Mi primo se coje a mi esposa
Mi esposa me dijo que le gustaba mi primo, y el no pudo negarse a cojerse a tan hermosa mujer
Mi primo se coje a mi esposa
Amigos de todo relatos en esta ocasión les contare se una de nuestras fantasías realizadas. Resulta que una de las muchas veces que mi esposa y yo platicábamos de quienes nos gustaban, ella me dijo que mi primo (al que llamaremos) Vicente le resultaba muy atractivo para las chicas voy a describirlo un poco el mide aprox 1.75 mts es muy blanco delgado con cabello chino más o menos largo no les voy a mentir no sé de qué color tiene los ojos, pero tiene mucho pegue. Ahora para nosotros los hombres describiré a mi hermosa esposa a la que ya les he descrito en otros relatos, ella es guerita, chaparrita, de pechos grandes unas caderas de esas que no puedes evitar voltear a ver y deleitarte con su hermosa panochita y su redondito y firme culito. La verdad si es una mujer mucho muy atractiva tiene un pegue que no hay día que salga a la calle y no la chulien.
No por nada ha tenido ya de casados algunos novios y una larga lista de rechazados.
Mi primo y yo siempre la hemos llevado muy bien, de chicos andábamos para todos lados juntos solo que él vive ahora en el extranjero razón por la que después de que ella me comento que le gustaba tuvimos tiempo para pensar en cuál sería la mejor manera de llevar acabo nuestra fantasía.
Después de mucho pensar y considerando la relación que tenemos creímos que el mejor camino seria ser claros y decirle lo que queríamos yo con la firme convicción de que el aceptaría encantado.
Llame a mi tia para pedirle que cuando mi primo llegara le dijera que quería verlo para tomar un trago, esto no era nada raro para nadie ya que siempre que el viene me busca para salir a algún antro.
Poco tiempo paso antes que recibiera su llamada, diciéndome que nos viéramos esa misma tarde. Desde luego acepte encantado y nos fuimos solo yo y el a tomar un trago.
después de hablar de cosas triviales empecé a llevar el tema hacia mi esposa, que ella le mandaba saludos, que también tenía muchas ganas de verlo etc. Le dije que se había emocionado mucho ella de saber que estaba en nuestra ciudad. Y sin más se la solté, “es que a ella le gustas mucho” mi primo me voltio a ver sin palabras imagino que pensó que estaba jugando o diciendo una cosa por otra, pero antes de dejarlo decir cualquier cosa. Le dije a ti no te gusta ella?? Apoco no está bien buena??? El solo me miraba y como me conoce que soy bastante directo afirmaba con la cabeza. Fue entonces cuando sin más le dije que nosotros siempre hablamos de nuestras fantasías y de las personas que nos gustan. Y que teníamos la fantasía de poder hacer un trio con él. Su respuesta fue “we neta los 2 están de acuerdo?” le aclare que si y que además habíamos tenido tiempo de sobra para reflexionarlo ya que pasaron meses antes de poder verlo y proponérselo. El “siendo así no mames, yo encantado we nomas no quiero broncas we.” Le dije que desde luego eso no tenia porque afectar en nada nuestra relación, si, no todo lo contrario ya que además le permitiríamos entrar a nuestra intimidad y que eso era por la confianza que le tenía y que sabía que de esto nadie jamás debería enterarse
lo siguiente fue que le pregunte que cuando él estaría disponible para poder preparar todo, me dijo que por él en ese mismo momento. Lo que a mí me puso bastante cachondo y llame a mi mujer para pedirle que se preparara ya que íbamos para allá.
El camino transcurrió con mi primo contándome algunas de sus experiencias sexuales y diciéndome que mi mujer le había resultado muy atractiva desde siempre, que agradecía la confianza y la oportunidad.
