Mi querido sobrino
MI QUERIDO SOBRINO Esto que relataré a continuación me ocurrió hace varios años, si bien rompí con algunos cánones de la sociedad, aunque no he sido la única, pero mantengo un hermoso recuerdo de ese entonces, aunque tuvo un final no previsto.
MI QUERIDO SOBRINO
Esto que relatare a continuación me ocurrió hace varios años, si bien rompí con algunos cánones de la sociedad, aunque no he sido la única, pero mantengo un hermoso recuerdo de ese entonces, aunque tuvo un final no previsto.
Me llamo Sophia, casada y cuando esto sucedió estaba embarazada de 3 a 4 meses y hacia poca había cumplido los 27 años.
Hacía más de 2 años que me había contraído matrimonio, esperando el 1er hijo, anteriormente vivía con mi hermana y su hijo, por razones de trabajo de mi esposo nos tuvimos que mudar a otra ciudad bastante alejada de donde residía.
Lamentablemente la distancia nos mantenía bastante separadas, así que después de más de 2 años sin vernos, solo contacto por whatsApp, tomé la decisión de ir a visitarlos, a pesar de mi estado de embarazada. Mi esposo no estaba demasiado convencido de que viajase, pero ante mi insistencia con el deseo de verlos, cedió ante mi pretensión.
Así que prepare todo y a la semana estaba viajando para lo de mi hermana Isabel que está separada, y su hijo Guille. Apenas nos vimos nos abrazamos, teniendo un encuentro muy conmovedor donde las lagrimas afloraron rápidamente. Llegar a su casa en donde había pasado gran parte de mi vida, con mis padres en ese momento y con mi hermana y posteriormente con mi sobrino, me llenaron de recuerdos.
Mi sobrino es un chico muy cálido, hacia poco había cumplido los 18 años, muy delgado y de mi altura. A medida que nos acercábamos a la casa de mi hermana, observaba el pueblo, aunque ya es ciudad, no había cambiado demasiado algunos negocios nuevos y un edificio de departamentos. Pero sabía que lo fundamental era estar en familia haciendo vida de hogar y alguna que otra salida.
Mi hermana trabajaba, es contadora y estaba en el banco principal del lugar, se iba cerca de las 9 am para regresar 7:30 pm, así que nos quedábamos solos, lo único que no me agradaba eran las tardes en ese lugar, eran insoportables por el calor que hacía, prácticamente me quitaba casi todo para dormir la siesta, con el ventilador del techo que ayudaba un poco a aplacar ese estado abrumador del clima.
Hacía ya dos días que había llegado, y realmente tenía ganas de regresar, pero no me parecía correcto ya que hacía bastante que no nos veíamos con mi hermana y sé que se pondría mal talante si me iba antes de lo previsto, sumado a que durante el día nos veíamos poco tiempo debido a su horario.
Mi sobrino salía a veces y me quedaba sola, gran parte de la tarde, a pesar de la pedido de mi hermana de que no me dejase abandonada, pero a esa edad no se le puede exigir demasiado.
El 2do o 3er día se quedó, vino a mi habitación y charlamos un buen rato, dado el calor que hacía, llevaba puesto mi camisón corto algo transparente, que translucía mis pechos, sin pensar que para mi sobrino, era una linda atracción, pero en lo amena y divertida que se había puesto la conversación, no pensé en sus miradas, además era su tía. Por supuesto que para un chico de 18 años, todo eso no cuenta, está viendo un par de tetas, sean de quien sea.
Me pregunto de cuantos meses estaba, y si la podía tocar, me agrado esa curiosidad, respondiéndole
--“Pero si, tócala si es de tu agrado” lo dije algo inocentemente.
--“Gracias, tía”
Me levante apresuradamente el camisón, para sentir la palma de su mano rozar mi vientre mientras se acercaba a mi Monte de Venus, algo me perturbo, comenzando a disfrutar esa sutil y efervescente caricia, cuando intento levantar el camisón.
