MI QUERIDO SOBRINO (Parte 4)

Al estar casi en el último mes, sentí la necesidad de regresar a ver a mi hermana y sobrino, había engordado bastante ya la ropa no me cabía, mis pechos estaban bastante crecidos, hasta mis tetillas habían aumentado volumen, sumado a una pérdida de leche que me dejaba aureolas en el sostén,

MI QUERIDO SOBRINO (Parte 4)

Al estar casi en el último mes, sentí la necesidad de regresar a ver a mi hermana y sobrino,  había engordado bastante ya la ropa no me cabía, mis pechos estaban bastante crecidos, hasta mis tetillas habían aumentado volumen, sumado a una pérdida de leche que me dejaba aureolas en el sostén, protegiéndome con gasas para evitar manchar la  prenda, hacia que no ma agradaba mucho mi aspecto, pero es propio del embarazo, aunque a muchos hombres les encanta nuestro estado.

Mi esposo no quería que viajase, al punto que tanto insistí, que decidió llevarme y en  10 o 12 días pasaría a buscarme, se quedó para regresar al siguiente día, intenté tener sexo esa noche, pero se rehusó porque no quería afectar mi embarazo,  pero a pesar de decirle que no era peligroso, no tuve demasiada suerte.

Mi hermana y sobrino contentos por mi regreso, llenándome de agasajos, la rutina era la misma, por suerte no hacia tanto calor y mi sobrino concurría al instituto por la mañana. Al tercer día de mi estadía, esa tarde decidí tomar un baño de inmersión, llene la bañera,  hasta dejar el agua a la temperatura ideal, me saqué la bata, y con sumo cuidado me introduje, relajándome lo suficiente, disfrutando de ese momento, que después de un rato largo opte por salir, no pude en la primera vez, dada la profundidad de la bañera,  así continúe intentando, me entro miedo por el temor de caerme o golpearme afectando a la criatura. A pesar que no deseaba llamar a Guille, no tuve más remedio que requerir de su ayuda, gritando un par de veces hasta que abrió la puerta diciéndome:

--“Que pasa, tía?”

--“Me cuesta salir” le contesto, riendo.

Rápidamente se me acerco y tomándome de los axilas, me ayudó a salir, mientras me observaba reiteradamente, mí regordete cuerpo.

--“Quieres que te ayude a secarte?”

--“No, está bien, querido”

--“Estas hermosa con esa panza, y te han aumentado tus pechos, realmente estas muy atractiva y sensual”

--“Te agradezco tus cumplidos” le digo, entendiendo a donde podía conducir esas palabras, a pesar que me agradaba ese agasajo. Me puse la bata comenzando a secarme el cabello,  mientras me seguía hablando, pero seguí en lo mío sin darle mucha conversación, hasta que debe haber comprendido mi mensaje. Continúe un rato más, hasta que me fui a mi habitación, me senté en la cama y me dio pena, por mi aptitud, dándome la sensación que se había ido algo molesto. Estuve a punto de llamarlo pero pensé en que terminaría todo, no porque no me agradase, pero debía de dar punto final a  esa loca relación.

Así que me vestí y me fui a su habitación, lo encontré leyendo, le digo:

“No quiero entorpecerte, si estas estudiando”

“No tía está bien, quédate”

Me senté a su lado en la cama, entablando una conversación, desde que llegue no habíamos tenido una charla algo prolongada, me pareció que era el momento propicio, así que le pregunte si tenía novia,

--“Si, pero nada  formal”

--“Que bueno, me alegro, pero tienes relaciones? ”, No sé porque le hice esa pregunta, que después me arrepentí.

--“Si hemos tenido, pero no como con vos” me contesta

Por un lado me alegre, pero empezaba a entrar nuevamente en ese terreno, del que traté de desviar, hablando de cosas más triviales, cuando a boca de jarro me dice:

--“Que paso aquella tarde en el bosquecito?”

Realmente no esperaba esa pregunta después de varios meses.

--“Bueno, ya lo sabes, no tengo mucho para contarte.

