Mi primo Andrés 1
Esta es la historia de como mi primo Andrés y yo empezamos a disfrutar juntos.
Antes que nada, me gustaría primero introducirles un poco en la historia. Andrés es mi primo segundo, significa que es hijo de la prima de mi madre. Nuestras madres solían estar muy unidas cuando eran adolescentes y vivían en Navarra, pero cerca de los 24 mi madre se caso con mi padre y se trasladaron a vivir a Valencia, donde nos tuvieron a mis dos hermanos mayores y a mí. Aun así siguieron manteniendo el contacto, y ellos solían hacernos una visita al año y se quedaban unos días en casa.
Con Andrés me llevaba unos 5 años, así que cuando venían a casa la diferencia era tal que él estaba más bien con mis dos hermanos mayores. Justo para cuando nuestras edades se iban a empezar a acercar dejaron de venir. Al ser mi primo segundo no me interesé mucho por mantener el contacto, ni tampoco nuestros padres, así que con el tiempo nos fuimos distanciando hasta perder el contacto.
Cerca de las navidades de mis 18 años mi madre me comentó que iríamos a verlos y que nos quedaríamos en su casa ya que la casa de mis abuelos (en la que nos hospedábamos) se había inundado por las fuertes lluvias y no teníamos otro sitio donde quedarnos.
Entonces decidí preguntar por mi primo, mi intención era agregarlo al facebook para intentar conocernos un poco mejor, sabiendo que estaría un par de semanas en su casa. Pero para mi sorpresa me llegó una petición de amistad de su parte, supongo que los dos quisimos hacer menos drástica una convivencia de desconocidos. Acepté y dios, que guapo estaba! De pequeño era el típico niño bajito, gordito, con gafas.., pero ahora había crecido, delgado pero fuerte, guapo, moreno, unos ojazos..
Estuvimos hablando largo y tendido, se notaba un poco de diferencia al hablar, él era más seguro, más sensato, más de alguien de 22 años.
Después de alguna que otra conversación llegó el día. Cogimos el coche y nos fuimos para Navarra. Cuando llegamos a su casa, me bajé del coche y su madre me recibió con una gran sonrisa y un abrazo.
- Hola Olimpia! Cuánto tiempo sin verte, que guapa estás niña, y que crecida!
- Jeje hola Mari, tu igual que siempre!
Esbozó una sonrisa y nos dijo que pasáramos.
Dentro nos sentamos en el sofá del comedor y estuvimos hablando un rato esperando la vuelta de mi primo y su padre, cuando llegaron Andrés se acercó, me dio dos besos cálidos, saludó a mis padres y informó de que se iba a la ducha. Su padre vino a saludarme:
- Hey Olimpia! Que cambiazo has pegado, estás hecha toda una mujer! – Y me dio un fuerte abrazo. – Y bien, ¿ya habéis visto la casa?.
Nos enseñaron la planta baja, un jardín precioso, un comedor enorme, una cocina y un baño. Subiendo las escaleras te encontrabas con la habitación de invitados de dos camas individuales (donde dormirían mis padres), otro baño, la habitación de matrimonio y la habitación de mi primo, toda llena de posters y un par de guitarras.
Vistas todas las habitaciones entré en pánico, ¿donde iba a dormir yo? En la habitación de Andrés tal vez? Sonreí, aunque acto seguido pensé que no podía tener tanta suerte, y que debía estar más centrada en las conversaciones familiares. Me decidí a preguntar:
- Mari.. dónde se supone que voy a..?
Alguien interrumpió mi pregunta, era Andrés que salía del baño. Llevaba puesta una toalla de color naranja, que dejaba al descubierto todo su torso musculado, con pequeñas gotas caprichosas de agua que no se habían secado todavía.. Era demasiado, que cuerpazo! Tragué saliva y continué con mi pregunta:
- Esto.. er.. lo que quería preguntar es.. este.. ¿dónde duermo yo Mari? – Conseguí articular.
- Dormirás en mi habitación prima- sonrió victorioso habiéndose dado cuenta de lo que su desnudo me había alterado.- Verdad que no la haremos dormir en el sofá, mamá?
- No, no, por supuesto que no querida, si te atreves a dormir con este..! Es un desordenado.