--“Bueno, está bien Guille, me voy a bañar”
Al pasar por la habitación de mi sobrino, estaba la puerta entreabierta, el estaba desnudo sentado en el borde de la cama, dándome la espalda, aunque por los movimientos no dudé que se estaba masturbando. Me detuve unos instantes para observarlo, sintiendo una especie de curiosidad verlo hacerlo, pero se sentiría muy abrumado si me descubría, así que silenciosamente me dirigí al baño. Cuando después de ducharme regresaba a mi habitación, Guille salía de la suya, cruzamos unas palabras y en ese instante creo haber percibido el olor a su semen, algo que realmente me alteró. Ese leve suceso creo que despertó algo en mi, aunque no pensé en nada malo, solo sonreí ante ese posible suceso.
Sentí pena por él, de alguna manera me sentía culpable, por la excitación que mis tetas le provocaron, por otro lado me sentí contenta que aun altero a los adolecentes. El hecho de no contar con demasiada actividad, solo dormir la siesta con ese calor imperante, me llevaba a fomentar mis fantasías, creo que eso me estimulaba y por lo menos disminuía mi depresión. Admito que soy una mujer fogosa, y más ahora en mi estado, pero hay veces que no me llego a contener, y menos si descubren mis centros de estimulación. Debo confesar que una sola vez engañe a mi esposo, pero bueno fue una corta aventura pero reinaba solo el sexo.
Al día siguiente, paso algo similar, vino a mi habitación, estaba con mi corto camisón y solo mis pantaloncitos cortos, mientras hablábamos estiré una de las piernas, dándome un fuerte calambre, que me ocurría frecuentemente.
--“Por favor masajéame la pierna para que se me pase” le pedí a mi sobrino.
Este actuó rápidamente, masajeando mi pantorrilla, que me fue calmando paulatinamente, aunque continuo frotando mi pierna, subiendo por mis muslos hasta introducirse por mi pantaloncito hasta la ingle.
No dije nada, solo permanecí quieta, pero cuando intentó de tocar mi sexo, se la saqué colocándola sobre mi abdomen, continuando por ese lugar hasta que comenzó a levantar levemente mi camisón.
Me relaje, cerré los ojos para disfrutar plenamente, mientras su mano ampliaba cada vez más su radio de acción, sutilmente levantó un poco mas mi camisón, sin llegar a descubrir mis pechos, sintiendo sus caricias extenderse hasta la parte inferior de mis pechos.
No hice ningún signo de censura, solo mantuve cerrado mis ojos, cuando percibí que desplazaba mas mi prenda, para descubrir mis pechos, y acariciarlos suavemente, como esperando mi autorización, me atraía ese rozamiento, abrí los ojos, notando esa expresión de deseo, cuando me miró le sonreí. Fue suficiente para tomarlas con mayor vehemencia, friccionando mis pezones, estirarlos levemente, comenzando a jugar más eróticamente con ellas, hasta que su boca se apodero de mis tensas tetillas, lugar que me hace perder los estribos, para mamarlas y succionarlas hasta hacerme gritar de pasión.
Ya su mano se dirigió hacia mi calzoncito, tratando de introducirla, pero lo detuve.
--“No Guille, por favor, creo que es mas que suficiente” le dije bastante perturbada, notando su estado bastante alterado, lo abrace tratando de tranquilizarlo, creo que lo había dejado llegar muy lejos, pero trate de contenerme, no era lo correcto.
Lo tiré sobre la cama, arrodillándome a su lado, desabrochando su bermuda para bajar su bóxer, que muy sorprendido trató de impedirme que continuase.
--“Tranquilo, querido, tranquilo” mientras besaba suavemente sus labios. Me quité el camisón, tomando su miembro, que sorprendió su tamaño para un jovencito, volví a besarlo en sus labios, acariciando su pecho, notando que se relajaba, pero con su respiración bastante agitada. Comencé a masturbarlo suavemente, sin dejar de frotar mi mano sobre su pecho, besándolo más intensamente, hasta que después de varios movimientos, eyaculo fuertemente, mientras su cuerpo se contraía, mojando una de mis tetas.
