Mi puta, su mujer (2ª parte)

Continúa la especial relación entre la mujer de mi "enemigo" y yo...

Continuación del relato “Mi puta, su mujer” publicado en todorelatos: http://www.todorelatos.com/relato/84487/

Primero, agradecer a todos los que habéis leído, valorado, comentado y/o enviado un mail con vuestras impresiones de la primera parte del relato.  Espero que esta segunda parte os guste a todos los que la leáis.


Durante los cuatro días siguientes a la visita de Eva en mi despacho, me mantuve centrado en todos los temas laborales propios de mi nuevo cargo y que me ocuparon la práctica totalidad del día.  Apenas tuve tiempo para comer y, mucho menos para descansar todo lo que yo hubiera querido.

Sin embargo, la nueva situación de Eva no se me quitaba de la cabeza y no había reunión, conversación o escrito en el ordenador en el que no se me fuera a la cabeza, en más de una ocasión, a mi nueva sumisa.

La semana había sido tremendamente agotadora, pero el viernes parecía que iba a ser un día bastante tranquilo.  Desde que me levanté tenía la polla empalmada, y las pajas que me hice estos días pensando en Eva no habían conseguido calmar mi calentura, así que decidí que era un buen día para empezar en serio con las humillaciones, para ello le indiqué a mi secretaria que no me preparara reuniones para esa tarde, pues tras comer ya no volvería. Además, me encargué de pedirle a César una serie de informes que sabía le mantendrían ocupado varias horas.

Tras eso le envié un sms a Eva:

-          Zorra, esta tarde vamos a comer juntos. A las 14:00h pasaré a recogerte por tu casa. Estate preparada. Ah! Y lleva tu tarjeta porque la vas a necesitar.

-          Ok Señor, estaré preparada a esa hora. Eva. – respondió ella

Hasta el momento de nuestro encuentro sólo me dediqué a pensar en como disfrutaría ese día del estupendo cuerpo de Eva y en como iba a humillarla a ella y a César un poco más.

A las 14:00 en punto me encontraba a las puertas de su casa, casi en ese mismo instante salía ella mirando al suelo, al tiempo que tiraba con fuerza de la puerta para cerrarla. Verla fue un pequeño destello de luz en un día nublado, estaba radiante, elegante y al mismo tiempo sexy y provocativa.

Cruzó la calle con celeridad y, mirando para todos lados, como certificando que nadie la veía, se introdujo en el coche.

-          Buenas tardes Señor -  me saludo

-          Hola putita, veo que has sabido vestirte y cumplir con tus órdenes.

-          Si señor – respondió –he hecho lo que usted me indicó. Por favor, ¿podemos irnos de aquí?, alguien podría vernos y no quiero problemas.

-          A ti no te corresponde decir cuando nos vamos o cuando no, tú eres una simple puta que cumple mis órdenes, y si te ve alguien entrar en mi coche me importa una mierda, ¿entiendes? – le dije en un tono altivo y tremendamente serio.

-          Si señor, pe… pero…., lo que usted diga señor. -  respondió con la cabeza mirando al suelo, intentando esconderse en ella misma.

Yo seguía con el coche parado, frente a la puerta de su casa, lo cual le hacía ponerse cada vez más nerviosa.

-          Verás Eva, ahora vamos a ir a visitar unas cuantas tiendas donde vamos a ir adecuando tu vestuario al que merece la puta que eres. – le dije al tiempo que mi mano derecha empezaba a acariciar su rodilla y subir hasta su muslo, donde me encontré con la grata sorpresa de la goma que anunciaba el final de sus medias y, el enganche de un liguero.

Ante el descubrimiento de su ropa interior, una leve sonrisa se dibujó en mi cara

-          Veo que la zorra aprende rápido. Veamos ahora que más llevas -  le espeté a la vez que mi mano se introducía por completo debajo de su falda y, por primera vez, palpaba su peladito coño por encima de un pequeño tanga.

Tras unos minutos en los que no dudé en acariciar a Eva por todas partes de su cuerpo, haciendo especial hincapié en su coñito, donde introduje un par de dedos, que la hicieron dar un respingo, y en sus tetas, estirando y retorciendo levemente sus ya excitados pezones, arranqué el coche y me dirigí a nuestro primer destino.