- Ya mamá, lo arreglo todo en un momento y montamos tu cama, sí prima?
No conseguí articular palabra, solo pude decir que sí con la cabeza y sonreír como una idiota. Entre todos montamos las camas y decidimos irnos a cenar fuera. Fuimos a un restaurante normalucho y al poco de cenar quisimos volver para casa. Mi primo dijo que quería conducir así que su madre le dio las llaves y le dijo que andara con cuidado.
- Yo me voy contigo Andrés - dije- quiero a ver si eres igual de responsable como pareces conduciendo!
- Encantado prima, sube.
Me senté, me até el cinturón y nos pusimos en marcha. Al poco de conducir me dijo:
- Bueno y que, que te parece mi manera de conducir? Y la casa? Suficiente para ti?
- Sí, me convence todo menos lo de dormir en tu habitación – Dije burlona.
- Jajaj ay prima.. no sabes donde te metes!
Como que no sabia donde me metía? Pues con él, en su cama, en su.. en su qué? He dicho cama? Va Olimpia solo vas a dormir en el suelo de su habitación, el único contacto será intentar evitar que no te pise cuando se levante, deja de fliparte, es tu primo..
Al poco llegamos, aparcó el coche y subimos a su habitación. Estuvimos hablando un rato y después le dije que iba al baño a ponerme el pijama y lavarme los dientes. Entré en el baño y cuando vi el pijama que había traído pensé que no podía ser más cutre. Unos pantalones largos, anchos, tipo de chándal, grises, y una camiseta de tirantes blanca. Enserio, podría haber caído en traer alguno de mis pijamas sexys.. Me quité la ropa y me puse los pantalones, con mala cara, y después la camiseta de tirantes, que remarcaba la firmeza de mis pechos desnudos e incluso transparentaba un poco. Nunca dormía con ropa interior, y eso no iba a cambiar tuviera a quien tuviera durmiendo al lado.
Me lavé los dientes y fui a la habitación. Y allí estaba él, un adonis en calzoncillos negros.
- Joe.. lo siento, no sabia que te estabas cambiando.- dije mirando al suelo.
- No te preocupe prima! Además yo duermo así..
Le sonreí y me tumbé en mi cama. Puso a cargar su móvil, se metió en la cama, y apagó la luz. Minutos de silencio, empezaba a dormirme cuando escuché:
- Eres friolera? Ya tendrás suficiente con esas mantas?
- Eh? Sí, no te preocupes, al contrario, suelo tener calor.
- Jaja, vale. Ai primita, que duro se me va ha hacer esto..
- El que?
- Buenas noches.
Que diablos había querido decir con eso? Me revolvía en la cama, así no podía dormir. Era duro para él estar durmiendo a mi lado? Entendí que sí, de vez en cuando me miraba resoplaba y me daba la espalda. Tardé un rato pero acabé durmiéndome.
Al día siguiente me desperté con un beso en la frente.
- Er.. buenos días a ti también. – Sonreí.
- Jeje venga prima levanta ya que nos vamos todos de excursión, a enseñarte un poco los alrededores.
Nos levantamos, desayunamos, nos vestimos y nos fuimos. Estuvimos todo el día fuera. Luego nos dejaron en casa y los “adultos” se fueron a cenar fuera. Preparamos la cena, estuvimos charlando un rato y luego subimos a su habitación. Se quitó la camiseta y se puso a tocar la guitarra. Y así estuvimos una hora, el sudoroso tocando, cantando y yo embobada.. Se nos hizo tarde, así que dejó de tocar para no molestar a los vecinos y se metió en la ducha. Yo ajusté la puerta de la habitación y en cuanto oí el agua me tumbé en su cama. Era tan blandita, tan suave.., que no pude evitar y me desnudé quedándome en ropa interior. En la habitación hacia muchísimo calor, la calefacción había estado puesta todo el día, y luego el tocando la guitarra la había calentado más.. a la habitación, y a mí. Oyendo el agua, imaginándomela cayendo por su cuerpo totalmente desnudo, estaba ya muy caliente. Me empecé a acariciar la barriga y al rato deslicé mi dedo índice por mi raja, rozando levemente el clítoris y llegando al agujero, donde lo metí sin dudar. Mmff, llevaba tanto tiempo sin sexo, incluso sin masturbarme, que aquel insignificante tocamiento me dejó al borde del orgasmo. Me metí dos dedos, gemí. Estaba tan ensimismada que no me di cuenta que el agua había parado.. De repente entró Andrés, cabizbajo, secándose la cabeza con una toalla. Desperté de repente, y gracias a que no me podía ver conseguí ponerme de pie e hice ver que estaba buscando mi pijama.
