Mi primita hace los deberes
Una tarde ayudando a mi prima ha hacer los deberes se convierte en una tarde especialmente húmeda par los dos.
MI PRIMITA HACE LOS DEBERES
Esta historia ocurrió cundo yo tenía 17 años.
Era sábado por la tarde, toda la tarde para ver la tele, escuchar música..., toda la semana esperando este momento de relax, de pronto, mi madre y su hermana se van hacia la puerta de salida y se oye: cariño salimos de compra, ya vendremos a la noche........ ha y cuida de tus primos. Se terminó la paz, los niños son, un chico de cuatro años y una chica de doce. De pronto el niño se duerme sobre un sillón y Eva se pone a hacer deberes sobre la mesa del sofá arrodillada en el suelo delante de mí que sigo mirando la tele por encima de su cabeza, de pronto se gira y me pide que le ayude a resolver un problema, yo me acerco por detrás a para mirar los papeles de modo forma inconsciente su espalda y su culito se pegan a mi cuerpo sin dar importancia continuo mirando los problemas, de pronto, noto como ella levanta un poco su culito, que se aplasta contra mi pene que empieza a aumentar de tamaño dentro del pantalón del pijama, intento concentrarme en el problema pero no puedo controlar la erección que se aloja en el lugar donde se juntan sus glúteos. Después de un rato de sufrimiento y contradicciones Eva se gira y dice:
¿Tete esto que tienes tan duro ahí debajo es una erección?.
Casi se me cae la cara de vergüenza pero le contesto:
¡Sí!. Es que a veces con el calor estas cosas no se controlan.
Continuamos la lección y ella continua moviendo lentamente su culo contra mis partes y yo sigo aguantando como puedo. De pronto se aparta un poco hacia delante, se levanta unos centímetros y se sienta sobre mi pene erecto que queda formando una tienda de campaña con el pijama alojado entres sus piernas. Yo me quedo inmóvil sin parpadear la presión hace que se salga por la rendija que tiene mi pijama quedando en contacto con la fina piel de sus piernas, alojándose perfectamente entre ellas. Ella no dice nada, hace algunos movimientos con su cuerpo para acomodarse mejor, yo estoy a punto de reventar de excitación.
De pronto ella mete su mano por debajo de su falda entre sus piernas con disimulo y toca suavemente mi glande que en ese momento esta mojado por la excitación y empieza a jugar con los dedos dándole un suave y húmedo masaje. Ella de rodillas con los codos encima de la mesa y el bolígrafo en la boca, yo detrás arrodillado pegado a su cuerpo sin soltar palabra y sin moverme. Con sus dedos aparta un lado la braguita de forma que el pene se libera de la presión y resbala quedando alojado en la raja que va desde su culo al clítoris.
La noto totalmente húmeda, caliente y extremadamente resbaladiza, se mueve suavemente, hacia delante y hacia atrás. Noto como el esperma sube desde el escroto a lo largo del pene hasta la boca de mi capullo, y allí lo aguanto como puedo. Me atrevo a poner mi mano debajo de la faldilla y me acerco a su vagina con el dedo meñique aparto la braguita y con el anular le acaricio el clítoris hinchado y mojado, muy despacio. Sigo con el índice y abro los labios de su chochito para que mi pene pueda restregarse con comodidad. En ese momento me levanto, la cojo en brazos sin separarme de ella, y me siento en el sofá en la misma posición, ella se queda sentada encima con las piernas abiertas.
Eva sigue moviéndose en vaivén y yo continuo acariciándole el clítoris con avidez, de repente noto como se contrae su culito y siento los espasmos en su vagina que me aprisiona los dedos mojados, en ese momento se mueve mas deprisa cabalgando sobre mi pene que con el movimiento se introduce unos centímetros dentro de su chochito, lo que hace que yo no aguante más, me aparté un poco sacando la punta de mi capullo de dentro y empujando entre las piernas solté un chorro de esperma que sale de entre sus piernas y llega a la mesita del sofá, seguida de cinco chorros mas, el segundo llega aun mas lejos manchado el suelo y los demás se quedan en las manos de Eva que se gira sonriendo y dice:
Me gusta hacer deberes contigo.