Mi querida Desconocida IV
Siguen las aventuras sexuales entre estas dos mujeres.-
Hola Valentina ¿ como estas ?.- dije a la chica dándole un beso suave en los labios.
Te extrañe bebe, tenias tiempo que no me visitabas.- respondió ella pegando su cuerpo más a mi.-
Me hice la sorda a su reclamo sobre el tiempo que teníamos sin vernos; acaricie su espalda desnuda, ella llevaba un baby doll color rosa, que en ella lucia de lo más sexy, su piel blanca nívea, piernas definida, el abdomen plano, pero lo que hacía que mi mente perdiera el juicio, es su tatuaje en la costilla derecha en letras negras “ porque soy como el suspiro que sale de tu labios luego de la ultima bocanada de aire que exhalas”; en su momento le pregunte que porque se había tatuado eso, ella me respondió “¿cuál es el placer más intenso y sutil que has sentido en tu vida?”
Creo que el que siento, cuando llego al orgasmo de forma pausada formándose lentamente y liberándose de forma pausada pero violenta, como una explosión en cámara lenta.- Respondió sonrojada en esa ocasión.-
Eres una ternura.- me respondió sentándose en mis piernas para darme un beso fogoso en los labios, luego de esa pequeña charla me perdí en su piel, la bese con pasión comiéndome sus labios, besando su cuello, mis manos tomaban con fuerza sus glúteos, baje mi boca a sus senos desnudos y firmes, perdiéndome en sus pezones, chupándolos.-
Bebe en que estabas pensando, que te has puesto roja y tu respiración se acelero.- Pregunto juguetonamente, pasando su dedo por el camino entre mis senos, acercándose a besar mi cuello, sin controlarlo un gemido se escapo de mis labios, mi camisa desapareció en la sala, dejándome con el pantalón abierto sintiendo sus caricias en mi intimidad, como pudimos caminamos a la habitación dejando un camino de ropa hasta ella, cuando llegamos a la habitación me acostó desnuda en la cama, ella se paro y busco en la mesa de noche del lado derecho un juego de esposas, esposo mis manos al copete de hierro forjado, me puso una venda en mis ojos, sentí como me iba llenando de besos todo mi cuerpo, mordió suavemente mi vientre, gemí al sentir el dolor y placer que me produjo su caricia, seguía besando mi vientre bajando al sur cuando llego, me recorrió con una caricia delicada y lenta, se que quiere desesperarme, volvió a separarse de mí, escuche como salía del cuarto y a los segundos regreso “bebé hoy postergare este momento para que lo puedas ver, te grabare” dijo ella, se acerco y me dio un beso finalizándolo con un mordisco suave en mi labio inferior, se volvió a alejar de mi, cuando vuelve se acuesta a mi lado, acariciando mi pecho con un objeto duro y algo frio, gemí nuevamente con la caricia ella besó mi seno derecho, en la base del seno jugando con su lengua en la línea divisoria del seno con el abdomen, mordió mi pezón, para luego chuparlo y darle duras lengüetadas, me tenía en trance, no paraba de gemir, sus caricias lentas y contraladas me tenían al borde del desespero por el placer que me producían, volví a gemir cuando sentí como vertía sobre mi piel un liquido caliente, la sensación fue divina, la habitación se lleno de un rico aroma a rosas, por lo que asumí era aceite de rosa caliente, lo empezó un masaje divino por mi cuerpo, por mi abdomen, mis piernas, mis muslos, cuando llego a mis muslos me hizo abrir las piernas quedando totalmente expuesta a ella, me sentía indefensa, no sé qué hará, pero estar vendada y saber que es ella la que tiene el control, me tenía en el punto más alto de excitación, cuando sentí su lengua recorrerme nuevamente; casi llegue al orgasmo, ella se dio cuenta “Bebe, no dejare que acabes aun, quiero disfrutarte mucho, en compensación por todo el tiempo que no te he visto” Dijo con voz juguetona, volvió a recorrerme con su lengua; jugó con mi clítoris moviéndola sobre él, sin mucho esfuerzo a los pocos minutos por más que quise controlarme sentí como un orgasmo se iba formando, mis músculos se iban tensando cada segundo más, hasta que de golpe se liberaron, mi cuerpo tembló, mi mente se desconecto, solo podía sentir esas miles de terminales nerviosas descontroladas emitiendo estímulos a mi cerebro, seguí en ese delicioso mar de sensaciones liberadas; “Valeria” gemí cuando sentí que se paró de la cama, sentí como habría algo y se volvió a acostar conmigo, me acaricia mi piel, sube por mis brazos quitándome las esposas, me indica cómo debo colocarme, besando mi espalda me quita la venda de mis ojos, “mírate en el espejo, quiero que veas cómo te hago mía” dijo dirigiendo el arnés color purpura al interior de mi vagina. Un gemido lastimero nació de lo más profundo de mí ser, la liga entre dolor y placer me fascina, pero verla detrás de mí penetrándome, tomándome del cabello, mientras su otra mano acaricia mis nalgas, hizo que el morbo venciera al dolor. Veo como salía de mi, entrando una y otra vez, mis piernas luchaban por sostenerme en esa posición, pero el placer, la fuerza con que ella entraba en mi lo hacía realmente difícil, mi respiración cada vez más rápida, mis gemidos inentendibles, siento que mis músculos más tensos, más expectantes, ella se dio cuenta de lo cerca que estaba del orgasmo “hoy serás completamente mía” dijo susurrando a mi oído entrando aun mas en mi, sentí como uno de sus dedos presiono sobre mi ano, forzando un poco la entrada de su dedo, “ah, dios, no por ahí no” gemí, tratando de que parara, sin controlarlo la intromisión de su dedo en mi ano y sus continuas penetraciones, fueron suficiente para que esa liberación de energía en el interior de mi ser saliera, mis piernas cedieron cayendo las sobre la cama, yo ida, respirando aceleradamente.-
Oh por dios ¿qué has hecho conmigo?, no puedo ni moverme.- dije besándola colocándola sobre mí, aún ella tenía el juguete puesto y cuando hizo contacto con mi clítoris gemí por el placer que me produjo, “oh no, no otra vez” gemí, sintiendo como ella se levantaba en sus brazos y con la mano izquierda guiaba el juguete nuevamente a mi interior, volví a gemir al sentir la intromisión, pero me fascinaba, me encanta lo que estaba haciendo, coloco mis piernas sobre sus hombros y empujo con más fuerza el juguete a mi interior, no sé cuando tiempo paso, pero el ritmo de sus penetraciones me llevo al orgasmo, uno delicioso que hizo que perdiera la noción de todo.-
Cuando desperté ella estaba tomando una copa de vino, observándome desde una butaca ubicada al extremo derecho de la habitación, cuando me vio despertar camino hacia a mí con pasos felinos, “te ves hermosa cuando duermes”.- Dijo besando mis labios con delicadeza.- “Vamos debes trabajar y yo igual”.- completo en tono divertido, dándome una nalgada juguetona.-