Mi querida ninfómana

Una ama de casa que tiene una doble vida y para desahogar su lívido emplea una forma muy especial de conquista.

Mi querida ninfómana

Me siento tan contenta no tanto por las experiencias vividas sino por la satisfacción de poderlo compartir con todos los que, como vosotros, contáis las realidades o a lo sumo vuestros sueños y eso nos hace un poco mas humanos. Me llamo Raquel, no soy una belleza, pero tengo un cuerpo bonito y un hermoso par de tetas un poco grandes para mi gusto, unas piernas que muchos consideran maravillosas pero yo que las conozco de cerca y soy consiente de todos los fallos pero como dicen en España, "El que tuvo retuvo" y con mis cuarenta y cinco años y ya acusando los ataques de la perdida de tersura en mi piel y con los dos partos en mi haber de mis hijos de 25 y 22.años. Por causas que no vienen al caso, debí expulsar de la casa a mi marido hace doce años por pillarlo en "Offside" con una antigua amiga mía, no niego que hasta el día de hoy le estoy infinitamente agradecida.

Mis hijos cada cual con pareja, son muy felices sus chicas son excepcionales, ya que las disputas que pueden tener con ellos, no se quejan con sus padres, me lo cuentan a mí y después de darle la regañina a ellos porque sé que en el 95% de los casos sus mujeres tienen razón, aunque los chicos dicen que yo no soy su madre y se despiden con un alto pero dulce "Adiós suegrita".

Toda mi vida se desliza por derroteros a mas o menos felices salvo la falta de sexualidad la cual trato de superar de la forma mas satisfactoria que encuentro, como en ese sentido soy un poco bestia me referiré al tema como lo siento, soy una hembra en celo siempre lo fui, soy de las que cuando van a dormir al acostarme siento todo el hormigueo del mundo en las piernas y las noto caminar por ellas hasta mi vulva y llegado ese momento sé que me tengo que levantar para darle trabajo a la cantidad insólita de juguetes que me dan la tranquilidad emocional que necesito, luego comencé a practicar deporte pero e hice bastante amistad con muchos chicos de mi edad e incluso mucho mas jóvenes pero todos estaban atacados de la misma psicosis, se creían que por haberlos elegido para llevarlos a la cama, yo era propiedad de los respectivos tíos, y no les cuento los ataques de rabia y las terribles discusiones que he tenido para explicarles que yo follaba con el que quería y no mas de una vez en casos especiales, dos, y que no era propiedad de nadie sino de mí misma. Pero últimamente me fui alejando de ellos porque ya no me satisfacían, me repelían hasta por el hecho de tener pelos en todos lados menos donde debían tenerlos, como se imaginarán para esa época ya había habilitado la casa que había heredado de mis padres como picadero, así, mantenía al margen de mis "desviaciones sexuales" a toda mi familia.

Pasaron dos días eran las ocho de la noche, comencé a sentir las hormigas caminando por mis piernas sentía que me ahogaba en casa, no deseaba usar mis chiches y no había tenido desde hace bastante tiempo una cita amorosa con nadie y realmente hoy me apetecía algo muy especial, opté por salir para ver si lo podía conseguir, cosa que lo dudaba, me vestí bastante atrevida, un vestido escotado con sostenes de seda, tacones de aguja y sin sostenedor y con unas diminutas bragas, excelentemente maquillada. Cogí el auto y me dirigí al centro en la calle de los cines, sabía muy bien que lo que buscaba no lo encontraría ni en discotecas ni en bares de cualquier tipo, dejé el coche en un parking cercano, mientras caminaba entre las miradas y piropos de los hombres, de los cuales no me importaban, entré en un cine, pasaban una película que me habían comentado como muy buena, poco antes que diera comienzo la función se sienta a mi lado un chavalito que de un vistazo me pareció de quince añitos, muy bien vestido, pelo corto, ojos verdes, en general pinta de estudiante y para colmo empollón, durante los primeros quince minutos de película no me sacó los ojos de encima, ¡bueno, de encima de mis tetas!. Y cuando yo hacía el amago de mirarlo él, inmediatamente se compenetraba en la peli y luego seguía con la observación. Si, pensé eso era lo que deseaba.

Crucé las piernas de forma tal que mi zapato quedó rozándole el pantalón y por ende una de sus piernas, cuando lo miré me arrancó una cómica sonrisa, estaba petrificado, toda su atención estaba puesta en su pierna, al rato reaccionó y puso su mano en el reposabrazos, y ya que estaba en tren de maldita lo iba a seguir estando hasta las últimas consecuencias así que con el pretexto de acomodarme las tirillas del zapato, me agache de forma tal que mi seno izquierdo quedó sobre su mano, lo observé de la posición en que estaba y continuaba mas petrificado que antes, me incorporé lentamente arrastrando mi pezón, que en ese momento estaba durísimo, por el dorso de su mano

Puse mi mano sobre la suya, Le pregunto descaradamente.¿Cómo te llamas?. Y muy cohibido me responde.

