Mi realización (I)
Un infiel cuenta sus aventuras hasta que en el capítulo final sufre las dulces y amargas consecuencias.
Todo empezó cuando volví de la mili, mi cuerpo fruto del ejercicio físico realizado en 14 meses de trabajo intensivo en un cuerpo de élite del ejercito habían transformado, a aquel flacucho que terminó a duras penas la carrera de ingeniería, en un fornido hombre de pelo en pecho con una musculatura mas que respetable. Pense que mi padre estaba loco cuando me convenció para alistarme voluntario pero hoy en día le doy las gracias.
Yo hasta entonces había sido en el terreno sexual de lo mas normalillo, un polvito a la semana con mi novia Dolores, normalito y sin florituras, yo encima ella debajo tres o cuatro culadas hasta llegar yo y punto. Luego si estabamos en un sitio que podríamos estar tranquilos nos fumábamos un cigarrillo y a dormir sino nos vestíamos y nos íbamos a casa.
Dolores era alta casi 1.80 morena con el pelo largo de color negro azabache, tan negro lo tenia que a veces parecía azul, y unos ojos verdes mortales de necesidad, pero provenía de una familia bien muy católica y a duras penas conseguí hacerlo antes del matrimonio, pero jamas ni una postura erótica, ni una mamada ni nada la verdad es que yo me quedaba bastante satisfecho y no me importaba lo mas mínimo si ella gozaba o no.
Sólo al principio de nuestra relación ella se mostró algo salvaje y caliente. Recuerdo como fue nuestra mutua desfloración y la verdad es que no hay nada como la primera vez:
Estábamos solos en la cama cuando comenzamos a besarnos de una manera diferente, nos comíamos mutuamente disfrutábamos cada unión de nuestros labios muy intensamente. Así nos la pasamos cerca de media hora, entre palabras y besos, pero yo ya estaba con la calentura adentro, mas aun, si ella estaba vestida con una pequeña falda y un blusa donde se le podían ver sus grandes senos.
Yo no me controle... comencé acariciándole la espalda, de ahí a tocarle su gran, enorme y hermoso trasero, pero ella bruscamente me dijo:
- ¡NO! - que podríamos cometer una estupidez, pero yo insistí, comencé a besarle nuevamente, y mis manos se pusieron a trabajar nuevamente, pero esta vez, tenían como fin sus senos, ella se excitaba, la veía como gozaba cada vez que mi mano se posaba en su pecho, todavía tapado con su blusa...
Luego de intensos minutos de caricias, me quite la camisa, y me puse encima de ella, y comencé a quitarle la blusa, y a chuparle sus dos hermosos, y grandes senos ella no aguantaba, me decía:
- Amor mío, te amo, te amo -
Mi pene ya estaba totalmente parado ante semejantes senos.. Muy suavemente comencé a bajar mi mano hasta llegar a las piernas, de ahí, comencé a subirlas nuevamente y muy suavemente hasta que estuvo entre sus piernas, ella obtuvo su primer gemido de placer.. me acomode mejor, de tal manera que pude bajarle delicadamente la pequeña falda que tenia puesta, y se quedo en un calzoncito y pequeño, el cual lo baje agarrándolo con los dientes, ella estaba totalmente mojada, yo estaba con mi pene al punto... Comencé a besar y chupar aquella vagina que mi enamorada por primera vez en su vida se la daba a un hombre, y ese afortunado era yo, comencé a chuparle con todo el amor que yo sentía por ella, mi enamorada gemía de placer, de mi pene salpicaban gotas de placer...
Me levante y me saque el pantalón, quedándome en calzoncillos, pero donde se podía ver, que mi pene estaba duro y grande.. me lo vio y me dijo:
- Si todo eso entra me va a doler -, yo no dije nada, esa también era mi primera vez..
