Mi primo y yo

Relato basado en un hecho completamente real. Omito el nombre de mi primo por razones personales, claro está.

Mi primo y yo

Nota: Relato basado en un hecho completamente real. Omito el nombre de mi primo por razones personales claro está.

Éramos muy cercanos mi primo y yo, mi familia y la suya vivían en la misma calle, por lo que siempre desde niños jugábamos juntos y entre todos los niños que había en nuestra cuadra; en ese tiempo era natural jugar alrededor de la manzana hasta la noche y sin peligro alguno.

Pasó el tiempo hasta entrada la adolescencia y el líder del grupo siempre fui yo, las reglas y el plan de juegos los determinaba yo, aunque mi primo por su físico siempre era el más fuerte de todo el grupo tanto de chicos, como evidentemente de chicas, él era mayor que yo un par de meses.

Su rudeza era notoria, hubo una ocasión en la que nos liamos a golpes, aunque claramente él era más fuerte, no sé porqué, cedió y terminé imponiéndome.

Total, llegaron unos tíos y primos que venían a pasar el fin de año como siempre junto con toda la familia y decidieron sus papás que los hijos de todos los mayores iríamos a dormir a casa de los padres de mi primo.

Estábamos todos los primos y primas, y a él y a mí nos asignó, por azar, su mamá, mi tía, una habitación en la que compartimos la misma cama.

No habían pasado más de una hora cuando ya estábamos acostados y se había terminado la guerra de almohadas entre todos, cuando me dice algo completamente fuera de lugar dadas las circunstancias, y así sin más:

---- ¿Qué? ¿Nos cogemos? (en México así se refiere uno a follar, etc.)

Les he de decir que desde que tengo memoria a mi me van los hombres, a pesar de los deseos de mis padres y ya se imaginarán, es más mi primer amor fue otro hombre, ¡¡¡Si les contara!!! Algo que definitivamente marcó completamente mi vida, pero eso lo dejaré para otro relato si este resulta, por ahora avoquémonos a esa noche

Su propuesta me causó emociones encontradas, por una parte fue una sorpresa muy agradable, pero a la vez me dio susto, ¿¡¡¡pero cómo!!!? Decía para mis adentros. A lo que le respondí:

--- Órale, pero sin quitarnos el pijama (Por el miedo y… por el frío que hacía, pero exactamente en definitiva por lo que están pensando: aún no me reponía del sobresalto)

Y nos empezamos a frotar uno al otro, hasta que la calentura nos hizo quedar completamente desnudos. Fue hasta ese momento cuando me enteré de que mi primo tenía un pene enoooorme, casi el doble que el mío en longitud y en grosor, y pensé: este cabrón no sólo es más fuerte que yo sino que también como decimos en México: "vivía lejos", es más, me daba la impresión de que yo ¡¡¡ni casa tenía!!!... Pero ¡¡¡Qué primo tenía!!! Estaba circuncidado y tenía más bello y lo tenía muy crespo, esto y su proximidad les he de decir me excitó de manera extraordinaria. Además cuando lo comencé a masturbar, porque no me podía resistir, se me lanzó directamente a la boca y nos fundimos boca a boca, lengua y lengua, sentía por su respiración que estaba agitadísimo, pero les diré que no más que yo, al menos eso suponía.

¡¡¡Le estaba dando tanto placer!!! (Eso si me consta, ¡¡¡lo hubieran visto!!!) y quiso corresponder pero noté que al masturbarme era tosco, creí ese momento que era por estar acostumbrado a su propio pene que era más grande, le tuve que indicar el ritmo y la presión adecuada.

Así continuamos hasta que ambos entre convulsiones y besos nos venimos, fue algo diría yo tremendamente exquisito, me sentía en las nubes y por lo que presenciaba, él también, es más creo que todavía más arriba de las nubes y me jalaba hasta él con su besos

Duramos un rato abrazados y dándonos uno que otro beso, cuando me pide:

--- Primo ¿me dejas metértelo?

Mi primo era tan fuerte, pero tan tosco, pero a la vez tan tierno, tan rudo y al mismo tiempo tan amoroso que ¡¡¡No me podía negar!!! Sentía que lo quería más y más porque con cada beso me derretía, me envolvía con sus brazos y me apretaba hacia él con tanta pasión y al mismo tiempo me acariciaba con sus manotas con tanta ternura que me sentía cada vez más atraído hacia él.

Intentó metérmela de un solo golpe pero ¡¡¡imposible!!! Intentó de nuevo más despacio y con más tiempo entre empellón y empellón y yo procuré cooperar más, pero con el mismo resultado. Le empezó a doler y a mí ¿qué se imaginan? Era la primera vez que intentaba alguien penetrarme y como ambos en ese tiempo no éramos lo suficientemente versados, que no pasó de ser sólo eso: un intento; jamás se nos ocurrió que se necesitaba lubricar.

Por lo que nos dimos por vencidos, no sin antes curarle el dolor de glande con mi boca hasta que nuevamente se vino y yo simultáneamente por su delicioso masaje en mi ano y mi pene.

Al día siguiente me encantó, porque no necesitamos hablar nada al respecto, sencillamente éramos más unidos y curiosamente aunque él había sido el que había dominado esa noche yo seguía siendo el líder del grupo.

Todos los del grupo, chicos y chicas, como era de esperarse, fuimos creciendo y tomando cada uno, por decirlo de alguna forma, su propia ruta de vida.

Por cierto, ahora mi primo está casado, tiene dos hijas y tenemos ya algo de tiempo que no nos vemos. Ambos vivimos a muchos kilómetros de distancia, algo que les aseguro un avión acorta considerablemente, pero les aseguro que quiero y mucho en el mejor de los sentido a su mujer y es que es una mujer además de bonita, respetable y si vieran a mis sobrinas ¡¡¡Son adorables!!!