Mi primo me prefiere a mí que a su novia
Mi primo me pide que salga con él y su novia, cuando la dejamos a ella en su casa la noche se pone más divertida
Cuando aún vivía con mis papás, un día de tantos estaba en casa y recibí la llamada de mi primo Leonardo, amablemente me invitaba esa noche a ir a bailar con él, su novia y sus amigos, entusiasmada acepté.
Mi primo me pidió que no llevara compañía pues después del antro me quería llevar a algún hotel a coger. Mi concha se humedecía ante la idea de Leonardo.
Me puse para esa noche una tanga roja, brassier negro, una falda de piel que me llegaba hasta las rodillas, una blusa negra, botas negras con poco tacón. Me planché el cabello, un poco de mi perfume favorito y lista para irme de antro.
Llegaron por mi Leonardo y su novia Clara, Clara era una niña bonita pero muy plana, tenía bonito carácter. Los dos me saludaron, los ojos de Leonardo estaban llenos de lujuria al verme, su novia no se daba cuenta pues estaba muy ocupada preguntándome como había estado desde la última vez que nos vimos.
Mis papás bajaron a saludarlos, y a pedirle a Leonardo que me cuidara, nos dieron las recomendaciones que los papás siempre dan.
En el carro de Leonardo iban él y su novia adelante, yo atrás. Cuando Leonardo me veía por el retrovisor, yo le mandaba beso y pasaba mi lengua por los labios, yo ya estaba caliente.
Al llegar a la entrada del antro ya estaban todos los amigos de mi primo, tres iban acompañados de sus parejas, un muchacho gordito iba solo, al igual que una chica muy guapa con un cuerpo que se veía que tenía horas de gimnasio. Por lo que supe tenía novio pero estaba fuera de la ciudad.
La gente que estaba en la entrada se deleitaba con mis grandes nalgas, yo estaba encantada de recibir todas esas miradas lujuriosas. Los hombres que iban en nuestro grupo estaban asombrados ante una mujer como yo, pero ni modo iban con sus parejas, además ese culo solo sería para mi primo esa noche.
En el antro pedimos una botella de vodka, bebíamos y bailabamos, todos eran muy divertidos, el gordito que se llamaba Antonio bailaba con la muchacha guapa de nombre Kenia y conmigo, por momentos con cada una por separado en otros momentos con las dos al mismo tiempo.
En algún momento mi primo me agarró las nalgas, yo me sentía derretir, me gustaba que fuera tan atrevido.
Yo al bailar movía mucho mis nalgas. Varios muchachos se acercaron a mí cuando estaba sola esperando a que me sacara a bailar Antonio, a todos los rechacé pues Clara me tenía en el concepto de una muchacha seria y muy tranquila y quería que siguiera pensando eso si queria poder seguir cogiéndome a su novio sin que sospechara.
Como todos saben en los antros hay que hablarle fuerte al oído a las personas para que nos escuchen. Mi primo se acercó a mí mientras Clara había ido al baño.
L -Que buena te ves, se te ven bien ricas las nalgas.
P -Gracias, ya tengo muchas ganas de tener esa rica verga en todos los hoyos de mi cuerpo.
Discretamente le acaricié la verga por encima del pantalón, la tenía semidura. Me calenté tanto que quería agacharme ahí mismo y mamársela. Pero tendría que esparar hasta las 3 de la noche que es cuando nos iríamos.
Pedimos una segunda botella, esta vez de ron, yo trato de no mezclar pero la mayoría voto por el ron.
Seguimos bailando, Antonio era buen bailarín y muy divertido, aunque se veía que me le antojaba mucho, nunca me insinúo nada, fue todo un caballero. Pensé en que tal vez algún día le daría la oportunidad y me dejaría coger.
A las tres de la mañana, Leonardo me hizo una seña tocando su reloj, miré el mío, eran las 3 de la mañana, algo le dijo a Clara, me imagino que algo como que ya era hora.
Sus amigos se quedarían hasta que cerrara el lugar. Me despedí de ellos, al último de Antonio a quien fingiendo equivocarme le di un beso con la mitad derecha de mi boca en la mitad izquierda de la suya, le pedí perdón y los dos nos reímos.
Mientras esperábamos el carro, Clara le sugirió irme dejar primero a mí, pero Leonardo le dijo que sería dar mucha vuelta. Pensé que Clara quería arruinarnos los planes de ir a coger.
En el camino ibamos en el carro como cuando habíamos ido al antro, cuando Leonardo me veía por el retrovisor yo hacía el movimiento de agarrar un pito y mamarlo. Cuando llegamos a la casa de Clara, Leonardo le dijo que le hubiera gustado que se quedaran hasta que el lugar cerrara, pero que ya le había pláticado como eran sus tíos de estrictos, osea mis papás. Yo con cara de pena le pedí perdón, ella con una gran sonrisa me dijo que no pasaba nada, que le había gustado que fuera con ellos. Yo con el pensamiento le dije perdón también porque en unos minutos voy a estar cogiéndome a tu amado noviecito.
