Mi profesor de anatomía
Al principio la molestia era evidente, pero minutos después cada embestida me ocasionaba tanto placer que mis gemidos y torcer de ojos aceleraban el deseo y pasión entre ambos. Este acto duró como 15 minutos, los cuales estuvimos en un trance exquisito y fue cuando repentinamente sale de mi ano, se quita el condón, y eyacula por segunda vez sobre mi pecho.
Mi Profesor de Anatomía.
Saludos, vivo en Venezuela, y bueno mi primera historia comienza así, espero les guste:
Transcurría el 2003 y yo había ingresado a la universidad, en la carrera de medicina, profesión la cual amo y respeto enormemente. En el primer año se ve una serie de materias que sirven para crear un conocimiento base el cual aplicamos los futuros médicos y ya médicos a la hora de atender un paciente, entre esas estaba anatomía, materia indispensable y obligatoria en nuestra carrera, la cual estaba conformada por cuatro docentes. Médicos todos, pero había uno en particular que sería el detonante de mi homo morbo sexual que hoy poseo. El profesor (así será llamado para mantener su integridad por si algún día llega a ver esto) tenía 45 años (cabe destacar que para la fecha yo tenía 18) es de tez blanca, cabello negro mezclado con muy pocas canas, buena estatura, algo regordete e Increíblemente velludo.
El primer día que lo vi., me sentí sumamente excitado por la fisonomía de aquel oso caraqueño, y fue el protagonista de varias sesiones de masturbación durante muchos meses. Una vez que fui invitado a un sitio de ambiente (los que no conocía) me percate de la sorprendente presencia de alguien en uno de esos lugares, era el profesor, cuando lo vi quede paralizado al igual que el. Quedamos mudos, sin saber que hacer, si salir corriendo o hacernos de la vista gorda, la situación es que durante todo el rato que estuvimos allí nuestras miradas de asombro y miedo no dejaban de cruzarse.
Pasó ese fin de semana y sentía cierto temor, ya que el lunes tendría que verlo, y sinceramente temía por mi nota y sobre todo por su reacción ante el descubrimiento mutuo. Sin embargo ese día fue normal, entre que hubo fue el de siempre y eso me alivio mucho, al final del día yo iba saliendo de la escuela, y de pronto escucho una corneta, era el profesor en su carro pidiendo que me acercará, yo preocupado y muy asustado me acerque preguntando en que le podía servir (cosa que en el futuro supe). El me dijo que necesitaba hablar conmigo pero que tendría que ser en fuera de la escuela, me pidió mi número de celular, el cual di sin problema. Y después cada quien por su lado.
Esa misma noche me llamo y cuadramos la cita para el sábado en la mañana, y así fue. Me dirige hacia el lugar pautado el cual fue un café del este de la ciudad, alejado considerablemente de la escuela y sobre todo de los chismosos. Al llegar lo vi vestido de forma informal, cargaba una camisa blanca transparente desabotonada lo suficiente como para ver los vellos de su pecho y una bermuda beige que dejaba ver esas piernas muy velludas y formadas. Hablamos durante un buen tiempo, sobre la vida de cada uno y sobre como supimos que éramos homosexuales. Y así seguimos hasta la hora de almuerzo, la cual el se percato y me pregunto si quería almorzar y continuar con la conversación, yo acepte sin saber donde almorzaríamos, al montarme en su auto observo que llegamos a un edificio, asustado pregunto que había allí y el responde tocándome el hombro mi casa.
