Mi querida hermana y su amiga Andrea (3)

A pesar de mis reticencias, lo consigue...y yo encantado que la haga.

¿Me crees si te digo que mi principal motivación para escribir relatos en esta página es procurar unos minutos de entretenida lectura que estimule vuestra imaginación y que os de un íntimo placer?.

Esto está por encima de la satisfacción que me produce imaginar y escribir los relatos, y también es mejor que la vanidad del número de visitas y valoraciones.

Gracias por estar ahí, sois el motivo principal de mi presencia aquí.

Perdonad si no contesto a vuestros mensajes, el poco tiempo libre del que dispongo lo dedico a escribir los relatos. Es mi forma personal de responderos a vuestros guiños y sugerencias.

Muchas gracias a tod@s.

… y ahora lo importante… la continuación de la historia.

No esperaba que la noche del sábado terminara así, en vez de convencer a alguna chica guapa para que venga a pasar la noche en mi apartamento, lo que realmente sucedió fue algo totalmente anómalo e inesperado. Mi hermana menor y una amiga suya se acoplaron y decidieron que lo mejor para completar su noche era venirse conmigo.

Mi hermana Gabriela, Gabi, y su amiga Andrea son dos bellezones que pueden conseguir al tío que les apetezca. Gabi tiene el cuerpo estilizado, poco pecho, media melena de pelo negrísimo, una boquita de labios siempre rojos, unas piernas largas y sobre todo unas caderas que cautivan cuando las mueve a su antojo. Si no fuera mi hermana estaría enamorado de ella.

Su amiga es todo exuberancia, pelo castaño largo, una cara angelical y unas curvas que quitan el aliento. La típica chica que en cuento la ves sientes ganas de follartela, gozar de sus pechos y agarrarle fuerte el culo para poseerlo.

A pesar de esta introducción, anoche yo estaba convencido que la diversión se había acabado para mi. Al llegar al apartamento ellas se fueron juntas a la habitación que tengo libre y yo me fui a dormir. Los ruidos que venían de la suya me despertaron, fui a ver y me las encontré abrazadas dándose gusto la una a la otra. La visón de sus cuerpos desnudos dándose place me excito mucho y terminé volviendo a mi habitación para hacerme una paja a la salud de ambas.

Por la mañana me tenían preparada una sorpresa, no contenta con lo de la noche anterior, Andrea quería probar algo más, acababa de salir de un relación poco satisfactoria y quería desquitarse. El mejor candidato posible era yo, y no puse objeción alguna. Follamos como dos posesos, hasta sudar en abundancia y sacarle una buena cantidad de jugos… uhmmm que coño tan delicioso tiene Andrea.

Mientras lo hacíamos, Gabi nos observaba a cierta distancia, le gustaba verme como yo me desenvolvía encima de su amiga, pero no se atrevía a intervenir. La temperatura fue subiendo y termina acariciándome los brazos y la espalda sudorosa, y en un par de ocasiones no dudó en cogerme la polla que se había salido, darle unos meneos y luego dirigirla otra vez hacia la vulva de Andrea.

Cuando Andrea se vino sobre mí, se apeó del caballo mostrando signos de haber acabado cansada y algo dolorida. A duras penas se deslizo sobre la cama, con andar cansino se fue hacia el baño…

- Chicos, me voy a dar una ducha…esto chorreando…¡qué bien que me he quedado! – dijo con cara de enorme satisfacción.

Yo me quede bocarriba resoplando, satisfecho, complacido…agotado…feliz. Gabriela, mi hermanita del alma, que ha estado a nuestro lado todo el rato me susurro para que su amiga no pudiera oírla …

- Ahora que no nos ve… métemela un poquito, porfa –

Me quede de una pieza, ¿cómo se le puede ocurrir una cosa así?... es mi hermana pequeña, la que quiero y cuido por encima de todo.

- ¿Qué estas diciendo?¿te has vuelto loca?... no ves que somos hermanos y entre hermanos esas cosas no se hacen – le reprendo malhumorado.

- ¿Qué te has creído? Una cosa es mirar yo a ti y tu a mi…pero eso que me pides…no se…vaya locura…¿cómo se te habrá ocurrido una barbaridad así? – continuo diciéndole.

Gabi me mira entre decepcionada y asustada por mi reacción. Quizás eso que había leído o le habían contado como algo tan natural no lo era tanto y mi reacción era la correcta, o quizás su hermano era mas conservador de lo que ella pensaba.