Durante el camino a un conocido centro comercial que hay en las afueras de nuestra ciudad, le hice un pequeño interrogatorio a Eva:

-          Bueno puta, dime a cuantos tíos te has follado en tu vida. – le pregunté directamente.

Eva empezó a dudar un poco sobre su respuesta, pero rápidamente me respondió

-          César es el único hombre con quien me he acostado.

-          Jajajajaja – me reí yo con fuertes carcajadas - ¿me estás diciendo que nadie más te ha follado el precioso coñito?, jajaja esto si que va a ser bueno – dije en un tono más bien burlesco. - ¿Y te ha dado por el culo?

De nuevo Eva bajó la mirada y respondió con un seco “No, nunca”, como queriendo esconder la vergüenza que le suponía decírmelo.

-          Genial, un culito virgen para mi sólo.  Pues vete haciéndote a la idea porque pienso estrenártelo – le informé.

-          Por favor Pedro!!!, no me hagas eso, César sólo lo intentó una vez y me dolió tanto que lo dejamos y jamás lo hemos vuelto a intentar… tú me vas a romper, me va a doler horrores… tu polla es más grande que la de mi marido.!!! – explicó Eva, intentando darme pena.

Sin embargo, las palabras que salieron de su boca no sólo no hicieron que me apenara, sino que me excitaron más aún elevando así mis ganas de reventarle el culo a la preciosa mujer de César.

-          Tranquila, no sólo no te va a doler, sino que vas a ser tú quien me pida que te folle el culo.  Es más, verás como pronto serás tú la que me pidas que te folle como no lo hacer el cornudo y maricón de tu marido.

Eva giró su cabeza, me miró y su cara emitió una leve sonrisa, pequeña pero se trató de una mueca suficiente como para darme cuenta de que la idea le empezaba a gustar.  Cada vez estaba más convencido de que le gustaba esta situación de sumisión, sentirse dominada y saberse la zorra de otro hombre que no fuera su marido… ese al que le había dado todo en su vida.

Ante estas palabras y muecas, levanté mi mano derecha y la dirigí directamente a su pierna. Esta vez no me entretuve en acariciarla y directamente introduje mi mano derecha dentro de su falda hasta tocar el tanga que cubría, levemente, su coño, el cual resultó estar completamente empapado.  ¡La muy zorra estaba excitada por la situación!

-          Puta, estás chorreando… veo que te gusta ser una zorra sumisa, jajajaja, estás disfrutando con esta situación, serás guarra, jajajaja -  me reí de nuevo ante Eva.

-          Lo siento, no he podido evitarlo. – respondió – es cierto, esta situación me está excitando mucho… pero no por eso estoy de acuerdo con lo que estás haciendo.

-          Sabes que me da lo mismo que estés de acuerdo o no, simplemente disfruto de la situación y punto… y tú o aprovechas y disfrutas o te jodes y lo pasas mal, no te quedan más opciones. – le respondí.

En ese momento llegamos al parking del centro comercial.  Eva se había tranquilizado un poco desde que salimos ya que el centro comercial estaba realmente alejado de las zonas por donde solía moverse ella.

Al llegar a la entrada del Centro Comercial Eva no sabía muy bien donde dirigirse, así que la guié yo hasta que llegamos a una tienda de ropa bastante provocativa, sin llegar a ser exagerada, la clientela de la tienda eran básicamente jovencitas que más bien parecían hormonas andantes, por lo que le costaría encontrar una talla, un obstáculo añadido.  Nada más entrar le di las primeras instrucciones:

-          Quiero que te compres varios conjuntos de zorra, que es lo que eres. La lencería lo dejaremos para después… ahora vístete de putón.

-          De acuerdo, pero ¿los vas a elegir tú? – por primera vez desde que empezó a vivir su nueva situación Eva me trataba de tú, y la verdad es que no me disgustó, siempre que mantuviera el respeto y la obediencia.

-          No, vas a elegirlos tú sola, así que ya puedes acertar o te tocará devolverlos y comprar ropa nueva.  Ah! Una cosa más… quiero que cuando termines salgas vestida con el más provocativo y zorrón de todos.  Tienes media hora. – le expliqué mientras me daba la vuelta y la dejaba sola en la tienda.

Durante ese tiempo me di una vuelta por el Centro Comercial ideando las diferentes situaciones a las que sometería a Eva, hasta que pasado el plazo que le di me acerqué de nuevo  a la tienda.