--“Tía, no soy un bebe, no te voy a juzgar, es tu vida, pero dime que paso”

--“Tuvieron sexo conmigo un par de veces, lo hice para preservarte de que te hiciesen daño”

--“Pero porque gemías tanto, te agradaba?

--“Para que supusiesen que me atraía, pero cortemos acá el tema”

--“Te diré algo, te quiero mucho, pero me dio  mucha rabia al verte cómo te entregabas, aunque no puedo negar que me excito mucho al verte doblemente penetrada, como tu cuerpo se estremecía, y tu rostro se llenaba de satisfacción,   cuando te arrodillaste para  mamarle la verga después de mear, como si estuvieses idolatrándolo. Me incito cada vez que lo recuerdo, hasta he pensado en hacerlo contigo acompañado de un amigo y hacerte mil cosas, por lo tanto,  no dudo que te agrado”

Solo hice un leve gesto, sin llegar a afirmarlo o negarlo.

Me quede sin palabras, sospechaba que algo había observado, pero no tanto, me quede tiesa sin decir nada, cuando me abraza, repitiendo que me quiere mucho. A pesar de sus casi 16 años era un chico muy maduro, pensaba, mientras lo ceñía por los hombros y besaba su mejilla.

En ese ínterin de confesión e intimidad desplaza mi blusa quedando mi panza al descubierto, comenzando a acariciarla suavemente, deteniéndolo cuando intenta sacar mi sostén.

Vuelvo a frenar su impulso, intentando levantarme, no porque no me atrajese sino que quería impedir otro nuevo encuentro.

--“Déjame acariciar tus tetas, por favor”

No sé, sentí algo de ternura por la forma de pedirlo, no era algo que no había hecho con él, así que decidí complacerlo.

-“Está bien pero solo eso, te conozco se que después quieres mas.”

Me desabrocha la blusa, y eleva el sostén quedando mis grandes pechos al aire, sintiendo un cierto nerviosismo al percibir la palma de  mano acariciar mis pezones ya en estado de levantamiento. El sabía perfectamente cuál era mi punto de estimulación, siempre lo fue, y en escasos minutos iba cediendo a las intenciones de quien tratase de estimularme/

Era indiscutible que mi cuerpo se erizo ante ese suave y constante contacto, que después de un lapso corto ya me estaba  empezando no solo a gustar sino con ganas de mas. Pero no sé de donde saque fuerza y a pesar de mi disgusto, le digo:

--“Por favor Guille, no sigas“ dije eso, pero sin hacer caso a mi pedido, continuo  dejándome llevar por ese toqueteo informal, me acuesta sobre la cama, abriendo mas mi blusa, tratando de bajar mi falda, sintiendo sus manos apretujar mis tetas, comenzando a acoplarme a ese juego previo. Besando y succionando mis ardientes pezones, de una manera lasciva, con el indiscutible fin de alterar mis hormonas para concretar el consabido encuentro carnal.

Cuando me comenta:

--“Tía tienes leche ¡!!!!.”

--“”Si, si” conteste bastante alterada, sintiendo mi escasa leche ser succionada con total desparpajo. Ya me era imposible controlarme, mi estado era más que vulnerable,  mientras su lengua iba recorriendo mi abdomen, bajando aun más mi pollera, conjuntamente con mis bragas, cuando inesperadamente sonó el timbre, de una manera bastante prolongada. No sé si en el fondo me alegre de ese sonido salvador, pero solo atinamos a miramos.

-“Oh, debe ser mi amigo que tenía que venir” lo dijo bastante malhumorado.

Sin pérdida de tiempo me vestí dirigiéndome a mi habitación, no sé si molesta o aliviada por no haber sucedido nada.

Esa tarde no sucedió nada mas, después vino mi hermana. Aunque durante la cena, Guille estaba muy cerca de mí, aprovechando determinados momentos en tocar mí entrepierna, que a pesar de mis rechazos, para evitar ser descubiertos por mi hermana, su insistencia termino haciéndome tener un leve orgasmo, levantándome rápidamente para ir al baño.