Al llegar a casa todo estaba en silencio y las luces apagadas, ofrecí algo de beber a mi primo dejándolo en la sala y subí para ver a mi mujer que se estaba peinando y maquillando en el baño de arriba. Se veía espectacular con una microminifalda pegadita de mezclilla que dejaba ver su delicioso par de piernas, su pantorrilla se le marca muy bien a pesar de que tiene piernas muy blancas, duras y muy bonitas. También vestía una blusa café clarito con un escote que dejaba ver perfectamente parte de sus grandes tetas y el canalillo que hay entre ellas, se veía muy buena como para ni siquiera dejarla terminar de arreglarse y de un tirón volver a desvestirla para ponerla sobre el lavabo y hacerle el amor como loco.
Le dije que mi primo estaba abajo y que no solo había aceptado si, no que había estado encantado de poder coger con ella, que me había dicho que siempre le había gustado y que se le hacía bien rica. Solo sonrió y le dije que la estaríamos esperando abajo en la sala.
Baje nuevamente con mi primo que ya había encendido el radio y me tenía lista una cerveza. Estuvimos esperando platicando de cosas de la infancia y escuchando música.
Paso un buen tiempo antes de que mi esposa nos deleitara con su hermosa figura al aparecer por las escaleras, ambos la miramos sin parpadear ni decir nada, mientras descendía por las escaleras hacia nosotros. Creo que en nuestra mente ambos la veíamos bajar en cámara lenta con sus bucles brincando lentamente y rebotando entre sus duras y ricas tetas.
Saludo a mi primo como siempre, de un beso en la mejilla y se sentó a mi lado. Charlamos un poco de otras cosas mientras mi primo no dejaba de recorrerla con la mirada una y otra vez, lo que me hizo pensar que estaba ya bastante deseoso e impaciente.
Propuse entonces un juego. Este consistía en vendar los ojos de mi esposa para tocarla sin que según ella supiera quién era quien estaba haciéndolo.
Pusimos una silla en medio de la sala. Y vendamos sus ojos asegurándonos de que no pudiera ver. El primero que procedió acariciando sus tetas por encima de la blusa fui yo. Comencé a sobar despacito. Viendo sus gestos.
Ella no decía nada. Solo hacia pequeños gestos y mi primo no se animaba a tocar aún. Solo estaba parado muy de cerca mirando a mi mujer y viendo como tocaba yo sus tetas.
Use mi otra mano para tocar ambas tetas y juntarlas haciendo ver a mi primo como se veían mas grandes aun. El solo se acercaba un poco más para mirarlas, pero no tocaba, por esta razón tomé su mano y la dirigí hacia el estomago de mi mujer. Pocos segundos dejo su mano ahí ya que de inmediato la metió bajo su falta acariciando su conchita por encima de la tangita que llevaba ella puesta.
Acariciando la y masturbándola uso su otra mano para tocar también sus tetas, y comenzó a besarla. Mientras tanto yo torpemente me encargaba de ir quitando su blusa para poder tocar mejor. Mi primo se paró a un lado de nosotros para permitirme quitar la blusa por completo y ella levanto sus manos para que esta saliera por encima de su cabeza.
Al bajar sus manos y aun que según esto, no veía ella comenzó a acariciar su verga por encima del pantalón mientras yo ya sin blusa comenzaba a chupar sus tetas.
Ella saco la verga de mi primo. Una verga mas blanca que la mía pero un poco menos grande. La chupaba con muchas ganas mientas el continuaba acariciando su puchita por debajo de la falda.
Mi esposa se levanto y se quito lo que cubría sus ojos. Comenzaron a besarse y tocarse por todo el cuerpo. En ese momento la cerveza (que no tomo mucho) me traiciono y tuve que ir al baño. Por su puesto fui al de abajo que está más cerca procurando no tardar para no perderme nada.
Aun que sentí no haber tardado casi nada. Al regresar mi primo ya estaba sentado en el sillón y mi esposa con la falda levantada y sin tanga lo montaba mientras el daba nalgaditas y se besaban. La tenía ya totalmente ensartada, sintiendo ese calor tan delicioso y lo apretadito de su hermosa panochita. Se besaban y tocaban por todo el cuerpo con desesperación.
