Mi querido tio... (1)

Una muchacha despertando a la mujer que tiene dentro imagina una relación incestuosa que relata en cartas a su tío del que está enamorada.

Autor: Salvador

Dirección: demadariaga@hotmail.com

Mi querido tío. . . ( 1 )

Hace diez años que no veo a mi sobrina Gladys, desde que se casó. Siempre fue mi sobrina favorita y nos llevábamos muy bien, demostrándome ella una cercanía y cariño que no dispensaba a ningún otro familiar, exceptuando a su madre. Me sorprendió cuando decidió casarse precipitadamente y partir de la ciudad, como si huyera de algo. Su primer hijo lo tuvo al año, lo que desechó mis sospechas por el casamiento apresurado. No sospechaba entonces que la verdadera causa de su huida era yo.

Hurgando en el desván de la casa de mi hermana me encontré un paquete de cartas que me revelaron la historia íntima de Gladis, su pasión oculta, sus fantasías sexuales y la razón de su casamiento y partida.

Mi sobrina estaba enamorada de mí.

Cuando leí sus cartas conocí a mi verdadera sobrina, comprendí su extremado cariño por mí y por su madre, con los que había construido un mundo al que solamente ella tenía acceso.

Mi sobrina, a sus tiernos quince años despertó al sexo en manos mías, el hermano de su madre, que ella veía como el hombre al cual podía entregarse sin reservas, haciendo realidad las fantasías que su fértil imaginación ideaba a una edad en que su cuerpo reclamaba imperiosamente ser satisfecho sexualmente.

Mi sobrina se hacía mujer y deseaba ser poseida, pero su tío era el único hombre al que ella deseaba entregarse y lo veía como un alma gemela que vibraba al unísono con ella en todo lo relativo al sexo, compartiendo fantasías sin límites. Incluso su madre llegó a participar en esas fantasías que esta hermosa chiquilla vertía en cartas cuyo destinatario era yo, pero que nunca despachó. Cartas sin destino, llenas de sus intimidades nunca confesadas.

Leyendo esas cartas conocí la realidad de una muchachita en su paso de niña a mujer, sin nadie a quien confiar sus inquietudes, nuevas sensaciones y angustias por todos los cambios que experimentaba en su cuerpo y en su vida, sin poder explicárselos. Encontró refugio y respuesta en esas cartas que nunca envió, dirigidas a mí, su tío, el hombre en quien identificaba todo lo que esperaba de los hombres, todo lo que su cuerpo reclamaba, lo que había aprendido en el colegio en las conversaciones a media voz con sus compañeras, en los libros prohibidos que leía a escondidas y en las películas pornográficas que intercambiaban secretamente.

En esas cartas volcó todas las ansiedades, fantasías y deseos que sus actividades secretas despertaron en ella, como si me comentara lo que habíamos hecho ella y yo momentos antes. La continuidad de sus cartas reflejaba que la muchachita había hecho una realidad cotidiana conmigo, pues cubrían un lapso cercano a un año, en que habíamos vivido todos los vericuetos del sexo, experimentando y saboreando todas las delicias que nuestros cuerpos podían proporcionarnos. Según esas cartas, yo le había despertado a la vida adulta, obteniendo de ella su virginidad y su entrada a los secretos del sexo. Es decir, yo fui su profesor.

Y también fui la causa de su partida de la casa materna.

Estas son algunas de las cartas que esa tarde de verano descubrí en el fondo de una caja de papeles olvidados. La selección que les entrego pretende seguir un curso en el tiempo, aunque no estoy completamente seguro de haberlo logrado pues no todas estaban fechadas.


Hola tio:

Muy buenos días, como amaneciste el día de hoy?, o mejor ni pregunto, supongo que todavía no se te ha pasado la calentura de anoche, jajajaja.

La verdad es que no se como es que te atreviste a tanto. Me supongo que fue por los tragos que tenías encima, pues con eso que tu no bebes, ayer si te viste fatal.