Eduardo. Y, y . Usted.-Titubeó-

Beatriz, le respondo. ¡Tienes las manos heladas¡

En un arranque de sinceridad. Me respondió, Si debe ser por los nervios, Me gustó la sinceridad, Le cojo su mano entre las mías y sin dejar de acariciarlas las pongo sobre mi pecho, su respiración se tornó jadeante y comenzó a temblar. ¿Quieres que salgamos?.

Si, por favor, pero... Ud. Quédese.

¿Te molesto?. Porque de ser así déjame que me vaya y perdóname el mal trago.

¡¡¡No!!!. Todo lo contrario, nunca me sentí tan feliz ni tan nervioso. Además que tengo un poco de asma.

Nos reímos juntos, me encantó el chavalito. Ven – Le dije- Vamos a tomar algo.

Mejor, no.

¿Porqué?. –Pregunté- Y ruborizándose me contestó.

¿Es que no sé si me alcanza el dinero para invitarla?

Tu, guarda tu dinerito. Hoy invito yo y en otra oportunidad lo haces tú. ¿Vale?. Al salir lo tome de su brazo y se dirigió a un barcito cercano al cine: ¿Entramos aquí? –Me dijo-

Prefiero que no. Yo tengo el coche en un parking cercano y busquemos otro lugar.

Caminamos hasta el parking y montamos en el auto, y acariciando su carita. ¿Estás mejor?.

Si. –Contestó-

Me acerqué y besé la comisura de sus labios, Vi como sus mejillas se encendían, y me gustó muchísimo era la personita especial que necesitaba esa noche, mientras avanzábamos me dijo.

¡Mire! Allí hay otro bar.

¡No!. Vamos a mi casa. ¿Si tu quieres?. No contestó pero era evidente su nerviosismo. Yo vivo sola. Lo tranquilicé.

Llegamos, enfile el coche hacia la rampa de entrada busqué el mando y mientras se abría la puerta y acariciando su nuca. –Pregunté- ¿Debes llamar a tus padres para decirle que no volverás?.

No. Estoy solo en casa mis padres están en Benidorm, yo me tuve que quedar para ir con mi tía hacia las montañas ya que el mar me hace daño a los bronquios.

Entramos al salón encendí las luces y mientras dejaba las llaves y la cartera sobre la mesilla le indiqué que se quitara los zapatos y me enfrenté a el, cogí su carita entre mis manos, observé detenidamente su rostro, era hermoso, sus profundos ojos verdes, acaricié su pelo, pasé mis pulgares sobre sus carnosos labios y lo besé larga y tiernamente al separarme lamí dulcemente su boca, todavía guardaba su forma híbrida del adolescente que conserva aún sus formas femeninas y que pronto abandonará para convertirse el un hombre, mi excitación era inmensa, ahora éramos dos los que temblábamos, él se dejaba hacer, su timidez no le permitía tocarme, me gustaba la separación que nos habíamos impuesto. Lentamente le saqué su chaqueta, me acerqué mas para besar sus ojos, solo mis pezones rozaron su pecho y sentí entre mis piernas la dureza de su sexo erecto sin dejar de sentir nuestros contactos fui deshaciendo el nudo de su corbata y librarlo de su camisa, solo asomaban una pequeña pelusa negra en su pecho besé su boca, su cuello y lentamente tuve sus pezoncitos al alcance de mi boca los cuales lamí, chupé y gocé con exaltada pasión mientras sacaba el cinturón y dejaba que sus pantalones se deslizaran hacia el suelo, agachándome mientras besaba su torso arrastré también el slip que cubría su sexo así retiré el resto de las prendas que quedaban, al levantarme cerré los ojos para no ver su miembro que mis ansias hubieran hecho abalanzarme sobre el, además quería descubrirlo, amarlo y mimarlo como lo sentía, era mi dulce, tierno y virgen mancebo.

Me tomó de la cintura y me atrajo hacia sí, y al sentir todo su cuerpo a través de mis delgado vestido y en especial su pene en total estado de erección me sobrevino el primero de una larga serie de orgasmos.

Me arrodillé frente a él, y observando que su pene era diferente a lo de los hombres, no era venoso y menor en tamaño a lo que estaba acostumbrada, blanco, con su glande rosado como los pezones de una virgen, lo introduje en mi boca, me calentaba enormemente sus formas que sentía nítidamente entre mi paladar y mi lengua, humedeciendo mi dedo fui masajeando el esfínter de su ano mientras mi mano derecha acariciaba su bolsita de los tesoros, de pronto vi como su andrógino cuerpo se retorcía de placer llenando mi boca del mas apetitoso semen, el cual fui saboreando sibaríticamente, Mi orgasmo no se hizo esperar, mis gritos de hembra se unieron en un coro lascivo a los de mi dulce amante.

