Mi propia fantasía

Con mi pareja de turno y dos de sus amigos cumplo la fantasía que no había podido cumplir. Experiencia real.

MI PROPIA FANTASÍA.

Hola. Soy pamela y he escrito ya varias veces relatos para esta página. Ahora quiero compartir con todos ustedes la realización de una de las pocas fantasías que me quedaba por cumplir, la más esperada y la que más se hacía desear. Es nada más y nada menos que ser filmada teniendo sexo y después poder verme. Es casi una obsesión después de tantas experiencias sexuales, ya que no la he podido cumplir. He estado en algunas orgías con mucha gente, he estado yo sola con varios hombres, lo he hecho en lugares públicos, en distintas posiciones, etc.

Comenzaré a contar desde la noche de un fin de semana en que conocí a un hombre. Mi socia y yo habíamos quedado en salir a tomar algunos tragos. Fuimos a un conocido pub y nos entretuvimos escuchando música en vivo, charlando y viendo a la gente divertirse. En un momento y con varios tragos encima y muchas risas mi socia y amiga Carmen se acerca a mi oído y me dice.

-Viste allá en la barra? Hay un tipo muy lindo mirando para acá.

-A quién crees que mire?- le digo.

-Vamos a averiguarlo.

Ella se levanta de la mesa en la que estábamos y se va para la barra en dirección de este tipo. Era lindo, de pelo algo blanco por las canas pero no mucho, delgado pero una camisa que le quedaba muy bien al cuerpo y unos pantalones negros como de vestir con zapatos también negros. Carmen se acerca a él y le pide permiso (según ella me contó) y él no dejaba de mirar para donde yo estaba. Con una sonrisa de oreja a oreja vuelve a la mesa y con una mezcla de bronca me dice "te miraba a vos". Seguimos charlando un rato más entre nosotras y después el tipo este se empieza a acercar. Apoya una mano en nuestra mesa, se acerca a mi oído y mirando adentro de mi muy grande escote me dice.

-Me dejás decirte que sos una mujer despampanante? En cuanto entraste acá todos te miraron y no es para menos.

El no dejaba de mirar adentro de mi escote y yo le agradecía su piropo mientras me pasaba una mano muy delicadamente sobre mi pecho, más arriba de mis tetas, provocándolo. Reaccionó a eso con una gran sonrisa, se acercó todavía más a mi oído y empezó a morderlo y a lamerlo mientras una de sus manos se iba debajo de mi falda. Esa noche yo traía tanga y corpiño porque no esperaba irme acompañada. Enseguida su incesante toqueteo me había encendido. Le pregunté si había un lugar al que podíamos ir y el ofreció su casa.

-No-le dije-Te quiero acá y ahora.