Me abrazo fuertemente, agradeciendo lo que había hecho, estaba bastante excitada, pero me contuve para no hacer algo indebido.
Después de cenar los tres me fui a la cama, mi mente giraba sobre lo sucedido pero más por su verga, donde la fantasía se hizo bien presente, terminado masturbándome antes de dormirme.
A la mañana siguiente me levante tarde, ya mi hermana se había ido, al llegar a la cocina mi sobrino estaba de espalda preparando el desayuno, lo abrace por atrás besando su cuello, acariciando su pecho, hasta llevar mis manos hasta su abdomen. Eso fue suficiente para que se girase, y metiese sus manos bajo mi camisón, acariciando mi espalda, así nos mantuvimos unos minutos hasta que intento besarme, algo me llevo a hacerlo, mientras nuestras bocas se fusionaban, mi sobrino me quita el camisón, apoderándose de mis pechos, besándolos y chupando mis pezones. Lo compenso, metiendo mis manos en su bóxer, manoteando su bulto, en ese momento de total manoteo, bajo su prenda.
Al verlo desnudo, me fui alterando, mas, besándonos desenfrenadamente, sentía su verga rozar mi sexo, pero antes de continuar me arrodille, y comencé a besar su aparato, se apoyo sobre la mesada, mientras mi boca comenzó a deglutirlo, estaba obsesionada con su miembro, me atraía, nunca había actuado de forma tan atrevida, posiblemente al duplicarle su edad, ser su tía, me tomaba el derecho de hacer esto.
Continúe besando sus testículos hasta meterlos en mi boca, luego su verga, chupándola con ahínco, mientras tocaba mi sexo, no paraba de succionársela, cuando empezó a agitar su miembro en mi boca, hasta que sentí un cálido flujo irrumpir el interior de mi cavidad.
Nunca había hecho algo así, de dejarlo acabar en mi boca, pero con Guille fue distinto, no sé que me sucedía, me atraía, aunque me sentí algo abochornada por mi reacción, así que me levante corriendo, me lave, me vestí y regrese a la cocina. Mi sobrino estaba todavía en calzoncillos, lo abrace, y le digo
“ Perdóname, no sé que me paso”
“No tengo nada que perdonarte tía, si me ha encantado lo que me hiciste.”, y me besó en los labios
Desayunamos y me propuso ir al bosquecito, en bicicleta, me pareció una linda idea, salir de la casa y evitar otro encuentro. Así que preparamos algo para comer, agua y todo lo medianamente necesario para un día de picnic.
Apenas llegamos, nos acomodamos en un lugar sombreado, e inmediatamente mi sobrino quería ir al agua, traté de disuadirlo, pero su insistencia me supero.
“Sácate la malla, tía”
“Estás loco, y si nos ven” le contesto
“Dale, no hay nadie, estamos solos” mientras se quitaba la suya, insistiendo que me la quitase.
A pesar de su insistencia, no lo hice, solo me quite el sostén, fui corriendo al agua y mis tetas se bamboleaban, así que las sujetaba con mi brazo, Guille no quitaba los ojos de mí , cosa que me alegraba saber que gustaba de mi cuerpo a pesar de estar algo deformado por mi preñez.
Notando que comenzaba a tener una erección, sin titubear lo tome de la mano y corrimos al rio. A pesar que el agua estaba algo fría, rápidamente el cuerpo se adapto a esa leve temperatura. Nos divertimos tirándonos agua y agarrándonos o empujándonos, me sentía como una adolescente.
Después de un buen rato salimos, nos secamos y nos tiramos al sol, trate de colocarme el sostén pero Guille lo impidió.
--“ Quédate así, me encanta ver esos divinos pechos y tu adorable cuerpo.’”, Realmente me sentía feliz estar así, en ese lugar tan apacible y solitario, junto a mi querido sobrino, tomados de la mano mientras nuestros cuerpos eran calentados por los rayos solares.
