Mi Profesora de Yoga I

Bueno este es mi primer relato, espero les guste, por favor no dejen de comentar, también pueden contactarse conmigo a andrea.loverelatos@gmail.com

Isabel

Javier: ¿Me amas? – De seguro sabe que no

Isa: Te amo – Mintiendo otra vez

Javier: Yo también te amo y mucho – Lo sé, pero ya es tarde, me perdiste hace mucho, mientras lo miro con la mayor cara de amor – ¿Puedo preguntarte algo? – Me pregunta clavando su mirada en mis ojos

Isa: Ojalá que no venga de nuevo con sus mamadas de casarse – M… no sé, ¿Es algo que se?, porque solo contestaré algo que esté dentro de mis conocimientos – Digo tratando de que medite su pregunta

Javier: Si, es algo que puedes saber, ¿Te gustaría vivir conmigo? – Coño!! Alivio porque no es una propuesta de matrimonio, pero pensando rápido una excusa para decir que no

Isa: Sí, claro, llevamos 6 años juntos, ¿por qué no? – Estúpida, quizás no, porque no lo amas. No se me ocurrió nada

Javier: Con cara de felicidad – Muy bien entonces luego de comprarte el auto comenzaremos a buscar casa

Isa: Mierda, ¿por qué le tiene que ir tan bien en la vida? Si no fuera así quizás ya tendría la excusa perfecta para dejarlo, pero no, es perfecto, solo me queda fastidiarlo hasta que se aburra y sea el quien termine conmigo.

Así seguimos el viaje hasta mi casa, el preguntando que me pasa y yo simplemente mirando hacia fuera de la camioneta, pensando en ELLA…

Al llegar a mi casa corro al ver a nuestra hija de 2 añitos mirando por la ventana

Isa: Preciosa!!! ¿Cómo te portaste hoy mi amor?

Javier: Hoola mi beba!!

Sofía: Mamá!! Papa!!

Entramos a la casa de mi madre los 3, saludamos a mis hermanos y a mi madre, la niña ya tenía sueño por lo que Javier quería ir a dormir la siesta con ella y conmigo, yo la verdad no, quería alejarme luego para revisar en mi celular si me había escrito mi mujer, bueno en realidad aún no es mía, no soy tan perra como para hacerlo con ella mientras tengo una relación, pero si soy lo suficiente como para mentirle a ella y decirle que no tengo nada con él, creo que ya es momento de introducirlos un poco a mi historia no?

Mi nombre es Isabel, tengo 24 años, estoy  en mi último año de Ingeniería, tengo una hija preciosa llamada Sofía y tengo una relación con su padre desde hace largos 6 años, en los que nos hemos hecho mucho daño, yo estaba muy enamorada de él, lo amaba mucho, pero la relación se desgastó demasiado, él se alejó mucho de mí y me descuidó demasiado mientras yo lo perseguía como estúpida y pensaba en la familia feliz, hasta que... la conocí.

Hace 2 meses:

Había terminado mis clases en la universidad y estaba sola, por lo que me dirigí a un parque cercano a leer y fumar un tiempo para distraerme de la rutina de la casa y de ser madre. Daban las 12 del día cuando veo a una chica sentarse bajo un árbol muy grande cercano a mí, la miraba de reojo por encima del libro. Se veía muy interesante, llevaba ropa muy light, pantalones sueltos de colores y un sweater negro, además de una colchoneta de yoga enrollada en su espalda, usaba lentes y el pelo tomado, su look desordenado me encantó, a pesar de verse así, mientras más la miraba más femenina era, sus movimientos cuando sacaba algo de su bolso, sus manos se movían en un vaivén muy delicado.

Isa: ¿Qué estaba haciendo?, estoy mirando a una chica con cara de lobo feroz – Pensaba

Cuando noto que está haciendo un cigarrillo de tabaco, luego revisa su bolso una y otra vez por lo que imaginé que estaba buscando fuego, sin pensarlo dos veces me levanté y fui directo hacia ella

Isa: ¿Necesitas fuego? – Estaba muy nerviosa, quizás qué pensaría, notaría que la estaba mirando, malditos impulsos

Chica: Me miró con sorpresa – ah.. Si, muchas gracias – Tomó el encendedor

Prendió su cigarrillo y cuando me miró de nuevo para devolverme el encendedor yo ya no estaba, no, no me había ido, es solo que me había levantado tan rápido del pasto había olvidado mi celular, que estúpida. Me devolví hacia ella

Isa: Lo siento, se me había caído el celular – Intentando no sonar tan estúpida

Chica: jaja No te preocupes, todos tenemos algo de despistados, toma tu encendedor, muchas gracias - Diciendo con mucha amabilidad

Isa: No quería quedarme ahí como estúpida y salió de nuevo un poco de valentía en mi - ¿Puedo sentarme aquí un momento?

Chica: Me miró extrañada pero me respondió – Si claro, puedes acompañarme

Isa: Ni tonta ni perezosa me senté muy rápido

Comenzamos a conversar, ella era profesora de yoga, aunque aún estaba estudiando, todo esto lo hacía muy cerca de donde estábamos, de hecho conocía el lugar, le comenté que lo había practicado hace algún tiempo y me vendría muy bien retomarlo. Así seguimos hasta que tuvo que irse para realizar una clase, nos despedimos y como si nada cada una siguió su camino.

Vaya que estúpida me sentí luego de eso, debido a que soy bonita jamás me había tocado el papel de coquetear o de dar el pie inicial, siempre los hombres se me acercaban y yo los rechazaba, ahora me sentía como ellos, me habían rechazado, o no?

Ella me trató como a una más y eso me encantó, no se impresionó en ningún momento por mi belleza, eso me hizo dudar, será hetero? Y que hacía yo pensando eso, si hace 20 minutos jamás me había gustado una mujer. Sin pensar más retomé mi lectura y me fui a mi rutina diaria de mamá.