Pues apenas ví que llegabas a casa, salí a recibirte como siempre, como tu sobrinita consentida que soy. Pero apenas me había acercado a ti me diste tremendo beso en la boca. Lo bueno es que mi madre aun no salía de su pieza, pues hubiese sido muy lamentable el ver a su hermano chuparle la lengua a su propia sobrina. Y qué me dices de esa metida de mano, en verdad que no pierdes ocasión para hacerme gozar. Y eso me gusta.

Pues bien te voy a refrescar la memoria por si no recuerdas con claridad las cosas. Luego de salir a recibirte, tu entraste a la casa, te veías muy guapo, con la camisa a medio cerrar, podía ver a simple vista tu pecho cubierto por esos bellos que tanto me excitan, y ese perfume que te caracteriza. Ummm, no sabes lo bien que me hace estar junto a ti. Llegaste a la sala, y me sentaste junto a ti, mientras platicabas con mi madre de cosas sin importancia, ella estaba a punto de salir a cenar y le caíste como del cielo, pues te pidió que te quedaras en casa para cuidarme, ummm. Tu a principio de hiciste del rogar, pues dijiste que querías irte a dormir ya. Yo me extrañé de tu comentario, pero tu me guiñaste el ojo, y fue cuando entendí todo.

Ella te rogó que no tardaría mucho, que por favor te quedaras por unas horas, a lo que a tanta insistencia tu aceptaste. Fantástico, dijo mi madre, subiendo las escaleras para ir a arreglarse. Me diste un besito y subiste a la misma dirección que mi madre.

Sin darte cuenta yo te seguí y pude ver como espiabas a mi madre, pues ella dejo abierta la puerta de su cuarto, sabiendo que tu estabas conmigo en la sala.

Se quitó la bata que tenia para ponerse el traje de noche, y fue cuando ella se inclinó y para recoger su ropa y nos brindó aquel espectáculo, pues no tenia ropa interior, de esa manera vimos el gran espectáculo que ella nos ofrecía sin querer. Se le veía una rica vulva, llena de pelos, no puedo negarte que me excitó verla y tu sin mas ni mas empezaste a sobarte la verga. Luego ella se acostó en la cama con las piernas abiertas, acariciándose la vagina, tal vez preparándose para la gran noche que la esperaba, pero mientras ella se excitaba, nos excitaba a nosotros de igual manera.

Ví como sus dedos recorrían su vagina, se metía los dedos y se frotaba, al mismo tiempo que chupaba su dedo y volvía a frotarse. ¨Pude ver como empezaba a salirle un liquido de la vulva, lo que hacia mas fácil la frotación.

Luego se incorporó y se dedicó a vestirse. Rápidamente voltee a verte y ví que ya tenias la verga de fuera, te estabas pajeando a la salud de mi madre.

Yo sin hacer ruido bajé las escaleras y me puse a ver la tv como si nada pasara. Al rato bajaste tu, y muy enseguida bajó mi madre, despidiéndose de mi, diciéndome que no me quedara muy tarde viendo la tv. Nos despedimos y luego se marchó. Yo me quede a tu lado, conteniendo la respiración pensando en todo lo que íbamos a hacer esa noche.

Buenas noches, tío.


Hola amor, perdona por no haberte cumplido pero estuve muy ocupada, pero ahora, estoy deseosa de ti, quiero sentirte dentro de mi, estar frente a ti, bajar poco a poco y sacar tu enorme verga, ummm, acariciarla, pajearte, mamarte toda la verga, sentir como va aumentando de tamaño dentro de mi boca, ummm, no sabes que delicia, mamarte es mi pasión, pasarte mi lengua por toda tu verga, ahhh, asi, amor, ahora que estoy tan húmeda, amor acariciame, por favor, recorre con tus dedos toda mi intimidad, siente como me escurren mis líquidos, frotame el clítoris, ahhh, asii, amor ahora que estoy bien caliente, penetrame, meteme tu linda verga dentro de mi, pero primero pasa tu lengua en mi vagina, siente mi humedad, esta deseosa de ti, recorre de punta a punta, ummm, acariciame amor, juégame las tetas, mamamelas, me encanta, ahora amor, penetrame, no pares, no pares, mientras me retuerzo de gusto, ahhh, lléname de leche amor, échamelo todo amor.


