Mi primo y yo

Sara regresa a casa después de pasar 4 años en el extranjero. Y al volver a reencontrarse con sus primos, se encuentra con una grata sorpresa

Desde que era niña siempre he tenido atracción hacia sentir placer y aún más cuando lo descubrí. Al principio me cohibía de darme placer a mi misma, lo veía como tabú e incluso me sentía culpable cada vez que lo hacía. pero crecí y me pregunté del Porqué sentirme culpable de algo que me gusta y más si no le hago nada malo a nadie? En fin, siempre he sido una calentorra. También después de pasar a la adolescencia conocí a mis primos con los que pasaría gran parte del bachillerato, de ellos puedo decir que siempre me he llevado muy bien y aunque son menores yo, me sentía como si no lo fueran. El problema está en que luego de haber ido a estudiar por fuera, tenía 4 años de no verlos y cuando lo hice me lleve una sorpresa. Mis dos primos, Elena y David, habían crecido. Y David pasó de ser un niño ( como lo recordaba) a un adolescente por no decir que ya parecía un hombre. Su cambio me impactó mucho, no sé si para bien o para mal, aunque en mi mente me repetía que le había sentado demasiado bien. El cambio de voz, la estatura, la contextura, etc, lo hacían parecer de un chico que aparentaba 20 años

Uno de los días que me quede en casa de mis tíos para el cumpleaños de Elena, todos comimos, bebimos hasta que llego la noche. Nos encontrábamos todos en pijama charlando de todo. David como siempre me molestaba y empezaba a pegarme, pellizcarme y en un intento de defenderme el me agarró de las muñecas para que no le pegara.

-oye que me sueltes!- solté un poco enfadada pero aún con una sonrisa en el rostro.

-jajaj no te voy a soltar. ¿Para que me pegues? No gracias. Intenta soltarte tú, a ver si puedes.

Eso sonó como un reto al que no podía resistirme, así que Intenté zafarme pero no podía. intentaba pegarle haciéndome la enfadada pero al mismo tiempo me reía. De un momento a otro terminé tirada en la cama con los brazos sujetados por encima de mi cabeza. Él literalmente estaba encima de mí intentando que no me zafara de su agarre.

Yo seguía forcejeando intentando demostrarle que tenía fuerza. Hacía el intento de levantarme y morderle, pero era en vano porque terminaba pegada a la cama.

De repente el juego empezaba a gustarme, me estaba poniendo cachonda con la situación. Él encima de mi, me hizo recordar las veces que había pasado por esa escena, y como era de esperarse, mi coño empezó a palpitar y a empapar mis bragas antes de darme cuenta. La sangre estaba corriendo por mis mejillas y no sabía qué hacer, teníamos en frente a mis tías pero ellas no decían nada. Solo charlaban.

No lo podía creer me estaba poniendo cachonda con mi primo.

Mis tías que estaban al lado de nosotros rompieron la burbuja que se había creado reprochando a David para que me dejara en paz. Yo sinceramente quería seguir el juego.

Al día siguiente en el cumpleaños de Elena ya por la noche sus amigos, su hermano y yo nos quedamos charlando y haciendo retos estupidos que el pico de la botella, etc. David acabó dándome una nalgada que en vez de acabar en mis glúteos terminó en mi espalda dejándome un agudo dolor de la fuerza que había utilizado. Yo no supe vengarme así que el juego acabó ahí de momento.

El dia acabo sin más y al día siguiente ya estaba de regreso a mi pueblo teniendo en mente todavía lo que me había pasado con David.

Luego de varias semanas mi madre y mi tía planearon un viaje al que yo iría junto con mis primos como en los viejos tiempos. Estaba emocionada de que al fin la familia se reuniría para pasar un rato agradable en el río sin embargo los ánimos se me fueron al saber que mis primos no irían así que me quedé en su casa mientras nuestras madres se iban de viaje.

Los tres días transcurrieron de forma natural sin ninguna novedad, como siempre, peleaba con David o mi hermana peleaba con él; cocinábamos mientras escuchábamos música hasta que uno de esos días solo confirme el morbo que sentía por David cuando me agarró del cuello desprevenidamente en forma de juego.

Creía que me estaba volviendo loca

O enferma de pensar en él de esa forma. Intente no prestarle atención a sus “juegos” y volví a mi casa como era de costumbre.