No descansamos, nos fuimos al dormitorio, con cientos de velas encendidas comencé eróticamente a desnudarme, la respuesta de mi joven amante no se hizo esperar, su virginal miembro suplicaba mis caricias de uno de los cajones saqué un frasco de aceite corporal, mientras él lubricaba mi cuerpo yo hacía lo propio con el suyo, luego yo masajeé su cuerpo con el mío, era encantador sentir su carita entre mis dos pechos que no solo nos calentaba sino que yo no perdía oportunidad de mezclar mis jugos con el aceite de su cuerpo ni sus líquidos pre seminales con el mío y gozar del ambiente hormonal que habíamos engendrado, luego tocó el turno a su espalda y logramos el mas excitante de los afrodisíacos.

Quiero hacerte el mas hermoso de los masajes pero necesito tu colaboración.

¿Qué vas a hacer?

Tu déjate llevar, confía en mí. Abre las piernas, -Mi niño- Besando sus nalgas, introduje mi lengua en su culito, intento cerrarlo, déjate llevar mi Rey, no opongas resistencia, déjalo que se abra como si fuera la flor que es. Así, corazón así, goza mi lengua en tu agujerito, bien, ¿Te molesta?

¡No! Beatriz me gusta.

¡Bien chiquito mío!. Recuerda lo que te gusta. Ahora, date la vuelta, seguí pasando mi cuerpo sobre él, Me senté montándolo y comencé a meter su miembro en mi vagina . y mi cuerpo lo masajeaba mientras su polla entraba y salía dentro mío, la saqué y con ella me masturbé llegando casi instantáneamente un fabuloso orgasmo, mis gritos excitaron más a mi niño que ya sentía que se venía, dejé a mi ángel que se corriera dentro mío, pude sentir claramente como me regaba por dentro, y nuevamente me corrí con el, lo que mas me calentaba era pensar que se corría por primera vez dentro de un chochito y ese era el mío.

Continuamos acariciándonos su miembro era una estaca pero después de las corridas que tuvo ya estaba mucho más tiempo sin eyacular, ven mi bien, abrí mis piernas y lo arrime a mi vagina, huele Edu .¿Te gusta ese olor?

Contestó que sí.

Siente el gusto.

Es agradable.

Lámelo, ves este bultito alargado allí.

Sí.

Por allí es como sentimos las mujeres. Ves que tiene una cabecita como la tuya.

¡Sí! Y si empujo aquí sale la cabecita.

Bien, si te lo pones en los labios y pasas la lengua por la cabecita, me harás derretir de placer. Ponte con la cabeza en el cochito y tu estaca en mi boca y así nos daremos placer el uno al otro.

Edu empezó a pasar la lengua por el chochito, ¡Que bien lo aprendió mi chico me hizo correr dos veces, ¡Que gritos hemos pegado. Así chiquito. Le gritaba

El no se había corrido. Arrodíllate al borde de la cama, comencé a lamerle el agujerito y esté lentamente se fue abriendo como una flor, puse aceite en mi dedo corazón y comencé a meterlo en su culito, él se oponía no te opongas déjalo entrar, aflójate goza mi dedo dentro tuyo, te voy a hacer un masaje dentro tuyo si sientes que te corres dímelo y yo pararé y luego cuando me lo pidas continuaré. -¿Comprendiste?

Si.

Tú relájate y goza de mi dedo, así lo hicimos, sentía su próstata en mi dedo y la masajeaba suavemente, de tanto placer su culo se había dilatado como para que entren dos dedos, pero con ese alcanzaba. Cuando apretaba un poquito mas de la cuenta, mi chiquito gritaba que me viene Beatriz que me sacas la lechita, y dejaba de presionar y sentía un gran placer, luego repetía el mismo trabajo y así sucesivamente que do desplomadito mi ángel, hasta que metiéndome en la boca su pene semiflácido seguí masajeando haciendo caso omiso a los gritos que me detuviera y me bebí la mas elaborada de las lechitas.

Lo subí a la cama y allí se quedó extenuadito mi hermoso bebé. Dormimos toda la noche, al despertarme a la mañana siguiente en salto de cama fui a preparar el desayuno, mientras estaba en la faena, siento que me toman de atrás. ¡Hola corazón1 ¿Como has dormido?.

¡Muy bien!

¿A que hora debes ir con tu tía.

A las tres de la tarde.

Yo tengo que salir, así que te llevo antes.

¿Cuándo?

Después de desayunar.

¿No podrías quedarte conmigo hasta las 14:30 y llevarme luego?

No.

¿Porqué?

Siéntate a la mesa que el desayuno está hecho.

¡No me has respondido a mi pregunta!

No hace falta contestar dos veces a la misma pregunta. Bueno come mientras me cambio y tú, vistete.

Salgo cambiada , y lo encuentro leyendo en el sillón ya cambiado.

Vamos. Salimos subimos al auto y partimos.¿Dónde vive tu tía?. Me da la dirección y lo dejo en la puerta.

¿Nos vemos esta noche?.

No.

¿Y cuando nos vemos?.

Nunca mas.

Pe..pero.. porqué.

Porque la noche ya se acabó y llegó el día, esta noche será una nueva noche con su nuevo amor y mañana será un nuevo día con un viejo amor. Debo decirte que lo he pasado muy bien contigo.

Chaucito

Y me alejé pensando. ¿A que cine iría esta noche?.

RAQUEL.