Mi sorpresa fue mayúscula, pues nada más llegar me estaba esperando en la puerta de la tienda, con varias bolsas apoyadas en el suelo y… vestida para provocar miradas y erecciones instantáneas. Llevaba un top blanco con un gran escote en “V” que dejaba asomar buena parte de sus hermosas tetas y parte de su sujetador, debajo una minifalda de cuero tapaba lo justo para que al andar no se viera la goma del liguero y las medias.

Un sonrisa por su parte me hizo ver que sabía que me había agradado con su elección y así se lo hice saber.

Cuando llegué  a su altura me detuve a escasos centímetros de ella, la cogí por la cintura y le dí un buen morreo, repasando con mi lengua todo el interior de su boca.  Eva al principio se sorprendió, pero pronto respondió al beso con la misma pasión. Mientras tanto, mis manos se entretuvieron en jugar con la parte trasera de su falda y las gomas de los ligueros.

-          Ahora si que estás preparada para ser una verdadera zorra -  le dije al oído al tiempo que la cogía de la mano y tiraba de ella para irnos del lugar.

-          Gracias, eso es lo que buscaba -  me respondió Eva.

Tras el breve pero intenso beso y magreo mutuo nos dirigimos a uno de los múltiples restaurantes que había y que, al ser viernes, estaban bastante concurridos.  A pesar de ello no nos resultó difícil conseguir mesa.

Durante el pequeño trayecto y mientras conseguimos mesa pude comprobar como más de un joven y muchos no tan jóvenes miraban con lujuria a Eva, llevándose alguno de ellos una reprimenda de su pareja por el descaro con que se quedaban mirando.

Una vez sentados y, tras habernos servido la bebida, le hice saber mi siguiente instrucción.

-          Quiero que te quites el tanga y me lo des en la mano por encima de la mesa.

-          Pero… me puede ver cualquiera -  respondió ella.

-          Bueno, pues procura ser discreta si es que tanto te importa que te vean.

Acto seguido levanto levemente su culo y con cuidado para no hacer movimientos bruscos se sacó el tanga, dejándolo caer a sus pies para recogerlo lo más rápidamente que pudo.  Tras eso lo cogió dentro de su puño y me lo dio.  En ese instante yo procuré que la prenda íntima se abriera lo suficiente como para que cualquiera pudiera darse cuenta de lo que allí había pasado.

Desde luego, dos jóvenes que estaban a escasos metros de nosotros se dieron perfecta cuenta de todo y empezaron a cuchichear entre ellos.

-          Échate a un lado y abre bien las piernas para que los dos jovencitos de la mesa de mi derecha puedan tener una buena visión de tu coño -  le dije – hoy se van a hacer una buena paja a tu salud, jejeje.

Eva no dijo nada y se limitó a obedecer mis órdenes.

Durante el tiempo que estuvimos sentados los chavales disfrutaron de lo lindo, así que al irnos decidí darles un último obsequio. Me levanté primero y justo al pasar junto a ellos les dejé el tanga de Eva en la mesa

-          Para que tengáis un buen recuerdo de esta tarde.- les dije y seguí mi camino con Eva siguiéndome y siendo el centro de las miradas de todo el mundo.

Salimos del Centro Comercial, por ahora la tarde había sido bastante light, así que ya era hora de sacar la puta que Eva llevaba dentro. Eran las 19:00 y teníamos mucho tiempo por delante.

Desde allí nos dirigimos en el coche a un famoso parque de la ciudad y, en concreto a una zona oscura donde yo sabía que era habitual la práctica del dogging, exhibicionismo y, en ciertas zonas también de prostitución.  Eva, cuando vio donde nos acercábamos se puso tensa

-          ¿Dónde me llevas? – me preguntó algo asustada.

-          Donde debes estar y a hacer lo que hacen las perras como tú – respondí.

Justo en ese momento detenía el coche en un pequeño descampado donde varios coches más estaban aparcados.

-          Vamos zorra, sácame la polla y empieza a chupar como tú sabes.

Para mi sorpresa Eva no dijo nada, sólo se inclinó hacia el lado del conductor y con cuidado empezó a sacarme la polla del pantalón.

