Mi profesora de inglés

Empezamos llevandonos mal, luego la relación fue creciendo de manera intensa hasta llegar al sexo casual. Aqui, la primera historia.

"Nada es por azar" fue lo que alcance a escuchar ni bien entre por la puerta de atras. Llegaba con media hora de retraso, saludé rapidamente y me limite a buscar un asiento. Ella, diez años más de los que aparentaba, era la nueva profesora de ingles, una beldad. Alta, cabellos oscuros ojos negros y dueña de una sensual boca por donde salía un exquisito acento entre porteño y cordobés, su delgadez la hacia apta para todo tipo de vestimenta.

Instantaneamente me sedujo por la elegancia con la que vestia y la manera que torneaba su cuerpo para preguntarnos si habiamos entendido.

Yo, menti, sólo para fastidiarla y de alguna manera hacerme notar, ya que no habia estado cuando todos se presentaron. Ella, tan atenta y decidida me hizo pasar la vergüenza del día, me pidió llegar más temprano y así entender de lo que hablaban. Aunque estaba molestisima por el hecho, le pedi disculpas, pero no contenta con su soberbia y arrogancia, le aclare que estaba alli, para explicarnos lo que entendieramos.

En ese interín comenzamos un leve e intenso cruce verbal. Para terminar con su postura, me respondió "Te espero a la salidad, te voy a explicar lo que no entendés, pero de manera particular, porque veo que necesitas más ayuda que los demás"

No es necesario agregar que quede como la imbécil del año, sin embargo no accedí a que ella me explicara al término de clases, sino que me esforcé por llegar a tiempo y a cumplir con las tareas. Hoy, creo que el incidente no fue en vano.

Luego de aquella vez, comenzamos un juego tácito de seducción. De vez en cuando la sorprendia mirandome y a menudo me dedicaba algunas sonrisas, a las que siempre respondia amablemente con una pequeña mueca de aprobación.

Las clases venideras se hicieron tan intensas que me las arreglaba con tal de no faltar los jueves, ella me felicitaba por el "avance" que habia tenido y siempre me alentaba "Pero viste? si sabes ingles, incluso más que yo". Su reconocimiento me reconfortaba, era un premio por el que me esmeraba cada clase.

Algún tiempo después, se fue sin previo aviso, su reemplazo habia terminado y nunca llegue a decirle lo que tenia pensado hacerle. Mi alma se oprimió tanto que por unos días no encontre consuelo en ningun lugar ni con nadie.

Una noche cualquiera de enero, ya habían pasado unos dos meses, me encontró en un boliche. Yo estaba en la barra comprando un trago cuando sentí un hermoso susurro "Uno para mi también por favor" instantaneamente reconocí su voz y al darme vuelta estaba allí, bella, una flor cualquiera que me quitaba la respiración, estaba tan radiante como antes, quizá algo mejor.

Sus ojitos brillantes me rogaron que la reconociera. Contuve mi excitación y asumiendo actitud de sorprendida le contesté "Teacher, cómo está? ha pasado tanto tiempo y se acuerda de mi" sólo me sonrio.

Caminamos hacia un rincón de la gran pista mientras me comentaba que estaba trabajando en un liceo de señoritas, la seguia con la mirada y le insinuaba lo sensual que estaba esa noche. Bebimos y bailamos al son de la música electrónica que reinaba en el lugar, nos mirabamos como fieras salvajes a punto de lanzarse a la caceria.

A pesar de mi nerviosismo y el miedo que sentia en ese momento me arriesgue hacia adelante y arremeti contra su cuerpo. Estaba calido, tieso, ella seguia moviendose con la música y rozaba cada vez más mi cuerpo sediento, con cada balanceo suyo me sentia morir, estaba completamente humedecia y rogaba hallar un lugar a solas.

Arriesgandome, me acerque suavemente a su oido y le dije "Esta muy sensual esta noche, tanto que me vuelve loca" me dio un beso en el cuello, senti los bellos de todo el cuerpo erizarse y una corriente de aire helado me paralizo la respiración.

Para ese momento mi excitación iba en aumento, ella lo notó porque se quedó mirando mis pezones duros, los quiso tocar, pero con un movimiento sensual esquivé el mimo.

Instintivamente me tomó por la cintura y me invitó a bailar, excusa para que nos fueramos a otro lugar, dimos a un enorme y abandonado patio, por supuesto la seguí sin mediar palabra.

No paso mucho tiempo cuando encontre mi boca tratando de encontrar su lengua, sus besos esponjosos eran cálidos toques de erotismo, sentia que en cada beso que le robaba su lascivia se incrustaba más en mi, me entregue como presa sin salidad a las locuras de sus placeres.

Sus besos eran perfectos, sus labios se complementaban con los mios de una manera inimaginable, su lengua pequeña y regordeta entraba y salia de manera tan elegante y excitante , sus besos entre tiernos y calientes lo podían todo. Me impulsaban a quería comerla, morderla, hacerla mia de alguna forma, queria que esa noche no terminara nunca.

Mientras nos besabamos lento y suave, mis ganas fueron más fuertes y le metí mano por sobre el escote del vestido negro, sentí sus pezones incluso más duros que los mios los apreté, los acaricie con afecto, los pellizque hasta hacerla gemir y luego me dedique a comerlos.