Yo acerque la silla en la que ella antes había estado sentada con los ojos tapados y acercándome otra cerveza me senté a mirar el espectáculo de la megacojida que mi primo le daba a mi amada esposa. Estuvieron así un buen rato los gemidos tan ricos de mi mujer, sus caras de placer y las fuertes embestidas que mi primo le estaba dando me hicieron sentir la polla reventar.
Saque mi pene y comencé a masturbarme muy cerca de ellos mirando tremenda cojidota. Con la calentura que ya tenía no dure demasiado antes de soltar tremendos chorros de leche.
Con la polla en la mano continúe embriagado con el sudor, el olor a sexo, los gemidos y lo hermosa que se veía mi mujer siendo penetrada y gozada por aquel macho que a menos por instantes la hacía suya y la penetraba con mucha fuerza, nada tardo mi pene en volver a cobrar vida, como diciendo y yo qué??
Pero en ese momento no había espacio para dos vergas. Ella solo quería disfrutar de aquel pito que tenia remojando en su interior, gozando de esa deliciosa panochita apretadita y mojadita que mi primo sentía por primera vez.
Mi primo la besaba y chupaba sus tetas de una forma que la hacía gritar pidiendo con besos y apretones que no parara de penetrarla, de gozarla, de tenerla de hacerla sentir, y de tener esa vergota explorando en su interior.
Pero todo tiene que acabar aun que el placer sea inmenso, y mi primo no pudo resistir mucho mas, la separo con las manos tumbando la en el sillón quedando casi acostada, se paro cerca de su boquita y sin mediar palabras la hizo que recibiera en ella toda la descarga de lo que en ese momento ella recibía, chupando para obtener más y no perder ni una gota de ese néctar con el que inundaba su tierna boquita.
Tan solo espere lo suficiente para que mi mujer recibiera las ultimas gotas de semen y limpiara con cariño aquel falo que minutos antes tanto placer le había dado, dejándolo reluciente y trajando todos los jugos que sus cuerpos habían dejado untados en esa verga.
Cuando esto sucedió y se separaron sin previa advertencia me lance sobre mi mujer dando unas fuertes embestidas. Trataba de evadir su boca ya que momentos antes había sido llenada con el esperma de mi primo. Pero ella buscaba mis besos y yo nunca he podido resistirme a uno de sus besos, por lo que nos besábamos con desesperación. Yo sintiendo el extraño sabor de la mezcla de fluidos de la cogida anterior.
Poco paso para que ambos termináramos de nuevo y yo inundara ahora su ya muy mojada panochita con mi leche que se juntaba a los ricos jugos que ya tenía de ella y de mi primo.
A menos en su interior había un trio de jugos que se mezclaban unos con los otros. Terminamos todos con los ojos mojados de sudor, dijo ella que el sudor le picaba los ojos por lo que mi primo con una servilleta delicadamente limpio el sudor de sus ojos dándole un par de besos mas a esa hermosa y cachonda mujer.
La sala ya se sentía caliente y creo que ninguno pensábamos en terminar la noche solo con una cogida. Yo estaba muy caliente aun y conociendo a mi esposa se que ella quería disfrutar mas de la verga de mi primo dejando en su cuerpo, su verga y su mente el recuerdo de aquella gran noche, de aquella gran mujer.
Estuvimos descansando un rato sentados en el sillón platicando sin comentar mucho de lo ocurrido poco antes. Pero mirándonos con miradas cómplices. Ninguno volvimos a acomodar nuestras ropas el único vestido era yo aun que tenía el pantalón desabrochado y estaba sin camisa, mi esposa se termino de quitar la falda y todos así nos quedamos.
Al poco tiempo mi mujer sin decir nada tomo a mi primo de las manos y dándole la espalda lo repego a su trasero. Llevándolo hacia la recamara (la de nosotros está en la parte de abajo) yo fui tras ellos y los tres entramos en la recamara.