Bajaron del carro y la llevó a la puerta de la casa, donde la besó con una gran ternura, fue un beso muy rómantico. Yo los veía y deseaba que esa boca que ahora besaba a Clara, ya estuviera sobre mis tetas y mi concha. Pensaba en que mis papás mientras hablábamos con ellos jamas dieron una hora de regreso y es que realmente eran muy relajados, pero ni modo, si nos quedabamos con Clara en el antro nos hubiéramos quedado sin coger.
Cuando mi primo regresó al carro, yo ya me había pasado a la parte de adelante. Arrancó y nos fuimos. En el camino pláticamos de sus amigos, el hotel que le gustaba no estaba muy cerca de ahí, así que recargué en el asiento sobre mi lado izquerdo, mi mano derecha la pasé a su asiento y le acaricié la verga por encima del pantalón.
P -Ya no aguanto las ganas de que me cojas.
L -Llevo toda la noche bien caliente, como me gustas prima.
P -Primito me gusta tanto ser tu puta, mi conchita ya está bien mojada.
L -Ojalá Clara tuviera ese cuerpazo que tienes.
P -¿Y te gustaría que fuera tan puta como yo?
L -Sería excelente.
P -Pero bueno para eso me tienes a mí.
En los semáforos me acercaba para darle besos cortos en los labios. Al llegar al hotel Leonardo me dio una fuerte nalgada delante del encargado.
L -¿Qué te parece mi puta?
E- No mames amigo, está buenísima.
Yo me excité el encargado era un cincuentón muy gordo con poco pelo.
Yo le sonreí al señor con mi mejor cara de puta.
L -Vieras como usa ese culo, el anal con ella es una delicia.
E -Pues espero que algún día yo pueda probar ese culo.
P -Esperemos que sí.
Nos dio la llave y al alejarnos del mostrador hacia el elevador yo moví de forma descarada las nalgas, me imaginé que el encargado en la primera oportunidad se masturbaría pensando en mí.
Al llegar a la habitación nos dimos un largo beso, nuestras lenguas jugaban entre ellas. Mi querido primo besa muy rico. Mientras me besaba me agarraba las nalgas, yo le agarraba la verga. Estábamos muy calientes.
Nos quitamos la ropa, nos vimos, vimos nuestros cuerpos desnudos que ya muchas veces habíamos visto, como ya dije en algún otro relato Leonardo no es muy guapo ni tiene un cuerpazo, su verga es de lo más normal, pero me coge delicioso.
L -Que buenísima estas puta.
Me di una vuelta.
P -¿Te gusta papi? ¿Te gusta el cuerpo de tu prima?
L -Con razón todos te quieren coger, es que vete Pamela, estás súper rica.
Me puse de rodillas, abrí la boca, él lo entendió, me metió su verga, y yo se la empecé a masturbar con mis labios, mi primo primero estuvo quieto, después gimió y después comenzó a moverse de forma lenta, ahí empecé a usar mi lengua sobre todo en el glande, ya mi primo no pudo más y me tomó de la cabeza. Comenzó a cogerme por la boca a gran velocidad.
L -Mama Pamela, lo haces delicioso, sigue puta.
Por momentos no me llegaba bien el aire, pero la forma tan rica en que me cogía la boca me hacía sentir que nada más importaba.
Cuando sintío que se iba a venir me la sacó de la boca, con su mano derecha se la jaló tres veces y me llenó la cara de su exquisita crema de macho.
La fui recogiendo con mis dedos y metiéndomela en la boca.
P -Que rica sabe tu leche, me gusta que le des de comer a tu putita.
Se acostó en la cama para recuperarse, yo me acosté a su lado.
L -Ojalá no fueras mi prima, como me gustaría tener una novia como tú, andar con la chava que todos quieren.
P -¿No te importaría que fuera así de puta? imagínate que te digo que voy con mis amigas, pero en vez de irme con tres amigas a tomar café, me voy con tres machos a comerme su leche, ¿no te molestaría?
L -No me gustaría que mi novia anduviera de puta.
P -Es mejor ser tu puta a ser tu novia.
Me paré y fui al baño a lavarme la cara, quería quitarme el semen que no me comí.
Regresé y él me sonrió.
L -Espero que nunca te canses de coger conmigo.
P -Pues mientras me sigas cogiendo así de rico, mi cuerpo seguirá siendo tuyo.
Él seguía acostado, me acerqué a su pito que descansaba sobre sus testículos, lo tomé con mi mano derecha, le pasé algunas veces mi lengua, lo hacía lento, estaba saladito, con un poco de semen que le cayó al final de su corrida.
Cuando se le empezaba a endurecer me la metí en la boca y le di algunas chupadas, cuando la sentí ya como me gusta, es decir, dura, la saqué y me di golpes en la cara con ella.