Mi querido tio

Recibí tu mensaje en donde me dices que ya están por autorizarte tus vacaciones tan anheladas que habías solicitado en tu trabajo. No sabes que gusto me da tío, pues como no tienes más familia en esta hermosa ciudad, pues imagino que serás nuestro huésped por unos días, y eso…. eso me agrada, pues tendré unos días muy entretenidos contigo, pues eres mi tío consentido.

Tengo tantos planes, pues quedé muy intranquila desde tu última visita que nos hiciste, y precisamente la última noche en que estuviste con nosotras.

¿Recuerdas?, fue cuando te sorprendí en la cocina con mi madre, recostada en la mesa del comedor haciéndole el amor, verte ensartando a mi madre me puso como loca, pude ver de cerca el grosor de tu verga introduciéndosela en la vagina. Era sorprendente ver el tamaño y grosor que tenia, de hinchada que la tenías. No sé como mi madre se la podía tragar tan fácilmente, y mientras se la metías podía ver tus manos acariciándole las nalgas, abriéndoselas y ensartándole tus dedos, según ella ahogaba sus quejidos, pero no era así, pues yo estaba al pendiente de aquel espectáculo y mientras ustedes gozaban el momento, yo me deleitaba frotándome como loca.

Era algo increíble ver esos movimientos tan salvajes que tenias, recostando tu cuerpo sobre ella, ensartándola por los dos lados. Luego vino lo mas sorprendente: así como la tenias recostada luego de tantas ensartadas, sacaste tu verga y comenzaste a chuparle como loco la vagina, pude ver sus fluidos, confundirse con tu saliva, y tu como si fuera un rico néctar chupabas con tanta pasión, metiendo tu lengua dentro de ella, y ella frotando sus pelos vaginales en tu cara que fue en ese momento cuando sin darme cuenta mis dedos habían agarrado una velocidad tremenda, fue cuando sentí deseos enormes de hacer pipi, fui corriendo al baño pero al sentarme, fue otra la sensación, entonces tuve deseos enormes de cruzar las piernas y frotándolas un poco mas pude sentir el rico placer de un orgasmo, orgasmo que tu provocaste con tus actos candentes. Gracias tío.

Ahora ya te imaginas por qué estoy contando los días para que ya puedas estar con nosotras.

Recibe un abrazo de mi parte.


Hola tio:

Buenos días, tiene ya varios días que no te apareces por la casa.¿Acaso tienes muchos pendientes, tantos como para haberte olvidado de tu sobrinita?

Recuerdo la ultima vez que llegaste a la casa. Cómo podría olvidarlo, si ese día en que como siempre estábamos solas mi mama y yo, tu aprovechaste la situación. Recuerdo que llegué de la escuela como siempre, y con esa costumbre de quitarme los zapatos en la sala, subí las escaleras para ir a saludar a mi madre, y, obviamente, ella no escuchó cuando llegué, pues de lo contrario no hubiese visto ese espectáculo que me ofrecieron.

Recuerdo que subí las escaleras, y pude oír unos verdaderos gritos de lujuria, gritos inconfundibles. Me asomé con mucho cuidado y, oh sorpresa, pude ver como tenias a mi madre en la cama. Ella acostada completamente abierta y tu lamiéndole la vagina, mientras con tus manos estrujabas sus pechos, luego se los lamías.