Se abre la puerta que había quedado entornada y aparece la figura de Andrea resplandeciente como si le hubiesen dado lustre por todo el cuerpo. Su cara irradia la felicidad y satisfacción que siente, luce las voluptuosas curvas de su cuerpo desnudo, del que trata de ocultar su espléndido coñito y sus hermosos pechos con un falso pudor. Dando unos graciosos saltitos, como si no quisiera hacer el más mínimo ruido, se acerca a la cama y ocupa un lugar de privilegio entre nosotros.

Tras una rápida inspección de la situación, en que me ve semi tapado con la sábana, y en la esquina de la cama sentada, de medio lado a Gabriela. Tiene la pierna cruzada por delante y las manos tapando pudorosamente su entrepierna, una postura poco habitual en ella, por lo que exclama:

- Aquí está pasando algo… ¿me lo queréis contar? - dice Andrea incorporándose rápidamente con lo que vuelve a lucir sus bonitos pechos botando alegres.

Mira alternativamente a mi hermana y a mí, tratando de descubrir lo que se ha perdido durante su corta ausencia en el cuarto de baño.

- Necesitaba darme una ducha para refrescarme y quitarme todo flujo que salía de mi coño. He tenido la mejor corrida de mi vida, y… bueno eso ya lo sabéis…pero decidme ¿que habéis hecho vosotros? … estáis como cortados… ¿qué pasó en mi ausencia? -

- ¿Qué quieres decir? – le pregunta Gabi tratando de disimular y que la cosa no siga por ahí, aunque es consciente que hace unos minutos ha estado a punto de abrirse de piernas para que su querido hermano se la folle, y a pesar de la reprimenda reconoce que es lo que deseaba con todas sus fuerzas.

El regreso de Andrea ha interrumpido afortunadamente nuestra conversación, empezaba a sentirme agobiado por lo que mi hermana me estaba pidiendo. Podría decir de mí que soy un picha brava y que en todos los coñitos que me he metido he disfrutado y que no me suelo echar atrás.

He conocido muchos chochitos, unos pequeños y apretados, otros generosos y jugosos, cada mujer tiene el suyo, todos distintos y adorables… cada cual con una sensibilidad distinta… que condiciona mi trato especial para cada uno de ellos… . Lo que nunca pensé es que el de mi hermana menor pudiera estar en esa lista como otro más, que yo pueda satisfacer y con el que pueda disfrutar.

Para abrir camino a esta tensa situación que Andrea ha percibido, mete la mano bajo la sabana que he puesto sobre mis piernas para cubrir con pudor mi polla. No esta erecta pero mantiene un respetable tamaño. Hace un rato, cuando Andrea se ha corrido y me ha mojado completamente, yo solo he tenido un amago, me he quedado a medias sin llegar al orgasmo por lo que puedo recobrar todo el vigor con suma facilidad.

Mientras se daba una ducha para quitarse la incomodidad del sudor y del flujo por sus mulos, la conversación que he tenido con Gabi me ha bajado mucho la lívido. Sus inesperadas e inapropiadas insinuaciones entre hermanos, han rebajado mi excitación pero no han eliminado totalmente lo que durante un buen rato había ido acumulando.

Ahora, el contacto de la mano de Andrea sobre mi muslo, subiendo lentamente hacia mi sexo disfrutando de la cobertura de la sabana que cubre la entrepierna, están devolviéndole el vigor. El avance lo hace con sigilo y discreción por lo que quiero pensar que mi hermana no se da cuenta de su maniobra y dejo que siga.

- Entre vosotros tenéis mucha confianza ¿no? – Gabi me ha contado que prácticamente no tenéis secretos entre vosotros y que os ayudáis mucho en el tema de los ligues – dice Andrea para captar nuestra atención con sus palabras mientras su mano ha alcanzado su objetivo.

- Es el mejor hermano del mundo, me ayuda en todo, me consiente y cuida de mi – afirma Gabi

Mientras tanto la mano de Andrea ya ha conseguido ponérmela dura de nuevo y comienza un sube y baja delicioso, oculto a la vista aunque tan intenso y placentero que en breves instantes ya me ha puesto en órbita. Para que no se note mucho mi estado y distraer la atención de mi hermana, afirmo:

- Cuidar de una hermanita como tu es mi mayor satisfacción, siempre me tendrás para todo lo que necesites, tu solo tienes que pedírmelo y ahí estaré yo para dártelo.