L -Eres toda una puta.
P -Sí mi amor, tu puta.
Me acosté y me abrí de piernas.
P -Métemala.
Se puso arriba de mi y viéndome a los ojos, me la metió de un solo movimiento.
P -Aaaahhhh síííííííííííííííííííííííííííí que rico me la metiste.
Se movía lentamente, me chupaba las tetas. Mis pezones ya estaban muy duros. La sacaba casi por completo para después meterla toda. Yo sentía muy rico como ese pito caliente me quemaba por dentro, sus manos acariciando mi cuerpo por todos lados, yo lo tomaba de las nalgas para ayudarle a que me penetrara más profundo. Con mis piernas rodeé su cuerpo.
P -Sí papi cógeme rico.
L -Que rico Pamela, que pucha más caliente.
Estuvimos cogiendo así, cuando le pedí que lo quería montar, así que se acostó y yo me puse arriba de él, con su verga adentro me di varios sentones, subía y bajaba, era delicioso.
P -Sí primito, cógeme rico.
L -Toma putita.
P -Sí papi, soy tu putita.
L -Que rico prima, que rico coges.
P -Lléname con tu verga.
Yo me agarraba las tetas mientras seguía brincando sobre su pito. Ya no aguanté más, sentí como si me saliera de mi cuerpo, mis piernas temblaban, llegué a mi ansiado orgasmo, bañando con mis jugos el pito del macho que me había llevado a lo más rico del placer.
P -Sííííííííííííííííííííííííííííí, que rico, eres todo un semental, todo un macho.
Me recosté sobre él para recuperarme, fue un orgasmo muy intensto. Él acariciaba mi cabello y aún se movía lentamente, yo quería que me llenara la concha de leche, pero primer tenía que recuperarme.
Él me dababa pequeños mordizcos en la oreja que le quedo cerca.
Cuando estaba recuperada le dije.
P -Papi cógeme de perrito.
Me puse en cuatro, Leonardo se puso atrás de mí y me la metió toda, sentí muy rico como abría otra vez mi concha, mientras me agarraba de la cintura, sus movimientos eran normales, sin meter gran velocidad, así estuvimos cuando yo me empecé a mover en círculos, su verga se sentía tan bien, él me daba nalgadas fuertes.
L -Toma puta, disfruta mi verga.
P -Sí dame esa vergota.
L -Pinche puta, como me gustas.
P -Sí mi amor, tu también me gustas.
Cada vez entraba y salía más rápido de mi concha, sus gemidos y los míos ya se estaban convirtiendo en gritos. Se puso sobre mi espalda, dejando todo su peso en mí en cada metida que me daba, sentía que estaba entrando más esa rica verga en mi concha. Me tomó de las tetas, yo sentía delicioso, me apretaba las tetas y me jalaba los pezones, el placer era mucho, ya iba a llegar al orgasmo, sabía que a él también estaba por llegarle. Nuestros cuerpos ya sudaban, el olor a sexo llenaba esa habitación, era un aroma delicioso.
L -Me vengo.
P -Yo también, que rico.
Sentí como su leche caliente entraba a mi vagina que empezaba a soltar sus jugos. Nuestros cuerpos temblaban y yo caí sobre el colchón, encima de mi cayo mi primo, aún con su verga adentro.
Después de unos dos o tres minutos mi primo me sacó su verga ya completamente flácida. Leonardo se acostó a mi lado, nos dormimos como media hora. Al despertar eran casi las 5. Nos vestimos rápido para regresar a mi casa.
Al salir de la habitación, se abrió la habitación del frente, yo iba a caminar, pero Leonardo me detuvo, por lo visto quería ver quienes eran nuestros vecinos.
Salieron un señor y una señora como de unos 60 años, nos saludaron y les contestamos el saludo. Caminamos al elevador, el señor disculpándose nos dijo que ellos llevaban mucho de casados y que ir a hoteles los ayudaba a que su matrimonio no se volviera monótono. Nos preguntó si llevábamos mucho tiempo de novios. Leonardo le dijo que llevábamos 6 meses. La señora nos dijo que nunca dejáramos que se muriera el amor. Toda esta plática se dio hasta llegar a la salida del hotel, donde las dos parejas nos despedimos y agarramos cada una por su lado.
Llegando a el carro, mientras Leonardo me abría la puerta me dijo.
L -Viste como pensaron que eramos novios.
P -Sí, sí supieran que realmente somos primos.
L -Yo creo que se hubieran asustado.
P -Me hubiera gustado decirles que somos primos, pero que somos bien calientes y que nos encanta cogernos.
Nos besamos por unos 5 minutos, esta vez solo fue ese beso, sin meternos mano ni nada más.
Me fue a dejar a mi casa. Mientras estaba en mi cama, esperando a que él me avisara que ya había llegado a su casa, recordé a algunos amantes y me sentí feliz de ser como soy una verdadera puta. Llegó el mensaje de mi primo y me dormí.