Mi profesor de educación física 2 parte

El siguiente relato no es apto para los mas sensibles

Era viernes, 15:17, iba en chándal como me había dicho, entré por la puerta de atrás para evitar ser visto por alguien, llegué al pabellón que esta separado del instituto, un poco antes de llegar a la puerta salió él.

En persona estaba todavía más bueno, llevaba unas deportivas azules, pantalón de chándal gris y una camiseta gris. Se le marcaba un paquete tremendo, llevaba barba de dos día, y su punto fuerte, sus ojazos azules.

· Hola – dijo sonriendo al verme y estrechándome la mano mientras me sonreía, puso una sonrisa de cabron tremenda, ese era su punto fuerte de verdad. Apenas me acerqué a él pude notar que olía a sudor, tal y como lo recordaba. No sería mucho más alto que yo pero de cuerpo sería unas tres veces como yo.

·Hola -  contesté

·Cuanto tiempo, ¿ que tal ?

· Bueno si, bien, ¿ tu ? – “Mierda” – pensé, no me ha debido reconocer, se ha debido olvidar de mi, se habrá arrepentido. La conversación no iba por donde debía, pensé que lo mejor sería acabar la conversación e irme antes de que la cosa se pusiera mas incomoda.

·Pues yo ya me voy, solo pasaba a saludar, chao

·Pensé que venías a levantar tu 7 – me dijo con la mayor expresión de cabron que había visto en mi vida – pasa – me dijo señalando el pabellón

Entre al pabellón que estaba vacío, oí como cerraba la puerta con llave. Se giro me llevó hasta él y me beso, joder, como besaba. Se separo un poco de mí y me dijo

·Sabía que eras marica – me escupió en la boca y me volvió a besar. Me bajó el pantalón del chándal para meter la mano por dentro de los gayumbos y me empezó a sobar el culo

·Joder, que culo tienes – se separó de mí y me dijo – venga, quítate la camiseta. Me la quite y me pellizco los pezones hasta hacerme gemir de dolor.

·Venga a ponte a correr – me dijó

·¿ Que ? – pregunté extrañado

·A ver si te crees que te voy a regalar la nota por morrearte, venga a correr por todo el pabellón

Un poco sorprendido pero me puse a correr mientras él me observaba desde una esquina.

Llevaba ya un rato, el suficiente como para empezar a sudar, cuando me dijo

·¿ Ya estas cansado o qué ? – me preguntó en tono de chulo

·Podría seguir así hasta mañana si quieres – dije

·¿ Ah si ? – contestó – Verás

Cuando pase a su lado me pego un fuerte azote en culo. Estuvo así un buen rato, pegando en el culo con la mano abierta cada vez que pasaba

·¿ Ya estas cansado ? – me pregunto

·Yo no, ¿ lo estas tu ? -  sonrió y se fue al almacén un momento, al salir llevaba una cuerda. Esta vez al pasar a su lado me arreo con la cuerda.

· Aaah – me quejé

·¿ No era que podrías seguir ?  - me volvió a decir en ese tono chulesco

Así estuvo un rato, dando con la cuerda cada vez que pasaba a su lado, en el culo, en la espalda, en las piernas, donde me pillaba.

Exhausto paré en seco, no podía más, no sé cuánto tiempo estuve corriendo. Se acercó a mí y me preguntó si estaba bien, tras decirle que si me dijo

· Como no has aguantado quítate los pantalones – me quede en gayumbos delante del que estaba totalmente vestido – Ahora toca hacer sentadillas

Cuando me disponía a hacerlas me paro y tumbándose entre mis piernas me dijo

·Para que cuenten tienes que tocar mi paquete con el culo y quiero que los cuentes, empieza

·Uno, dos, tres, cuatro… – Cada vez notaba como su paquete crecía

·Cuarenta y tres, cuarenta y cuatro… - Su polla estaba dura como una piedra

·Ochenta y seis, ochenta y siete… - Empezaba a notar húmedo su pantalón

No podía más me estaban matando las piernas.

·Bien – dijo con un bulto enorme entre su chándal – ahora abdominales

Me mando tumbarme en una colchoneta y se puso delante de mi dándome la espalda, se bajó el chándal y los gayumbos. Tenía un culazo tremendo, redondo, duro y peludo.

·Cada vez que subas tienes que darme un beso en el culo

Al besarle el culo pude notar el sabor de sudor, era más fuerte cuanto más me acercaba a él. Cada vez que le besaba el culo se ponía más cachondo, cada vez gemía más fuerte. Yo estaba tan salido a esas alturas que a pesar de estar reventado podría haberme pasado horas haciendo abdominales.

·No aguanto más cabron, cómeme el culo – ni medio segundo tarde en meterle la lengua en el ojete. Estaba cachondísimo y el también. Su culo sabía a sudor y olía todavía más fuerte.

En un momento le metí en un dedo en el culo, se giró al instante y de una hostia me tumbo

·Ni se te vuelva, ha ocurrir hacerlo hijo de puta, en mi culo no entra nada – me agarro por los pelos y empezó a follarme la boca.

Su polla era enorme, me daban arcadas, se me caían las lagrimas y el no tenía intención de parar. Intentaba meterme más y más adentro su polla.

·Hasta que mis cojones no estén en tu barbilla no pienso parar, así que pon de tu parte – me advirtió

Abrí la boca todo lo que pude pero seguía sin entrarme entera.

