Mi querida hermana Gabriela

Una relación entre hermanos que va más allá

Esta serie es continuación de la titulada “ Mi querida hermana y su amiga Andrea”

Anteriormente…

Inmersa en su gran orgasmo, de repente Andrea se desploma sobre la cama quedándose completamente plana sobre ella. Antes de que yo pueda reaccionar ni hacer ningún movimiento, mi hermana se coloca en cuatro, encina de ella, ocupando el sitio que hasta un instante antes ocupaba su amiga. Tengo a mi disposición un cochito distinto… super apetitoso… el de mi hermana pequeña… que espera ser tomado por una picha consentida como la mía.

Apoyo ambas manos sobre sus caderas, la atraigo dulcemente hacia mí y se la voy clavando poco a poco, con sumo cuidado, sin complejo…me estoy follando a mi hermana, ella lo ha querido y yo, en mi subconsciente hace tiempo que lo deseaba.

Los dos gemimos como animales, nunca antes había sentido una emoción tan fuerte, le anuncio que me va a venir… que no lo puedo retener por más tiempo… dejo que se retire un poco y mi leche cae sobre sus preciosas nalgas.

-        Uffff, chicos…ha estado genial…genial… yo también quiero tener un hermano como tienes tu – le dice Andrea a mi hermana Gabi, a lo que contestamos los tres con una risa floja, incontenible y dichosa.

Continuación…

Las contemplo, Gabi y Andrea, Andrea y Gabi, las veo risueñas, satisfechas y sobre todo muy orgullosas de lo que han conseguido. Mi hermana y su amiga me han llevado al huerto… primero he follado con Andrea como un cosaco, le he dado duro hasta que se ha corrido como una perra… Con una estrategia planificada Gabi la ha reemplazado y “casi me ha obligado” a que se la meta hasta las bolas. Entre las dos han hecho que me folle a mi hermana casi sin reparar en que era ella… y vaya corrida más rica sobre sus nalgas.

Me he comportado como un guiñol en sus manos, he seguido el guion que habían escrito, me he saltado todos mis reparos iniciales y he terminado metiéndosela toda en ese coñito que hasta hoy yo consideraba sagrado. El coñito de mi hermana menor ha sido profanado por mi desvergonzada polla, que no ha tenido ningún reparo en colarse dentro hasta hacer tope con las bolas.

Antes de que empiecen los remordimientos me levanto y me voy a la ducha, mi polla todavía con buen volumen, aunque sin dureza, pendula a un lado y a otro… ha sido vencida y doblegada por dos jovencitas que han sabido encontrar el punto débil de su dueño. Mientras avanzo por el pasillo las oigo hablar y reír, seguro que celebrando su éxito a costa de su hermano mayor. En cierta manera me molesta un poco verme derrotado y que ellas lo disfruten de esta manera… ya encontrare la manera de devolverles la “moneda”.

Cuando tras una larga ducha volví a la habitación, mi hermana y su amiga ya se habían ido, por lo que no tuve que enfrentarme a la vergüenza de mirar a mi hermana a la cara. Después de vestirme, me puse a hacer la cama, debajo de la almohada encontré un papel doblado, al abrirlo leí: Llámame, un número de teléfono y una especie de flor dibujada. No cabía duda, Andrea quería recibir nuevas raciones de la medicina que había recibido, yo no dudé ni un instante en que volvería a mi casa para continuar con lo empezado, pero eso os lo contaré otro día. Hoy necesito contaros como fue el día en que me reencontré con Gabi.

Ha pasado una semana y no he tenido ningún contacto con Gabi. Estoy en casa de mis padres atendiendo a la convocatoria de comida familiar para celebrar el cumple de mi padre. Mi madre me ordena:

-        Anda ver a despertar a tu hermana, creo que ayer llego muy tarde… si no la despertamos se hará la hora de comer y todavía estará en la cama, y ya sabes que tiene muy mal despertar –

Sí que lo sé… más de una vez me ha tirado un zapato a la cabeza cuando he ido a llamarla… ahora ya he aprendido algunos trucos y me encanta hacerla rabiar un poco…pero tomando mis precauciones.  Una vez recibida tan importante encomienda me voy hacia su habitación, abro con cuidado de no hacer ruido y voy hasta la ventana con sigilo. Abro un poquito la cortina que la tapa impidiendo que entre ni una pizca de luz. Es la forma mas delicada de despertarla, solo con la luz, nada de hablarle ni menos aun de tocarla cuando todavía está dormida.