Se enderezó enseguida, me tomó de la mano, le sonreí a Carmen haciéndole una seña para que me esperara y fuimos hasta la barra. Apoyó una mano sobre la barra y llamaba insistentemente al barman mientras que su mano que tenía tomada la mía fue a su entrepierna y me hizo tocar su bulto. Me dejó la mano poniendo a prueba y yo empecé a apretar con fuerza y a restregar su pija. Yo estaba detrás suyo y mi mano adelante casi pajeándolo. El barman se acercó y hablaron por espacio de unos cinco minutos. En ese tiempo bajé su cierre y busqué sacar su pija afuera. Se incomodó mucho y trataba de sacar mi mano ahora, pero yo no lo dejaba. Me acerqué a su oído y le dije "estoy impaciente amor". Le hizo una seña al barman mirando hacia su chota, el barman le sonrió haciendo un gesto de "no" y mi acompañante otra vez se miró para abajo e hizo un gesto de "si". Enseguida entendí que le decía que estaba pajeándolo y el barman no le creía. Me puse al lado de mi acompañante y sin dejar de pajearlo con mi mano izquierda me chupé el dedo índice de la derecha ante la miraba del barman y le sonreí. El barman me devolvió la sonrisa y en seguida le dio unas llaves a mi acompañante. Lo solté por completo y él se empezó a arreglar mientras yo le agradecía al barman con un beso de lengua. Estaba cada vez más caliente. Mi acompañante me tomó de la cintura y nos fuimos, subimos unas escaleras y llegamos a una puerta cerrada para la cual teníamos la llave. Entramos enseguida y nos empezamos a besar. Era un cuarto grande, con ventanal que daba a todo el pub y que no me había dado cuenta de ella desde abajo. Me llevó contra la ventana y me besó toda. Me bajó la tanga en dos segundos y más rápido todavía había bajado los breteles de mi vestido. Mientras se perdía besando mis tetas tocaba con fuerza mi culo, apretaba mis cachetes. Yo gemía y tiraba mi cabeza para atrás, le tocaba el pelo y la cola. Una mano salió de mi culo y fue a mi concha, con dos dedos se las ingenió para hacerme temblar las piernas. Como pude saqué su verga del pantalón, él me tocaba el clítoris y me lo refregaba con frenesí. En ese momento me metió su verga toda caliente y de un solo empujón. Me levantó contra la ventana y lo rodeé con mis piernas por su cintura. Empezó un mete saca tremendo. Alcanzaba a tirar mordiscos a mis tetas que no llegaban a destino. En unos minutos disminuyó su ritmo y sacó su pija, me dejó otra vez en el suelo. Se fue a un costado y allí dejó caer el líquido de su verga. Cuando terminó de vaciar volvió hacia mi con una sonrisa al verme a mi sonriendo. Me preguntó si me había gustado y sin decirle nada me arrodillé frente a él y comencé a limpiarle la verga. Todavía estaba muy caliente y húmeda. Mi lengua y también mis labios se deslizaban por ella con gran facilidad por su leche desparramada en todo su tronco. Podía sentir el sabor de su semen. Saqué su verga de mi boca y puse sus dos huevos en mi mano. los apreté un poco, los masajeé y el se sonreía. Me tomó de una mano para ayudarme a levantar y me besó el cuello y las tetas. Me agarró de la cintura y me dio media vuelta dejándome de cara a la ventana que daba abajo. Con una mano en una de mis tetas y la otra bajando con un dedo pegado a mi espalda y provocando más humedad en mi concha, llegó por fin a su objetivo. Mi clítoris. Lo masajeó y después de un rato me apoyó su verga con fuerza haciéndome ir contra la ventana. Mi rostro y mis tetas se pegaron a ella y podía ver a esa gente de allí abajo. Con una mano ahora en mi cintura y la otra abriéndome la concha, me penetró. Su pija entró con mucha facilidad y empezó un nuevo mete y saca tremendo. Me dejaba estampada contra la ventana, respirando sobre ella y embistiéndome con fuerza, cada vez más rápido. Apoyado con sus manos en mi cintura no dejaba de penetrarme. Estiré una mano hacia mi concha para sentir su verga entrando y saliendo y para tocar mi clítoris y apurar mi clímax. Me di cuenta de que rasguñé apenas su verga y en ese momento me dijo "me vengo". Sacó su verga, me dio media vuelta y me hizo agachar. Apuntó su verga a mis tetas y vació allí todo su caliente contenido. Varias gotas espesas de semen se quedaban en mis tetas mientras la leche menos espesa se deslizaba hacia abajo. Con una sonrisa en mi rostro y sacando la lengua y pasándola por mis labios lo miré a la cara, su rostro estaba rojo y agarré su pija, la pajeé un poco y me la metí otra vez en la boca para limpiarla. Después de dejar su verga reluciente con mi saliva, sacó un pañuelo de su saco y me lo dio para que limpiara la leche de mis tetas. Mientras yo lo hacia me decía que era toda una hembra, que le había encantado coger conmigo y cosas así. Le pregunté su nombre y le devolví los piropos. Me dijo que se llamaba Jorge. Lo que sí no le devolví fue el pañuelo. Le dije que me lo guardaba como recuerdo. Bajamos del cuarto y nos despedimos con un beso y la promesa de llamarnos y quedar para otra salida y otro encuentro. Llegué a la mesa donde me esperaba Carmen. Le conté de mi aventura y nos fuimos a nuestras casas.

A los dos días de esa salida, estando en mi trabajo, en mi oficina, muy temprano sonó mi celular. Atendí y era Jorge, hablamos un rato largo y quedamos finalmente de acuerdo para vernos a la noche en un bar. Así estuvimos saliendo mucho tiempo, yendo a tomar algo primero y luego terminábamos en su casa o en un hotel. El sexo era cada vez mejor. Después de coger nos quedábamos en la cama hablando preferentemente de sexo, intercambiando información, fantasías y todas esas cosas. Se quedaba sorprendido con mis experiencias. En una oportunidad hablábamos de fantasías y me preguntó acerca de la mía. La suya era la de la mayoría de los hombres, por lo menos los de la mayoría con los que he estado, es decir, estar con dos mujeres a la vez. Le comenté que mi fantasía era que me filmaran teniendo sexo, poder verme, ver mi cara de puta mientras me están penetrando. Llevábamos tres meses de esos encuentros y un día en la cama después de una gran sesión de sexo me propuso acompañarlo un fin de semana a su casa de descanso fuera de la ciudad y el ruido. Estábamos entrando en el verano y me decía que tenía pileta y todo. Me prometió una sorpresa para cuando quisiera ir.