En cuanto termino la frase me doy cuenta que se presta a malas interpretaciones, pero ya es demasiado tarde. Su amiga ha tomado nuevas posiciones en su avance y me pajea con cierta intensidad manteniendo el necesario disimulo. No contenta con la posición que tiene en la cama, Gabi se coloca de manera que el cuerpo de su amiga no le impida tener una buena vista. Se ha dado cuenta que bajo la sabana su amiga me está pajeando y quiere verlo.

Después de que me haya visto follar con su amiga no me parece mal del todo que nos vea así que no hago nada por evitarlo. Desde su nueva posición levanta la sabana lo suficiente para poder ver el meneo que su amiga me está dando. Mi vanidad crece, me siento muy satisfecho al comprobar que Gabi quiere verme, eso junto a los juegos que practica la mano de Andrea me están haciendo disfrutar mucho.

- Entre mi “tato” y yo no hay secretos… él me ayuda y yo también a él… si no fuera por mi tu no estarías aquí… ni habrías tenido esta noche de sexo del bueno – le advierte a su amiga, recordándole que su presencia se la debe a ella y que debe hacer lo necesario para contentarla.

- quieres verlo…¿verdad? – le pregunta al tiempo que tira de la sabana y descubre todo lo que estaba sucediendo debajo de ella

Este comentario hace que Andrea se lo piense mejor, hasta ahora la mañana se ha saldado con una buena follada y su inmensa corrida, ahora yo estoy a punto de correrme en sus manos y mi hermana solo ha podido disfrutar mirando lo que hacíamos nosotros.

Quizás ha llegado el momento de volver sus ojos hacia ella y hacerla participar de nuestro loco entretenimiento.

- Menos mal que estoy yo aquí, si no fuera por mi… ya estaríais discutiendo de nuevo – dice Andrea asumiendo el papel de mediadora entre lo que desea su amiga y lo que yo estoy dispuesto a transigir

Está en una posición de privilegio, con una mano me la está meneando muy ricamente y con la otra está sacando los colores a mi hermana. A los dos nos está gustando mucho compartir la experiencia y no cabe duda que a Andrea le seduce tenernos a los dos bajo su control. Para aumentar más nuestro lívido se pone a jugutear con mi polla completamente erecta.

En un primer momento he sentido un poco de vergüenza, que me vea con el capullo casi amoratado de la gran cantidad de sangre que contiene, y como se marcan las venas que solo hacen que traer mas y mas sangre. Me gusta ver la expresión de sus caras y he comprendido que lo estaban deseando.

Yo no me he querido quedar atrás, me he incorporado un poco, lo suficiente para alcanzar con mis manos el cuerpo de Andrea. ¡Uhmmm que delicioso es tocarle las tetas!, jugar con su pelo o acariciarle la espalda, mientras ellas me la menea despacito para disfrutarlo intensamente.

Gabi al final a sucumbido a las caricias, se ha sentado frente a su amiga con las piernas abiertas una por encima de las de su amiga y la otra apoyando el pie cerca de mí. Puedo verle todo el coño, ¿Qué delicioso lo tiene!... bien rasurado , con unos labios finos y apretados. Seguro que al pasar el dedo entre ellos, se abren con facilidad para mostrar un interior de color rosado muy bonito, es como una preciosa mariposa.

- Es mi primera vez con una pareja… y hacerlo con dos hermanos es una experiencia genial – dice Andrea sin para un instante de acariciarnos.

- Siiii, Andrea… te vamos a hacer de la familia… - le digo pensando que mejor que esto ya no podremos estar.

En esto que mi hermana, haciendo gala de su impudicia y que quiere verme disfrutar como un marrano, coge la mano de su amiga que esta llena de su jugo y me la hace lamer. Cierro los ojos como si quisiera fingir que no conozco la procedencia de ese rico flujo y le lamo los dedos con gran placer. Aprovechando que tengo los ojos cerrados, Gabi pone su mano rodeando la de Andrea para acompañarla en su abrazo alrededor de mi polla, para así sentir el sube y baja tan próximo como si lo hiciera ella misma.

- Shhhhhss, cierra los ojos y déjate llevar – me ordena Andrea.

Imagino lo que están tramando entre las dos y no me atrevo a abrir los ojos. Ojos que no ven corazón que no siente… El contacto sobre mi pene se multiplica, noto como me aprietan la bolas y al mismo tiempo como rodean el capullo. ¡Ufff… no abriré los ojos! No quiero que este delicioso momento quede ensombrecido por ningún sentimiento de culpabilidad.

