, volveremos a vernos. Mordisquitos en tus lindos pezones. Firmado Velkan.

Tuve más encuentros con Bogdan y Velkan, pero eso son otras historias.

Depende del interés que se muestre en este tipo de relatos, el que siga la saga o la dé por terminada aquí.

Muchas gracias a todos los amigos que me mandáis vuestros comentarios aquí y a mi correo electrónico.

Besiiiitos .

Marirosa.