Mi Primo y yo
Como me deshice de mi virginidad.
A los 15 ya había tenido mi primera experiencia sexual con chicas y un hombre y definitivamente me gustaban más los hombres así que empecé a relacionarme más con éstos de manera de poder tener más oportunidades de repetir lo que había hecho con el radiólogo, incluso llegar más allá del sexo oral y sentir una penetración que por demás está decir que me cargaba al borde de la obsesión. Empecé a tener buenos líos pero ningún chico me satisfacía como para llegar más lejos de los besos y toqueteos acostumbrados. Así que llegué a las 18 años sin haberme deshecho de mi molesta virginidad. A esa edad me antojé de estudiar en otra ciudad, no muy lejos de donde yo vivía, pero al fin y al cabo otra ciudad, quería irme a otro sitio y conocer a otras personas y tener nuevas experiencias.
Mis padres no estuvieron muy de acuerdo, pero decidieron dejarme ir con la condición de que viviera con una de mis tías y acepté. La verdad a la final fue toda una experiencia. Mi tía tiene 5 hijos de los cuales 2 son varones uno menor que yo 4 años y otro de mi edad, este estaba estudiando en otra ciudad cuando yo llegué a vivir con ellos. Por vivir en ciudades distintas no teníamos mucho contacto y pensé que a lo mejor no les caería muy en gracias a mis primos la nueva integrante de la casa, pero todos me recibieron muy bien, en especial mi primo "Antonio".
"Antonio" estaba muy desarrollado para su edad que en ese entonces era 14 años, ya tenía buena estatura y unos ojos verdes preciosos, enseguida quedé prendada de él, había crecido mucho desde la última vez que nos habíamos vistos y al parecer a también le gustaba los cambios que se habían producido en mi cuerpo. Tenias los pechos más grandes y las caderas más redondas y mi trasero redondo y duro invitaba a ser tocado. Pronto él y yo entramos en confianza, siempre aprovechábamos las oportunidades de quedarnos solos y charlar de cualquier nadería y me daba cuenta que cualquier excusa era buena para tocarme, pero no se decidía a ir más allá. Así que decidí tomar el toro por los cuernos y propiciar un encuentro de manera que me viera con la menor cantidad de ropa posible y se animará a hacer algo más que mirarme con cara de bobo y no tacarme más allá de lo correcto. Ese día llegó más rápido de lo que imaginaba él salió al cine con unos amigos mis tíos habían salido a una reunión de su iglesia y mis primas habían salido cada una con sus respectivos novios. Una de ellas me invitó a que los acompañara, pero no quise, yo sabia que de todos ellos el primero en regresar sería "Antonio", y no quería perder esa oportunidad. Así que decliné la invitación alegando que estaba muy cansada por lo ajetreado del día en la Universidad, todos se marcharon y yo empecé a prepararme para la ocasión, me duché y me puse algo de perfume en sitios estratégicos de mi cuerpo, me vestí con una bata muy ligera y casi transparente y me senté en el salón a ver la tele y a esperar que él llegara. No tardó mucho y como era de suponer a no ver a nadie en las áreas comunes de la casa se acercó al salón a ver quien estaba en casa.
Diciendo esto me levanté del sillón para que el se diera cuenta de que debajo de bata no llevaba nada, no pudo evitar mirarme y pude ver como le brillaban los ojos a medida que acercaba a él. Me recliné sobre él de manera que mis pechos se pudieran apreciar mejor y me le fui acercando más y más a su cara.
<Me levanté y fui al otro sillón y me senté en el borde, abrí mis piernas, de manera que el pudiera ver mi sexo en todo su esplendor.
El se agachó se colocó en cuatro patas y se acercó a mí, subió con besos lentos por mis piernas y empezó a jugar, que rico fue sentir su respiración en mi coñito caliente y ansioso. Besó mis labios vaginales, los recorrió con la lengua, pero no tocaba ni mi clítoris ni mi entrada húmeda, jugaba conmigo y me decia:
<Sigue, no te detengas, méteme la lengua, quiero correrme con tu lengua adentro.
Se levantó y me dijo
Así que recogimos nuestras ropas, y nos fuimos a su habitación. Allí nos tendimos en la cama y empecé a besarlo por todo su cuerpo hasta llegar a su verga dura y hermosa ( De hecho es la más hermosa que he tenido el honor de comerme). Su pene estaba duro como una roca, lo lamí en toda su longitud, delineándolo con mi lengua, lamiéndolo hasta que lo metí entero en mi boca.
Sentí como se contraían sus huevos y me preparé para recibir su descalga en mi garganta.
Y mientras me decía esto, sentía como se descargaba su verga dentro de mi boca y como niña buena me chupaba toda su leche.
Por un momento no hablamos, solo suspirabamos por el goce recibido. De pronto sentí su mano subiendo por mis gluteos y aprentándolos suavemente.
<Y te han hecho muchas?
< Algunas, pero me la han hechos mis novias del colegio, nada comparadas contigo>
Su mano se mudó a mi entrepierna y empezó a jugar con mi raja, que ya se estaba humedeciendo de nuevo.
Me subí arriba de él y empecé a besarle, jugaba con su lengua mientras sus manos jugaban con mis senos, me separé de su boca y me inclené hacia arriba para meterle mis pechos en su boca.
En ningún momento le dije que era la primera vez que me penetrarían, solo quería que lo hiciera.
< Sí, Antonio, cójeme como a una perrita>
Me puse de espalda a él y en 4 patas, se me acercó y con sus dos manos tomó mis caderas y me sujetó con firmeza mientras su miembro jugaba con la entrada de mi coño. Me restregaba su glande por el ano y luego bajaba hasta mi coño, pero sin penetrarme, solo jugando y sosteniéndome fuerte.
Y sin mediar más palabras me lo clavó de un golpe, solo sentí un fuerte tirón y ardor que solo duró un minuto, porque él no se detuvo a preguntar por grité, sino que empezó a bombearme soltando mis cadera y subiendo sus manos hasta mis pechos y agarrandolos fuerte, me cojió fuerte, muy fuerte, perdido en su gocé y yo me dejaba hacer porque también lo estaba gozando. Me gustaba la forma que me lo hacía y las cosas que me decía.
Y así seguimos por una hora más, teniendo sexo como animales hasta que se acercó la hora de que llegaran los demás. Nos bañamos juntos, luego nos vestimos y nos fuimos al salón a esperar al resto de la familia.
Desde esa noche fui la puta particular de mi primo y posteriormente la de su hermano, pero esa es otra historia.