El coche estaba totalmente cerrado y nadie podía abrir las puertas.  Eva se inclinó sobre mi pantalón y, tras sacarme la polla se la metió en la boca.  Primero empezó a dar pequeños lametones por todo el tronco de la polla, subiendo hasta el capullo y, cuando llegaba a él, jugaba un poco con su lengua para posteriormente introducírsela entera.

Su ritmo de mamada era bastante pausado, así que apoyé las manos en su nuca y empecé a empujar con fuerza y a tirar de su pelo para hacer así más intensa la mamada.

Eva entendió perfectamente lo que quería y, sin necesidad de mayor ayuda por mi parte empezó a subir y bajar con fuerza por toda mi polla. Yo notaba como sus labios aprisionaban el tronco de la polla y como ella jugaba con su lengua.

En esos momentos levanté mi mirada y vi los cristales llenos de caras de varios hombres, caras llenos de vicio y deseosos de tocar, manosear y follar a Eva. Así se lo hice saber….

-          Tienes muchos admiradores zorrita. – ella intentó levantar la cabeza pero se lo impedí- como no te pueden tocar vamos a darles una pequeña recompensa – y diciendo esto levante un poco su ya corta falda para que su culo y coño quedaran a la vista de los hombres.

Ella seguía con la mamada, pero yo deseaba ir un poco más allá.  De un tirón del pelo la separé de mi y le hice saber que ahora iba a empezar a ser una verdadera zorra.

-          Sal del coche puta. – le solté

-          Por favor…. – intentó mascullas Eva, sin embargo no necesité más que mirarla para que abriera la puerta y con miedo empezara  a salir del vehículo.

Yo me apresuré a hacer lo mismo y les hice saber a los 5 hombres arremolinados que no podían tocarla, pero que podrían mirar lo que quisieran… si hacían caso no nos iríamos de allí.

Hice a Eva ponerse delante del coche, que dejé con las luces encendidas, que se agachara y empecé, ahora si, a follarle la boca de forma brutal.  Sus babas recorrían ya toda mi polla y algunas empezaron pronto a caer sobre su escote.  Su cabeza se movía con mucha velocidad y fuerza sobre mi polla, que aparecía y desaparecía de manera vertiginosa. Al mismo tiempo, sus esfuerzos por tragarse toda mi  verga eran evidentes y, en más de una ocasión tuvo alguna arcada y tuvo que toser.

A los pocos minutos de estar follándola la boca, la levanté tirando de nuevo de su pelo, hice que se apoyara con las manos en el capó del coche y me puse detrás de ella.

-          Ahora te voy a follar por primera vez zorra, pero quiero ver como me lo pides.- le dije

-          Por favor, fóllame. – masculló Eva.

-          Así no se hace, una puta como tú tiene que demostrar que está deseando que la follen como es debido.- y diciendo eso levanté su faldita y le di un fuerte azote en la nalga derecha que la hizo dar un respingo.

-          Fóllame Señor, hazme tuya, quiero que me taladres con tu polla, fóllame ya…. – gritó Eva, en un estado fuera de si.

No me hice rogar más y de una sola estocada le metí todo mi pollón en su coñito, recién inaugurado para mi. La follada fue brutal y la fui combinando con varios azotes que dejaron su culo un tanto enrojecido.

-          Te gusta mi polla, zorrita? – le pregunté

-          Si, cabrón…. Sigue… aggg, sigue por Dios, no pares ahora ….aggggg, sigue así de fuerte. – respondió entre fuertes jadeos.

-          Jajajajaja, menuda puta estás hecha… - le dije.

Mis embestidas eran cada vez más fuertes y rápidas.  Y Eva no paraba de gemir y jadear apoyada ya totalmente sobre el coche, con sus tetas completamente aplastadas por la fuerza de la follada que estaba recibiendo.

Mientras tanto, los 5 hombres estaban pajeándose, había diferentes tamaños y grosores de pollas, pero todas tenían una cosa en común, estaban a punto de correrse, al igual que yo.

-          Ufffff, me voy a correr puta, estoy a punto de correrme.  Levántate y empieza a chupármela, quiero correrme en tu cara.

En ese momento se me ocurrió una última maldad para el día de hoy.

Eva, ya estaba de nuevo en cuclillas, con mi polla en su boca, cuando solté la bomba del momento.