Dos fines de semana más y dejé todo listo en casa y en el trabajo para "desaparecer" por dos días. El sábado a primera hora pasó por mi casa y me esperó afuera. Mi hija Paola dormía, cargué los bolsos con ropa y nos fuimos. En el camino paramos a comprar lo necesario y seguimos. En dos horas llegamos a su casa. No tenía una gran entrada pero si se podía ver una casa hermosa y muy grande rodeada de césped y plantas. Tenía una sola planta pero de todos modos se veía enorme. Descargamos todo y lo llevamos a la cocina. Cuando dejamos todo allí me mostró la casa. El estar tenía cuatro sofás grandes y una mesa en el medio. Todo estaba muy bien decorado. La luz entraba por dos ventanas enormes con las cortinas corridas. Entre el estar y la cocina se encontraba el comedor, también muy grande, con una mesa rectangular de vidrio y otra redonda de madera. Tenía tres baños. Me mostró su habitación y allí cojimos por primera vez. Yo llevaba un short de jean y una remera que le saqué a mi hija, por lo que me quedaba muy apretaba. Mis pezones se notaban mucho ya que no llevaba corpiño ni tampoco tanga. Dos minutos duré mirando su cuarto cuando s eme vino por atrás y me apoyó su verga. Ya estaba dura.

-La traigo así desde que bajamos a comprar comida y veía cómo todos te miraban trola-me dijo.

Con una mano empezó a tocar mis tetas y con la otra me bajó el short. Ya estaba en bolas y siendo penetrada por el de parados. No se puso forro y le pedí que me acabara adentro sin problemas. Como seguíamos parados, aunque yo me inclinaba un poco, cuando acabó su leche comenzó a caer lentamente de mi concha. Eso me excitó mucho. Me di media vuelta y me quise arrodillar para limpiar su verga pero no me dejó. Me llevó al estar y me cojió el culo en la alfombra al lado de la mesa rodeada por los cuatro sillones. De ahí fuimos al comedor y me chupó la concha sobre la mesa redonda. Al principio le dio asco ya que probó algo de su semen que quedaba en mi concha. Pero me besó en la boca y siguió. Sus lengüetazos y sus mordiscos en mi clítoris me arrancaron gemidos desgarradores. Después fuimos a la cocina. Empezó a preparar pasta para almorzar, pero yo tenía una mejor idea. Me coloqué entre él y la cocina y le chupé la verga hasta que su leche llenó mi boca. Se la limpié y me fui a su cuarto a buscar una camisa suya. Fue todo lo que usé en el día. El se puso un short de baño. Cuando estábamos almorzando le pregunté sobre ese cuarto que no me mostró. Tenías cuatro dormitorios, uno suyo, dos de sus dos hijos y otro para huéspedes y cosas así. Pero entre ellos había otra habitación que no me mostró y de la que no me habló. Cuando le pregunté sólo me dijo.

-Es parte de la sorpresa, ya vas a ver.