Me arrodille, y mi enamorada comenzó a tocar mi pene, y de pronto me lo comenzó chupar de una manera que nadie mas me lo hizo, tanto así, que en menos de 2 minutos, eyacule entre los pechos de mi querido amor... Comenzábamos a jugar nuevamente con nuestro cuerpo, a darnos besitos y una vez que mi pene recobro la fuerza para lo mejor, introduje muy suavemente mi pene entre la vagina de mi enamorada, muy suavemente se lo fui introduciendo, mientras ella gemía de dolor y de placer, le dolía pero le gustaba, me decía:
- Métemelo todo, es muy rico, auhhhh
Comenzamos a movernos, muy suave al inicio, con algo de miedo, inexpertos, le agarre las piernas y me las puse en mis hombros, y pudimos gozar mejor, había dolor, pero el goce era mayor.. ella llego al clímax, con gritos, y diciéndonos lo mucho que nos queríamos y jurándonos amor eterno, yo me vine con ella, y eyacule encima de ella..
Al finalizar, estabamos agotados, y saque mi pene aun parado de la vagina de mi enamorada, cuando vimos las sabanas manchadas de sangre, no sentíamos dolor, mas bien, comenzamos a besarnos muy apasionadamente, símbolo que habíamos perdido nuestro virginidad con alguien que queremos de verdad.
Pero todo aquello cambio ya que más tarde le entraron los remordimientos por su moral católica y se acabó lo bueno.
Por otra parte tenía una maldita vecina. La Puri que de pura y puritana no tenia nada, mas bien era una calienta pollas de cuidado, siempre iba y venia de casa de los vecinos cuando sabia que no estaban las mujeres, con la clásica excusa: que si me he quedado sin azúcar, que si me he quedado sin café, que si por favor préstame un poco de sal, pero la muy zorra iba con un batas supercorta sin nada debajo o prácticamente nada. Desde que volví de la mili y con mi nuevo look (es decir pelo corto, musculitos, paquetón y demás) me convertí en el objeto de sus miradas y provocaciones cada vez mas descaradas y es que aquella zorra sabia muy bien lo que quería y lo que tenia que hacer para conseguirlo.
Su marido Salvador que también era ingeniero, era un amigo de mi padre que estaba viudo y se caso con la Puri por eso que tienen los hombres que llegan a cierta edad y se rodean de mujeres para demostrarse a si mismos que son todavía unos machos pero a sus cuarenta y pico años no daba abasto con una mujer como la Puri.
Enseguida me ofreció, dado las buenas notas que había tenido, el entrar a trabajar en un gabinete que el tenia y me ofreció la oportunidad ya que no tenia hijos de formar sociedad con él si me esforzaba y las cosas iban bien y a la larga heredar el negocio. No lo tuve que pensar mucho pues necesitaba dinero pues Dolores mi novia no hacia mas que mirar pisos y enseñarme muebles en una clara indirecta de que estaba disponible para pasar por el altar.
Acepte y allí empezó mi calvario, mi vecina la Puri que ahora era mi jefa no paraba de provocarme. Un día se sentó delante de mi tablero de diseño y mientras yo trabajaba ella se metió la mano entre las piernas y se masturbo, yo me quede de piedra y mas quemado que una cerilla, pero pense que quizás era un malentendido.
Posteriormente empezó a acortar sus faldas cada vez mas y más, hasta que llego el día que eran minúsculas, después empezó con las medias cada vez eran mas sexis y atrevidas, con unos ligueros de fantasía que a mi me ponían a 100, después ya iba sin bragas. Yo ya no sabia que hacer y Salvador mi jefe parecía que no se daba cuenta, todo esto lo pagaba mi novia que cada día recibía un polvo más caliente y brutal, cada día le pedía cosas nuevas que ella pese a mi extrañeza no me negaba sino que me concedía sin rechistar gozando los dos mucho.
Llego el día en que la Puri, harta de que no respondiera a sus provocaciones me puso el coño en la cara y me dijo cómemelo yo me amorré, no pude evitarlo, era demasiado tiempo de provocaciones y algo tan claro no lo pude soportar, deje lo que estaba haciendo, y chupe y mame hasta que ella se corrió, pero cuando me la saque para seguir con el juego la Puri se río de mi, me dijo que si la quería tener a ella tendría que ganármelo y se marcho dejándomela mas tiesa que el palo de la bandera y con unas ansias brutales de sexo.