-          Quiero que me la chupes hasta que me corra, pero no te lo tragues todavía, mantenlo en la boca… quiero ver mi leche en tu boca.  Y vosotros cinco, como premio por no haberla tocado, podéis correros sobre ella, donde prefiráis.

Eva abrió los ojos en señal de sorpresa, pero no tuvo mucho tiempo para sorprenderse, porque empecé a empujar su cabeza para que no se detuviese y, al mismo tiempo, el primero de los cinco hombres que nos rodeaban, en este caso un jovencito de unos 30 años, empezó a correrse abundantemente en su pelo y cara.

Tras él vino otro que hizo la misma operación, echando dos buenos lecherones en su mejilla izquierda, cerca de su ojo, y en su pelo.

Con estas visiones, le anuncié que me corría, ella puso más empeño en la mamada que estaba haciéndome y en pocos segundos mi corrida le llenó la boca a Eva, que aguantó bien hasta que mi polla dejó de soltar leche, para sacársela de la boca y enseñarme como mantenía todo en su boca.

-          Bien zorrita, deja caer un poco sobre tu top y tu escote, que se meta entre tus tetas y el resto quiero ver como te lo tragas.

No tuve que repertírselo y Eva obedeció de inmediato, dejando caer un buen churretón de mi corrida entre sus dos hermosas tetas.

Tras el espectáculo me recompuse mis ropas y me metí en el coche, indicándole a Eva que se subiera ella también.

Nada más  le indiqué que nos íbamos a su casa, donde la dejaría pues César llegaría pronto,  Eva giró su cabeza hacia mi, puso una de sus manos en mi muslo y con una voz temblorosa me dijo

-          Muchas gracias Pedro, ha sido una tarde maravillosa. Hacía mucho tiempo que no disfrutaba tanto y, te aseguro que nunca lo había disfrutado así.  Has conseguido sacar la puta que llevo dentro y no quiero que se vuelva a esconder.  Mi vida con César ha sido, sexualmente hablando, muy aburrida, pero a partir de ahora esto va a cambiar, le guste o no, y tú vas a ser mi mejor maestro, así que ya sabes que no tendrás que obligarme a nada, porque desde hoy seré tu PUTA, pero de forma voluntaria, podrás hacer conmigo lo que te apetezca. – y diciendo esto agarró mi polla por encima del pantalón y empezó a acariciarme de nuevo.

Mientras me soltó toda ese discurso yo no fui capaz de articular palabra alguna… había conseguido sacar la zorra que había dentro de la mujer de mi mayor enemigo y ahora esta se entregaba completamente a mi.

-          Me alegro de tu cambio y tu decisión… desde que te vi pensé que serías una buena zorrita, ahora estoy convencido de que acerté.  Nos vamos a divertir mucho Eva, ya lo verás. – le respondí yo.

-          Eso espero, porque lo de esta tarde tiene que ser sólo el inicio, quiero que me humilles y ser la más guarra de todas las putas.

-          Y César, ya se que no es el mejor momento para hablar de él, pero también hay que tenerle en cuenta. – le indiqué, haciéndola ver que no pretendía destrozar su vida ni la de su marido.

-          Mira, César tendrá que entender la nueva situación…. Eso si llega a enterarse, que lo hará, pero en su preciso momento.  Ahora soy tu PUTA, pero no significa que haya dejado de quererle, es más he llegado hasta aquí precisamente por lo mucho que le quiero

-          Estupendo zorrita.  Me encanta esta forma de hablar. Entonces vete preparándote, porque pronto te volveré a llamar para darte nuevas instrucciones de nuestra próximo cita, donde ten por seguro que recibirás lo que tanto ansías.

Terminé de decir esto justo cuando me paraba al inicio de su calle y ella, se bajaba del coche lanzándome un beso justo antes de cerrar la puerta.

Eva se puso a andar en dirección a su casa, yo me quedé mirándola un rato, pues con los tacones y la faldita el movimiento de su culo era impresionante.  Además, el que la viera por delante se quedaría embobado…. Pues llevaba restos de leche de las cinco pollas que se había comido en su escote, ropa y pelo…. Pero a la muy zorra eso ya no le importaba.

CONTINUARÁ en el tercer y último capítulo…..

Agradeceré las valoraciones y comentarios, tanto si les ha gustado como si no, también me pueden mandar un mail a moreno_madrid75@hotmail.com