Cuando terminamos de almorzar nos tiramos en unos de los sillones del living y nos dormimos un rato. Al despertar el calor era más insoportable que antes por eso nos fuimos afuera y nos quedamos alrededor de la pileta. Para aplacar el calor de ves en cuando nos metíamos a darnos un chapuzón. En uno de esos chapuzones me cojió dentro del agua. Para ser sincera pensé que sentiría mucho más de lo que sentí. Debido al agua sus movimientos eran más lentos y menos excitantes. Cuando salimos un poco del agua la cosa cambió. Caminamos por el parquecito un buen rato y nos echamos otro polvo debajo de un frondoso árbol. Volvimos a la pileta y después de un nuevo y último chapuzón en el día nos quedamos en las reposeras. Cuando el sol empezaba a bajarse nos fuimos adentro y le cociné unas milanesas con puré. Comimos y nos quedamos sentados en los sillones descansando un poco del agotador día. Yo me acosté sobre uno de los sillones mientras que él se quedó sentado, estábamos enfrente. Estaba acostada de lado y como tenía dos o tres botones de la camisa desabrochados una de mis tetas se escapaba por allí y se dejaba ver casi por completo. Miré a Jorge y me la estaba mirando. Sonreí y bajé una de mis manos hasta mis piernas, melas empecé a tocar hasta que una de mis manos se perdió en mi entre pierna, la otra la fui subiendo tocando mi estómago hacia mis tetas. Aunque no lo disfrutaba demasiado comencé a gemir para excitar a Jorge que se hacía el duro. Cuando lo volví a mirar ya había levantado carpa, su verga estaba parada y muy dura por lo que se veía a través de su short. Me levanté y me fui hacia él. Me arrodillé, le saqué el short y su hermosa verga salió a la luz. La agarré de la base con ambas manos y me acerqué a ella. Tiré el cuero para atrás y su cabeza salió toda roja y ya algo húmeda. Lo que me excitó también fue el olor que pude percibir que salía de ella. Esto por los polvos que nos habíamos echado. Abrí mi boca y la metí adentro. Primero me quedé en su cabeza, mordiéndola, lamiéndola, besándola y después bajé hasta la mitad de su pija. Hacía ese recorrido de arriba abajo, de la cabeza a la mitad. Su verga ya estaba muy caliente y cada ves más húmeda, como mi concha. El agarró mi cabeza y acompañó mis movimientos. En un momento en el que le imprimí velocidad a mi mamada, él empujó mi cabeza hacia arriba para sacar su verga. Pude verla brillante y mojada por mi saliva y eso me excitó aún más. Viendo mis intenciones de devorarla por completo me dijo "esperá, vení". Se levantó del sofá, me tomó una mano y caminamos por el pasillo a su cuarto, pero nos detuvimos en la habitación que no me quería decir de qué era. Me empezó a desabrochar la camisa y me la sacó, se quedó viendo mis tetas y se tiró sobre ellas como un nene. Me mordió los pezones y me besó y me lengüeteó las tetas mientras con una mano sostenía su camisa y con la otra pellizcaba mi clítoris. Sentí explorar mi concha y las piernas me temblaron. En ese momento quise matarlo porque se detuvo. Me hizo un gesto de silencio llevándose el índice a los labios. Me pidió que cerrara los ojos y se fue atrás mío. Con la camisa me tapó los ojos y cruzamos a la habitación que estaba del otro lado de esa puerta. Me dejó al lado de la puerta y me pidió que esperara. No podía ver nada y la curiosidad y la excitación me estaban matando. Por fin volvió, se puso atrás mío y me empezó a sacar la camisa de los ojos. Cuando ya no tuve la venda abrí los ojos. Había bastante luz, era un cuarto grande y había un enorme televisor en una de las paredes, el televisor más grande que había visto, y podía verme en él. Arriba del televisor había una cámara pequeña que estaba filmando en dirección mía. En cada esquina de la habitación había un parlante también enorme, de tal vez un poco más de un metro. En el medio de la habitación y frente al televisor y la cámara habían dos colchones grandes.

-Que es todo esto?-le pregunté a Jorge.

-Tu fantasía. Quería cumplírtela y divertirte en ella también. Te gusta?

-Está buenísimo. No puedo creer esto...- le decía mientras admiraba el lugar.

-Sos perfecta para estar en la tele, para verte toda puta- me decía Jorge mientras se acercaba por detrás y empezaba a tocarme las tetas-Mirate, mirate así, despampanante, trola, trolísima...

Podía verme en el televisor y escuchar muy alto, muy fuerte por los parlantes cómo Jorge me trataba de puta. Me encantaba, me estaba excitando. Jorge se fue frente a mi y se arrodilló. Abrí mis piernas mientras él me daba lengüetazos en el clítoris y me lo masajeaba con dos dedos. Agarré su cabeza haciéndole entender que quería que siguiera, que se quedara allí. Con una de sus manos empezó a tocar mi culo, a meter dedos en mi raya y también en mi agujero. Mi placer y mis gemidos se acrecentaban cuando sonó el portero eléctrico. Jorge se detuvo de inmediato. Se puso de pie y le agarré la verga para que no se fuera. Estaba durísima, atrapada por su short.

-Es parte de la sorpresa, no te asustes, ya vuelvo. Esperame acá.

Tardó muy poco tiempo o debo decir que tardaron, muy poco tiempo, porque cuando cruzó la puerta dos tipos venían con él. Uno de ellos era el barman de aquella noche cuando conocí a Jorge. El otro no sabía quien era. El barman (Maxi, le decían) era el más joven, tendría unos 27 años y los otros incluido Jorge pisaban los 40. Al tercero le decían Pela, porque era medio pelado. Maxi era un joven con mucho cuerpo y muchas horas de gimnasio y entrenamiento encima. Pela era más bien del tipo despreocupado por su físico pero su fuerte era su simpatía según pude apreciar después.

-Está tremenda en serio esta hembra-dijo Maxi mirándome de arriba abajo y deteniéndose en mis tetas.

Jorge se adelantó a él y me explicó.

-Espero que no te moleste Pam, pero invité a mis amigos así la pasamos mejor.

Una sonrisa mía fue la aprobación a su idea. Enseguida Maxi se acercó a mí y me tomó de la cintura llevándome contra su duro cuerpo.