Todo eso duró unos minutos, porque era de esperar, que mi sobrino comenzase a acariciar, si bien me agradaba, no quería ir a mayores, así que lo detuve en su intención. Esto se repitió una y otra vez más, que me hizo levantarme como para irme.
--“Está bien tía, perdóname, no lo repetiré”
Por un largo momento, se quedo quieto, hasta que vi que se había dormido, lo acaricie, y sentí como un cosquilleo al verlo desnudo, con su delgado cuerpo, que hacia resaltar mas su flácido miembro. Noté que el sol estaba fuerte y nuestra piel comenzando a enrojecerse. Así que lo desperté, para ponernos a la sombra, Esta vez su mano comenzó a rozar mi cuerpo, me agradaba sentir su mano desplazarse por mi vientre, hasta que al notar que no negaba sus caricias, fue como ganando terreno, hasta que llego a mis senos, le permití continuar, su mano pasaba de una a otra teta, jugueteando con mis pezones, apretándolos, estirándolos, con suma lentitud y sutilmente, hasta lograr ponérmelos tiesos, que supongo que con ese fin.
Después siguió con mi vientre, hasta el monte de Venus, intentando introducirse en mi tanga, para llegar a mi sexo, que además las mantenía bien cerradas, como para impedir su acceso.
Pero a pesar que si bien sabía que no era lo correcto, fui cediendo ante su demanda, terminando quedar al libre albedrio. Mi respiración comenzó a acentuarse, ante ese contacto acogedor, y humedecer mi zona íntima, cosa de esperar.
Era indiscutible, que después de tantas cálidas caricias, queremos algo más, así que fui separando mis piernas, mientras sus dedos se metían entre mi prenda, pero opte por separarla por abajo, dando mejor camino a mi sexo, sintiendo inmediatamente sus dedos introducirse en mi vulva, rozando mi clítoris, de una manera algo brusca, traté de ir corrigiendo esos detalles, hasta que comenzó a mamar de mi teta, succionado ávidamente de mi pezón, mientras su dedos entraba y salían de mi órgano sexual.
Me fue entregando de cuerpo y alma a mi sobrino, no estaba muy dispuesta a detener este frenesí, con lo que estaba haciendo, siendo sus chupadas cada vez más intensas, y sus dedos mas penetrantes, hasta que me llevo a un clímax de total exaltación, arqueándome y gimiendo hasta explotar con un largo orgasmo. Comenzó a bajar mi tanga, colaborando para quitármela, cuando de forma apresurada me monto de una manera apresurada, lo bese mientras continuaba desplazando mi única prenda. En el preciso momento de sentir humedecer mi abdomen y hasta parte del pecho por el esperma de Guille, lo abrace y bese para que no se sintiese incomodo por su eyaculación.
Cuando me aplaqué, le digo:
--”Mi amor, esto es una locura, está mal lo que hemos hecho, me siento responsable por mis actos, he sido la que te ha inducido a esto ni tampoco impedí tus intentos, todo me agrado, pero estoy casada, embarazada y eres mi sobrino”
--‘ ”Creo que tienes razón tía, disculpa por lo que hice, en un momento deseaba verte desnuda pero fue mas de lo que pretendía.”
--Esta bien amor, no tienes que disculparte, en realidad los dos somos culpables de lo que podría llegar a ser”
Realmente me llenó de emoción, lo bese, y seguimos abrazados un buen tiempo, a pesar que en ese momento pensé que eso no se repetiría, nos vestimos y regresamos a casa.
Antes de dormirme mi mente me transportaba a ese momento en el bosque, que si bien no se fue a mayores, tuvo su importancia. Cuando me levante, pensé que debería irme, antes que esto se desencadenase en un posible escándalo familiar, cosa que no deseaba desde ningún punto de vista. Tengo que reconocer que soy algo débil de carne, que si me tocan en determinado lugares en entrego fácilmente, a pesar de tratar de contenerme.