Después de otras semanas tuve una charla seria con Elena. Ella me contó que estaban atravesando una situación difícil. Mi tía se encontraba bastante enferma y tenía que ser atendida urgentemente. Desgraciadamente le habían diagnosticado cáncer por lo tanto debía realizar viajes de más de un par de horas ya que vivíamos en pueblos y las ciudades se encontraban lejos. Los exámenes aproximadamente duraban un par de semanas por lo que elena y David se quedarían solos, y más que cuidarlos querían que nosotras los acompañáramos.

Dos días después mi hermana y yo hicimos las maletas para “instalarnos” en la nueva casa. Se sentía extraño pasar tanto tiempo fuera de casa pero una vez pasan los días te acostumbras.

Llegamos a la casa de mi tía, la saludamos estuvimos compartiendo un buen rato. cayó la noche y al día siguiente debían partir temprano. Se fueron el asábado por la mañana por lo que nos tocaría a nosotros hacer el desayuno ya que la chica que hacía la limpieza y comida no estaba los fines de semana.

-ya decidieron lo que vamos a desayunar?- dice mi hermana apoyándose en el marco de la puerta

-a mi me apetecen huevos revueltos y tostadas- dice Elena

-Pues que sean huevos con tostadas- dije uniéndome a la conversación.

David lo único que hizo fue alzar los hombros en un gesto de no importarle en lo absoluto así que mi hermana y Elena caminaron hasta la cocina para preparar la comida mientras David y yo estábamos en el sofá.. el miraba su teléfono y yo el mío hasta que sentí como unos dedos acariciaban mis rodillas. Alcé la vista encontrándome con la suya, estuvimos así varios segundos que para mi fueron eternos. En mi mente ese pequeño gesto me había encendido a mil, aunque no sé si él se dio cuenta, pero despertó algo en mi que nunca debió haber hecho.

Los días siguientes mi mente se había vuelto loca. Quería más y prácticamente planeé en provocarlo sin que notara que lo hacía a propósito. Me colocaba shorts cortos, blusas de tirantes ajustadas, falditas y para mejorar más la cosa hacía que se me caía algo y me colocaba en cuatro, con el objetivo de que siempre estuviera a la vista mi culo. Una de las reacciones que hicieron delatarlo, donde me di cuenta que mis jugadas funcionaban fue una tarde, todos, mi hermana, Elena, David y yo estábamos en una partida de Uno, a mi lado izquierdo estaba Elena, en frente de mí, mi hermana y a mi derecha David. Yo me estaba cansando de la incómoda posición del indio así que decidí recostarme en la cama literalmente colocando mi trasero en la cara de David, miré por el rabillo del ojo mientras hacía que miraba las cartas, y me percaté de que él me estaba mirando.

Me di cuenta que además de que estaba incómodo tampoco dejaba de mirarme porque cada vez que volteaba a mirarlo el giraba su cabeza hacia el lado contrario.

¿Se habrá dado cuenta de mis intenciones?

¿Y si es así, que tal que le diga a mi hermana?

No no no, pensará que soy tonta y que yo no estoy en esas seguramente.

David me saca de mis pensamientos al ver como se levanta saliendo de la habitación excusándose de que tiene mucho calor, y que iría a cambiarse.

Después de unos minutos David ingresa a la habitación con otros shorts que le quedaban aún más apretados que el anterior. Literalmente le marcaba todo el paquete. no sé si lo hizo a propósito o era porque de verdad le molestaba la erección que estaba teniendo en ese momento. Por que eso era lo que pasaba. Y pedazo de carne que tenía, pensé.

La partida siguió su curso con total normalidad hasta caer la noche, hicimos un pedido a domicilio de unas pizzas unas de pepperoni, otro hawaiano y otro de queso, jugamos un rato cartas como todos los días.

Después de finalizar la primera semana en casa de mis tíos, otra de mis tías que vive en el pueblo próximo se ofrece para acompañarnos, mientras ella descansa en casa.

Apenas llegó se duchó y se acostó. Nosotros nos quedamos en la sala hablando de cualquier tontería. La tarde prácticamente fue de películas todos “hicimos del vago” y no hicimos nada solo ver Netflix. Yo sin embargo tenía la necesidad de provocarlo de alguna forma, como sea. ¿No es de piedra no?

Antes de acostarnos me cambio de ropa y me pongo el pijama, unos shorts fucsias bastante cortos con una blusa holgada sin llevar nada debajo. Llegada la hora de acostarnos Para poder estar cómodos nos habíamos distribuido de esta forma; En el cuarto de David se encontraba mi tía y mi hermana. En la habitación más grande estaríamos los tres, David Elena y yo.