-Vas a ver que bien la vas a pasar bombón-me dijo al oído y enseguida nomás una de sus manos masajeaban mis tetas. Pela se acercó también más tímidamente y me tomó una mano. Comenzó a besarla, Maxi se agachó y se dedicó a darle placer oral en mi concha ya húmeda. Pela me besaba la cara y el rostro hasta llegar a mis labios y besarlos como si fueramos adolescentes, tiernamente. Maxi, mientras me lengüeteaba la concha, me tocaba las piernas y me hacía casi temblar. Pela notó esto y me dijo que me acostara sobre los colchones. Maxi seguía allá abajo y Pela se entretenía con mis tetas. Las besaba, las tocaba mientras yo lo supervisaba. De vez en cuando me miraba a los ojos y nos sonreíamos como tontos debutantes. Jorge estaba con su verga ya empinada y observaba. Como se dio cuenta que lo miraba comenzó a pajearse, lamiendo su mano y así salivando su verga. Pela me recorría ahora con un dedo desde donde estaba Maxi pasando por mis tetas y llegando a mi boca. me metió su dedo índice en ella y comencé a chuparlo suavemente. Pellizcaba mis pezones y de a poco se iba volviendo más se iba volviendo más sexual y desinhibido. Maxi jugaba con mi clítoris, paneas lo rozaba con su lengua o lo tocaba con uno de sus dedos y después abría toda mi concha. En un momento dejó de hacerlo y se quitó la ropa. Su torso bien cuidado era un placer para mis ojos. Se puso de pie y se bajó los pantalones. No traía ropa interior. Su pija estaba todavía dormida como si no me hubiese tocado. Se la comenzó a tocar y miró a Jorge como pidiendo permiso para algo.

-Ahora vas a ver qué lindo te voy a ensartar-me dijo.

Cuando terminó de decir esto su pija se puso tiesa como por arte de magia. La tenía completamente depilada, incluso sus huevos. Eran enormes, realmente enormes y su verga no dejaba de crecer. Me la mostró de todas las formas posibles, se la levantaba para que viera sus gigantes huevos y se ponía de perfil. Era gorda y larga, mucho más que la de Jorge. Se salivó una mano y se la pasó por toda su chota. Se arrodilló y con una mano, dos dedos en realidad, abrió mi concha y acercó su pija a ella. Primero la pasó por mi clítoris y después ya sí la metió despacio.

-Que lindo se desliza-dijo.

-Si, muy rico- le contesté con la mejor cara de perra posible.

Abrió más mis piernas y comenzó a moverse rápidamente. Sentía sus huevos golpear con fuerza sobre el comienzo de mi culo. Sus embestidas eran bestiales, lentas pero con mucha fuerza. Pela miraba el movimiento de mis tetas y se notaba una erección en su pantalón. Le guiñé un ojo y enseguida se desnudó. Él si traía ropa interior. La pija dentro de su slip formaba una bulto no muy grande pero sí apetecible. Empezó a pajearse una vez que su pija estuvo libre en sus manos. Dejaba de hacerlo para mostrarme su roja y húmeda cabeza. Maxi aceleró sus embestidas y me daba mucho palcer. Mis gemidos comenzaban a ser notorios, amplificados por el sonido que salía de los parlantes. Pela se agachó y puso su pija en mis tetas y subió sin despegarla de mi cuerpo hasta mi boca. Lo que tenía no era olor sino hedor. Al principio me repugnó, la dejó solo en mis labios y después me obligó a abrir mi boca y me metió casi toda. Estaba exageradamente salada pero no quería dejar de chuparla y lamerla.

-Qué perra insaciable- dijo Maxi que seguía penetrándome muy rápido y fuerte.

Dicho esto Jorge quiso sumarse a la fiesta.

-Maxi, que se ponga arriba tuyo así le abro el orto-dijo Jorge.

Pela sacó su verga de mi boca y Maxi sin sacar su deliciosa pija de mi concha me levantó, se acomodó boca abajo y me dejó arriba suyo. Pela volvió a acercar su pija a mi boca y ahora solo quería que la lengüeteara, la sacaba si yo quería meterla en mi boca. Sin saber en qué momento Jorge se acercó por atrás y me metió su pija húmeda por mi culo. Entró con gran facilidad.

-Estás toda dilatada puta-dijo Maxi dándose cuenta de la facilidad con la que Jorge me había penetrado.

-Es por vos lindo, por vos y tu tremenda garcha que me está matando-le dije.

Maxi casi no se movía. Lo hacía llevado por el movimiento de Jorge y sus embestidas sobre mi culo, pero era suficiente para que sintiera a ambas pijas dentro mío abriéndose paso y abriéndome a mi. Jorge mantenía un ritmo de penetraciones constante, brusco, ni lento ni rápido. Estiraba sus manos buscando mis tetas y se debatía por ellas en una lucha encarnizada con los dientes de Maxi, que buscaban morder mis pezones. Pela ya se había retirado a observar mientras se pajeaba su muy húmeda pija. Jorge le pidió a Maxi que se moviera más. Maxi me tomó de los brazos y me llevó contra él lo mas cerca posible. Me hizo apoyarme en el colchón con mis manos y levantar mi cola. De esa forma Maxi se movía mejor y me embestía también mejor. Lo mismo hacía Jorge en mi culo. No tenían un movimiento sincronizado pero de todas formas me dieron un enorme placer, sobre todo porque Maxi ahora con cada embestida rozaba mi clítoris. Mis gemidos y mis gritos de placer aumentaban y se confundían con peticiones de más placer.