Al entrar la luz puedo verla, esta de medio lado, agarrada a la almohada y la sabana liada entre las piernas. Tengo que reconocer que está muy buena, tiene unas caderas estupendas, unos muslos muy bien torneados que terminan en un culo impresionante. Siempre he pensado que mi hermanita es una muñequita.

Con la entrada de la luz del día, se empieza a despertar, mueve su cuerpo, se pone boca arriba y puedo ver que solo lleva puesta la camiseta del pijama, no lleva ni el pantaloncito ni las bragas. Uhmmm, hermanita quizás anoche tuviste que tocarte para poder dormir a gusto. Durante unos instantes me quedo embelesado contemplándola…no me puedo quedar así…alguien podría entrar en la habitación.

-        Gabi, Gabi… cariño…hermanita… hay que levantarse…ya son las doce… y hoy hay comida familiar.

-        Vete, vete…déjame dormir…un poquito más – dice dándose la vuelta poniendo su precioso culo frente a mí.

Tras insistir e insistir, logro que se despierte, se sienta en el borde de la cama y me pregunta:

-        ¿Qué miras? ¿acaso es la primera vez que me has visto desnuda? – se levanta y se encamina al cuarto de baño, cuando llega a la puerta se inclina hacia delante para que asome su culo desnudo puesto en pompa

Ha sido un gesto muy propio suyo, le encanta ser trasgresora, deliciosamente maleducada y sobre todo le gusta provocarme con sus travesuras. Esa es su respuesta por haberla despertado. Menos mal que no se ha dado cuenta que al verla se me ha empezado a poner gorda… es algo que no puedo evitar que me suceda cuando estoy con ella. Si no fuera mi hermana se podría decir que estoy enamorado.

Despues de la comida, un rato de charla con la familia, unas risas y después cada cual a su casa. Antes he tenido la oportunidad de observarla como no lo había hecho nunca. Gabi es una chica de carácter extrovertido y algo trasgresor, para demostrarlo tiene el pelo largo y negro, adornándolo con un flequillo tintado de blanco. En el parpado inferior un lunar falso, en la oreja izquierda cuelga un crucifico pequeño y en la otra un aro grande.

Con gran disgusto de nuestros padres se adornó la piel con algunos tattoos, que junto con una vestimenta entre alternativa y un poco varonil complementan su imagen externa. Digo externa porque cuando la conoces es toda dulzura y su cuerpecito bien proporcionado es una delicia.

-        ¿Me puedes acercar al centro?, he quedado con Andrea… me evito tener que coger el bus –

-        Claro que si… sabes que me puedes pedir lo que quieras…para eso me tienes como hermano –

Me mira mostrando su discrepancia… los dos sabemos que me pide cosas que no le doy.

-        No me mires así… tú sabes que no puedo, nooo puedooo! ─

-        ¿No puedes o no quieres? – remata y lo dejamos así.

Hoy se ha puesto unos pantalones grandes, de peto… como los que usan los mecánicos, una camiseta ajustada de marga corta y unos zapatones de triple suela, muy en su línea. Mientras conduzco hacia donde me ha indicado vamos charlando de lo que hablan los hermanos, nos reímos, criticamos a los viejos, y no sacamos a relucir lo que paso la semana anterior en mi apartamento cuando vinieron ella y su amiga Andrea a dormir.

Tras atender una llamada, Gabi me dice bastante enfadada:

-        Cambio de planes… Andrea no se encuentra bien y dice que se va a acostar a ver si para por la noche ya se encuentra mejor –

-        ¿Entonces? –

-        Vamos a tu casa y ya pensaré algo… puedo llamar a Daniela o quizás a Magy… no a Magy no que está muy rara últimamente –

Vamos a casa, para poderse poner cómoda en el sofá mientras vemos una película para hacer tiempo, se quita los zapatones. Como dice que se le enfrían los pies me pide poner uno debajo de mi pierna y el otro por encima, yo se lo cojo lo acaricio mientras vemos la tele cubiertos por una mantita que compartimos. De ahí no pasamos… una buena tarde entre hermanos… disfrutando de una película de “Los Vengadores”.