Cuando levantó la cabeza me miró muy lascivamente, mi sexo palpitó en reacción a aquella mirada y por no haber podido acabar.
- Qué? No encuentras tu pijama?- Dijo mientras se acercaba, apretándome contra el armario-.
- N.. no, ah.. - dije como pude mientras apretaba su pelvis contra la mía notando su paquete. Se acercó a mi oído..-
- Si me dejas abrir el armario te dejo algo jaja- dijo burlón.
- Mmf eh? Sí, perdona..- Me aparté de golpe.
El sonrió y me sacó una camiseta grande de manga corta. Me iba larga, tapándome justo hasta el culo.
- Te sienta bien.
- Jeje gracias.
- Vas a dormir así?
- Así como?
- Sin pantalones digo..- Dijo repasándome las piernas desde abajo hasta el culo.
- Sí, sí, anoche pasé un poco de calor y hoy ha estado la calefacción encendida todo el día, así que sí.- Le dije sonriente-.
Me costaba pensar racionalmente, la habitación olía a sexo, era imposible que no se hubiera percatado de ello, me daba tanta vergüenza que me metí directamente en la cama.
Apagó las luces y se sentó en el borde, con la toalla aún puesta.
- Mierda, me pasas los gayumbos prima? Están en el cajón.
Me recliné para cogerlos y oí como se deslizaba la toalla hasta llegar al suelo, cayendo mojada. Lo tenia de pie, desnudo, a mis espaldas, si me giraba me toparía con su.. Joder, cada vez estaba más mojada.
- Ten Andrés- Le dije aguantando sin girarme como pude-.
- Gracias.- Escuché como se los ponía y se tumbaba en la cama.. -aish, no hay nada como tumbarse en esta cama semidesnudo, es muy suave prima.- Imaginé por el tono que estaba sonriendo-.
No pude evitar decir:
- Lo sé..
- Sé que lo sabes, te he visto..
El corazón me dio un vuelco.
- Que, qué?! - Conseguí decir-.
- Que no te preocupes prima, es natural, aunque no sé como puedes estar tan tranquila. Ve al baño y acaba, no te dejes a med..
- Vale, vale- Le corté nerviosa- Ya voy, no digas una palabra más..
Me levanté y fui directa al baño. Me sentí en la taza y me empecé a tocar como una loca. Mis dedos deslizaban con extrema facilidad, estaba muy mojada. Ya entraban y salían tres dedos, a un ritmo frenético, poco me quedaba cuando.. Escucho un golpe en la puerta.
- Prima.. te falta mucho?
- Qué haces ahí? Mff.. no- susurré
- No te oigo..
- No.. – gemí-.
- Bfff.. más rápido, no puedo más..
Y con esas últimas palabras que me imploraban rapidez me corrí, gimiendo alto. Abrí la puerta y le vi allí, en un umbral, con el brazo izquierdo apoyado en la pared y apoyando la cabeza, con los ojos cerrados, sudoroso, y con la mano derecha dentro de sus pantalones, moviéndose a un ritmo frenético.
Al salir me miró a los ojos, tenia la boca entreabierta, las pupilas muy dilatas y los ojos medio cerrados.
- Joder, no aguanto más..- Entró rápido, ágil, levantó la taza, se apoyó con el brazo izquierdo para no perder el equilibro y se corrió, gimiendo escandalosamente.- Joder, joder, bfff, joder..
Yo estaba atónita, no daba crédito a lo que veía. Después de verle eyacular varios chorros me retiré a la habitación mientras el se recomponía. Apagué las luces que se había dejado encendidas y me metí en la cama, intentando asimilar lo que acababa de ver.
Al poco rato entró, se metió en la cama y dejó salir un sonoro suspiro.
- Prima.. No me.. no me vuelvas a hacer esto, no me dejes a una puerta de verte.. Nunca más.
Se tapó con las sábanas y me dio la espalda.