Mi...., que ca....
Tercera vez que envio este relato... Esto surgio por una serie de sucesos
Cabreada, muy cabreada.
Por una vez que intento empezar una relación sexual, digo una relación de forma no sexual puñetero subconsciente
Pero ya es tarde.
Un par de tonterías por teléfono y la siguiente vez que nos vimos
Apenas hay unas velas encendidas, no se como he acabo diciéndole qué si quiere ver como bailo danza oriental.
Por supuesto que él no se ha negado.
Mi cuarto es bastante pequeño, él está sentado sobre la cama, todo muy subrealista.
Me subo sobre la cama y trato de abrir las puertas de arriba del armario, él se levanta y me coge de la cintura:
-No vaya a ser que te caigas- me sonrie y empiezo a temblar solo con el contacto.
Consigo abrir la puertecita y revuelvo varias bolsas hasta encontrar la que busco.
La echo sobre la cama y cierro la puertecita.
-Ya puedes soltarme, gracias- espera unos segundos antes de soltarme en los que me mira a los ojos y noto como mis braguitas se humedecen mientras rezo porque no se de cuenta.
Bajo de la cama y cojo la bolsa algo rota intentando que no vea su interior.
-Enseguida vuelvo- digo camino del baño cerrando la puerta de mi cuarto.
Doy gracias a dios porque esta mañana al ducharme me he depilado completamente, sí, completamente.
Me lavo los dientes, retoco el maquillaje, peino mi largo cabello y me perfumo e hidrato.
Me pongo las medias, pero enseguida las desecho, mejor al natural.
Me coloco el sujetador de moneditas con fondo negro, me cuesta engancharlo pero lo logro, intento arrejuntar los pechos y llevarlos bien arriba.
Luego paso a la falda, consiste en unos pañuelos verdes muy finos atados a un cinturón de moneditas.
Una pulserita de moneditas en la mano derecha y en el pelo una diadema también de monedas.
En los pies me engancho las tobilleras y decido ir descalza, llevo las uñas pintadas de negro, en pies y manos, algo exótico.
Retoco el labial para que brille más, después de haberme mordido los labios para resaltar el tono rojizo.
Me observo en el espejo, y pienso "¿ahora qué coño bailo?".
Mis caderas son grandes como mis pechos pero mi cintura es delgada y suave, mis muslos son gruesos y mis tobillos finos como mis brazos, las manos las tengo largas y delicadas, sonrio, practico unas miradas provocativas para dejarle cao y muevo la cadera suavemente hasta que noto un cosquilleo.
Decido llamar a la puerta y le gritó:
-¡Cierra los ojos!- espero y vuelvo a insistir- ¿Has cerrado los ojos?
-¡Sííí!- me grita en un tono de nerviosimo, sentir que él está peor que yo me da seguridad.
Abro un poco la puerta y le veo sentado en la cama con los ojos cerrados, tan quieto que apenas respira.
Pienso mil maldades que hacerle, pero me contento, busco mi mp4 y pongo una canción de Shakira, la que practiqué para una función hace años.
Le digo que abra los ojos y empiezo a moverme mirándole fijamente, mis caderas se mueven de suave a violentamente, alternando los ritmos.
Mi respiración se va agitando y veo como la suya a pesar de no hacer esfuerzos también.
Me pongo de espaldas haciendo ochos, dejando que observe mi espalda desnuda adornada por mi cabello y acabada en mi gran trasero que no dejo de mover.
Me giro para verle pasmado, no puedo evitar reirme y sigo haciendo el camello y moviéndome cada vez con más decisión.
Los movimientos de pelvis me hacen sentir más calor y enrojezco cuando él suelta un bufido.
Me resisto a acercarme, pero la canción se esta acabando. Es ahora o nunca.
Doy pasos lentos hasta llegar a él y coloco una pierna a su lado y otra al otro para acabar sentada sobre él, mientras se muerde el labio y me coge con sus manos por la espalda.
Noto como laten nuestros corazones de escitación.
Y entonces me despierto.
Estoy sola en la cama, con mi pijama de Betty Boop empapado y mi foca de peluche en el suelo. Me aparto el pelo de la cara enrojecida por la escitacion y medio dormida pienso.
"Mierda, que cabrón, ¿Por qué tuvo que calentarme tanto anoche? Debo planear una venganza"