- ¡Deja!... si sigues… me voy a correr en tus manos – le prevengo moviendo las caderas para desembarazarme de su mano, sin atreverme a llevar las mías por miedo a tropezar con las de Gabi que hace unos minutos que no dice nada para no levantar sospechas.

- Okis… yo también prefiero que te corras dentro de mí y me des tu lechecita – me responde Andrea para justo a continuación dejar de meneármela y ponerse en cuatro a mi lado.

- Venga, ven y dame bien duro…me he puesto super cachonda y quiero que lo gocemos juntos –

Abro los ojos y veo a nuestra amiga apoyada sobre los antebrazos, con las piernas ligeramente abierta y el culo en pompa. Uffff, que delicioso manjar. Andrea tiene una muslos que parecen dos columnas, un culo rotundo bien proporcionado y de unas curvas bien dibujadas, y en medio se ve la mejor galleta Oreo que te puedas imaginar.

Rápidamente me coloco detrás una rodilla al colchón y la otra a la altura de su glúteo, me afirmo bien, la tomo por encima de la curva de sus caderas y me acerco lentamente para encontrar el camino en el primer empujón.

- “Tatoooo”, te vas a poner las botas…que ricoooo – dice mi hermana desde un costado en cuanto empiezo a bombear contra tan hermoso trasero.

Gabi no se puede contener, me acaricia mientras le doy a su amiga, cada vez con más ganas y sin dejar de resoplar ni un instante. Oyendo mi repiración ellas saben que estoy a punto de correrme y me jalean para que siga.

- Dale…dale fuerte …no ves que lo está deseando….dale…dale – dice mi hermana con tal entusiasmo que parece que lo está pidiendo para ella.

- Siii…párteme el cocño…. Siiii, asiii… mas, mas – dice Andrea

Estoy a punto…me gustaría irme ya…pero por otra parte quiero que este placer no acabe nunca…Uhmm que experiencia tan deliciosa… la amiga…mi hermana…y yo!. Por mis bramidos ellas saben que estoy cerca… en cualquier momento me correré…uffff, no puedo…no puedo…me va a venir…

De repente Andrea se desploma sobre la cama quedándose completamente plana sobre ella. No la he podido retener y me he quedado solo, en la misma postura que tenía, una rodilla en el colchón, la otra a media altura y la polla… mojada, palpitando y sorprendida al verse fuera, justo cuando mejor estaba dentro de ese coño húmedo y caliente.

Antes de que pueda reaccionar ni hacer ningún movimiento, mi hermana se coloca en cuatro encina de Andrea, ocupando el sitio que hasta un instante antes ocupaba su amiga. Tengo a mi disposición un cochito distinto… super apetitoso… el de mi hermana pequeña… que espera ser tomado por una picha consentida como la mía.

¿Qué hago?... no puede ser cierto…me quedaré con las ganas de correrme a pesar que es lo que más deseo en este momento o ¿se la clavo a mi hermanita del alma que lleva tiempo deseándolo? El debate es intenso, en décimas de segundo debo resolver…apoyo ambas manos sobre sus caderas, la atraigo dulcemente hacia mí y se la voy clavando poco a poco, con sumo cuidado , sin complejo…me estoy follando a mi hermana, ella lo ha querido y yo en mi subconsciente hace tiempo que lo deseaba.

Los dos gemimos como animales, nunca antes había sentido una emoción tan fuerte, Gabi no se atreve a decir ni una palabra pero sus quejidos me llegan hasta lo mas hondo del cerebro. Paro de vez en cuando para tomar aire y para prolongar este éxtasis…hasta que le anuncio que me va a venir… que no lo puedo retener por más tiempo…

- No me la dejes dentro… no, no dentro noooo – me suplica.

Dejo que se retire un poco y mi leche cae sobre sus preciosas nalgas. ¡Uffff, que maravilla!. Los tres necesitaremos un buen rato para recobrar el aliento… y sobre todo la confianza para poder volver a mirarnos a los ojos como antes de esta experiencia tan fantástica.

- Uffff, chicos…ha estado genial…genial… yo también quiero tener un hermano como tienes tu – le dice Andrea a mi hermana Gabi, a lo que contestamos los tres con una risa floja, incontenible y dichosa.

¡Gracias Andrea! Es una delicia estar contigo.

Deverano.