Esa tarde cuando llegó mi novia le dije que quería que fuéramos al piso que quería hablar con ella, cuando llegamos comencé a desnudarme y ella me dijo:
- ¿Qué haces? Siempre estas pensando en lo mismo.
Yo fuera de mí por lo que había pasado por la tarde la abofetee, y la tire encima de un sofá, mientras ella sollozaba y me decía que por favor la dejara. Yo ni la oía, estaba ciego de excitación, sencillamente aprovechándome de mi mayor envergadura y fuerza le subí la falda y le rompí las bragas, la tire sobre el reposabrazos de un sofá y tal como estaba se la metí por el culo, sin mas preámbulos, sin cremas ni nada.
Ella era virgen por dicho agujero, chillo horrorizada, y le dije que callara, en ese momento gracias a Dios no había nadie en la finca sino seguro que hubieran llamado a la Policía de los enormes gritos que daba de dolor. Le dije que se relajara y disfrutara que aquello iba para rato, ella no se si por miedo o por el placer que le estaba llegando por el trabajito que le estaba haciendo. Empezó a culear, y yo todavía me envalentone mas y empece a darle acometidas como un toro de lidia a lo cual ella todavía gritaba y culeaba mas.
Entonces me lo tomé tranquilamente y la situé en medio de la cama, apoyándose sobre sus rodillas y manos, cerca de la cabecera, presentándome la redondez de sus nalgas y su entrada, invitándome a montarla como si fuera una yegua. El cuadro que se me presentaba era muy excitante, sus dos entradas a la vista, el capullo carmelita de su ano, arriba de los vellos enroscados que rodeaban los labios rojos en forma de almeja de su vagina. Su pequeño ojo parecía guiñarme, flexionando y presionando en anticipación ansiosa la invasión de mi erección.
Le puse el glande de mi pene a la entrada de su cerrado círculo y lo introduje un tanto, dejándolo ahí por unos minutos. Podía sentir el latido de su excitación en la flexión de su ano. En lo que ella me rogaba que la penetrara, la presioné suavemente por las nalgas con mis manos, de modo de hacer más sensitiva la penetración para ella y para mi. Dolores hizo una larga llorona mirada en lo que yo le empujaba mi pene erecto dentro de su recto. Yo sabía que tenía que ser muy cuidadoso, pues la había dejado irritado el ojete con mi primera acometida y me moví con gran precaución. Esto era lo correcto para ella y para mi.
Dolores comenzó a perder su control rápidamente en cuanto empecé a rozarle los nervios de su trasero con mi falo, y la fricción de su dolorido esfínter anal a lo largo de mi erección me estaba enviando a los cielos sin demora. Ella se estremeció cuando comenzó el clímax, su cuerpo entero temblaba sin control en lo que se le producía el orgasmo. Me mantuve bombeando despacio y sosteniendo dentro de su trasero, y ella se mantuvo chillando, y luego sentí una corriente caliente que me erizaba el cuerpo haciéndome gozar.
Con un gemido de satisfacción descargué mi semen dentro del culo de mi novia y perdí mis sentidos en la tormenta de fuego que me producía el orgasmo. Al descargar mi esperma dentro de su recto supe que estaba experimentando una grandísima corrida y una de las más fuertes y copiosas de mi vida.
Cegado por lo hecho todavía la tenia dura y larga como nunca, se la metí dentro del coño pero de una forma brutal y desconsiderada buscando solo mi placer. A ella le debió gustar pues se movía y removía como una serpiente que pedía mas y así seguimos hasta que nos corrimos de nuevo.
Después se la sacó y se amorró al pilón de una forma animal chupando como si la vida le fuera en ello. En esos momentos mi polla parecía un polo, y mi novia parecía tener mucha sed. Con los labios succionaba el prepucio, mientras que con ambas manos me cogía el pene frotándolo cada vez más deprisa. Mis gemidos hicieron estremecer a Dolores hasta que me corrí por tercera vez quedando destrozado encima de la cama.