·Ya casi esta, ya casi esta – me repetía

En una me entró entera, tenía sus cojones en la barbilla, su vello púbico en la nariz. Entonces me soltó, empecé a toser, se me estaba acabando el aire, me limpie las lágrimas y me recupere un poco.

·¿ Quieres seguir ?

·Claro – dije y me volví a meter su polla en la boca para chupársela pero esta vez a mi ritmo. Su polla era muy grande la agarraba con la mano y aun sobresalía un buen cacho. La cabeza estaba bien proporcionado. Sus huevos eran increíbles, grandes, y redondos. Todo ello cubierto por una buena pelambrera. No me podía creer que semejante pollon me cupiera entera en la boca.

Me quitó la polla de la boca y cogió un condón de su bolsillo

·¿ Ya sabes lo que toca no ? – me puse a cuatro patas enseñándole el ojete

·Claro – le conteste

Me dio azote en el culo y me echo un lapo en el ojete y me metió un par de dedos

·Joder – gemí

·Que bien me lo voy a pasar – me dijo y acto seguido me metió su capullo

·Joder, joder, joder, es muy grande – grité pero a él parecía gustarle que gritase pues aumento el ritmo. El capullo fue lo más duro, el resto del tronco relativamente fácil. El estaba encima de mí, con el peso de su cuerpo me inmovilizaba, con cada embestida yo gritaba ya cada vez menos. El me levantaba la cabeza por los pelos para que gritase más, se ve que eso le ponía. Tras un rato follandome salió de mi culo de golpe, dejándome un gran vacío en el ojete, como si me hubiera cagado de repente.

·Échame una mano – dijo yendo al almacén – fui detrás del contemplando su culo. Juntos sacamos el potro de allí

·¿ Quieres que salte ? – le pregunte

·No, es para follarte – enseguida me puse sobre el potro de manera que le ofrecía todo mi ojete. Me agarro el rabo y me lo puso contra en el borde del potro quedando todo expuesto a su gusto. Esta vez no fue tan cuidadoso a la hora de meterme su rabo. Me lo metió de un solo golpe, grite como nunca antes había gritado. Poco a poco sus embestidas iban cobrando mayor intensidad. Sus huevos empezaron a chocar contra los míos, al principio me molaba de lo cachondo que estaba pero luego me empezaron a doler, su embestidas eran muy fuertes y sus huevos golpeaban con dureza los míos.

Por suerte no duro mucho, se volvió a salir de golpe de mi culo de golpe y se fue para la colchoneta, empezó a pajearse muy fuerte y de un grito solo una lefada tremenda en toda la colchoneta, quedándose exhausto. Me acerque a él y sin previo aviso me beso. Mientras me besaba me agarro de los pelos, se separo de mi y me llevo hasta la cabeza hasta la lefada colchoneta

·Límpialo – no necesite una segunda orden para ponerme a ello y en nada limpie con mi lengua su abundante lefada.

·Recojamos todo y vamos a las duchas – entre los dos lo fuimos recogiendo todo, la colchoneta, el potro, la cuerda...

·Lleva la ropa al vestuario que ahora voy yo – me dijo

Deje toda la ropa sobre un banco y quedaron sus gayumbos encima, eran unos slips de Calvin Klein con dibujos azules, no lo dude ni un segundo y me los lleve a la nariz

Olían muy fuerte, sobre todo a sudor pero también a meos, y a lefa. Tras impregnarme bien de su olor empecé a lamer la zona sudada que correspondía al culo apenas había empezado a lamer los gayumbos cuando apareció por la puerta

·Joder, que vicio tienes cabron – me quito los gayumbos de la boca y me los empezó a restregar por toda la cara, me puso a cuatro patas y empezó a meterme un par de dedos por el culo. Me llevo hasta la ducha y me puso de rodillas, pensé que quería que se la chupase pero me aparto la cabeza de su rabo. Dirigió su capullo hacía mi cara y empezó a mearme, me empapo la cara entera y luego dirigió su meo por todo mi cuerpo. Elevó la dirección de su chorro y lo dirigió a mi boca

·Abre – me ordenó – abrí la boca y empecé a tragar todo lo que pude, aun así se me salía la mayoría de lo boca. Un rato después acabó, dejándome totalmente empapado.

·Dame más cabron – le dije – Me levanto y me llevó hasta uno de lo wáteres

·Ponte de rodillas – me puse de rodillas y me acercó la cabeza a la taza, el wáter como de costumbre olía fuertemente a meos, y el agua estaba amarilla de más de una meada. Se puso a un lado y metió la mano en el wáter sacando meos con su propia mano, que me restregó por toda la cara, luego volvió a hacer lo mismo pero esta vez dirigió su mano hacía mi boca

·Traga – me ordenó

Estuvo así un buen rato, dándome meo con su propia mano, por más que tragaba no se terminaba de ir el color amarillento de aquella agua.

Me metió la cabeza dentro del wáter y me puso a beber directamente, luego tiró de la cadena, mojándome la cabeza entera. Mi polla estaba a punto de reventar, allí mismo me metió dos dedos en el culo y con la otra mano empezó a pajearme, no tarde mucho en correrme, me corrí en su mano, le echo un lapo a mi corrida y me la hizo tragar.

Nos duchamos juntos, ahora ya habiendo descargado ambos, nos vestimos y mientras el cerraba el pabellón me dijo

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