Mi reencuentro con el amor 1

Como encontré a el amor de mi vida sin buscarlo.

Era sábado por la noche y volvía de fiesta. Las copas se me subieron un poco y no estaba en plenas facultades mentales como para darme cuenta de que entraba en callejones oscuros que pueden ser peligrosos a altas horas de la noche. Me crucé con un par de drogadictos inyectándose heroína mientras se hacían unas pajas mutuamente. Pasé de largo y me di cuenta de que alguien me iba siguiendo desde la discoteca. Era un muchacho guapo y musculado que yo no conocía de nada, solamente de haberlo visto enrollándose con unas quinceañeras. Me seguía de cerca y se veía que también llevaba unas copas de más por que iba dando eses. Un instinto femenino me hizo girarme y correr hacia él. Le besé y sobé su paquete que al momento se despertó. Se notaba que ya la había usado antes por las manchas de semen que tenía en el borde de la camisa. Pero como iba contenta  no me importó agacharme y empezar a sacarle el salami. De hecho no follaba desde que mi novio me dejó hacía ya unos 10 meses. Creo que lo hice por rabia pero me da igual, lo disfruté. Se la empecé a lamer lentamente y él me cogió la cabeza haciéndome tragar entera su polla que mucho no necesitaba para que empezara la acción. A mí no me hacía falta que me masturbara ya que yo solita lo había hecho mientras se la mamaba. Él se dio cuenta de mis ansias por sentirle dentro de mí, y fuimos hasta su casa que no quedaba lejos de allí para empezar un recorrido por la casa muy hot. En el ascensor me besó, y con solo ese beso me produjo el orgasmo más placentero de toda mi actividad sexual. Cuando entramos en su casa me empotró contra la pared y me quitó las bragas mientras yo me subía a su cintura sacándole el rabo que también se moría por estar dentro de mí. Me trasladó a la cocina y me masturbó con un pepino mientras yo gemía como una loca encima de la encimera. Me corrí y se metió el pepino en la boca chupando todos mis jugos que había dejado en el. Después me puso encima de la lavadora y la puso en marcha. Se preparó para penetrarme  no atinaba en mi cueva y yo con un movimiento brusco me la metí hasta que los huevos me tocaban el ano. Empezó un mete saca tan rápido que hubo un momento que perdí la vista del placer que me hacía sentir. Con su pene aun en mi interior, me levantó y trasladó hasta la bañera y me tumbó en ella penetrándome cada vez más rápido. Cogió el teléfono de la ducha y me puso el chorro directamente en mi clítoris mientras me follaba como un loco. Me sacó de la bañera, con todo mi vestido mojado y me llevó a su cama, donde seguimos follando cada vez más alocadamente. Me había corrido ya no sé cuantas veces en una hora desde que le había encontrado en el callejón. Él se corrió en mi interior haciéndome tener otro espectacular orgasmo. Se tumbó a mi lado, agotado, sudado. Se levantó y fue a buscar una botella de whiskey. Se bebió un vaso y ya estaba preparado para el siguiente asalto. Se acercó a mi como una fiera con la botella en la mano la destapó y empezó a verter un chorro en mi clítoris. Después tiró la botella contra el suelo y se rompió en mil pedazos. Empezó a comerme el coño de una manera espectacular. En unos minutos estábamos hundidos en un fantástico 69. De repente el tiempo se detuvo y tuve un momento de reflexión. Estaba en casa de un extraño, en un sitio que ni conocía… Pero me gustaban sus caricias, su forma de besarme y la delicadeza con la que me trata aunque sea una fiera con el mete saca. De repente se me estiró al lado, me besó y me dijo algo que jamás hubiese imaginado que me dijera ese chico. Te quiero.

Un silencio sepulcral invadió la habitación. Me di cuenta de que me había enamorado de esa fiera en la cama. Pero no solo por sus facultades sexuales y por su aspecto. Era cuidadoso conmigo, me besaba, me mimaba, me abrazaba… Cuando follábamos mi ex no me besaba, ni me mimaba, simplemente se centraba en el placer. Pero este chico es distinto, aunque fuera borracho, vi en sus ojos ternura y amor.

Me miraba esperando una respuesta y le besé apasionadamente y le dije que yo también le quería. Nos quedamos dormidos.

Cuando desperté tenía preparado mi desayuno en la mesita de noche. Él estaba en la cocina y vino a la habitación con un vaso de zumo. Me besó y me dio los buenos días. Se le había pasado la borrachera, estaba siendo consciente de lo que me decía y hacía.

Le pregunté tajante si me quería y él me respondió que al principio todo fue sexo, pero se dio cuenta de que había química entre nosotros. Le pregunté lo del semen de la camisa y también sobre las quinceañeras. Me explicó que hacía poco que su novia le había dejado por un chaval de 17 años, cosa que le destrozó y salió de caza para ver quien caía a sus encantos. Pero cuando me vio a mí fue una llamada sexual que no pudo evitar seguirme. El semen de la camisa era de una paja que se había hecho en el baño de la discoteca a causa del calentón que le produjeron las quinceañeras pero él no se acostaba con la primera que pasaba. Pero conmigo fue distinto, fue como una llamada del destino. Seguidamente me preguntó por qué me lo había follado aquella noche. Le dije que estaba de buen ver y que también fue por despecho, pero que aún no sabía por qué, pero estaba sintiendo unos sentimientos fuertes por él.

Lo que pasó a continuación lo explicaré en otro relato. Espero que os haya gustado y quiero opiniones para mejorar!