Tan destrozados quedamos que ni nos enteramos que entraron en el piso su padre y su madre, que habían ido al piso a llevar unos muebles y cuadros que les dijimos que recogieran en la casa de los muebles, el escándalo fue total y su padre y yo llegamos a las manos acabando el pobre hombre con algunos dientes de menos.
Después de eso se negó a que nos viéramos, hasta que ella me dijo que estaba embarazada y nos tuvimos que casar. Aunque me pidió que por favor que arreglara mis cuentas, pues ella sabia que aquel polvo no lo había pegado con ella en realidad.
Parece ser que mientras le daba por detrás no hacia mas que decir:
Sufre puta, sufre Puri, así no me provocaras mas - . Le dije que aquello estaba zanjado y que a partir de ahora solo ella y nada mas, pero no era verdad, yo ya tenia tramada mi venganza.
Mi venganza llegó unas semanas antes de mi boda. La Puri pidió a mi madre que era modista que le hiciera el traje, para asistir a mi boda, a lo cual ella accedió muy gustosamente.
La muy cerda bajaba todos los días a probárselo, dejando la muy puta la puerta abierta, mientras se desnudaba para que yo la pudiera ver a placer, a placer de ella claro que disfrutaba exhibiéndose. Creo que el hecho de que yo hiciera caso omiso de sus provocaciones hizo que cada día ella se hiciera mas y mas atrevida. Un día aprovechando de que mi madre no estaba, bajo con la excusa de que tenia que elegir unas prendas de ropa interior y quería que mi madre le aconsejara, pero que si no estaba ella quizás le ayudaría yo.
Yo me olí el mantecado y me imagine de que iba el rollo, pero se seguí el cuento a ver que pasaba, y pasó lo que tenia que pasar. Al segundo modelito yo ya estaba encima de ella, le arranque de un tirón el sujetador, y cogí con mis dientes sus pezones chupando de forma que se los puse duros y erguidos. Después la mordisquee toda, haciéndole al mismo tiempo un pijama de saliva por todo el cuerpo. Ella bramaba de placer y mas cuando dichos mordiscos los realice en su nuca que al parecer la tenia muy sensible. Mientras tanto, me saco la polla del pantalón masajeandomela y poniéndomela de unas dimensiones mas que considerables, pero esta vez estaba dispuesto a no perder el control.
Soltándome de ella baje entre sus piernas quitándole las bragas que no eran ya mas que un trapo mojado, chorreante de jugos vaginales, Y fruto de la calentura del momento. Empecé a mamarla y chupé como jamas había chupado y la puse al borde del orgasmo y luego me retiré. Ella pego un salto como una leona, y se sentó encima de mi polla metiéndosela toda de forma que su pubis hacia tope en mis cojones. Desde luego había que admitir que la tía sabia hacerlo y allí llego mi venganza cuando yo estaba a punto de correrme ella me pidió que me saliera pues no tomaba nada contra el embarazo y no quería quedarse en cinta. Yo hice caso omiso de sus súplicas, la cogí bien por las caderas y le metí la corrida hasta lo mas dentro de sus entrañas. Ella me maldijo, me golpeo pero en ese momento le vino un orgasmo brutal, que la dejo medio atontada, cosa que yo aproveche, y repetí la operación varias veces para asegurarme de que eso traería descendencia cosa que ella temía horriblemente pues no podía soportar los niños ..
Dos semanas mas tarde mi jefe me dio dos buenas noticias, que como regalo de bodas me hacia socio de la empresa por mi labor realizada y que su mujer estaba embarazada, de pocas semanas, pero embarazada, pues se había hecho la prueba y que estaba que no salía de contento. Al placer de mi venganza realizada se sumo el hecho de los cuernos puestos a un conocido y a partir de aquello comencé a mirar a todas las novias y mujeres de mis amigos como un coto de caza Muy particular. La verdad era que era una sensación muy agradable la de la fruta prohibida el coger a la mujer de otro y arreglarle los bajos pero sinceramente después de lo de Puri no me sentí realizado.
(continuará) si recibo peticiones...