Yo también tengo planes para salir esta tarde noche, en cuanto termina la película voy a mi habitación, me desnudo y me encamino al baño…una buena ducha, arreglar la barba, quitar pelos de donde no debe haber… siempre hay que salir de casa como si fuésemos a una cita que termina en la cama… como eso no se sabe nunca, siempre hay que ir preparado.

Aunque nunca lo hago, haya quien haya en casa, he cerrado la puerta del baño por pudor al estar Gabi conmigo. En cuanto me cae el agua encima, oigo que la puerta se abre con cuidado de no hacer ruido. Me pongo de espaldas y hago ver que no me dado cuenta…mi hermana me está mirando, estoy desnudo y no quiero que pueda ver que mi polla se levanta si la veo.

No dice nada, simplemente me observa. Eso pensaba yo, cuando en realidad lo que ha hecho es desnudarse para meterse en la ducha conmigo.

-        Dejas que te enjabone, tienes que estar bien limpito para que la chica con la que sales no tenga ningún problema –

-        Pero…chiquilla  ¿Qué haces? – le pregunto sin atrever a darme la vuelta

-        Tu déjame a mi… no seas crio…no te voy a hacer nada malo –

Acto seguido me enjabona todo el cuerpo con ayuda de una esponja. Cuando digo todo el cuerpo es todo el cuerpo: ¡espalda, entre las piernas, cuello, pecho, pubis… uy! Qué agobio! Mira que ponerse a crecer ahora…justo ahora. No se le olvida enjabonarme la cabeza y por extensión la cara. Me ha puesto tanta espuma que no puedo abrir los ojos. Estoy a su merced, sin poder darme la vuelta y… ciego.

Gabi se sitúa detrás, pega su cuerpo al mío y me abraza poniendo sus manos sobre mi pecho para mantenerme bien sujeto. Con una mano juega con mis pezones que están duros como guijarros, la otra… la ha ido bajando… del pecho al vientre…del vientre a la cadera y de la cadera ha ido en búsqueda de mi polla que ya la estaba esperando tiesa y dura.

-        Pero que haces… ¿no ves que esto no está bien? –

-        ¡Calla tonto!… no ves que sólo nos estamos dando un baño juntos –

Eso es lo que dice ella, pero su mano la desmiente…me ha cogido el nabo, tras juguetear con él, la esponja y el jabón… se ha lanzado a hacerme un sube y baja de lo más rico.

-        ¿Ves que bien?... como dice mamá: hay que limpiar bien todos los rincones…sin olvidar ninguno –

Esto lo acompaña tirando del pellejo hacia atrás dejando todo el glande al descubierto bajo el chorro de agua, luego lo restriega con la mano cerrada y por fin pasa la mano por encima repetidamente como si le quitara el polvo.

-        Estás loca…pero me vuelves loco - le digo apoyando ambas manos en la pared, y dejando que ella haga y deshaga a su antojo. Mi polla le pertenece .

Gabi no tiene intención de soltar su presa, me masturba… unas veces lento y rico; otras con intensidad y brio. Me recuerda cuando de pequeños jugábamos a papás y a mamás, lo que termina “haciendo el amor” como nosotros pensábamos que era: una buena mamada y a continuación yo me hacia una buena paja. Entonces éramos unos críos y tenía un pase…ahora somos dos adultos, y lo nuestro no tiene nombre.

En pocos minutos de masaje ha conseguido calentarme tanto que le tengo que decir:

-        Gabi…si sigues… me voy a correr como un cochino –

Esto no la detiene, al contrario…la anima a seguir hasta que consigue sacarme la leche. Primero una andanada…para un instante para que me recupere…luego vuelve a la carga y me saca otro chorretón…otra pausa…y vuelta a la carga…sube y baja…sube y baja…

-        Deja…deja…que me vas a matar – le suplico pues tengo la punta tan sensible que sus caricias me producen dolor

La condenada no me quiere hacer caso y continua, por lo que tengo que echarme a un lado para librarme de su abrazo. Gabi sale de la ducha, coge una toalla y se va, dejándome medio muerto…muy satisfecho pero extenuado.

Mientras me seco… estoy pensando en lo que estará haciendo ella sola en la habitación.

Deverano.