Mi primo, su novia y la cuarentena.
Os voy a contar lo que me está pasando con mi primo y su novia durante esta cuarentena.
Os voy a contar lo que me está pasando con mi primo y su novia durante esta cuarentena.
Nos llegó la noticia de la cuarentena justo cuando mi primo y su novia estaban en casa de visita para anunciarnos que iban a ser padres. Ellos viven en Miami, por lo que nunca nos vemos. El problema para ellos fue que cancelaron el vuelo de vuelta, así que se tuvieron que quedar en mi casa.
Desde pequeño había admirado a mi primo por lo guapo que era y su éxito con las chicas. Pero es que ahora estaba aún más bueno que antes. Tenía 17 la última vez que lo vi, y ahora 27, dos años más que yo.
Los primeros 5 días pasaron más bien normal, cocinando todos juntos y hablando de las ganas que tenían del hijo que esperaban.
Lo malo es que mi primo pronto recuperó la confianza que tenía conmigo en el pasado y eso me ponía burrísimo.
Además, empezó a pasearse por mi casa sin camiseta enseñando ese cuerpo musculado que tenía ahora que iba a ser padre. Me ponía cachondísimo.
Le encantaba andar con pantalones de deporte que le marcaban todo el cipote por dentro, y cuando se acercaba a mi, sin camiseta y con ese pantalón, comiendo cereales, yo no podía evitar que mi mirada se fuese hacia su bulto. Él nunca se daba cuenta, siempre tan natural y despistado. Así que yo me ponía las botas.
En mi habitación tenía una playstation, y para evadirse un poco de su novia se venía a jugar conmigo. Nos tirábamos en el suelo, encima de la alfombra, codo con codo.
- Me voy a poner cómodo, con tu permiso. - Dijo mientras se sacaba la camiseta y se quedaba en shorts.
Su torso incluso sentado se veía musculadísimo, con ese pectoral saliente bien formado y sobre todo sus brazos.
Me encantaba el roce de nuestra piel mientras jugábamos, especialmente cuando él se alteraba y movía espasmódicamente su cuerpo rozándome también con las piernas. Yo no le quitaba ojo.
Me voy a poner cómodo yo también. - Dije en un momento de descanso, quitándome la camiseta y pantalón, quedándome en gayumbos.
Uy pero que tú también te estás poniendo definido, primo. - Suelta entre risas mientras me pellizca un pezón.
Buenó, pero lo que me queda para estar como tú, cabrón. - Dije con voz de machito mientras golpeaba su pectoral.
Y que me dices de esta tabletita? Jajaja. - Mientras puso mi mano sobre sus abdominales.
Sí pero así estais los que no podeis tener esta carita. - Le respondí frotándome el mentón y sonriendo.
Él entonces me agarró el cuerpo y tiró al suelo inmovilizándome mientras me hacía cosquillas. Era como cuando éramos pequeños. Solo que ahora me ponía cachondísimo haciéndome eso. Y no sé si era el hecho de que fuera a ser padre o lo bueno que se había puesto mi primo.
Yo me revolví intentándome soltar, mientras él a modo de guasa me pone el paquete en la boca riéndose. Su polla estaba más bien blanda pero la notaba enorme sobre mi nariz y boca.
En ese momento entró su novia en la habitación, y muriéndose de risa dijo:
- Venga dejad de hacer el tonto, que la cena está lista.
Me había cortado el rollo la muy puta. Pero cómo me gustaba el olor de mi primo, menos mal que apareció ella antes de que le diese un buen bocado.