Esta carta se interrumpe en esta parte para continuar en otra que reproduzco más adelante. Tal vez mi sobrinita debió dejar de escribir a su "querido tío" porque temió ser sorprendida en tan privadas faenas. En todo caso, ella sigue el hilo de la historia en la siguiente carta


Te comentaba tio la manera como es que les sorprendí haciendo el amor en la casa.

Te decía que yo les estaba espiando, no sabes como me excitaba la manera de como te la cojías, pues has de saber que tienes una lengua muy bien adiestrada, pues podía sentir con cada gemido de mi madre cuando en ella se producía un orgasmo, veía como hundías tu lengua dentro de su vulva, cubriéndote ella con sus pelos vaginales, y tu haciéndola gozar. Inconcientemente empecé a humedecerme, y eso me excitaba mas. Comencé a tocarme, a frotarme. Ahhh, que rico sentía ese flujo que hacia mas rápido mi jugueteo. Luego ví que la volteaste y pude ver también esa rica verga que te mandas, la ví tan bien parada que se me antojó mamártela en ese momento, pero no era mi turno, tenía que esperar. La tenias tan dura, tan parada, que no hacia falta que la guiaras al agujero de mi madre. Tu verga sola buscó la entrada. Empezaron a coger, empezó el mete y saca, cuando se la sacabas se te veía la verga muy bien lubricada, yo por mi parte ya me había quitado la ropa interior, estaba empinada espiando y a la vez frotándome, cuando de pronto sentí el orgasmo mas rico del mundo. Mis piernas me empezaron a temblar y no se como es que pude ahogar un grito de placer. Pero seguía mirando, tus penetraciones fueron cada vez mas rápidas, luego mi madre se giró completamente y te agarró la verga, y comenzó a mamártela, con trabajo y le cabía en la boca, no necesitó de mucho tiempo, pues pude ver como en cuestión de segundos tu la agarrabas de los cabellos y la hundiste dentro de ti, pudiendo ella tragarse toda tu rica leche que te salió, ví como le escurría por los labios, como se los lamía, tratando de no desperdiciar ni un gramo de leche. Como ví que todo había terminado, como pude recogí mi ropa y me metí a mi cuarto para no ser vista.

Me vestí rápidamente e hice ruido como si estuviera recién llegando de la escuela. Corrí al cuarto de mi madre gritando que ya había llegado, abrí la puerta, pero en mi interior quería ver que cara pondría ella cuando la sorprendiera in fraganti, pero para mi sorpresa ella estaba ya en el baño, y tu estabas leyendo un libro en la mecedora. Me saludaste, te di un besito rico como a ti te gusta, pensé que tendría que fingir que no había visto nada, pero cual fue mi sorpresa cuando muy despacio me preguntaste: ¿te gustó la cogida que le di a tu madre, sobrinita? Yo me quedé helada. Tu me habías descubierto.

No hicieron falta explicaciones ni palabras, nos echamos a reir, una risa cómplice. Mientras mi madre salía del baño, tu me sentaste en la mecedora, me abriste las piernas e hiciste a un lado mi ropa interior y comenzaste a juguetearme la vulva, y pues como todavía la tenía húmeda, me dijiste: Hmmm, niñita a ti te hace falta un poco de limpieza en esta cosita rica. Comenzaste a mamarme, me pasabas la lengua por toda la vulva, y me hiciste tener otro rico orgasmo, me mordiste las piernas, abriste mi blusita y comenzaste a chuparme los pechos, me los mordías, me los mamabas, era como sentirse en la gloria. Como escuchamos que ya había salido mi madre de la regadera, nos acomodamos nuevamente y con risa cómplice dejamos ese "asuntito" pendiente. Para la próxima vez que estemos juntos.

Hasta pronto tío.


En la próxima entrega de las cartas de me sobrinita que he seleccionado se aclaran algunas fantasías de esta lujuriosa mente infantil y la situación empieza a tomar rumbos insospechados.