Mi primo Martin resulto ser puñal
Yo me encontraba en otro planeta era delicioso, aunque hacia unas horas a mi no me gustaban los hombres
Mi primo Martín resulto ser puñal
Corría el año de bueno para ser exacto no me acuerdo, pero lo que si les digo es que fue en el mes de diciembre, cuando por aquí en Guadalajara, Jal., por donde yo vivo hace mas frío que en otros meses..
Antes que nada debo presentarme, mi nombre es Roberto pero me dicen Beto, soy delgado talla 28 de cintura y de estatura media, uso mis pantalones algo ajustados por lo que es notorio mi bulto bastante resaltado.
Esta historia comienza cuando yo tenía catorce años la edad en que todo hombre es caliente por naturaleza y todo el día esta uno pensando en sexo, sexo y sexo.
Un fin de semana viene mi primo Martín y su hermana a visitarnos, ellos viven en esta misma ciudad pero al extremo opuesto, por lo que es lógico se quedaron a dormir, mi prima en la recamara de mi hermana y mi primo conmigo.
Me considero, o mejor dicho me consideraba un muchacho normal que le gustan las mujeres y los puñales no, eso pensaba yo, pero el cuerpo o las circunstancias deciden otras cosas.
La hora de dormir. Ya en mi cuarto, primero platicamos con la tele encendida sin ver pornografía por supuesto, el tema de sexo muy poco, no se que reacción tenga Martín por eso poco tocamos ese tema, (aunque a esa edad el no hablar de sexo es rarísimo) mas tarde a oír música mientras nos da sueño, posteriormente a dormir, tu en un lado de la cama y yo al otro, pegaditos porque mi cama es individual, (las camas individuales miden menos de un metro de ancho y de largo igual a todas). Nos quitamos el pantalón, la camisa y quedamos en trusa, Martín era flaco igual que yo, pero un poco mas chaparro, su cosa no me acuerdo, les dije al principio que a mi solo me gustaban las mujeres.
Pasamos un rato platicando de puras tonterías, cada quien agarrándose su verga por su cuenta, Después de un rato nos dormimos, a mi no me molestaba dormir con otro hombre, ni tampoco me excitaba, normal y ya.
Pasaron no se cuantas horas cuando despierto Martín me la estaba mamando a mi ya me la habían mamado antes, y les confieso que es lo que mas me gusta en la vida.
Al principio no supe como reaccionar porque me gustaba lo que sucedía ya bien despierto me dije pues relájate y goza ya que.
Martín se daba gusto mamando mi verga, que mide veinte centímetros, ya nunca me creció mas, no por dárselas a desear pero ese es su tamaño, a esa edad todos los días te la mides a ver si te crece más, porque sueñas ser el hombre más vergudo del mundo.
La mamada seguía en grande, al parecer a Martín eso no le costaba trabajo, era todo un experto, nunca me imaginé que supiera mamar tan bien la verga, ya que si lo ves parece un hombre normal, incluso en la platica previa que tuvimos, me contó que tenia novia.
Tomaba mi verga con las dos manos, se la tragaba toda, era hermoso como lo hacía, se la metía en la boca como desesperado, era fenomenal.
Al parecer el pensaba que yo no me daba cuenta, que estaba dormido, quien sabe cuanto tiempo pasaría acariciándola e incluso ya mamándomela, antes de que yo despertara.
El hecho es que me acomodé para gozar más, pero ese fue mi error, ya que cuando me moví el reaccionó y se hizo como que no pasaba nada, yo buscaba su boca para que me la siguiera mamando, pero se negó rotundamente, se dio la vuelta, de espalda hacia mi, no se si ofreciéndome su culo o en señal de negación. Pero yo estaba que ya no aguantaba de caliente, me la empecé a jalar, sin importarme si se me movía o no la cama, ya no aguantaba más, que rico acabe, arrojé chorros y mas chorros, pero Martín se hacia el dormido.
En ese momento no se me ocurrió cogérmelo, seria por lo caliente que andaba y lo que quería era acabar lo mas pronto posible ya que estaba que explotaba de caliente. Después de jalármela como nunca (a mi me parecía que cada vez que me la jalaba era como nunca antes) me limpie y me propuse dormir, pero yo seguía caliente.
Aunque seguía caliente no me atavía a tocarlo, a mi no me gustan los hombres me dije, pero la ocasión hace al ladrón, y me volteé hacia el y como estaba de espalda hacia mi, quedó su culito, justo en mi verga, (el se encontraba en posesión fetal, lo que facilitaba las cosas) de inmediato se me empezó a poner como si fuera de plástico, durísima, aunque poco flexible.
Me pegue lo mas que pude pensando que si decía algo yo le contestaría que tenia frío o simplemente me haría el dormido, pero el no hizo nada.
Así estuve buen rato, pensando lo haré, o no lo haré lo haré, o no la haré pero chin marín a ver que pasa y le empiezo a pegar mi verga justo en el centro de su culito, primero por encima del calzón, mas al rato me animo y se lo bajo tantito. No pasó nada ni se movió señal que le esta gustando, porque no creo que esté dormido.
Primero se la empiezo a refregar suavemente ya estoy otra vez que reviento de caliente y el como si nada decido lubricarle tantito su culito para comenzar la penetración pero no tengo crema yo cuando me la jalo nomás me unto saliva y a darle duro al estirón bueno en esta ocasión será igual un salivazo y ay te voy.
Se la coloco justo en la entrada, me imagino que ya estaba igual que yo de caliente, o tal vez tan dormido que ni siquiera sentía, pero quien puede tener un sueño tan pesado, que ni siquiera una cogida puede sentir bueno, empiezo a empujar suavemente me costaba un poco de trabajo por la posesión en que nos encantábamos pero ni modo de decirle que se acomode, que tal si me pasa como hace un rato y me quedo con las ganas otra vez logro meterle la cabecita y no despierta (según el) ... descanso poquito para que no le duela tanto unos instantes después empujo otro poquito más . vuelvo a descansar empujo otro poquito más y ya la tiene toda adentro ahora si agarrate que ay te voy.
Empiezo el mete y saca, primero despacito, después mas rápido, y mas tarde como desesperado, pareciera que estoy a destajo y el como si nada.
En esa postura no era muy cómodo pero al final de cuentas se goza igual yo me encontraba en otro planeta era delicioso, aunque hacia unas horas a mi no me gustaban los hombres y ya me estaba cogiendo uno.
Yo sentía que Martín la estaba gozando igual que yo pero nunca cruzamos palabra alguna y los gemidos eran en silencio por fin acabo le suelto chorros y chorros el feliz, supongo dejo pasar unos minutos se la saco lentamente le acomodo su calzón me subo el mío y a dormir.
Al siguiente día nos levantamos como si no hubiera pasado nada, no comentamos nada, como si hubiera sido un sueño para ambos pero que sueño tan real me gustaría tener muchos de esos sueños.