A  la mañana siguiente me levante algo malhumorada, estaba sola, eran cerca de las 10 AM, mi hermana en su trabajo y mi sobrino en el instituto.

Sabía perfectamente a que se debía ese fastidio, me bañé, y salí a dar una vuelta por el pueblo, a la hora regrese a casa, prepare la comida, sabía que en un rato llegaba Guille.

Tocan el timbre y era el amigo de mi sobrino.

-“Hola Romy, como estas, Guille no está, si quieres esperarlo?

-“Bueno, lo espero que tenemos que hacer unos trabajos para la escuela”

En ese momento lo comencé a observar más detenidamente, algo más alto que Guille, linda facciones, y realmente muy atractivo.

Nos sentamos en el living, y comenzamos a charlar, que si bien en un principio parecía algo retraído, llegamos a entablar  rápidamente un conversación muy ágil e interesante.

--“¿Puedo decirte algo?”

--“Si, lo que quieras”

--“Realmente eres una mujer muy voluptuosa y esa pancita de embarazada te hace muy exquisita y sensual.”

--“Te agradezco ese alago tan especial” le contesto algo azorada por sus palabras, además de ese jovencito de 17 años.

--“Muchas gracias, pero se lo merece y mucho mas”

Comprendí que quería decir con “mucho más”, ya llevábamos más de una hora hablando, aunque los últimos 15 minutos, se fueron llenando de halagos sobre mi persona, que sin groserías estaba entrando en otro campo, el sexo. No me disgustaba el tema sintiendo que manejaba la situación.

En un momento noté que había manchado la prenda por ese goteo que me salía de las mamas, así que me disculpe y me fui a la habitación a cambiarme, me saqué todo inclusive el sostén, aplicando unas gasas sobre mis tetillas, cubriéndome solo un vestido algo corto y amplio, regrese al living, continuando la plática. En determinado momento le digo:

- “Quieres un café?”

Lo aceptó, así que me fui a la cocina a prepararlo, debo confesar que pensé en que me seguiría, pero no fue así, evidentemente mi estado me llevaba a lo que sea. Regrese a la sala, mientras tomábamos el café no dejaba de mirarme, tenía ganas de quitarme la ropa, sabía que mis pezones se notaban perfectamente, en donde sus ojos no dejaban de percibirlos.

Si bien en un principio estaba más abierto en su conversación, parecía haberse contenido, aunque notaba perfectamente su mirada, descubriendo como permanecía abultado entre sus piernas el pantalón. Me parecía poco elegante, entregarme abiertamente, pero aceptaría cualquier propuesta que viniese de este chico.

Hasta que me pregunto de cuantos meses estaba.

- “Pues algo más de 8 “| le contesto.

- “Realmente te sienta muy bien el embarazo”

- “Gracias “le respondo .

- “Oh, acaba de darme una patadita”, quieres sentirlo?”

- “Si por supuesto” me contesta arrimándose donde estaba, colocando su mano en mi panza

Tomo su mano y la coloco por debajo de mi camisola, que lentamente comienza a tocar mi vientre, era placentero sentir ese contacto cálido, suave y excitante, que comenzó a explorar más mi cuerpo, hasta tomar la parte inferior de  mis  pechos.

Al comprobar que no ofrecía ningún tipo de oposición, suavemente fue avanzando en esa incursión, hasta tocar mas ávidamente mis pechos, mi respiración delataba abiertamente mi estado, a lo que este chico fue tomando confianza, levantando mi prenda, quedando mis pechos y tanga al descubierto, me beso mientras me tocaba incesantemente..

Hasta que su mano se dirigió a mi entrepierna, intentando quitar mi braga, dejándome llevar por ese ímpetu juvenil, dispuesta a entregarme. Levantado mi traste para permitirle sacar mi prenda, que rápidamente la fue desplazando, hasta sentir sus dedos tocar mi vagina.

Mi sexo no cesaba de expulsar mis flujos vaginales, me había entregado sin pensarlo demasiado, a  ese joven que hacía menos de una hora que lo conocía. Un ruido en la puerta detuvo nuestro encuentro, era Guille, que por suerte me dio tiempo a levantarme e ir a mi habitación, cerrando mi puerta, dándome una ducha para aplacar mi estado.