Con la lengua completamente mojada hice un circulo alrededor, vi como se paraba, y se lo chupe estuve al menos uno o dos minutos comiendoselos, ella nada más gemia y me pedia más.

Estaba frente a ella, besandola, comiendola viva, tal como lo habia querido hace algún tiempo y hoy no soportaba más el hecho de estar tocando a la mujer que tantas noches me habia quitado el sueño, cada roce de su piel con mis labios era un destello de placer infinito que se multiplicaba a mil haciendome perder por completo la cabeza.

Le pedi que me acariciara, y metío una de sus manos por entre el jean que estaba demasiado adherido a mi piel, mi humedad la excitó aún más, sacó los dedos practicamente mojados y se los metío a la boca en un acto sumamente lascivo, simulando un pene lo chupo, lo lamio como una perrita de las peliculas porno, y me lo ofrecio a mi, lamimos juntas su dedo mientras nuestras lenguas agitadas seguían dandose batalla, cada vez más sosegadas.

Mi pasión iba en aumento y queria sentir su vagina en mi vientre de alguna manera, cogiendome, levante sus piernas y las coloqué contra mi, nos empezamos a mover al compás de la respiración, estaba estimulando su clítoris con una mano mientras que con la otra sostenia su cuerpo contra la pared.

Nos metimos en una especie de cabina abandonada que habia por ahi, a oscuras y a tientas, era todo mejor. La abrace por la cintura y le pedi que nunca se fuera, le confesé que desde el primer día la deseaba, le pedi disculpas por el lugar para consumar nuestra pasión y me respondió "Habrá lugares mejores bebé" encendió aún más el alboroto de mi cuerpo y lentamente la acoste sobre unos sillones improvisados, sin pedirle permiso levanté su vestido a la altura del abdomen baje la tanguita que llevaba y me avoque a su vagina

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El instinto pasional queria devorase su coño servido en bandeja sólo para mi, sin embargo aguante e hice la previa, como debia ser. En la primera pasada de lengua por toda su zona, descubri la prolijidad con la que su vagina estaba depilada, me entregue sin más al placer de comer la fruta de la mujer que tanto deseaba.

Para ese momento, su vagina estaba totalmente congestionada, empapada y sin embargo comencé a besarla suavemente una vez más, cada rincon por el que mi boca pasaba era una corriente electrica que repercutia con espasmos y gemidos.

Lami su flujo, mordi sus labios, deje que mi lengua traviesa se abriera camino por el agujerito de mi profesora de ingles, queria explorarla toda, saber hasta el más ínfimo detalle que la hiciera gritar de placer, queria que sintiera el dolor que produce el máximo placer.

Estaba haciendo bien el trabajo, ya que ella respondia a las caricias de mi lengua con su cuerpo retorcido, me tomaba por los cabellos y me pedia siempre más "Más bebé, comemela, me encanta nena, me encantas vos"

Me detuve en su agujerito, con movimientos de lengua entre suaves y prolijos buscaba el punto que la hiciera explotar, ella me acompañaba con sus movimientos delicados y profundos, su cuerpo desesperado le exigia acabar.

Sin perder más tiempo me ubiqué frente a su clítoris, sentí de lleno la fragancia que allí lo inundaba todo, su sexo maduro de mujer ardiente caliente y fácil desató en esa ola de calor y humedad en mi vagina, me toqué un poco y le ofrecí mis jugos, los devoró sin dudar, el placer y la locura hacian de mi una fiera en estado salvaje.

Con la punta de mi lengua desafie a su botón a que saliera, en ese instante escuche "Nena, me volves loca" ella me besó la boca toda mojada por su flujo, le mordí la lengua y le pedi que me tocara, que me cogiera, que me hiciera suya y con los dedos entumecidos manosee su botón.

Nuevamente me arrodillé hasta su vagina y ella se recostó como esperando la llegada, sin previo aviso arremetí contra su clítoris, no podia esperar más, ni ella ni yo, estabamos a punto de venirnos y no era oportuno dejar pasar la ocasión. Lo chupe desesperadamente, lleve con la lengua todo el jugo vaginal hasta el botoncito, lo moje y retorci, jugamos un largo rato contentos. Senti sus espamos y lo conveniente fue que lo introduciera en mi boca y hacerlo esperar, lo mantuve por segundos con la punta de la lengua midiendo cada nervio de placer. Lo lamí avidamente una vez más. Ella se vino en ese preciso momento, la acompañé con mi rostro practicamente dentro de su vagina, mientras ella me pedia que no saliera, el movimiento de su vagina cogiendome la cara fue lo más excitante que pasó. Me entregaba su concha, era mia. Toda mia.

Pasada un poco la congestión de su vagina, la abracé y me acosté a su lado, se puso de costado y se entregó a mi, "Sos muy chiquita, nena" no dije nada y coloqué mi mano sobre su vagina para acariciarla otra vez, sus labios aún humedos los noté ago gruesos, calientes. De nuevo comenzamos a movernos lento pero seguro, hicimos presión una contra otra para lograr un último y pequeño orgamo. Besé su oreja mientras olia la piel de su cuello, me pidio que la besara, accedí. Nos comimos las bocas un rato largo, y llegó el momento de salir de aquel recoveco, era bien pasada la madrugada.

Me pasó su número de telefono y me convenció de que la llamara. Que me iba a explicar inglés de manera particular. No me negue, indudablemente habia mucho por aprender.