-Ahhhh...siiiiii...que...rico....ummm...así....más...más...más fuerte...más.....ummmm....uyyy...siii...ahhhh.... Dios, me están matando.

Jorge dejó de penetrarme pero su verga seguía dentro de mi culo y noté que se contraía. Estaba a punto de acabar y su intención era aguantar un poco más, pero fue en vano. En cuanto me di media vuelta y se le solté una sonrisa acompañada por gemidos me llenó el culo de leche. Pude sentir su semen caliente llenando el agujero de mi culo. Pero no se detuvo, después de un rato volvió a embestirme y se escuchaba el ruido de sus movimientos en el golpeteo con el semen. Así fue como empecé a sentir que mi culo se desbordaba por su leche y bajaba. Me levanté un poco y empecé a cabalgar a Maxi que se entretenía estrujando, pellizcando, tocando, recorriendo mis tetas. Tenía mucho aguante y todavía no acababa. Levantó su espalda del colchón y se fue cerca de mí. Puso su cara entre mis tetas y las besaba mientras me agarraba salvajemente del culo y me lo apretaba.. después me sacó de encima suyo, lo cual me llamó la atención pero tenía algo muy divertido en mente. Se quedó allí sentado, se abrió de piernas y me dijo mientras se tocaba su tremenda pija.

-Quiero que me la comas toda putona.

Sus palabras provocaron un ardor en mi concha. Su verga se veía hermosa. Bien parada, durísima, húmeda, con una mezcla de sus jugos preseminales y de mis jugos vaginales. Sus huevos estaban depositados sobre el colchón. Como una gata, a cuatro patas le di una vuelta a él y volví a ponerme enfrente de él. Me acerqué a su vergota y la tomé con una mano. Estaba muy caliente y húmeda, lo que la hacía muy resbaladiza. Me puse en cuclillas, mis tetas tocaban mis rodillas y mi boca se acercaba a la verga de Maxi. Lo seguía pajeando y él ni se inmutaba. Le tenía muchas ganas a sus bolas asi es que empecé por allía abajo. Las tomé con mi mano libre y jugué un rato con ellas. Las apretaba, una por ves y a la dos a la vez también. Con la otra mano masajeaba su cabezota, con el dedo gordo y me acerqué a lamer su palo. Lo lengüeteé por un rato largo y bajé a sus bolas. Me metí de a una a la boca, las lengüeteaba, las mordía un poco y parecía que su pija seguía creciendo en mi mano. sentí que alguien se acercaba por detrás, me tomaba del culo y me pegaba una cachetaditas en los cachetes de mi culo. Cuando volteé un poco me encontré con que era Pela.

-Ponete en cuatro, abrí las piernas y empiná un poco el culo-me dijo. Enseguida le hice caso sin perder detalles de la pija de Maxi, la cual comencé a lamer de las bolas a la cabeza. Allí me quedé, en su cabezota, roja, mirándola. Sentí los dedos de Pela abriéndose lugar en mi concha, abriendo mis labios y metiendo su lengua entre ellos. Después pasaba por mi clítoris, lo mordía, lo lamía y lo soplaba. Eso me estaba matando. Sin dejar de lamer la cabeza de Maxi solté varios gemidos. Me dediqué a besar y raspar con mis dientes su cabeza. Eso le gustó mucho. Había dejado de pajearlo. Escupí un poco en su cabeza y abrí mi boca para meterla toda. Traté de ver hasta dónde llegaba. Más debajo de la mitad ya me costaba seguir. La comencé a mamar muy lentamente subiendo y bajando con mi boca por ella y con mi lengua pegada a su tronco. Lo hacía lento, muy lento. El comenzaba a gemir y a alabar mis mamada.

-Qué boca tenés hija de puta.

A todo esto Pela seguía sumergido en mi concha y ahora dividía tareas con mi culo. Un dedo suyo fue tratando de entrar en mi pegajosos culo, producto de la leche de Jorge. También metía un par de dedos dentro de mi concha sin dejar de lamer mi clítoris.

-Ya estás goteando trola- me dijo mientras sacaba su dedo de mi culo y me daba una cachetada en la cola.