Guille no comento nada, todo era normal, cenamos junto a mi hermana, hasta que después de hacerlo, nos fuimos a  mirar un programa de TV, Guille a mi lado, que no tardó en comenzar a tocar  mi pierna, poco a poco su mano estaba en mi entrepierna, que por supuesto a pesar de rechazarlo, una cierta excitación comenzaba a producirme. Mi hermana se dormitaba, así que mi sobrino aprovechando la situación, continuaba con su objetivo, situación que me estaba alterando bastante, pero dado el momento trataba de contenerlo.

Cuando mi hermana decidió ir a acostarse, los ojos de Guille se iluminaron, me miró, como dando a entender que podíamos hacer, aunque no dije nada por su expresión, solo me levanta a colocarme el camisón.

Noté la cara de felicidad de mi sobrino al regresar, algo mas ligera de ropas, me senté en un extremo del sillón, que aprovechando el espacio libre se acostó apoyando su cabeza en mi falda, le acaricie la cabeza notando como se acurrucaba contra mí, manteniendonos un rato en esa posición.

No tardo demasiado, en acariciar mí pierna, siguiendo rozando su cabeza, su mano se iba introduciendo bajo mi prenda, alterando mi adrenalina, su palma comenzó a tocar mi muslo, hasta que llego a mi sexo, percibiendo la humedad que tenía mi braga, denunciando mi estado.

Se arrodillo en el sillón levantando mi camisón, besando mi panza, acariciando su cabeza, mientras su lengua la lamia, trató de sacarme el camisón, pero me negué podía aparecer mi hermana, apague la lámpara, atenuando la luz, nos besamos, mientras sus manos buscaban azarosamente mis tetas, apretujando mis pezones provocándome unos leves gemidos de dolor.

Metió su mano a través de mi calzón, hasta tocar mi húmedo sexo,  llevando sus dedos a mi boca para probar mis jugos, sus manos palpaban cada centímetro de mi piel, mientras iba desplazando mi braga,  hasta quitarla.

De una manera muy sutil, me hizo poner de rodillas apoyada en el sillón, levantando mi prenda, quedando mi  culo al aire, bajo su joggings surgiendo su erecta verga lista a ser empotrada en mi sexo.

Entrándola y sacándola de una manera muy versada, acelerando y disminuyendo esa penetración, sus manos en mi cintura iban controlando mis movimientos, mis gemidos eran evidentes conteniendo mis exclamaciones para no despertar a mi hermana. Debo confesar que me cogía muy bien, llevándome a un par de orgasmos hasta que sentí su esperma llenar mi vulva, quedando desparramada en el sillón, satisfecha de esa loca cogida.

Mi sobrino quería continuar, conocía su insistencia, pero me puse firme dispuesta a no ceder a su proposición, nos quedamos abrazados haciéndonos unas suaves caricias, hasta que me hizo acostar en el sillón, acariciando mis piernas, besando mis pantorrillas, y chupar los dedos del pie, algo que nunca había experimentado, por supuesto que eso era bastante excitante,

No niego que estaba preparada para continuar, pero era una situación algo comprometida, su madre podría levantarse y encontrarnos, a pesar de su insistencia esta vez me puse firme, y me fui a mi alcoba.

Tuve que ponerme enérgica, terminando diciéndole:

- “Guille, ya lo hicimos, así que por favor basta, estoy bien y has obtenido lo que     deseabas.”

Me coloque mi prenda, sentándonos en cada extremo del sillón, esta vez apoyé mis pies sobre sus piernas, hasta que después de un rato comenzó a masajearlos, realmente era muy placentero, a lo que me fui relajando sin prestar demasiada atención a la televisión.

Así continuo hasta que levantó mi pie para besar mis dedos, sintiendo su lengua incrustarse entre ellos, quise retirarlos pero era muy deleitable, hasta que comenzó a chupar mi dedo mayor, labor  que comenzó a producirme un cierto cosquilleo bastante excitante.

