Mi primo me ayuda y se la chupo

Una situación difícil que mi primo aprovecho para tratar de ser suya

Para los que no sepan de mis otros relatos les diré como soy: mido 1.65, mi cabello casi siempre es pelirrojo, mis senos son de un tamaño considerable, no son grandes pero tampoco pequeños, tengo trasero gordo

Desde siempre he llevado una relación muy amena con él, aunque siempre ha tenido una obsesión algo extraña conmigo, desde niños decía que éramos novios a todo el mundo, claro que eso le llevó una buena regañiza, en la adolescencia quiso besarme en la pubertad y en la adolescencia me quería dar, aunque fue en la adultez que él lo logró, se llama Diego,  es 3 años mayor que yo, (tiene 21 años), mide 1.75, tiene el cabello negro, usa una barba, es de complexión normal, aunque se le han marcado los pectorales y el abdomen, velludo y un pene de 13 cm.

Esto pasó en la época donde había terminado con mi novia, era muy activa con ella, pero desde que perdí mucho tiempo por ella y me di cuenta de que tenía ganado, me rompió el corazón, estaba despechada y había comprado un six, mi primo se enteró de esto y fue a mi casa, mi mamá estaba conmigo tratando vagamente de consolarme,  no era mala haciéndolo, pero no pudo alejarme de la bebida, se fue a trabajar pues ya iba retrasada ese día y el dejó entrar a Diego, el es parte de la familia de mi mamá, por lo que le pidió ayuda para tratar de consolarme, él se metió a mi cuarto, piso una lata y se sentó en mi cama, yo estaba con mi pantalón roto, con mis calcetines largos y una playera de tirantes, él llevaba una camisa negra y unos pantalones con unas botas de trabajo, me abrazó y me dijo:

-Anya, se lo que pasó con ella, me lo dijo mi tía, es muy duro lo que paso, desahógate, libera lo que tengas atorado, estaré aquí el tiempo que quieras.

Seguí llorando por media hora, ya iba por la tercera lata, el acariciaba mi cabello, la lata al final me dijo

-Deberías darle un favor, el vino a apoyarte y siempre quiso llenarte de leche, hazlo, nadie se enterará.

En esa altura era algo muy razonable, lo vi de reojo enfocándome en su entrepierna, me levante para asegurarme de estar segura de cometer un incesto, vi que nadie estuviera en la casa y por sí acaso cerré la puerta de la calle con seguro,  mi primo seguía sentado, viéndome mi trasero no tan discretamente, ahora caigo en cuenta que fue para follarme ese día, bien o mal le salió pero no como esperaba, cuando entre a mi cuarto, al mismo tiempo fui quitándome mi playera y me quite el brasier casi al mismo tiempo, la cara de Diego se dibujó una expresión de satisfacción, se paró y fue a besarme directamente, tan desesperado como si se fuera a acabar el mundo mientras con sus manos agarraba mis pechos, le metí la lengua y le desabroche el cinturón, baje lentamente quitándole los botones de la camisa y él se la quitó, lo senté en mi cama y le baje el pantalón y la trusa de un jalón, su verga ya estaba parada, la acaricie un poco y mis técnicas de mamar nunca me han fallado, comienzo desde la parte baja de sus huevos y voy subiendo lentamente hasta llegar a la cabeza del pene, metí su  verga en mi boca y comencé a mamársela, con mi mano derecha acariciaba sus huevos, y con la otra la baje a masturbarme, seguía cada vez más rápido hasta que el empezó a jadear hasta que lanzó un grito de orgasmo, me quite la verga de mi boca, le jale la verga hasta que se vino en mi cara y en las tetas, el se volvió a vestir y salió de mi casa y me dijo:

-Nos vemos puta, para la próxima vez te hare mi perra.

-Si lo que tú digas.

Mientras me quitaba el semen de mi cara y mis pechos y estaba ansiosa por tener su miembro viril dentro de mí…

Continuara...