Yo aceleré el ritmo de mis mamadas y cuando Pela quiso volver a meter un dedo en mi culo sentí algo muy frío, gordo, algo áspero que se iba metiendo. Me di media vuelta y era Jorge con un pepino en su mano tratando de meterlo. Puse cara de dolor y goce y me mordí los labios. Dejé de chupar la pija de Maxi para apreciar cómo se perdía ese pepino dentro de mi culo. Cuando estuvo a la mitad solté un grito de satisfacción.

-Ayyyyyyy...ummmm.

Jorge lo empujó un poco más y terminó casi perdiéndose en mi dilatadísimo orto.

-Eso se queda ahí- me decía Jorge mientras me cacheteaba bestialmente ambos cachetes del culo-Se queda ahí de castigo, por ser tan puta...

Maxi me agarró de la nuca y me llevó contra su pija, abrí mi boca y la metió allí. Sin soltarme la nuca comenzó a embestir como si me estuviera penetrando, me estaba cojiendo la boca. la tomé con una de mis manos y la dejé quieta mientras él seguía moviéndose. Pela aprovechó el momento y me penetró por mi concha. Apenas si pude sentir sus embestidas. Esperaba con ansias la llegada de la visitante blanca que saldría de la pija de Maxi. Todo ese tiempo cojiendo y la leche ni le asomaba. Después de un rato le dijo a Pela que me la sacara y Pela le hizo caso. Dejó de cojerme la boca, tomándome de los pelos me hizo para atrás para sacar su verga de mi boca. "Arrodillate" me dijo y él se puso de pie. Comenzó a pajearse. Su verga se veía muy húmeda, brillante, producto de mi saliva seguramente y de sus líquidos preseminales. Sacó su lengua y apuntó a mis tetas. La leche le salió y fue a parar a mis tetas. Lo único que podía hacer era expresar mi sorpresa ante esa cantidad de leche.

-Ahhhhh....ummm...

Cuando vio mi boca abierta me la llenó con su pija y me dejó más de su semen adentro. Seguía saliendo y golpeando mi garganta. Estaba realmente impresionada. Sacó su verga, se pajeó un poco y tiró un alarido muy fuerte.

-Qué rico polvo trola.

-Ummm...siii...-le contesté pasando mi lengua y uno de mis dedos por mis labios y mis tetas juntando leche y llevándola a mi boca. Jorge tenía la cámara en sus manos y filmaba todo moviéndose.

-Parate-me dijo.

Me puse de pie y los tres se quedaron admirados.

-Todavía me pueden dar más, estoy enterita- les dije.

-Ni siquiera lo sentis hija de puta!-me dijo Maxi.

Yo todavía no sabía de qué hablaban.

-Mirá la pantalla de la tele-dijo Pela.

Jorge se quedó filmando detrás de mí y pude ver la punta del pepino metida en mi culo que paneas asomaba. No lo podía creer, estaba tan asombrada como ellos. De la excitación no me había dado cuenta de que todavía lo tenía.

-Hijos de puta! Me lo dejaron adentro-les dije y se largaron a reír.

Pela me hizo abrir de piernas y me la sacó de a poco. Cuando estuvo casi todo afuera me lo volvió a meter un poco y asi dos o tres veces más.

-Tirate en el colchón que te quiero coger-me dijo Pela. Lo miró a Maxi como pidiendo permiso y él asintió con la cabeza.

-Vos dale que le guardamos un par de sorpresas. Eso si no la llenas por ahí.

-Jorge vení a filmar esto-le dijo Pela cuando yo estaba acostada en los colchones y con las piernas abiertas.

-Hija de puta. Tenés los labios inchadísimos. Estás caliente todavía.

-Y seguro. Si ustedes se la pasan hablando-le contesté a Jorge.

Pela se tiró encima mío y empezó a comerme las tetas. No las comía, las devoraba, como un niño hambriento o un hombre hambriento de tetas. Se fue más abajo y me penetró. Me dio algunas embestidas fuertes y después dejó su ritmo. Lo único que lograba era calentarme más porque apenas si podía sentir su pija entrando y saliendo. Busqué a Maxi de inmediato con mi mirada. Estaba mirando, de pie y pajeándose. Su verga en su mano me daba más satisfacción que las embestidas de Pela. Le sonreí y saqué mi lengua como pidiéndole que me cojiera. El aceleró el ritmo de sus pajas lo que me sorprendió mucho.

-Acordate que te quede la leche en la punta-le dijo a Pela.

Después de unos minutos más Pela dejó de penetrarme.

-Ponete en cuatro perra, mirando el televisor-me dijo Maxi. Le dijo algo más a Jorge al oído y éste llevó la cámara a uno de los parlantes chicos que puso delante del televisor-Quiero ver tu cara y tus tetas cuando te estoy penetrando yegua.

