Mi profesor

El profesor de mi hija es perfecto, como diría ella "un tío muy guapo".

Ayer fui a buscar las notas de mi hija al colegio. Todas aprobadas con sobresaliente, siempre sacaba muy buenas notas porque era muy buena estudiante. El resto de padres ya habían hablado con el profesor y nadie esperaba afuera para entrar en su clase.

El tutor de mi hija era un chico de unos 25 años, con un cuerpo atlético y como decía mi pequeña "Un tío muy guapo".

Toda mujer querría acostarse con él – pensé.

Se levantó para darme un apretón de manos y me indicó que me sentara en una silla que estaba situada enfrente de su mesa. Me contó durante unos minutos los detalles de mi hija, que ha progresado mucho, que es muy sociable, ... todo lo que sabía desde que empezara a hablar.

Nos quedamos callados durante unos instantes y él interrumpió el silencio echando la silla hacia atrás y diciéndome:

¿Porqué no me dices lo que verdaderamente has venido a hacer aquí?

¿Cómo?- respondí.

No sabía a lo que se refería y me miraba con una cara un poco extraña.

Me voy puesto que no tengo nada más que hablar con usted - dije.

Las palabras sobran - respondió.

No sabía que hacer así que me levanté y me dispuse a salir por la puerta no sin antes mirar hacia él y observar que tenía la cremallera del pantalón desabrochada con su pene completamente eréctil fuera de este que acariciaba con un descaro sorprendente.

Me quedé quieta mirando como se tocaba y casi sin darme cuenta empecé a acariciarme yo misma.

Ven aquí – dijo. Y como si una mano me arrastrase me acerqué hasta él, me agaché y comencé a chupar la cabeza de su pene.

En poco tiempo empezó a gemir, lo hacía cada vez más fuerte y aunque me indicó que parase porque se iba a correr, no lo hice y tragué su semen que salió disparado hacia el interior de mi boca.

Seguí chupando hasta que volvió a ponerse eréctil. Me cogió en brazos y me colocó sobre la mesa con las piernas totalmente abiertas. Desabrochó los botones del traje que llevaba puesto para succionarme los pezones. Sentí su lengua deslizándose hacia abajo hasta llegar a mi monte velludo bajo el cual se escondía mi clítoris. Lo lamió, besó y mordisqueó haciéndome gritar en lugar de gemir del placer que me daba. Y justo cuando iba a llegar a un orgasmo me puso boca abajo y me la metió de un tirón.

Entraba y salía de mí con mucha rapidez y mis gemidos crecían su intensidad aunque sentía miedo por si a alguna persona se le ocurriría entrar por la puerta.

Sus gemidos se empezaron a oír cada vez más y sentí como se acercaba su orgasmo. Sacó su pene y lo llevó hasta mi boca para que probase una vez más el sabor de su semen.

Caímos rendidos pero poco tiempo estuvimos abrazándonos desnudos ya que nos podían descubrir. Terminamos de vestirnos justo a tiempo de que tocaran la puerta, era la directora.

Oí unos ruidos y pensé que venían de aquí- dijo

Me voy ya porque mi marido está a punto de llegar a casa- le dije a los dos.

Muchas gracias por su asistencia- dijo

Hasta luego cuñado y dale saludos a mi hermana- le respondí.