Eso me fue llevando a acostarme más, entregando mi pie, por supuesto que comenzó a besar mi pierna, levantado mi camisón para lamer mi entrepierna,  continuando ganando terreno, mi panza se agitaba ante ese acoso, donde su lengua iba recorriendo mi zona sensible, comenzando a quitar mi braga, que si bien traté de impedirlo, termine cediendo ante su insistencia.

Hasta que separo mis piernas metiendo su boca entre ellas, su provocación me incitaba, dejándome llevar ciegamente, intento sacar mi única prenda, volví a impedirlo, esta vez separo mas mis glúteos lamiendo la unión de ellos, hasta llegar a mi ano, donde su lengua se hizo dueña de mi sensible orificio.

Mientras me iba llevando a un estado de total paroxismo, fue levantando mi prenda, hasta lograr su objetivo, quitarla, estaba a merced de sus estímulos sexuales, me enloquecía, fui cediendo a sus impulsos entregándome, dejando mi cuerpo a su entera disponibilidad.

Note que se había desnudado, en ese momento no me preocupaba si aparecía mi hermana, estaba entregada,  uno de sus dedos penetro mi ano, para hacerlo inmediatamente con dos, sabía que pretendía, era una asignatura pendiente.

Llevo su miembro a mi boca, para mamárselo y además lubricarlo con mi saliva, luego me sentó en el sillón elevando mis piernas apoyándolas sobre su hombro, sintiendo el  extremo de su pene oprimía mi acceso anal, forzando a introducirlo, exhalando un leve grito de dolencia, se detuvo, sintiendo su aparato cobijarse entre la zanja que provocaban mis glúteos.

Su glande volvió a insistir en mi abertura anal, sintiendo como de oprimía, me mantenía quieta, esperando, hasta que su cabeza se fue abriendo camino, introduciéndose de una manera algo agresiva, sintiendo como centímetro a centímetro, iba tomando posesión de mi recto, hasta que de un fuerte empellón, su verga tomaba posesión de mi interior. Se quedo quieto como disfrutando de ese logro, el total de su verga cobijada en mi recto, mientras acariciaba mis pechos, mi panza, hasta tocar mi impregnada vagina, humedeciendo sus dedos para humedecer mis pezones, eso duró más de un minuto, explayándose por todo mi cuerpo.

Lo sentí como una especie de conquista por parte de mi sobrino, sintiendo sus genitales pegados a mis glúteos, como si esa total penetración simbolizaba una especie de preponderancia, no tenía dudas que eso estaba ocurriendo.

En determinado momento comenzó a entrar y salir de una manera frenética, tomándome de la cintura, empujando con fuerza hundiendo su verga en lo profundo de mis entrañas, con una sensación de querer partirme.

A pesar de su edad, había adquirido una buena experiencia, mientras su pene entraba y salía lentamente de mi recto, nos mirábamos, viendo su rostro de satisfacción, penetrando por el culo a su querida tía.

Sacaba su pene totalmente para volver a incrustarlo nuevamente con total arrebato, me excitaba su manera de hacerlo, era como una demostración de su influencia en mí, sensación que creo no estar equivocada a lo que me iba sometiendo a esa predominio algo morboso..

Un nuevo y violento bombeo aplico en mi ano, haciéndome contener mis gemidos de placer, sintiendo su miembro friccionar la membrana de mi recto, hasta que lo sacó, terminando masturbándose cuando vi como su esperma bañaba mi abdomen. Fue algo inesperado pero me excito ver como su secreción salía de su erecta verga.

Volvió a meter su cabeza entre mis piernas, lamiendo de una manera vertiginosa y concisa, hasta que me llevó a un estrepitoso orgasmo. Nos mantuvimos abrazados impregnándose  con los flujos que estaban depositados en mi panza.

No puedo decir que estaba enamorada de mi sobrino pero lo amaba, no estaba arrepentida de haber hecho todo eso, al punto que a partir de esa noche a pesar de haberlo hecho anteriormente, algo cambio, fui aceptando cada una de sus propuestas, dándome plácidamente a un juego muy sensual, y aun quedaba una semana para irme.