Se puso detrás de mí y me llenó la concha con su verga. Enseguida ya estaba embistiéndome con fuerza. Podía ver mis tetas moverse de un lado a otro allá abajo al ritmo de sus penetraciones y mi propia cara de satisfacción. Y también podía verlo a él allá atrás con la cabeza en alto y mirando también el televisor para verme como él me había dicho. En un momento abrió mis cachetes del culo y sacó su verga de mi concha y la llevó al agujero de mi culo. Apenas si pude reaccionar cuando ya sentía entrar su verga a mi culo. Mi culo se resistía por todos los medios. Maxi se quejaba y seguía empujando. La dejó a la mitad y me penetró algunas veces. La sacó y volvió a meterla más adentro. Me penetró un poco más y su verga estaba adentro de mi culo.

-Ahora sí que me rompes hijo de puta!!!-le grité.

Se quedó allí penetrando un poco más y la sacó para volver a meterla en mi concha. Me dio unas fuertes embestidas, me tomó del rostro acercándose para adelante y mirando la cámara.

-Sonreí para la cámara trola-me dijo-Jorge traela para atrás, tienen que ver esto.

Maxi aceleró el ritmo de sus embestidas, estaba a punto de acabar. Me dio unas nalgadas en los cachetes del culo. Ambos gemíamos muy fuerte.

-Mirale el agujero del orto cómo se lo abrió-decía Pela.

Y mientras tanto Maxi empezaba a largar su leche y a llenarme la concha con ella. Mientras acababa seguía embistiéndome. Sacó su verga y fue como si sacra un tapón o algo así. La leche empezó a caerme por de la concha, como si se hubiera rebalsado.

-Ah! La llenaste bien llenita-dijo Jorge. Yo podía ver esto por el televisor.

Después de un rato de celebrar el espléndido lechazo de Maxi, Pela agarró la cámara y se fue hasta donde estaba yo. Se quedó parado frente a mi filmándome. Su verga estaba parada y sólo tenía que arrodillarme para que estuviera a mi alcance. Me la dejaba ahí como pidiéndome que se la chupara. No tardé en entender y me arrodillé. Hasta ese momento no me había dado cuenta de que Pela tampoco había acabado. La llevé directamente a mi boca y comencé a mamarla, le pasaba la lengua y aspiraba con fuerza. Con una de mis manos acompañé el movimiento de mi boca. en poco tiempo la pija de Pela ya estaba completamente húmeda, no sólo por mi saliva sino también por sus jugos preseminales. Podía saborearlos ya. Era mucho más fuerte que el sabor del semen de Maxi o Jorge. Pela me puso una mano en la frente y me empujó un poco haciéndome ir para atrás. Su verga salió de mi boca. Pela la tomó en una de sus manos mientras que con la otra seguía filmando, y apretó en la punta para que no saliera el semen.

-Abrí la boca-me dijo.

Le hice caso, me puse debajo de su verga y abrí mi boca, sacando mi lengua para afuera. El abrió la punta y el semen no salía. Por fin salió, fue impresionante. Su leche era muy espesa, realmente espesa, como creo que nadie la puede tener. Cayó en mi boca en varias tandas y la pude sentir muy espesa. También era mucho, es difícil explicarlo. Pela volvió a cerrar la punta, Jorge me tomó de un brazo y me ayudó a levantarme pero sólo un poco, como si fuera a medida. La verga de pela quedó a la altura de mis tetas y terminó vaciando en ellas todo el semen que le quedaba. Cuando estuvieron en mis tetas podíamos ver lo lento que se desplazaba hacia abajo. La leche de Maxi era mucha, gran cantidad, pero casi transparente, la de Pela era bien blanca, voluminosa y espesa. Tragué la leche de Pela, me costó mucho pero pude hacerlo. La sentí como una verdadera crema pasando por mi garganta. Volví a ver la leche cómo bajaba lentamente por mis tetas hasta que en una de ellas llegó al pezón y comenzó a caer o eso intentaba, ay que quedó colgando por unos segundos sin cortarse lo cual me pareció espectacular. Nunca lo había visto y tampoco vivido.

Después de ese espectáculo los tres se pusieron con sus vergas cerca de mi cara para que se las chupara. Saltaba de verga en verga hasta que primero Jorge y después Pela fueron acabando y tirando su semen en mi boca y la mayor cantidad en mis tetas. Maxi tardó más otra vez y su gran cantidad de leche fue a parar toda a mi boca. después de un rato más nos quedamos dormidos allí mismo. A la mañana siguiente desperté sólo al lado de Jorge, Maxi y Pela ya se habían ido. A la tarde con Jorge nos pusimos a ver la filmación y nos calentó tanto que nos hechamos cuatro polvos. De verdad me gustó mucho y fue una de mis mejores experiencias.