Ya una vez ahí. Ella se voltio hacia mi primo dando apenas un par de besos, se subió a la cama poniéndose como de perrito pero con la cabeza también recostada sobre el colchón, levanto su traserito invitando a mi primo a gozar nuevamente de sus deliciosos encantos penetrando su apretadita pucha nuevamente.
El antes de eso se acerco y posando su lengua sobre su vulva comenzó a saborear sus deliciosos juguitos de mujer cachonda. Le chupaba de arriba abajo y metía su lengua con cuidado extrayendo con ella mas de sus ricos juguitos. Mi mujer cerraba los ojos y pegaba gritiditos y gemidos de placer, diciéndole “ya vente Vicente, dame verga” el sin hacer caso seguía saboreando su panochita ya con desesperación y con sus dedos masturbaba la deliciosa vulva de mi mujer. (después ella me dijo que nadie masturba como él. Le encanto!!) duro un rato masturbándola a pesar que mi mujer trataba de jalarlo hacia ella haciendo sus manos hacia atrás pero si siquiera poder tocar mas que una de sus manos que se posaba en su rico traserito.
Al poco tiempo el se levanto, tomando su pito con las manos lo acerco a la panochita de mi mujer dirigiendo la penetración.
Comenzó a penetrar con lentitud, mientras mi mujer gemía y hacia muchos ruidos con la boca. Cuando estuvo totalmente dentro la sujeto fuerte de las caderas atrayéndola hacia el provocando que su pene quedara lo más profundo posible.
Poco a poco comenzaron los movimientos que parecía dirigir mi mujer con sus gemiditos y gestos los juguitos se impregnaban en la verga de mi primo haciendo la aparecer barnizada cada vez que salía de el interior de la vagina de mi bella esposa.
Los gritos, gemidos y movimientos se hacían cada vez más fuertes y rápidos comenzando a sudar nuevamente.
Mi esposa jalaba el cobertor intentando con el limpiar el sudor de sus ojos. Verla con sus ojitos cerrados, y su culito levantado para permitir las fuertes penetraciones de mi primo. Gemía, gritaba y se relamía los labios disfrutando del pito de mi primo que se abría paso en el interior de mi mujer haciéndola gozar.
Mi mujer parecía un poema. Se veía hermosa como siempre. Nunca olvidare esas imágenes, me encanta verla ensartada en una buena verga gimiendo, sudando, gritando y gozando de las embestidas, es como salir de mi mismo y poder ver desde otro Angulo como se ve mientras yo mismo le hago el amor.
Es lo mejor verla gozar, una mujer así de sabrosa es para disfrutar, ella debe disfrutar de su sexualidad y sacar provecho para su placer de ese maravilloso cuerpo y belleza que dios le dio.
Es una reina. Y ensartada es la reina más linda. Las embestidas de mi primo provocaban demasiado movimiento la cama ya estaba bastante alejada de su lugar y sus cuerpos se movían con mucha fuerza. Los gemidos y gritos de ambos se hacían casi violentos, mi mujer continuaba con sus ojitos cerrados y su culito levantado para recibir ese pedazo de verga.
Después vimos que termino ella hasta con las rodillas lastimadas por la fricción de el movimiento tan intenso. No pensé que una colcha pudiera rasparle las rodillas. Pero los movimientos fueron tan intensos que así fue y sus rodillas terminaron raspadas.
En un movimiento muy rápido en el que mi primo lanzo un berrido y saco su verga del interior de mi mujer con un solo movimiento para ponerla en la rayita de sus nalgas muy cerca de su culito y apretando sus nalgas comenzar a echarle los chorros de leche en su culito y nalgas. Ella seguía casi por inercia haciendo movimientos hacia delante y atrás permitiendo que la leche se escurriera por todas sus nalgas incluso a su espalda, piernas y desde luego a su puchita.
Sin limpiarse la leche se dejaron caer satisfechos sobre la cama donde los 3 nos quedamos desnudos y dormidos.
La mañana siguiente nos bañamos cada quien por separado y mi primo se fue aun antes de desayunar-.