En mi país solo un pendejo sube al apartamento de un "desconocido", y si se sube es porque esta claro en lo que allí va a encontrar pero mi "ingenuidad" no me hizo razonar eso y subí tranquilamente. Al entrar al apartamento el cierra la puerta me ofrece un refresco, el cual bebí con rapidez ya que estaba muy sediento. Y cuando me levantó a colocar el vaso en el lava platos al darme la vuelta tengo al profesor en frente. Este me abraza y sentir esos brazos velludos que me apresan y después esas manos tibias sobre mi rostro me inhibe y dejo que prosiga con su objetivo, me besa el cuello y me dice susurrando que había deseado hacerme eso desde que me vio en la discoteca, y el lunes al verme en clases anhela tenerme en su cama. Junto a esas palabras tan cargadas de excitación empiezo a acariciar su abdomen, desabrochando la camisa desde abajo dejando al descubierto un pecho muy velludo y una barriga un poco prominente pero muy excitante. El se quita la camisa por completo y me conduce hasta su cuarto, en el cual me acuesta sobre la cama y empieza a besarme intensamente mientras va bajando el jean que yo llevaba puesto, lo quita por completo y acaricia mis muslos mientras mi pene va erectándose a cada instante. Cuando nota mi erección, me quita la ropa interior y deja al descubierto mi pene totalmente erecto, lubricado por mis fluidos seminales, el cual empieza a lamer hasta dejarlo humedecido por su saliva, eso me tenia muy caliente, y bueno, al sentir tanto placer decidí atreverme, me levante, lo acosté en la cama le baje la bermuda y observé un bello bóxer gris, el cual tenía una gran mancha húmeda a nivel del glande, fue cuando pase mi lengua por toda esa exquisita sustancia y el empezaba a gemir, me dedique a lamer y lamer hasta que el mismo bajo su bóxer y abrió sus piernas enseñándome todo el esplendor que tenía en esa zona, un hermoso pene de aproximadamente 16cm de largo, grueso a nivel de la base (parecido a un cono), con un glande rosado brillante y una deliciosa vena que atravesaba su parte inferior, del mismo colgando dos hermosas bolas con vellos pequeños y con el delicioso olor a macho que tanto me gusta, fue así que inicia mi muy enriquecedora labor de comérmelo y lavar cualquier rastro de líquido seminal que estuve un largo rato practicando sexo oral hasta que me pidió que parara que estaba a punto de acabar. Me quito la franela mordió mis pechos y empezó una desenfrenada masturbación la que propino una eyección de semen caliente y muy espeso sobre mi cuello.
Al hacerlo emitía gritos de placer mencionando lo que yo le gustaba. Tal excitación hizo que yo también acabara, esta vez sobre sus pies mientras el seguía ordeñando su miembro aun erecto.
Descansamos un rato, hablamos de lo que habíamos hecho y cosas estúpidas, y fue cuando me percato que se había vuelto a parar, cosa que me éxito mucho y se la tomo entre mis manos pegándola sobre la mía, junto con esto no fuimos a mil y el busco lubricante, me dio media vuelta y empezó a ensalivar mi ano (en el cual duro un tiempo debido a la estrechez que poseo en el mismo), penetrándome con la lengua y ocasionando mucho placer en todo mi cuerpo, cuando su lengua pasaba fácilmente coloco lubricante en mi agujero y me penetraba con dos dedos. Se colocó un preservativo y procedió a apoyar su glande (cabeza) sobre mi ano, me dijo que pujara y fue metiéndola poco a poco, sin propiciarme ningún dolor. Ya al sentir su vello púbico sobre mis nalgas me percate que me había ensartado por completo, e inicio movimientos rítmicos que me ocasionaban un infinito placer. Al principio la molestia era evidente, pero minutos después cada embestida me ocasionaba tanto placer que mis gemidos y torcer de ojos aceleraban el deseo y pasión entre ambos. Este acto duró como 15 minutos, los cuales estuvimos en un trance exquisito y fue cuando repentinamente sale de mi ano, se quita el condón, y eyacula por segunda vez sobre mi pecho, al hacerlo esto me erecto mucho mas de lo que estaba y lo mejor de todo fue cuando se acerca y empieza a lamer su propio semen esparcido por mi pecho. Esto me éxito tanto que lo noto y me ofreció su culo, el cual no resistí, me prepare y me acosté sobre el sin penetrarlo, yo hacia movimientos similares a una cogida pero sin penetrarlo, todo el tiempo entre sus nalgas, cosa que lo daba placer ya que apretaba mis manos con mucha fuerza, y fue cuando opte por ir entrando poco a poco, cosa que produjo leves gritos por su parte pero que lo hacia morderse los labios y lamer la almohada de forma intercalada, así estuve, penetrándolo de forma tan sutil, pero profunda que lograba sentir el calor de las paredes del recto y las contracciones que este sufría. Fue cuando mi cuerpo se prenso y acabe dentro de el, sintiendo un inmenso placer al momento de eyacular y la presión que su ano hacia sobre mi pene.
Al terminar el acto el profesor me retira el condón y extrae mi semen el cual se coloco en la boca y después me lo dio con un beso. Al rato lo escupí y quedamos los dos tendidos en la cama disfrutando de nuestro sudor y olor a semen.
Fue así que empecé a sentir gusto por lo prohibido, y actualmente somos buenos amigos, no mantenemos relaciones ya que el tiene una pareja actual, pero siempre recordamos con dicha ese momento, y sobre todo yo que pase anatomía con 17 jajaja.
Hasta un próximo escrito